Microrrelato Un gato enamorado de una loba

Hola, Loba.

No sé cómo escribir esto, si quiera se si podrás entenderlo, o si yo lo podre entender; pero a pesar de eso necesito vaciar cada palabra que invade mis venas siendo impulsadas por cada latido de mi corazón, pero no son latidos normales, no, son latidos hechos solo y exclusivamente para ti, porque mi corazón ya es tuyo; siempre lo ha sido. Te necesito, siento que por más que cierre mis ojos e intente dormir nunca lo lograre, porque me falta algo, un pequeño vacío en mi caja roja que nadie ha llenado, pero tú, tú lo llenas con cada palabra, con cada saludo me siento lleno, como si nunca hubiera necesitado nada.

Esto no es fácil, pero lo fácil aburre; si todo fuera perfecto nos aburriríamos a la semana y esa semana no significaría nada. Pero no, tú la única que invade mi cuerpo entrando por cada poro de mi piel llenándome de felicidad. Tu voz es el mayor arrullo que he escuchado, podría desvelarme semanas escuchado solo tu voz, palpándola en mi sistema y entrando a mis nervios haciendo que expulsen felicidad.

Ahora mismo podrías matarme, morderme y acabar con mi pequeña existencia, podrías romper mi corazón y hacer que pare de latir, pero no lo haces, podrías desechar a esta ternura y olvidarla para siempre como si nunca hubiera existido, pero no lo haces, podrías ahogarme entre tu existencia, pero de nuevo, no lo haces.

Tú, mi más sincero complemento, lo que me llena de verdad, la ficha que completa el rompecabezas y hace que no se empolve, nunca, nunca jamás. Única y perfecta, es esa tu descripción más correcta, la luz que ilumina mis días. Podrías ser mi pensamiento permanente, pero no lo eres, no, tú eres más que eso, eres mi todo, en cada parte de mis estas tú, y sé que en cada parte de ti estoy yo.

Podría seguir escribiendo horas, días, meses, años, décadas y absolutamente toda la eternidad, pero no es necesario, nuestro amor no necesita millones de palabras, necesita realidad y es lo que le inyectamos cada día: Un tarro completo de amor, varias cucharaditas de lujuria y una pizca de odio. Es lo que nos forma, es nuestra combinación perfecta.

Atentamente, y contra todo pronóstico, tu gato.

Un gato enamorado de una loba.