One-shot de Naruto - Un accidente afortunado [Examen Chunnin]

Por la mente de Hinata siempre ocurrían demasiadas cosas, era como ver lo opuesto de lo ocurría en su exterior donde lucía pasiva y retraída.

Tenía la mano cerca de su pecho que latía con fuerza, en la sombra esperando que su respiración no aumentara más y fuera descubierta. Esa como muchas era una de sus tantas incursiones fallidas para entrar al tratar de acercarse al rubio de sus sueños.

Empecemos por decir que su mente volaba demasiado, un enorme secreto que siempre residiría en sus adentros, generalmente soñaba despierta que al intentar saludar al Uzumaki este la tomaba en sus fuertes brazos, se acercaba íntimamente y aprisionaba sus labios. Con esto resulta hasta obvio por qué apenas lo tenía cerca se terminaba desmayando.

Pero no malinterpretemos las cosas, Hinata era inocente, tanto como las hormonas le permiten ser a una quinceñera, es que lo puramente biológico no podía dejarlo de lado y por eso terminaba así.

Lo observaba de nuevo reía de algo, no quería parecer algún tipo de acosadora, de verdad, solo quería en algún momento, tan solo poder acercarse ella sola y saludarle simplemente. Suspiraba sonriendo dulcemente también ella, perdiéndose en sus ojos azules como el mejor de los días de verano, tan marcados de esa infalible decisión que había hecho que lo admirara tanto y esa admiración se transformara en amor, pues hace tiempo que le gustaba, pero sintiéndose inmensamente feliz con tan solo verlo, se dio cuenta, lo amaba.

Él charlaba con Shikamaru, el llamado mejor estratega de la aldea se miraba abrumado y un tanto desesperado y es que preguntaba algo que lo sacaba demasiado de su zona de confort, mira que llegar y preguntarle al Uzumaki ya era tomar medidas desesperadas pues no era precisamente el más brillante en el tema, es que hablaban de amor.

― Precisamente tu Naruto-kun…de amor, ¿Qué sabrás?...si yo siempre… y ¡es que tu jamás te has dado cuenta!... ― lo último fue exclamado con más fuerza y énfasis como un reclamo, pues lo era.

Era más que natural que ocurriera, para los de su equipo era evidente, para su maestra lo era, hasta para su primo lo era, aunque no fuera muy afín a los sentimientos, media aldea podía percatarse de lo que provocaba en ella el portador del zorro. Pero no había otros nombres en sus labios de Uzumaki que Sakura y Sasuke, la pelirosa a lo mucho vería como un hermano y hasta ella como tantos, otro de sus tantos secretos, pensaba que lo de Sasuke Uchiha debería ser un caso perdido. Se limitaba a callarse, verlo feliz era lo que importaba ¿verdad?

Ojala la causa fuera ella.

Naruto llegaba a molestarla y bastante, pero aun con ello lograba encontrar hasta en lo peor sus cualidades, eso era amor.

Se había perdido en sus ideas de nuevo, Naruto se movía, avanzaba con Shikamaru ¡hacia donde estaba ella!.

― Esto es demasiado problemático― decía el Nara mientras suspiraba fastidiado― dime ¿te gusta alguien?.

Por segundo Hinata sintió que sus músculos se tensaban y el aire se ponía más pesado, sabía que nombre iba a decir.

Naruto lo estuvo pensando unos momentos y Hinata olvido moverse del callejón donde estaba.

― No suelo pensar en ese tipo de cosas tanto― respondió Naruto riendo apresuradamente― supongo que algunas chicas son lindas.

Shikamaru lo observó con una expresión de duda.

― Alguna vez Ero-senin me preguntó algo similar, antes de salir corriendo de unas aguas termales... maldito anciano pervertido. ― paso su dedo por la nariz y alzo los brazos colocandolos detrás de su nuca― creo que me gusta alguien femenina, algo tímida porque es desesperante que hablen demasiado―se rasco la cabeza― no sé que como decirlo ya sé ¡Hinata sería perfecta!.

Shikamaru que siempre tiene una mirada entrecerrada emuló la expresión de Rock Lee por la sorpresa. En cuanto a Hinata fue un schock bastante grande, siempre estuvo pensando ideando, soñando con formas de estar cerca de su Naruto y como ya lo hemos comentado en la mayoría de ellas terminó desmayándose. Pero, como que al destino le gusta la ironía.

La chica de ojos malva sintió que la fuerza sus piernas le abandonaban, que su cuerpo se calentaba demasiado y todo ese calor se le subía a la cabeza, antes de perder la conciencia observó que el Uzumaki lo tomaba entre sus brazos.

***************************************

Al despertar de nuevo, Kurenai estaba frente a ella, cambiaba el paño de su frente, ella observa a su alrededor desconociendo donde se encontraba, definitivamente no era la mansión Hyuga.

Se escuchaban un par de pasos apresurados y Kurenai le sonreía guiñándole el ojo en señal de complicidad.

Comprendía todo de golpe cuando Naruto aparecía en escena, algo agitado y varias bolsas de compras en sus manos, girando su cabeza miraba entre los cajones una de sus sudaderas negro con naranja, se encontraba recostada en su cama, en su departamento y Kurenai luego de darle algunas instrucciones al Uzumaki los dejaba a los dos juntos, ¡Solos!.

Hinata volvió a quedar inconsciente inmediatamente.

Luego de unos minutos que volvió en sí de nuevo, observó a Naruto cerca de ella, le acomodaba la almohada y la arropaba, ella decidió permanecer con los ojos cerrados, tal vez así no caería desmayada de nuevo. Podía oler su aroma, era algo cítrico probablemente del desodorante que usaba, aunque al mismo tiempo amargo pues había estado sudando, llevaba una playera blanca, desmangada, lo había visto antes y lo sentía ahora, esos atléticos brazos rodeándola, su cuerpo casi estaba sobre el de ella, falló en permanecer despierta,claramente.

La próxima ocasión en la que despertó él la miraba sonriendo, ella se obligó a resistir y sin darse cuenta comenzó igual a sonreír, Naruto sostenía un platón que expedía un delicioso aroma.

― Kurenai-sensei me dijo que tenías bajo tu nivel de chakra, era algo inevitable que las chicas pasan, no tenía ni idea, pero je, me dejó como tu cuidador porque todos los ninjas médicos están ocupados―Hinata sabía que era una mentira, sus valores morales le dictaban le dijera la verdad, pero es que su voz simplemente no salía ― abre grande aaaah. ― concluía acercándole un bocado con un par de palillos.

Ella terminó recibiendo una y otra vez su comida y el muchacho rubio entusiasmado se la daba.

Cuando terminó de comer el Uzumaki se levantó, su estómago rugía de hambre, caminó con el platón hacia la puerta saliendo.

― Ahora vuelvo ― afirmó.

Hinata observó una mesita cercana el monedero de rana de Naruto completamente saqueado y concluyó que lo que había comido era Ramen del Ichiraku.

― ¿Lo…lo compraste para mí? ― preguntó Hinata en cuanto volvió.

― Si, era el super especial, espero que te haya gustado bastante.― declaró pasando saliva.

No había algo que el Uzumaki amara más que el ramen y se lo había dado para ella comiera y no solo eso, era el que se presumía era el más rico de todos.

***************************************

Hinata tiritaba sin darse cuenta mientras dormía, era la primera noche que pasaba allí, había optado por seguir el juego pues se sentía demasiado avergonzada para decir la verdad.

Naruto, naturalmente le había cedido la cama y yacía en una bolsa de dormir; hasta ese momento. Sintió movimiento en el colchón y de pronto sintió la calidez de su cuerpo aproximándose demasiado, la abrazó por la cintura y le susurró al oído.

― Lo siento Hinata-chan, no tengo muchas cobijas así que bueno, pensé que ya que yo tenía frío nos daríamos calor los dos― explicó con la lógica inocente de un niño.

Y es que a pesar de sus jutsus perversos, el Uzumaki en muchos aspectos lo era.

Bueno, el resto de aquella noche Hinata no volvió a tener frío en lo absoluto.


***************************************

Era su tercer día, Hinata miró por la ventana a Kurenai suplicando que viniera sacarla de allí, su maestra solo volvió a guiñarle el ojo.

Naruto cruzó el umbral de la puerta en ese momento y ella se giró sorprendida.

Él le dedicó una sonrisa cansada y triste, ella supo al instante que algo ocurría.

Sin decir nada más se tiró en el piso y suspiró, ella obligándose a superar su timidez se aproximó a él y debatiéndose por varios minutos puso su mano en su brazo, él parecía abstraído en sus pensamientos y se sorprendió por esto.

― Me da mucho gusto que vayas mejorando Hinata-chan. ― lo dijo sincero pero con cierto desgane por algo más.

― Naruto-kun….que..¿qué te pasa?

Suspiró frustrado y se recostó de lado hacia ella, su mano terminó en su cabeza, permaneció sin saber que hacer aunque sus dedos parecían querer moverse y acariciarlo.

― Siento que no me puedo volver más fuerte…

Ella lo observó tan vulnerable y frágil que no pudo más con la sensación de su interior, le recordó a aquel niño cabizbajo en los columpios repudiado por todos, creyéndose incapaz de cumplir su sueño.

― Tu eres la persona más fuerte… pues no te das por vencido por más que todo este mal, te levantas y sigues luchando una y otra vez…

Naruto sonrió y de sus labios emitieron unas palabras con la mayor naturalidad con la que nunca había dicho algo en su vida.

― Tú siempre me has visto Hinata-chan, has visto cosas que apenas otras personas comienzan a ver en mí, creo que por eso cada vez me gustas más.

Hinata enrojeció como nunca pero permaneció firme pues de este momento no quería perderse nada.