Un único héroe

UN RECUERDO

Recuerdo cuando me contó que era huérfano...​

Han pasado solo seis años después de tanta maldad, todos los caballeros viven en paz y protegiendo lo que es hoy, el santuario de Atenea. Los caballeros dorados todos muertos, han sido sustituidos por los cinco caballeros de bronce: Seiya, Shiryu, Ikki, Shun e Hyoga. Los cuales, llevan las armaduras de cinco de los grandes protectores del santuario. Shiryu, junto a Seiya, le contó la existencia de un muchacho que tenía el alma llena de odio y orgullo, también le contó lo que le ocurrió cuando entrenaban juntos. Seiya, se quedó sorprendido con las palabras de su fiel amigo.

— Nunca me hablaste de ese tal Ohko —dijo Seiya sorprendido.

— Era un chico misterioso y cuando me contó parte de su infancia, noté que era como yo —le contó Shiryu a su amigo con aquel recuerdo.

—Pues cuéntame sobre él, aunque ya me contaste que era un chico que tenía odio y orgullo —le pidió Seiya con intriga.

—Bien... me lo pediste... —

Flash Back on:

Un pequeño Shiryu entrenaba en las cascadas junto a su rival Ohko, los dos ni se miraban, ya que estaban concentrados en sus respectivos entrenamientos, cuando el pequeño de cabellos castaños dijo algo que a Shiryu le llamó la atención.

— Siempre... siempre... por que solo... —repitió una y otra vez Ohko mientras golpeaba una roca de la cascada.

Shiryu se acercó a Ohko y vio como empezaba a caer lágrimas en aquel rostro de matón, el joven caballero del dragón le tocó el hombro a su rival, pero el compañero de éste le golpeó. Shiryu se limpió la sangre que le caía del rostro y vio que el corazón de su compañero seguía tan temperamental y impetuoso, pero sus lágrimas seguían cayendo.

— Ohko, ¿porqué lloras? —preguntó Shiryu sin importarle el golpe que recibió.

Ohko se quedó callado durante un buen rato, cuando se dignó a contarle su pasado con odio.

— Por que sigo recordando a mis padres —respondió Ohko cuando rompió a llorar.

— ¿Eres huérfano? —preguntó Shiryu intrigado por el pasado de su rival.

Ohko no respondió a la pregunta de Shiryu, pero el rostro el chico lo decía todo.

Flash Back off:

Seiya se quedó callado por las palabras de Shiryu, nunca pensó que el chico del que habló el caballero de Libra fuera como ellos.

En otro lugar del mundo, en una pequeña cabaña, un hombre mojaba un paño en un cubo de agua, que se la puso en la frente de un misterioso muchacho de cabellos castaños. El hombre, se quedó sorprendido del gran cosmo que tenía ese chico.

— Seis años en coma y todavía sigo sintiendo su fuerte cosmo ¿Cuándo llegará el día que despiertes? —se preguntó el hombre mientras seguía mojando el paño.

 

LA TRANSFORMACIÓN

El misterioso muchacho que estaba tumbado en aquella cama soñaba con el pasado y con cosas que le alteraba por completo, pero por otra parte, un sueño le estaba causando intrigas en su pensamiento. El hombre, entraba por la puerta acompañado de un misterioso hombre y bajito.

—Mira, este chico lleva seis años en coma y no hay quien lo despierte —contó el hombre con preocupación.

El que era bajito, se acercó y observó atentamente, cuando su rostro se asombró por completo. No podía creerse lo que estaba viendo, así que pidió al hombre que quería llevarse al muchacho a un sitio más tranquilo. Éste aceptó, y el hombre bajito seguía sorprendido.

—Ohko... pensé que estabas muerto... — dijo el hombre bajito asombrando al otro.

—¿De qué lo conoces Dohko? — preguntó el cuidador.

—Es... fue, mi aprendiz —respondió el viejo caballero de Libra.

En el santuario, Shiryu estaba durmiendo, cuando un cosmos le habló desde otro lado del mundo. El caballero de Libra se despertó de golpe y empezó a escuchar las palabras de su maestro, Shiryu pensaba que Dohko estaba muerto, pero no, todo esto le hizo pensar que sigue en las cascadas con el cuerpo de antes.

—Shiryu, tengo unas noticias extrañas para ti — le comunicó Dohko a su antiguo aprendiz.

—¿Extrañas? Vete al grano — le dio prisas al antiguo caballero de oro.

—Es Ohko... — dijo Dohko en pocas palabras —...está vivo—

Esto hizo que Shiryu se levantara de su profundo sueño y se fue del santuario para visitar a su viejo maestro y como no, a Ohko.

En la mansión de Atenea, los caballeros mecánicos estaban reunidos en el laboratorio, cuando un misterioso ser se presentó ante ellos con un misterioso mensaje.

—¿Quién eres? — pregunto Sho algo nervioso ante aquella presencia.

—Os encomiendo la misión de buscar la armadura del tigre para llevársela al chico durmiente ¡DÁRSELA! — ordenó esa presencia tan misteriosa.

—¿Qué? ¿Hay otra armadura de plata? —preguntó Sho con sorpresa ante las misteriosas palabras del ser.

Aquella presencia brillo haciendo que las armaduras de los tres caballeros mecánicos se transformaran en unas armaduras de bronce. Sho, Ushio y Daichi se vieron deslumbrantes y cambiados, cuando esa presencia salía de aquel extraño agujero brillante, y la sorpresa... ÉL ERA AIORIA DE LEO.