Un nuevo amanecer (seshhxkag)

Un nuevo amanecer (seshhxkag)

hola!!!!!!!!!!


este es el primer fanfic que escribo y realmente espero que me apoyen y lo lean se los agradecere enormemente, asi como tambien agradecere todos sus comentarios y enserio si hay algo qeu no les guste o quieran que yo cambien lo hare, ya que me gusta que me marquen mis errores para asi poder dar lo mejor de mi y esforzarme mas.
asi que no lo duden cualquier queja o comentario hagamenlo saber.
muchas gracias de ante mano por apoyarme.
grax.
dejen muchos comentarios sale, jejeje.
saludos a todas y todos.
je
grax.

disculpen las molestias pase el capitulo mas abajo por que este tenia "graves" problemas, asi que el capitulo lo encontraran en mi siguiente post, gracias.
espero les guste.

 

Re: Un nuevo amanecer (seshhxkag)

hola!!!!!

muchas gracias por apoyarme se los agradesco enormemente enserio, y gracias por ofrecerme su ayuda en serio muchisimas gracias les juro que lo tendre en cuenta.
es cierto quiero pedir mil disculpas, por el error que tube al subir el capitulo quedo fatal, es que lo subi rapidisimo y no me fije como habia quedado pero se los volvere a subir para que puedan leerlo bien ya que ha si como quedo es muy dificil concentrarse bien.
mil y un disculpas por este error y tambien prometo subir la continuacion en estos dias.
prometido
grax de nuevo por la oportunidad espero no decepcionarlas.


UN NUEVO AMANACER
CAPITULO I: “la furia de Poseidón”

La familia tatewaki, había decidido tomar unas merecidas vacaciones en medio de las costas del sur de Japón, donde nada ni nadie pudiera interrumpir ni perturbar su tranquilidad y felicidad.

-vamos mi amor, ven a jugar con nosotras – gritaba una hermosa mujer de unos 30 años hermosa cabellera larga y azabache, piel blanca como la nieve pero algo bronceada por el sol que había estado tomando.

-kikio por favor, déjame terminar de revisar estos papeles y enseguida estoy con ustedes –contesto tiernamente el apuesto hombre de tez morena, cabello café y una mirada fría y calculadora al mismo tono.

- vamos papi, deja eso ya, estamos de vacaciones, mejor ven a jugar conmigo sii, - dijo una bella niña de alrededor 10 años- mientras salía de una lujosa piscina para correr hacia aquel hombre y tirarlo de la mano para que se levantara de su asiento.

- ya voy kagome, ¿Por qué será que siempre me convences, hee? – pregunto tiernamente, mientras dejaba aun lado los papeles que sostenía en su mano y se disponía a levantarse para luego tomar entre sus brazos a la pequeña y correr hacia la piscina con ella, dio un pequeño salto el cual salpico agua por todos lados.

-¡¡¡¡¡¡naraku!!!!!!! – grito algo molesta kikio mientras hacia algunos pucheros.
jajajaja otra vez papa, otra vez – gritaba con gran emoción kagome aun en los brazos de su padre.
-no, no, por que si no tu madre se enojara mas – comento, mientras soltaba a la niña para que nadara hacia su madre.

Todo parecía perfecto para ellos y realmente lo era, naraku tatewaki era de los hombres mas ricos del país, aunque todos sabían muy bien que su dinero no había sido ganado del todo limpiamente, además de su fama por terribles fechorías y brutalidades, en fin, era un hombre frio y malévolo ante la sociedad, pero…con ellas era diferente, el amor que le tenia a kikio era absoluto la amaba y por ella era capaz de todo...

Por su parte kikio era la típica dama de sociedad igual de fría y calculadora que naraku, muchos decían que era un demonio con la apariencia de un ángel, pero era normal pues ella sabia lo que era y lo que tenia. Ambos formaban una pareja algo diabólica ante los ojos de la sociedad pero a ellos no les importaban los demás solo se importaban ellos y su pequeño fruto llamado kagome, la niña mas dulce e inocente que alguien podría conocer.

Ambos amantes miraban con amor a su hija, jugando aun lado de ellos:

-kagome ve por una pelota – dijo naraku con vos ronca y autoritaria.
-si padre – contesto la niña, obedeciendo al mandato de su padre y diriengiendose al otro lado del yate para traer la pelota.
-no le hables así a la niña naraku- renegó kikio algo molesta.
- vamos kikio, creo que ya es hora que enseñemos a kagome a unas lecciones de vida, es demasiado amable y buena, en nuestro mundo y en nuestra familia esos sentimientos no son aceptado, por que si no luego se aprovechan de eso, enséñala kikio, no tiene ni una pizca de lo que tu eres , mucho menos de lo que yo soy – aseguro el, frunciendo un poco el seño mientras miraba el océano.

- será acaso por que ella no es…
- ni lo menciones oíste, nuca lo menciones- interrumpió el, gritando furioso por aquella repuesta que le había sido dada.
- pero es que es verdad y hay que aceptarlo- contesto ella mientras perdía la mirada en el cielo y su voz se quebraba ante aquello que había querido decir.
- ¿por que insiste en eso?, haaa – grito colérico, mientras levantaba una mano dispuesto a soltarla en la mejilla de ella que flotaba frente a el….pero se detuvo ya que sus ojos se cruzaron con la mirada cristalina y confundida de la pequeña niña que sostenía la pelota en sus manos, mientras miraba asustada aquella escena entre sus padres.

- kagome – dijo el, alejándose de kikio y tranquilizándose ya que había notado el miedo inminente en su pequeña.
- mi amor ven acá- exclamó kikio dulcemente mientras estiraba los brazos a su niña.
- no quiero – contesto a la pequeña algo asustada y con la voz quebrada, mientras una pequeña lagrima rebelde salía a recorrer su mejilla; dejo caer su pelota que sostenía y corrió hacia su lujoso camarote, dejando atrás a sus padres.
- vez lo que provocaste naraku – reclamo con gran disgusto, mientras sus ojos chispeaban de cólera.
- yoo!, fuiste tu la que empezó todo esto. –contesto el algo despreocupado, mientras salía de la piscina y le daba la espalda.
- eres un infeliz! – concluyo ella mientras salía de la piscina igualmente y se enrollaba una toalla para luego dirigirse hacia la habitación de kagome.

Llamo a la puerta, pero fue en vano nadie respondió, volvió a intentarlo pero esta vez acompañado de algunas palabras.- puedo pasar princesa – musito amablemente – pero sin obtener respuesta alguna – bueno pues voy a pasar 1, 2, 3 – abrió la puerta, donde lo primero que pudo divisar fue ala niña tumbada en su hermosa cama cubierta de un hermoso cobertor con aplicaciones de un fino encaje y listones rosas.- ¿Por qué no respondiste? – pregunto algo molesta pero sin perder el tono dulce que la caracterizaba cuando hablaba con ella, el silencio parecía embargar la habitación y solo el tictac de un enorme reloj colgado en la habitación blanca hacia ruido- vamos contéstame, ¿acaso estas molesta?, escucha tu padre y yo solo estábamos jugando, no hagas un berrinche por algo así kagome, compórtate como la señorita de sociedad que eres.

-Vi como se gritaban y mi padre iba a golpearte, se que fue por mi, no me gusta que peleen por mi –respondió la pequeña mientras se abrazaba a su madre que se encontraba sentada a un lado de ella, en su cama.
- Claro que no, no paliábamos por ti ni por otra razón solo jugábamos, ya te lo dije y ahora levántate antes de que tu padre realmente se moleste, vamos pequeña rápido – comento mientras la ayudaba a levantarse de la enorme cama la cual había quedado algo empapada, por las ropas húmedas de ambas.

Caminaron por el estrecho pasillo que dirigía a las escaleras para salir a cubierta; cuando llegaron vio que su padre ya no se encontraba en la piscina si no en la silla en la que anteriormente se había encontrado revisando negocios, al igual que en esos momentos, soltó la mano de su madre y camino hacia el, lenta e inseguramente con algo de miedo pero sin detenerse, noto como su padre aparto la vista del papel que leía para mirarla de reojo, esto la intimido un poco pero siguió avanzando, cuando se encontró justo frente a el se paro y lo observo esperando escuchar algo de parte de el, pero nada, el la ignoro, una lagrima recorrió su mejilla y se abalanzo hacia el abrazándolo y soltándose en llanto, naraku por su parte aparto los palees y correspondió al abrazo, - no llores mas – dijo susurrando al oído de la niña, mientras acomodaba sus mojados cabellos azabaches de ella y miraba con una sonrisa algo picara a su esposa, que no aparto ni un solo instante de aquella escena tan tierna.
Cuando kagome quedo dormida en sus brazos este la llevo a su camarote para que durmiera mas tranquilamente, no sin antes cambiarle sus vestimentas por unas mas cómodas, acto seguido el y kikio se dispusieron a retirarse igualmente a su habitación.
- Disculpa por lo de la tarde – comento el, mientras sentía como tragaba su orgullo, pero que le importaba, la amaba y por ella perdería su orgullo si era necesario.
- No te preocupes, solo espero que no vuelva a suceder – respondió ella algo fría y alejada al comentario.
- No, pero si te ruego no vuelvas a comentar “eso” nunca mas – respondió el engrosando su voz.
- No, ya no lo hare, lo siento – concluyo ella mientras lo tomaba de la mano, en una muestra de su amor.
Ambos amntes caminaron en silencio hacia su aposento y permanecieron abrazados hasta que el sueño los venció.

Despertó completamente agitada, miro su reloj, 4:30 am desvió su vista hacia la pequeña y redonda ventana, trato de observar algo pero no pudo, ya que la obscuridad era absoluta, solo podía escuchar las enormes gotas que chocaban contra la pequeña ventana las cuales eran cada vez mas abundante y fuertes, trato de encender su lámpara de la mesita de noche pero no pudo, sentía que algo andaba mal el miedo la embargo, salió de su cama descalza y atemorizada de pronto el yate comenzó a tambalearse , la comenzó a marear pero el miedo al impulsaba a querer salir de esa habitación, logro llegar a la puerta pero al intentar abrirla no pudo, lo intento desesperadamente pero no nada dio resultado , estaba completamente aturdida y lo único que pudo hacer fue dejarse caer aun lado de esa puerta y soltarse a llorar como lo aria cualquier niña de su edad.
Por otro lado kikio rodo de su cama y se llevo un fuerte golpe al igual que su marido.
- Hay tormenta- comento el algo preocupado.
- ¡La niña! – dijo instantáneamente ella tratando de levantarse rápidamente y caminar hacia el camarote de su hija.
- ¡espérate! – le grito, mientras trataba de alcanzarla con la mayor rapidez que todo el ajetro de la nave le permitia.
- Apúrate La niña a de tener miedo – decía ella con mucha aflicción.
- Ambos caminaron como pudieron hasta la puerta de kagome, pero descubrieron que esta no se habría, detrás de ella podía escucharse un pequeño llanto proveniente de kagome.
- No llores mi vida, ya vamos – misto kikio tratando de tranquilizar a su hija.
- Kagome trata de abrir, por favor – ordeno naraku a la pequeña.
-no puedo papi, esta trabada ya lo he intentado – respondió kagome con al voz quebrada mientras se abrazaba así misma intentando darse valor.
La tormenta se volvió más fuerte; de pronto una ola cubrió el yate, entrando el agua por todas partes. Kikio y naraku estaban desesperados tratando de abrir aquella puerta pero no funcionaba, naraku se dio cuenta de lo peligroso que era el lugar para que kikio siguiera ahí. – kikio vamos, vamos arriba tienes que ponerte en un lugar mas seguro, una ola podría voltear el barco y nos vamos a ahogar por que no sabré ni a quien salvar. – comento preocupadamente mientras jalaba a su afligida esposa hacia la cubierta.

- No! , no voy a dejar a mi niña aquí, oíste!! – grito desesperadamente, mientras se aferraba a la manilla de la puerta intentado destrabarla, pero sin resultado alguno.
- No kikio ni yo la dejare aquí, ella y tu son mi vida y no pienso dejarla aquí pero por favor entiende si tu estas aquí solo me estorbas, entiende por favor- exclamo el mirándola a los ojos, mientras acariciaba suavemente su rostro para darle un poco de seguridad en lo que decía.
Kikio derramo algunas lagrimas, se pego a la puerta y con la vista un tanto extraviada y desolada, trato de convencer a su hija que todo estaría bien, pero algo en su interior le decía que si se marchaba de aquel lugar, ya no vería nunca mas a su hija.- hija tu padre te sacara de ahí, solo no llores y espera un momento por favor, compórtate como la señorita de sociedad que eres.
- Si madre – se escucho del otro lado de la puerta, naraku la jalo d e la mano para dirigirla a la cubierta, ella camino casi guiada por su esposo realmente sentía en su ser que estaba abandonado a su única hija., subieron las escaleras de madera tallada, al fin se encontraron en cubierta el busco rápidamente el bote de emergencia y la subió a ella , la bajo al mar sin las cuerdas que mantenían al bote pegado al yate.
- Escucha si vez que esto empeora y aun no salgo por favor suelta las cuerdas, oíste así cuando salga será mas fácil, entendiste- replico tratando de hacer entrar a su esposa, que parecía hida, ante tal situación.

Si- contesto tímidamente ella casi ajena a lo que el le decía.
-Por favor amor tenme confianza regresare con ella, te lo prometo o acaso alguna vez no he cumplido mis promesas, pero tu por favor tranquilízate te desconozco, donde esta la mujer inquebrantable de la que me enamore – pregunto guiñándole un ojo para darle mas confianza a su esposo.

Este pequeño comentario saco de aquel desequilibrio emocional en el que kikio había entrado y logro reponerse, ya que sabia que si tenia que confiar en alguien era en su marido, nunca le había fallado ni había roto una promesa y sabia que ahora no lo aria.
Viéndola mas tranquila corrió hacia las escaleras al mismo tiempo que kikio soltó las cuerdas del bote , al llegar a las escalera una fuerte ola se levanto detrás de el, cubriendo completamente el yate y arrastrándolo a el, se levanto mas decidido a llegar al camarote de su hija pero en cuanto estuvo de pie otra ola de mayor magnitud volvió a levantarse y esta vez envolvió al yate de tal manera que logro voltearlo completamente, naraku quedo bajo el yate pero no le importaba su situación solo quería rescatara su hija insistió en tratar de entrar al barco pero una corriente marina lo atrapo llevándolo en dirección contraria de la que el yate era arrastrado., se zafó como pudo de esa corriente y Salió a flote, encontrándose con la mirada petrifica de una mujer muerta en vida su tono blanco de su piel, había vuelto a ella como por arte de magia sabia que había fallado, agacho la vista, para esconder aquellas lagrimas de dolor e impotencia que se escapaban y confundían con el agua del mar, nadó hacia el bote cabizbajo sin poder siquiera mirarle a los ojos, subió al bote que se mecía bruscamente con todo aquello, algunas veces eran tragados por las olas y arrastrados pero el no se dejaba vencer, no dejaría que le arrebataran lo único que le quedaba, no iba a perder a otras mas de sus mujeres, no perdería nunca a su amada kikio.

Tanto el yate como el bote tomaron rumbos diferentes, ni unos de los dos amantes dijo anda, estaban en shock, kikio sentía que lo odiaba y el se odiaba así mismo por no haber rescatado a su dulce kagome y por haber roto por primera vez una promesa que le había hecho a kikio.

- Perdón, perdón, no pude hacer nada, por favor perdóname – rompió el en llanto al ver la tranquilidad que ahora embargaba el mar después de esa gran tormenta.
-dijiste que la sacarías, ¿Por qué me mentiste?- reclamo ella llorando amargamente mientras golpeaba el pecho de el.
- lo siento…kikio..por favor perdóname… yo la voy a encontrar te lo juro…se que esta viva y la voy a encontrar. – concluyo agachando la mirada y abrazando a la destrozada mujer que tenia entre sus brazos.

continuara...

 

Re: Un nuevo amanecer (seshhxkag)

holas a todas y a todos (por si algun chico me lee)
despues de un muy laaaargooooooooo pero laaaargooooooo tiempo aqui estoy de nuevo reportandome.
quiero pedir una disculpa por esto, enserio se me vinieron mcuhas cosas encima y no pude parme por aqui, ni a leer un ficc sniff, sniff.
pero ya estoy aqui de nuevo y espero no volver a desaparecerme asi de feo.
por lo pronto aqui le traigo este nuevo capitulo esperando que les guste y sea mejor que el pasado.

atropos_dian: muchas gracias por leer mi historia, prometo tomar encuenta tus recomendaciones y te agrdesco de todo corazon tu amabilidad, enserio garcias espero qeue ste capitulo sea de tu agrado.

diana_cullen: baya estoy muy contenta que mi fic te haya gustado. la verdad es qeu sera algo trizte... pero ya veremos pro lo pronto espero disfrutes este capitulo.

pomy: muchas gracias por estar apoyandome, enserio te lo agradesco y me alegro mucho que te haya gustado mi fic, prometo esforzarme mas, por ceirto dsiculpa por no pasarme por tus fics pero despues de esto me voy por esos rumbos.

kayazarami: guuuaauuu me da mucho gusto que visites mi fic, haber si este capitulo te resulta como lo habias imaginado, espero qeu te guste y gracias por leer.

gracia: muchisimas gracias por todos tus elogios tendre en cuenta tu sugerencia, ojala siga contando con tu rpesencia en mi fic.
c
clara luz: claro tendre en cuenta todos mis errores y las sugerencias dadas para mejorar. gracias por tu comentario.

lesley: muchiisimas gracias por tu apoyo, me alegra que te haya gustaado, espero qeue ste segundo capitulo te guste tanto como el pasado. y opor supuesto que me pasare por tu fic.

ladymary: uuhhh, como mehaz adivinado algunas cosas, te doy als gracias por apoyarme y espero no defraudarte con este nuevo capitulo.

sesskag: pues la verdad que si, no se pero siempre se me ha hecho que naraku y kikyo hacen muy bonita pareja. dejando esto espero qeue ste segundo capitulo te guste y que sigas aapoyandome, enserio gracias.





CAPITULO II: “LA HIJA DEL MAR”

Se despertó en cuanto los primeros rayos de sol atravesaron su ventana, abrió sus ojos pausadamente, mientras se contoneaba suave y perezosamente, bajo aquellas sedosas sabanas blancas. A su lado un pequeño despertador negro marcaba la hora- 6:45 – musito para si mismo.

Se puso de pie tranquilamente, para después dirigirse hacia una puerta que se encontraba a un costado de su cama, giro la perilla de aquella puerta vieja y se encontró con un pequeño baño de paredes y accesorios blancos, excelentemente pulcros. Un pequeño espejo sobre un lavamanos le mostro su joven rostro, era apuesto lo sabia muy bien, su tez blanca sin caer en la palidez, sus labios rosas y delicados, y sus ojos ambarinos, tan dorados como el sol, su larga cabellera plateada caía bajo su espalda algo desordenada, y su cuerpo bien desarrollado para un chico de apenas 16 años, hacían todos en conjunto la perfección en persona. Lavo su fino rostro con tranquilidad y después de esto salió del aquel pequeño cuarto, para dirigirse a un desayunador, que se encontraba a unos cuantos pasos. Tomo una caja de cereal y leche, mientras observaba por la ventana el paisaje de una tranquila playa, donde las olas parecían jugar entre ellas.

Una leve sonrisa se dibujo en su perfecto rostro – debería de tomarme un tiempo libre – pensó mientras colocaba su vajilla sucia sobre el fregadero. Se cambio con algo de prisa, y salió de aquel pequeño departamento.

Bajo por unas enormes escaleras de caracol, bastante viejas y oxidadas, mientras que en el recibidor una anciana hacia la limpieza.

-buenos días jovencito- la escucho carraspear con algo de dificultad, mientras paraba de barrer.

- buenos días- exclamo este sin mucha importancia al pasar a un lado de ella.

Salió de aquel viejo edificio, con bastante, prisa, avanzo unas 2 cuadras, y luego doblo a la derecha donde se encontró con un pequeño puente de madera; con las manos dentro de las bolsas de su pantalón y con mucha mas tranquilidad, lo atravesó llegando hasta el otro lado donde se encontró con un estrecho y sinuoso sendero rodeado de maleza y una que otra basura. 15 minutos después de tanto caminar pudo visualizar aquel lugar tan deseado para el, el único lugar que le trasmitía paz y tranquilizaba a su alma.

Suspiro profundamente mientras cerraba los hermosos soles que adornaban su rostro, comenzó a caminar con mayor lentitud, mientras que de su cuerpo desaparecía aquella tensión que siempre parecía acompañarlo. De pronto pudo divisar a una pequeña en la orilla de la playa, con la vista perdida en el horizonte de aquel hermoso océano. Se percato de lo rasmillada que se encontraba toda su piel, y el pequeño camisón roído que la cubría a juego con unos piecitos completamente desnudos.

Frunció el seño con algo de molestia e intento seguir su camino, pero era tarde la pequeña se había percatado de su presencia y antes de que emprendiera la marcha, musito dulcemente - ¿Quién eres tu?- sin obtener repuesta alguna por parte de el.

-oye te estoy hablando, no deberías ser tan grosero, ¿o caso no sabes hablar?- pregunto con algo de frustración mientras hacia pequeños ademanes con sus manos.

-no crees que antes de preguntar algo así deberías de presentarte tu - recito este secamente mientras le daba la espalda y volvía a meter sus manos dentro de la bolsa de su pantalón.

- ahhh tienes razón – respondió la pequeña algo abrumada con una visible sonrisa fingida en sus labios- pero lamentablemente no recuerdo nada, ni mi nombre, jejeje, oye dime ¿tu me conoces?- prosiguió.

- lo lamento pero no- respondió aun dándole la espalda.

-vaya, creí que me conocerías – respondió algo apabullada por la respuesta que le había sido dada.

-hasta luego- escucho decir, cuando miraba la arena; levanto rápidamente la mirada para ver que el chico de cabellos plateados se alejaba rápidamente, dejándola atrás.

-camino rápidamente sin voltear atrás, lo ultimo que quería era escuchar los problemas de una niñita, se alejo un poco pero a unos cuantos metros, se detuvo y suspiro onda mente tratando de serenarse.

- ¿Por qué me sigues?

-por que eres la primer persona que veo y no conozco a nadie y pues… a lo mejor si te sigo alguien me reconozca, ¿no crees que es buena idea?- pregunto a unos cuantos metros de el, mientras una sincera sonrisa se dibujaba en su rasmillado rostro.

- como quieras – respondió este fríamente, mientras proseguía su camino.

-la pequeña corrió para alcanzarlo y así poder caminar al lado de aquel misterioso chico. -¿Cómo te llamas? – pregunto intentando romper el silencio.

sesshomaru – contesto fríamente, mirándola de reojo.

-sesshomaru, es un hermoso nombre – comento ella mientras lo volteaba a ver y le regalaba una vez mas otra enorme sonrisa.

-pues si te digo la verdad, para alguien que no recuerda nada, creo que te vez demasiado feliz – comento el con su característica frialdad, sin mirarla.

-tienes razón, pero, ¿Qué mas puedo hacer?, ni modos de ponerme a llorar – respondió esta con cierto deje de tristeza.

-como sea – agrego tratando de darle fin a aquella platica, pero algo en ella le llamo la atención. Un pequeño relicario colgaba de su delgado cuello – tal vez eso te de una respuesta – propuso mirando fijamente aquella exquisita joya, mientras detenía su andar.
-agacho su mirada, y con sus pequeñas manos alzo el pequeño corazón de oro con delicadas incrustaciones de diamantes, que colgaba de su cuello.

-esto – musito suavemente – mientras trataba de mirarlo mejor, pero era imposible no era lo suficientemente largo.

-déjame ver – propuso este mientras quitaba de las manos de la pequeña la joya y lo abría lentamente esperando encontrar en el alguna respuesta – nada – pronuncio débilmente.

-¿como que nada?- pregunto la niña intrigada.

-deberías de tener alguna foto, pero no hay nada, dentro – dijo mirándola fijamente, sin soltar el corazón.

-mmmmmm – respondió esta mientras sus ojos parecían apagarse y perder la pequeña esperanza que le habían dado hacia unos cuantos segundos.

-aunque- murmuro, mientras volteaba el corazón, para encontrarse con una pequeña palabra, muy bien tallada.- kagome- volvió a murmurar.

-kagome – dijo, sonrientemente mientras miraba los ojos de sesshomaru.

-¿te recordó algo? – pregunto este algo intrigado al ver que el semblante de esta había cambiado notablemente haciendo ver que tal vez algo o todo había recordado.

-en realidad no – respondió ella mientras sonreía y se agarraba la cabeza.

-por dios –comento con asombro a la respuesta obtenida mientras soltaba el dije y se alejaba de ella- a lo mejor es tu nombre – propuso, tratando de ayudarla a recordar.
-tal vez – le respondió mientras lo seguía.

no parece importarte mucho este asunto.

- claro que si, pero no recuerdo anda, así que ni modos, ¿oye a ti te gusta ese nombre?-pregunto cambiando drásticamente el tema.

-¿cual?

-kagome, ¿crees que es bonito

-quien sabe, no me interesa, ahhh que malo eres conmigo, anda dime te agrada – dijo mientras se le colgaba de un brazo y le sonreía dulcemente.

-pues algo.

-¿entonces te gusta?- dijo animosamente, sin soltarse del brazo de su acompañante.
-algo – he dicho – respondió el bastante incomodo por el agarre que la pequeña de le daba – ahora suéltame, quieres- agrego esto ultimo con un tono de voz autoritario y molesto.

-ahhh, no lo hare hasta que me digas si te gusta o no. – añadió la pequeña sujetándose aun mas fuerte del brazo de el.

- es bonito – murmuro entre dientes, dándose cuenta que había sido dominado por una pequeña niña.

-genial, entonces si me quedare con este nombre. – grito estrepitosamente, soltándolo para dar unos pequeños brinquitos frente a el.
Solo se limito a verla, después de esto la caminata se torno silenciosa, pero con algunas miradas traviesas y escrutadoras por parte de ambos.


Culmino su sueño en cuanto su pequeño despertador sonó, abrió sus ojos y recordó el día que era, se puso de pie rápidamente no sin antes tomar una almohada, corrió hacia el otro extremo de la pequeña habitación.

-¡Sesshomaru!- grito desesperadamente mientras azotaba el almohadón en la cara del joven que yacía durmiendo plácidamente en un sillón blanco, algo viejo.

-¡Oye!- grito molesto este, abriendo sus orbes mientras quitaba de las manos de la pequeña el arma con la que había sido cruelmente atacado.

-Levántate, levántate, o no alcanzaremos el avión. Suplico la pequeña, bastante agitada.

-Bien- respondió este con mucha serenidad.

-Apúrate sesshomaru, o lo perderemos – volvió a insistir al ver que el joven aun yacía plácidamente recostado en aquel sillón.

-Ya te oí kagome, ahora cállate quieres.
-
-Grosero – grito esta con molestia en su rostro mientras le sacaba la lengua.

Se limito a observarla, era demasiado gracioso para el ver la impaciencia de aquella pequeña, que hacia 2 largos años era una perfecta extraña, pero ahora tenia la suficiente confianza como para golpearlo y gritarle.

La vio como preparaba un pequeño y sencillo desayuno rápidamente, había crecido bastante pero aun seguía siendo una niña. El había pasado el poco tiempo libre que había tenido estos 2 años buscando información de la familia de la niña, pero lamentablemente para ella y felizmente para el no había encontrado nada. Era como si el océano la hubiera arrojado de sus entrañas, para regalársela a el, era torpe y llorona y bastante inútil pero era cariñosa y infringía en el, cierta sensación de bienestar que hacia mucho tiempo no había sentido. Y ahora era lo mas cercano que tenia a una familia; aunque se esforzó notablemente por regresarla a su hogar no logro nada y la verdad aunque no lo admitiera, le daba gracias a dios por ello.
Después de tantos años de soledad y mala suerte por así decirlo, ahora por fin sentía que dios se había acordado de el, al fin lo había mirado.

Ya que a sus cortos 8 años, tuvo que encargarse de el mismo, ya que su madre había muerto por una complicada enfermedad que a falta de dinero no había podido ser desechada del cuerpo de la hermosa y amable mujer. Al morir esta se quedo solo; sin nada en este mundo, mas que el viejo apartamento donde ahora se refugiaba. Su padre nunca lo conoció, lo único que sabía por boca de la gente era que había sido el típico hombre apuesto y rico, que enamoro a la pueblerina más hermosa, abandonándola como cualquiera de su tipo lo haría, al enterarse que esta estaba embarazada. Todos estos hechos lo convirtieron en una persona fría y calculadora incapaz de amar y sentir cariño por alguien, ya que había congelado su corazón. Pero ahora parecía que eso era diferente, ella lo estaba cambiando, o por lo menos con ella era diferente, a lo mejor era por que tal vez y solo tal vez se identificaba con ella por pasar lo mismo que el.

Todo el tiempo había trabajado y estudiado a la vez, aun así sus notas eran excelentes, y eso lo había conducido a ganar una beca en la mejor universidad de Tokio, Japón. La cual lo conduciría lejos de este pueblo que lo único bueno que le había dado era aquella pequeña, ahora tenía la oportunidad de olvidar su pasado y forjar un mejor futuro.

-¡Sesshomaru! –la escucho gritar nuevamente sacándolo de sus pensamientos.

-ya voy – respondió, mientras dio un pequeño suspiro y se conducía al pequeño desayunador.

-mas te vale, apúrate a desayunar en lo que yo me baño.

Solo la observo, y comenzó a tragar más que saborear aquella comida quemada y sin sabor que le había sido dispuesta.

2 horas más tarde un avión despegaba de un pequeño pueblo para dirigirse a la enorme ciudad de Tokio lugar de sueños y anhelos.

bueno espero les haya gustado ya saben cualquier queja la pueden dejar y tratare de rectificarme, enserio espero haber emjorado todo lo que me subrayaron y no haberlas defraudado.
sin ams que decir y dar mil gracias me retiro.
esperando contar con su presencia.

su amiga kasull-chan