One-shot Viaje [Pokémon Rol | AU | Multiship]

Título: Viaje
Fandom: Pokémon Rol Championship | AU.
Personajes: Emily Hodges, Dante Miles, Effy Joy, Hubert Mattson, Mimiko Honda, Alpha Xenodis.
Palabras: 1357
Summary: "Tenían una semana de vacaciones antes de volver a clases. Y eso solo podía significar una cosa: podrían hacer un viaje a la playa."
N/A: Tenía esta idea desde hace un tiempo pero gracias al último fic de Noir me inspiré a acabarlo y publicarlo so yeah, espero que os guste y siento el ooc que habré hecho but anyways, etiqueto a los interesados para que me regañen (?) Kurone Nami Roronoa Bruno EVF Gold-Kun Nekita

Tres jóvenes se encontraban caminando de vuelta su hogar tras un largo día de instituto. A pesar de ser tarde y tener los exámenes a la vuelta de la esquina, las chicas se encontraban realmente contentas.

Tenían una semana de vacaciones antes de volver a clases. Y eso solo podía significar una cosa: podrían hacer un viaje a la playa.

Hacía ya unos cuantos días que el calor estaba presente y todo apuntaba a que el viaje se podría llevar a cabo.

—¡Estoy muy emocionada! —exclamó la morena, con una sonrisa de oreja a oreja—. ¡Tenía muchas ganas de viajar todos juntos! ¡Será muy divertido!

—Emily tiene razón, va a ser divertido. Los viajes de parejas siempre salen bien —respondió unas de las rubias, dejando ver una sonrisa maliciosa mientras miraba a la otra chica, que estaba callada, mirando al suelo—. ¿No es así, Mimi?

—¿E-eh? —la nombrada enrojeció, visiblemente molesta.

—¡Es verdad! Es la primera vez que Alpha y tú hacéis algo así como pareja, ¿cierto? —fue Emily la que habló, cortando a Mimi antes de que pudiese insultar a Effy como solía hacer.

>>Aún recuerdo el primer viaje que hice con Dante, ¡fue a la montaña! No tuvimos mucha suerte porque hubo una tormenta y nos tuvimos que quedar en el hotel casi todo el rato… —se quedó unos segundos en silencio, bajo la atenta mirada de sus amigas—. Pero supimos aprovechar bien el tiempo aun así…

La sugerente sonrisa de la chica fue suficiente para que las demás entendiesen a que se refería. Mimi sintió su rostro enrojecer de nuevo y Effy solo pudo reír.

—Es curioso, pasó algo parecido con Hubert. Fuimos a una casa de campo de sus padres y los paseos por el día y todo eso bien, pero lo que más recuerdo fue la noche.

—Estáis salidas… —murmuró la joven Honda, sin dejar de mirar al suelo mientras sus amigas sacaban una vez más aquel tema que tanto odiaba.

—¿Qué pasa, Mimichi? ¿Acaso planeas solo dormir con Alpha… solos… en la misma cama…? —preguntó Emily, divertida por las reacciones de su amiga.

—Pobre chico, no le culpes si lo intenta. Tendrá sus necesidades… —siguió hablando Effy, con tono burlón.

Pero Mimi no respondió, haciendo que las otras dos se callasen, centrando su atención en ella. Al notar su genuina preocupación, ambas compartieron una mirada llena de culpabilidad.

—Ah, pero, ¿sabes? Alpha es un poco tonto… —siguió hablando Emily, retomando el tono alegre, sabiendo que Mimi no querría que la viesen así—. Seguro se queda dormido en el suelo o algo así.

—Y va a estar más preocupado por la comida que por dormir o cualquier otra actividad, me apuesto algo…

* * *​

Al día siguiente, las tres parejas se encontraron en la estación de autobús, donde no tardaron en subirse a su vehículo correspondiente.

Durante el trayecto, Hubert mayoritariamente estuvo leyendo un libro, Effy se quedó dormida desde el principio hasta el final, Dante y Emily estuvieron compartiendo unos cascos y viendo una serie, Alpha estaba mirando por la ventana, emocionado como un niño, y Mimi se perdió en sus pensamientos. Aunque pudo disimularlo con maquillaje, lo cierto es que bajo sus ojos había unas terribles ojeras culpables del insomnio de la noche anterior.

Cuando finalmente llegaron a su destino, rápidamente se instalaron en las habitaciones que habían pedido: una por cada pareja y una al lado de la otra. No mucho después, los seis bajaron a la playa con todo el equipamiento.

Estuvieron prácticamente todo el día en la costa, aprovechando al máximo el buen tiempo que tuvieron la suerte de disfrutar.

En esos momentos, Mimi fue capaz de olvidar su preocupación y disfrutó de un divertido día con un grupo de amigos.

Sin embargo, la noche terminó cediendo sobre ellos, y a pesar de las quejas de Emily, tuvieron que volver al hotel.

Cuando lo hicieron, antes de poder disfrutar de la cena, decidieron darse un baño para limpiarse de la arena y sal de la playa.

Lo interesante de aquel hotel eran sus baños termales. Todo el mundo que se alojaba ahí alababa el sitio por lo mismo, así que los jóvenes estaban emocionados por ver qué tan buenos eran realmente.

Pronto se dieron cuenta de que eran los únicos que estaban en el lugar, debido a que era bastante tarde ya para bañarse. No se quejaron, pues así estaban más tranquilos.

O eso pensaron los chicos, al menos.

Hubert, Dante y Alpha estaban ya metidos en la cálida agua, sintiendo como sus cuerpos se destensaban después del ajetreado día, cuando escucharon un chillido proveniente de los baños femeninos.

Pronto se alarmaron, sobre todo Dante, al reconocer la voz de su novia. Sin embargo, no mucho después, escucharon más voces que disiparon sus dudas.

—¡E-Effy! ¡N-no me toques ahí! ¡Que soy muy sensible! —efectivamente, fue la voz de Emi la que se elevó una vez más, quejumbrosa.

—¡Esto es injusto, Em! ¡Dante es un chico con mucha suerte! —posteriormente, como cabía esperar, Effy también gritó, quizás siendo consciente que los chicos escucharían la conversación al otro lado de la pared de madera que los separaba.

Dante solo pudo sentir su rostro enrojecer, notando como el ya de por sí caliente ambiente del lugar elevaba más su temperatura. Los otros dos chicos solo pudieron apartar la mirada, intentando ignorar las voces del otro lado.

* * *​

Tras un largo baño, el grupo fue finalmente capaz de llegar al restaurante para cenar. Por petición de Emily, la misma estuvo acompañada por una botella de Sake.

Dante intentó evitarlo, sabiendo lo que sucedería si dejaba que la chica se embriagase, pero no surtió efecto al ser el único que se opuso.

Y… su mayor temor ocurrió. Emily acabó borracha y el chico prácticamente tuvo que subirla en brazos a la habitación.

Al menos tendría una noche tranquila…

Los otros también entraron en sus correspondientes habitaciones tras la cena.

Mientras Hubert se metía en la cama, siempre acompañado por su fiel libro, Effy se sentó en una silla y colocó su oreja en la pared, intentando escuchar algo de la habitación contigua.

—Cariño, ¿qué haces?

—¡Shhhh! Se supone que era el trabajo de Emily escuchar a estos dos por si sucedía algo, ¡pero ha tenido que beber y quedarse dormida! ¡Escúchame! ¡Lo ha hecho a propósito la muy per-! —sus palabras se vieron interrumpidas por un beso de su novio, que se había levantado para ir a su posición.

—Deberíamos dejarles en paz, ¿no crees? Además, yo también quiero aprovechar las vacaciones…

El chico cogió la mano de la joven y Effy no tuvo palabras para refutarle. Ella también prefería hacer otras cosas antes que espiar a sus amigas, dicho sea de paso.

Así pues, Mimi se encontró sentada en el borde de la cama, jugando nerviosamente con sus manos, mientras Alpha se cambiaba de ropa.

Cuando el chico se metió en la cama, Mimi sintió todo su cuerpo tensarse. Sin embargo, Alpha pareció no percatarse de ello, y simplemente cogió su móvil para ojearlo mientras se quedaba dormido.

—Alpha…

—¿Hm?

—¿Tú quieres hacerlo… ahora… ?

—¿El qué?

—Ya sabes… mantener… relaciones —el tono de voz de Mimi fue disminuyendo con cada palabra que iba pronunciando, y el sonrojo de su rostro, por el contrario, aumentando.

—¿Eh? —fue lo único que Alpha pudo pronunciar, confuso.

Así que por eso su novia había estado preocupada desde el principio del viaje. Vamos, que Alpha era un despistado, pero no era tonto… tan tonto.

>>Escucha, Mimi —empezó a hablar, con voz solemne, mientras se incorporaba en la cama, colocando su mano de forma gentil en el hombro de la chica—. Yo no quiero hacer nada que tú no quieras, ¿entiendes? Y hasta que tú no me digas que estés preparada, yo tampoco lo estaré, ¿sí?

El chico sonó genuinamente serio y eso conmovió enormemente a la joven. Se giró y depositó un beso sobre sus labios, llevando una de sus manos hasta la contraria, entrelazando los dedos.

Cuando se separaron, los dos se sonrieron compartiendo una mirada de puro amor.

—Te quiero.

—Y yo a ti, idiota.