Supermercado

Ubicado en: Calle Principal
​

Un amplio supermercado localizado sobre la calle principal del distrito. Este lugar contiene una selección de varios objetos de todo tipo y variedad; es un lugar útil para obtener lo básico para una exploración.

Se rumorea que muy poca gente viene a hacer compras durante días de lluvia, así que es recomendable siempre buscar este lugar durante las temporadas de lluvia. Quién sabe, quizás consigas algún descuento en tus compras...

Contenido oculto

Contenido oculto: Menú de Compras

Supermercado
-Fruta del Diablo [Restaura 20 HP a 1 personaje] [Precio: 50 Yen]
-Karaage King [Restaura 30 HP a 1 personaje] [Precio: 100 Yen]
-Medicina [Restaura 50 HP a 1 personaje] [Precio: 150 Yen]
-Piedra de la Vida [Restaura 30% del HP máximo a 1 personaje] [Precio: 300 Yen]
-Agua Sagrada [Restaura 5 MP a 1 personaje] [Precio: 50 Yen]
-Earl Green [Restaura 10 MP a 1 personaje] [Precio: 100 Yen]
-Fruta del Alma [Restaura 20 MP a 1 personaje] [Precio: 150 Yen]
-Té Relajante [Cura Cansancio/Confusión/Mareo a 1 aliado] [Precio: 100 Yen]
-Té Oolong [Cura Envenenado/Furia/Silencio/Sueño a 1 aliado] [Precio: 100 Yen]
-Té Ecológico [Cura Quemado/Paralizado/Congelado a 1 aliado] [Precio: 100 Yen]
-Frutas Primaverales [Restaura 50 HP a todos los aliados; sólo puede comprarse durante la primavera] [Precio: 400 Yen]
-Perla Sagrada [Revive a 1 aliado caído con el 50% de su HP] [Precio: 800 Yen]

 

Sanji Allende

¿Así que esto era lo que los locales llamaban "supermercado"? Parecía más un almacén o un maxikiosco que un supermercado. Bueno, no importaba. Igual tenía que ver de conseguir algunos pañuelos para secarme el agua que tenía encima, así como también algo de azúcar. La cantidad de glucosa que había gastado en una tarea en vano había sido descomunal, y sentía que me iba a desmayar en cualquier momento. Debía estar más pálido que de costumbre.

Así que me puse a buscar por las góndolas, a ver si encontraba algo de lo que buscaba. Tal vez hallara algo interesante.

 

Sanji ingresó al mercado y notó que había una muy larga selección de comida y objetos para comprar... quizás algunos de ellos fuesen útiles en un futuro... ¿compraría algo? ¿O volvería más tarde?

Supermercado
-Fruta del Diablo [Restaura 20 HP a 1 personaje] [Precio: 50 Yen]
-Karaage King [Restaura 30 HP a 1 personaje] [Precio: 100 Yen]
-Medicina [Restaura 50 HP a 1 personaje] [Precio: 150 Yen]
-Piedra de la Vida [Restaura 30% del HP máximo a 1 personaje] [Precio: 300 Yen]
-Agua Sagrada [Restaura 5 MP a 1 personaje] [Precio: 50 Yen]
-Earl Green [Restaura 10 MP a 1 personaje] [Precio: 100 Yen]
-Fruta del Alma [Restaura 20 MP a 1 personaje] [Precio: 150 Yen]
-Té Relajante [Cura Cansancio/Confusión/Mareo a 1 aliado] [Precio: 100 Yen]
-Té Oolong [Cura Envenenado/Furia/Silencio/Sueño a 1 aliado] [Precio: 100 Yen]
-Té Ecológico [Cura Quemado/Paralizado/Congelado a 1 aliado] [Precio: 100 Yen]
-Frutas Primaverales [Restaura 50 HP a todos los aliados; sólo puede comprarse durante la primavera] [Precio: 400 Yen]
-Perla Sagrada [Revive a 1 aliado caído con el 50% de su HP] [Precio: 800 Yen]

 

Sanji Allende

La variedad de productos era curiosa, pero ninguno de los que estaban allí me interesaba sobremanera. Suponía que ya había comida en casa, así que simplemente compré un par de caramelos con algo de vuelto y me alejé de allí, saludando a los dependientes. Suponía que tenía tiempo para una visita más antes del santuario, así que me dispuse a caminar sin rumbo, buscando algún lugar que me prestara o una toalla o alguna servilleta para poder secar toda mi ropa. Era incómodo caminar así.

 

Shiori Kurosawa

Podía hacer unas últimas compras antes de permitirse un descanso, ¿no? Claro, porque después de todo al menos ella podía hacer algo, no como Sayuri, ahogada en aquel mundo negro. En aquel parque pantanoso.
Siempre eran otros y no ella los que acababan consumidos. Estaba cansada de esa mierda.

Iban a sacar a esa niña de allí a cómo diera lugar.

Encima ahora caía Watanabe con aquella sonrisa como traída de un lugar oscuro y extraño, ¿por qué la sentía así? Si era, de hecho, la mejor sonrisa que le había visto desde que la conoció, porque lo cierto es que la castaña pasaba quizás demasiado tiempo llorando. Ya no sabía qué era mejor.

Vamos, Watanabe, sincronízate de nuevo.

Apenas había escuchado las palabras de Anna diciendo que se detuviesen, pero cuando se dio cuenta ya estaba junto a ellas de nuevo. Hizo a un lado, una vez más, los pensamientos extraños que su mente arrojaba con tal de dedicarle una de sus mejores sonrisas a su compañera de clase.

—Quería pasar un momento al supermercado —respondió unos metros antes de llegar al establecimiento y una vez allí, entró.

Se acercó a los escaparates y cajones, mirando con detenimiento. Le había dado prioridad al cuchillo, a la ofensiva, como si ella misma fuese un animal a medio domesticar. La gracia del cuchillo de desollar le había costado dos mil yenes, así que ahora no tenía mucho, pero importaba poco, ocupaba apenas un par de cosas.
¿Desde cuándo le importaba tanto hacer daño de todas formas? Tenía que cuidar de otros, ¿no? Ya no como había cuidado de sus padres, era de una forma completamente diferente.

Tomó unas frutas primaverales y una del alma, ni más ni menos.

 

Watanabe Nagi


—Mi mamá trabajó en un minimarket—. Le respondió a Shiori ante la mención del lugar al que iban—; era un trabajo bastante arduo... Eso o ella era muy entregada.

Dejó de hablar cuando Kurosawa empezó a recolectar sus cosas... Dios...
Se paseo por los pasillos; era un mercado pequeño, por lo que parecía estar bastante tranquilo por lo poco concurrido...
Silencio...
Era espeluznante; decidió tomar algo para beber...

Sus ojos parecieron iluminarse al llegar a la sección dónde estaban los té. Decidió agarrar dos té relajantes, un té Oolong y un té Ecólogico.
Por algún motivo; la niña se veía más relajada...

Sip, definitivamente: la soledad de relajaba.

Terminó llevándose también dos frutas del diablo y una Piedra de Vida.
Se quedó observando un momento la piedra entre sus manos... Una sonrisa ladina salió de sus ojos...
¿Estaban bromeando, verdad? ¿Desde cuando las piedras tienen vida?... Oh; tal vez se la quitaron a otro y la pusieron en la piedra. Si, eso tenía más lógica.

Volvió con las chicas justo cuando Anna deseaba sacarse una foto con ellas.
No se le negó, obviamente; no le había dado tiempo para hacerlo.
Frunció el ceño en una expresión preocupada y el calor se le subió a las mejillas... Había que ver las confianzas que se tomaban Anna y Akiko a veces...

Aki... ko...

—Ya he terminado de comprar ¿Van a querer ir a otro lado? ¿Qué no han ido a visitar? —cuestionó con una presencia bastante indiferente, como si la verdad fuera que le daba lo mismo la elección que tomaran.

>> Oh, casi se me olvida algo.

Volvió sobre sus pasos y agarró un que otro postre cualquiera de la sección de frigoríficos. Fue hasta la cajera y pagó todo lo que correspondía.
Guardó los postres en la bolsa que le otorgaron.

Al parecer no era algo que compró para comer en el camino, pues ni siquiera miró a las chicas cuando lo compró...
¿Para qué sería, entonces?

 

Shiori Kurosawa

Cuando la voz de Hiradaira la atrajo de nuevo revisó sus propias compras y se asomó para ver las de ella. De hecho habían comprado cosas parecidas, lo que era algo gracioso. De hecho la única diferencia era la cantidad de cosas y aquel té, ¿quizás debió tomar alguno también?

Estuvo por regresar sobre sus pasos de nuevo, pero se detuvo al revisar el dinero que le quedaba. Vaya gasto, ella no era de gastarse el dinero así, pero quería creer que era por una buena razón.
Estaba en eso cuando Anna habló de nuevo.

Kuro-san.

Había olvidado la forma en que me había anotado en el trozo de papel y ahora ella, que me mostraba la pantalla de su móvil, me había agendado de la misma manera. Negó suavemente con la cabeza como respuesta, de hecho era la forma en que solían llamarla en la escuela media.

Negro, como el parque. Negro como las pesadillas., lo único que hacía retroceder las tinieblas era el fuego.

¿Una foto? Sonaba bien.

—¡Claro! —le respondió, enérgica, a su compañera. Luego escuchó a Watanabe—. Ah, ¿tu mamá también trabajó en un lugar así? Quiero decir, yo suelo hacerlo, mis padres tienen una tienda un poco más pequeña que esta.

Entrelazó sus manos tras la espalda, con el maletín de la escuela y la bolsa de las compras colgando.

—Watanabe-chan, te dije que si me acompañabas podrías elegir dónde iríamos después, ¿no? Aunque no sé si Hiradaira-san necesita ir a otro lugar.

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Shiori, kinda losing her shit: wATANABE, PUEDES NO SER TAN CREEPY? okya
Anyway, está en ustedes a dónde vamos ahora, mis niñas ♥ arrastren a mi loca donde necesiten o quieran

 

Watanabe

Elegir
Pánico
​

—... — Watanabe miró a Shiori en un silencio absoluto; su cara representaba una sorpresa casi imperceptible. Era como un rostro agotado común, solo que con los ojos más abiertos; lista para ver dónde dejo el cazador la trampa de osos. Después sonrió algo compungida.

Esa mentira iba a doler.

—Lo siento, Kurosawa-senpai —contestó lentamente, por poco y se podría decir que la voz estaba algo cortada; en verdad se veía arrepentida—. Tengo que llegar temprano a mi casa... Es una familia algo estricta... Así que, creo que me voy a tener que adelantar sola.

>> Ya sabes, por si quieren ir a pasar el rato por ahí. No sería divertido si me tienen que seguir a cumplir mis labores propios por ahí.

Después se dirigió a Hiradaira; haciéndole una pequeña reverencia le pidió disculpas.

—Tendrá que ser otro día.

Les dio una última y leve sonrisa.
C a l u r o s o

>>Adiós.

Y se marchó, como la brisa bresca en un día sofocante de calor.

 

Shiori Kurosawa

Entré al establecimiento un poco como Pedro por su casa, ni idea de por qué, observé el lugar, los productos y luego volví a las cajas para poder hablar con alguien.

—Buenas —saludé junto a una reverencia—. Vengo por el anuncio del tablón, del empleo.

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Ojo el shitty post pero ando en rant (?

 

Yule Shirai

Bueno, el tiempo que había tenido para arrepentirme se había agotado porque ya estaba frente a las puertas automáticas del supermercado cuando quise darme cuenta. Me bajé los auriculares al cuello, con la mirada perdida en las cajas de fruta y verdura de la entrada. Dudé un poco, viendo pasar a los estudiantes entre animadas charlas antes de animarme a entrar finalmente.

El sitio era pequeño, pero tenía todo lo necesario para abastecerte en un apuro. Busqué con la mirada a cualquier encargado, construyendo todo el dialogo que fuera a tener previamente en mi cabeza por la mera ansiedad que me daba, hasta que di con una figura familiar a mi lado y detuve los pasos de golpe.

¿Kurosawa... Shiori?

"Buenas. Vengo por el anuncio del tablón, del empleo"

Ah, mierda.

—...Yo también —alcé la voz en un arranque de valentía, los brazos pegados a mis costados, visiblemente tenso. Miré a la chica de soslayo, sin girar la cabeza del todo, y agregué, un tanto ruborizado—. B-Buenos días, Kurosawa-san.

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Aquí los bebos tienen la misma edad aaaaa

 

Shiori Kurosawa

No mucho después de que yo me detuviera a preguntar por el empleo escuché pasos cerca de mí, que se detuvieron de golpe y alguien, una voz conocida, se hizo oír.
Giré apenas el rostro para mirarlo, confirmando que era Shirai y... Uy, parecía realmente tenso.

Al parecer también venía por el empleo y alcé las cejas ligeramente, sorprendida de que hubiésemos pensando en el mismo empleo. Le sonreí cuando me saludó.

—Buenos días, Shirai-kun —respondí con voz suave—. ¿Te desapareciste todo el dinero como yo o solo quieres seguir ahorrando?

Pregunté con genuina curiosidad pero si no quería responderme, era libre de no hacerlo.

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SHUT UP ES CIERTO

Que aproveche que Kaito no ha respondido dise

 

Yule Shirai

Siempre sucedía lo mismo. Vale que era un manojo de nervios en general, pero esa característica se disparaba al infinito cuando tenía que tratar con alguna chica. Con varias a la vez ni te cuento. No podía evitarlo, era demasiado débil pero hacía mi esfuerzo por disimularlo. O al menos, que pareciese que eso era lo normal en mí.

Había algo en la suavidad y la calidez de su voz, sin embargo, que consiguió arrojar un poquitín de mis nervios por la borda. De hecho me había devuelto el saludo y buscado entablar conversación de manera natural, sin sentirse forzado. De modo que dejé caer lentamente los hombros, adoptando una pose un tanto más normal, y me digné a volverme hacia ella apropiadamente mientras el encargado salía de la trastienda.

Le dediqué una ligera sonrisa.

—Algo así... Hice unas compras ayer, pero me gustaría tener alguna reserva de emergencia —me acomodé los auriculares un poco mejor sobre el cuello, adecentando el uniforme con tal de tener las manos entretenidas con algo, y logré devolverle la pregunta—. ¿Qué... hay de ti? ¿Alguna compra en mente?

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Que aprovechemos el tiempo dise (??

Yule ha dicho más de una frase, atención, no es un simulacro a-

 

Shiori Kurosawa

Había siempre en el hecho de que alguien me siguiera el rollo, que se sintiera cómodo conmigo, que casi me hacía sentirme realizada. Era una cosa rara en realidad, pasaba como una inocentada si se quiere, pero era una forma de tener las cosas calculadas.

Acompasarse a los otros.

Eso no quitaba que realmente me hacía feliz que gente tímida o huraña se abriera un poquito conmigo. Toda la gente era diferente, pero yo quería pensar que podía hacer algo por cada persona y ya se lo había dicho a Hiradaira, que quería que Hanazawa fuese un hogar para todos, así que de verdad lo estaba intentando.

Shirai fue capaz de volverse hacia mí e incluso sonreírme un poco antes de responderme. Mientras lo escuchaba balanceé el maletín de la escuela de un lado a otro como un péndulo.

—¿Una reserva de emergencia? Eh~ se ve que eres organizado, eso es bueno. —En general los chicos de nuestra edad se tiraban el dinero encima sin pensar mucho en eso, como yo había hecho, vamos—. Fui al Maid Café con Hiradaira-san el otro día, compré algunas cosas también y bueno, la cosa es que ahora no tengo ni trescientos yenes.

Me rasqué las raíces del pelo con algo de nerviosismo y solté una risa algo avergonzada si se quiere.

>>Así que quiero recuperar la inversión. No creas que siempre gasto el dinero así, fue cosa de una vez.

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Pero esto qué es??? Im-
Bueno Shio, que tienes otro bebé que proteger (???

 

—Ah, bienvenidos —los recibió una señora de mediana edad, corpulenta y vestida con ropas verdes de trabajo—. Deben ser los empleados de medio tiempo, siganme...

La mujer guió a Shiori y Yule por el supermercado, y luego los dividió a cada uno por un lado. Le indicó a Shiori que se encargara de parte de frutas y verduras, mientras que Yule se encontraría en las neveras que contenían los productos refrigerados.

Shiori se encontraba en un aprieto. Tenía varias cajas y estantes vacíos frente a ella, y a su lado los varios cajones de productos que debía reponer. Pero su jefa se había marchado y no podía encontrarla... ¡y debía ponerse a trabajar cuanto antes! Pero la pregunta era, ¿cómo saber dónde poner cada producto? Quizás si lo pensaba lógicamente... sí, la mayoría de los cajones donde se colocaba la mercadería tenían una etiqueta... excepto por tres de ellos.

Tenía tres cajones (A, B, y C) para mercadería sin etiqueta, y tenía cajones con Manzanas, Tomates y Lechuga que debía reponer. Vio que el cajón A estaba rodeado de frutas, el cajón B estaba directamente a su lado, y el cajón C estaba un poco más alejado... ¿cómo los acomodaba?

>> Tomates en A, Lechuga en B, Manzanas en C

>> Manzanas en A, Tomates en B, Lechuga en C

>> Tomates en A, Manzanas en B, Lechuga en C

Yule también tenía una dificultad que superar. Estaba reponiendo los productos en una nevera de sandwiches, cuando una señora de muy avanzada edad se le acercó, ajustando sus grandes lentes redondos, con pasos temblorosos y ayudándose con un bastón.

—Disculpa querido, estoy dando vueltas alrededor de este lugar hace mucho tiempo y no logro encontrar lo que busco —dijo la señora mayor—. Este cuerpo ya no es lo que era, y estoy con mucha fatiga en estos días... ¿sabes qué medicamento puedo encontrar en este lugar para mi?

>> Debería comprar Té Ecológico.

>> Debería comprar Té Oolong.

>> Debería comprar Té Relajante.

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Esencialmente lo mismo que le dije a Gigi en el Maid Café; respondan con la mejor opción a sus problemas para obtener mejores beneficios ;)

 

Diane Yamaguchi

Llegué lo más rápido que pude, preguntando a un anciano que encontré dónde se encontraba el supermercado. Había poca gente, lo cual era una buena noticia para mí: debía suponer, pues, que aún habría alguna vacante para el trabajo, ¿no? Busqué a un encargado, dispuesta a ofrecerme para trabajar. No tardé en localizar a una señora algo mayor, con una especie de uniforme verde.

—Disculpe —llamé su atención—. Me llamo Diane Yamaguchi. He visto en el tablón de anuncios que buscan personal para reposición y organización en este supermercado. Si no es ningún inconveniente, me gustaría aceptar el encargo.

Esperaba que mi presentación hubiera causado buena impresión y pudiera contratarme... Aún no conocía a la gente del pueblo, pero esta sería una buena forma de empezar a integrarme.

 

Yule Shirai

Ensanché apenas la sonrisa con algo de gracia al saber que se había dejado llevar un poco con las compras. ¿Había ido con Hiradaira-san? Ambas parecían bastante amables y fáciles de tratar, comprendía que se llevasen bien tan rápido. No pude evitar sentir un poco de envidia.

El intercambio tuvo que finalizar con la llegada de la señora de la tienda, y volví a adquirir una postura algo forzada, cautelosa, por eso de dar buena impresión y no meter la pata a la mínima de cambio. Intercambié miradas con Shiori cuando nos pidió que la siguiera y le deseé suerte en un murmullo antes de dirigirme hacia la zona de refrigerados.

Mi puesto tenía la tarea de reponer productos en las neveras. No sonaba especialmente difícil, y pude respirar con algo más de tranquilidad cuando me dejó solo con las cajas de comida. Solía desenvolverme mejor por mi cuenta, cuando no sentía que me juzgaban con la mirada. Así pues metí los auriculares en mi mochila para que no me molestasen y comencé a abrir las cajas una por una, apilando los alimentos de poco en poco. Algunos clientes iban y venían, pero una mujer de avanzada edad captó mi atención por completo.

¿Me... estaba hablando a mí? Dejé lo que estaba haciendo, con las manos ocupadas, y miré a ambos lados para cerciorarme de que efectivamente había decidido pedirme ayuda a mí. Todo parecía indicarlo.

—Oh... —parpadeé, y escuché con atención su pregunta a pesar de no confiar en brindarle lo que buscaba. Al parecer necesitaba algo para aliviar el dolor muscular, y si dejaba de lado los medicamentos recetados el té efectivamente era el mejor remedio natural. Recargué el peso de mi cuerpo en una de mis piernas, apoyando los envases contra mi pecho mientras reflexionaba en silencio—. ...En su caso lo más recomendable sería escoger un té relajante. Un té de pasiflora, de romero o una manzanilla son de las mejores infusiones para reducir y aliviar el dolor muscular, o cualquier clase de contractura que tenga. Si mi memoria no me falla, debería encontrarlos por allí.

Hice un esfuerzo por cargarlo todo con un brazo a duras penas y señalé una estantería al fondo. Me di cuenta tarde de que debería poner mejor cara a los clientes, y le dirigí una pequeña sonrisa.

 

Shiori Kurosawa

No pudimos conversar mucho más en realidad porque la encargada apareció para guiarnos por el supermercado y darnos indicaciones diferentes a cada uno, por supuesto. Vi a Shirai tensarse de nuevo y yo bueno, le a una sonrisa cuando intercambió miradas conmigo.
No hice más que seguir a la señora con pasos tranquilos, escuchando con cuidado la tarea que iba a asignarme.

—Buena suerte, Shirai-kun~ —dije también para luego acudir a la sección que me había asignado la encargada.

Pronto tuve un problema y es que tenía que colocar la mercadería, pero los lugares no estaban todos etiquetados.

Oh, vamos.

Un poco de orden no es tan difícil, Hanazawa.

Suspiré con cierta pesadez mientras repasaba con la vista la mercadería, los espacios vacíos y los productos circundantes.

Vale, al menos en la tienda de papá y mamá las cosas se agrupaban según su clase.

Tomé las manzanas entonces, las acomodé cerca de las frutas, luego los tomates inmediatamente después y más allá, siendo la categoría más diferente, la lechuga. Si venía la encargada a decirme que pusiera la lechuga entre las frutas iba a cuestionar el juicio de todos en el pueblo, eso sí.

>> Manzanas en A, Tomates en B, Lechuga en C

 

La mujer asintió y se dirigió a la sección que Yule le había indicado. Llevó el té relajante... y la encargada asintió, asegurando a la señora que ese producto era lo que buscaba. ¡Había hecho un buen trabajo!

Al rato, terminó con su trabajo, y la jornada terminó. Se acercó a la mujer que le había dado el empleo para reportar que ya había terminado.

—Ah, buen trabajo —le dijo la encargada al finalizar la jornada—. Aquí tu paga...

Recibió el dinero y... vaya, ¡incluso había un pequeño bono extra! Se ve que había hecho un buen trabajo...

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¡Jornada completa!
Recibes:
+1200 Yen
+20 Exp
+200 Yen de propina

Shiori se puso a acomodar la mercadería en los puestos que había decidido le correspondían. Notó que la encargada la miraba... y le dio un pulgar en alto, como una señal de que todo estaba en orden. ¡Había hecho un buen trabajo!

Al rato, terminó con su trabajo, y la jornada terminó. Se acercó a la mujer que le había dado el empleo para reportar que ya había terminado.

—Ah, buen trabajo —le dijo la encargada al finalizar la jornada—. Aquí tu paga...

Recibió el dinero y... vaya, ¡incluso había un pequeño bono extra! Se ve que había hecho un buen trabajo...

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¡Jornada completa!
Recibes:
+1200 Yen
+20 Exp
+200 Yen de propina

 

—Buenas tardes, Yamaguchi-san —la recibió la encargada—. Sí, sígueme por favor...

La mujer guió a Diane a través del supermercado hasta llegar al sector de comida rápida. Allí había bentos, sopas instantáneas, incluso tazones de ramen instantáneos. Toda comida práctica para llevar. En el suelo había unas cajas con más productos de ese estilo, el cual Diane debía reponer en las góndolas. Había varios estantes vacíos... iba a llevar un buen tiempo, pero al menos era sencillo de hacer.

Había pasado un tiempo haciendo su labor cuando un hombre se le acercó. Debía tener unos treinta o cuarenta años, y lucía cansado, con pronunciadas ojeras bajo sus ojos. Se dirigió a ella con voz cansina.

—Disculpa, joven, una consulta —dijo el hombre—. ¿Tiene algo que pueda calentar y directamente comer allí afuera?

Hm, era una pregunta un tanto complicada... sabía que el supermercado tenía un microondas, pero no creía que se pudiese calentar cualquier cosa aquí. Creía que la encargada le había dicho algo que no tuviese mucho olor... entonces, ¿qué debería sugerirle al hombre?

>> Sopa.

>> Ramen.

>> Bento.