Microrrelato Tentación

Pues tengo ya este programa y esto me salió, así que así idee esta historia jeje, espero les guste.


Esas facciones le parecían perfectas para ella, una y otra vez se resistía apenas a palparlo mientras se mordía el labio.

—El estar aquí hace que todo en mi vida cambie, no puedo resistir que nos veamos más así... —exclamaba el muchacho apuesto mientras se aproximaba a ella.

Un agradable y seductor escalofrío le recorría la espalda a la señora y su estómago se sentía vacío tan nerviosa como los tiempos de colegialas sintiendo que el calor la invadía cada vez más.

—Quiero que escapemos, deja a ese hombre que no merece y huyamos—declaraba clavándole los ojos y ella se regocijaba sintiendo que perforaba su alma y su corazón comenzaba a latir desbocado.

Se puso la mano en el pecho desconcertada, él levantó sus labios y cerró los ojos, ella lo imitó., pero mientras se acercaba a su mente se dispararon cientos de ideas.

No era correcto, ¿qué dirían de ella? , ¿qué pasaría de ahora en adelante?, ¿acaso podría ser así de impulsiva y dejarse llevar?. Era una mujer de familia.

Claro, pero ¿Quién te aprecia aquí? ¿Realmente importaría?, ¿él te ve acaso?, tienes necesidades. Otra serie de pensamientos llegaron para combatir a los anteriores y aunque ella con un paciente habría detectado que eran solo mecanismos de defensa actuando aquí solo respondería a ese ferviente impulso que no desaparecería.

Así que se acercó, lo besaría, lo haría luego de tanto tiempo de haberlo esperado y sería perfecto.

—Papá llegó—señaló una voz detrás de ella de una adolecente.

La mujer se levantó y corrió despavorida tropezando dos veces hacia la cocina dejando a su galán en la televisión mientras la escena de la telenovela continuaba, José Martin y Johana Estrella al fin estaban juntos y se casarían recuperando el mismo día la finca de sus padres y dejando las desgracias y dificultades que había sufrido en su vida para siempre. La señora disimulaba moviendo el sartén un huevo sin percatarse que la estufa seguía apagada.

Mientras tanto su hija aún permanecía estática con los audífonos en sus oídos y una soda en la mano intentando olvidar la escena que había presenciado segundos atrás.

—No vuelvo a llegar temprano—concluyó la chica cerrando sus ojos mientras meneaba la cabeza.