Sonrisa (NejiTen)

Bueno estaba aburrida y se me ocurrió "un NejiTen siiii!" así que aquí estoy ^^
espero que les guste y que puedan darme sus críticas! :)

Un bostezo se le escapó de los labios.

El día estaba hermoso, el sol brillaba como de costumbre, el viento estaba fresco y las flores comenzaban a florecer, haciendo entender que la primavera había llegado.
El pasto se sentía suave y húmedo. Estaba apoyada en un gran árbol observando pasar las nubes.

Estaba cansada, había entrenado toda la mañana y merecía descansar un momento. Estiró un poco los brazos y soltó otro bostezo. El viento golpeaba con fuerza su pelo café tomado en dos tomates. Volvió a subir su mirada hacia el cielo, azul y despejado. Cerró sus ojos por un par de segundos y los volvió a abrir para observarlos.

No había duda, pasar una mañana con ellos era divertido, los estimaba y quería, después de todo, era su equipo. Aquel hombre alto, de pelo cortado en forma de tazón y su esbelto cuerpo llamaban bastante la atención de los demás. Sin duda tenerlo a él como profesor era algo gracioso, en especial cuando comenzaba a realizar desafíos para demostrar su juventud, eso sí era divertido.

Movió su mirada un poco más a la derecha, y ahí estaba uno de sus compañeros. Igual de ridículo y divertido que su profesor, el mismo peinado de tazón y el mismo traje verde apretado que lo hacía ver aún más gracioso. Le daba patadas a un tronco con fuerza; nunca cambiaría, se pasaba todo el día entrenando y no le interesaba descansar en lo más mínimo. Él y el profesor eran igualitos, se preguntaba si ellos no serían parientes lejanos o algo por el estilo.

Siguió observando con lentitud el pasto, los árboles y el cielo. Su mirada atravesó todo el lugar hasta llegar a aquel lugar donde se encontraba, hasta llegar a él. Sentado debajo de un árbol, con su pelo café oscuro tomado casi al final de la cola que le llegaba casi a la cintura y aquellos ojos color perla tan ansiados por ella. Su piel blanca y suave y su cuerpo esbelto y hermoso.

Era inevitable para ella no mirarlo, no observarlo, no fijarse en él. Ya estaba demasiado interesada en él como para hacer como si no le importara. Sabía que fijarse en él no era lo mejor que podía hacer. Había muchas chicas de la aldea interesadas en él, el famoso Hyuuga Neji, uno de los chicos más atractivos de la aldea. Había escuchado que muchas chicas se le habían declarado, pero él no aceptaba a ninguna, ni siquiera a las más guapas. Era por esto que ella no se atrevía a contarle a él todo lo que sentía, no era que se sintiera menos ni nada por el estilo, era que le daba miedo.

Por un algún motivo sentía que tenía ventaja sobre las demás, ella compartía días de entrenamientos enteros con él, misiones donde siempre estaban en riegos y se ayudaban y salvaban el uno al otro.

Realmente le agradaba pensar en él, le agradaba sentir cosas por él. Y sabía que en el fondo de su corazón él, aunque sea un poco, tenía estima por ella. Él se preocupaba por ella, siempre la ayudaba cuando estaba en aprietos, siempre, por alguna extraña razón, estaba al lado de ella.

Se quedó observándolo fijamente hasta que, de un momento a otro, el levanto su vista. Sus miradas se cruzaron por unos minutos, él la miró fijamente sin quitarle la vista de encima. Tenten sentía como se ruborizaba, esto no solía suceder. No se le ocurrió ninguna palabra para romper el silencio así que solo soltó una sonrisa y, él al darse cuenta de este gesto, se la devolvió.

Una sonrisa de Neji, eso era todo lo que a ella le hacía feliz, un gesto que poca veces se veía en él.

El chico Hyuuga se paró del pasto y se dirigió hasta ella. Lo había hecho sonreír, eso era lo mejor que podía haberle pasado. Él se acercó y le extendió la mano, Tenten subió la mirada y lo observó atentamente esperando a que dijera algo.

—Sigamos con el entrenamiento.— Dijo aún con aquella sonrisa que la volvía loca en su cara.

—Está bien, continuemos.— respondió mientras le daba la mano y se ponía en pie.

Tomarle la mano la hacía sentirse aún mejor. Era cálida y suave, como siempre lo imaginó. Se dispuso a caminar para comenzar con el entrenamiento nuevamente. Algún día tendría valor e iría a decirle todo lo que sentía por él.

Por ahora se conformaba con su sonrisa.