Drabble de Pokémon - Sin saber [Cookieshipping]

Sin saber [Cookieshipping]​

Movía las caderas de un lado a otro al caminar, pero eso no impedía que volteara a ver a las personas con una sonrisa de vanidad al momento que estiraba su mano en un exagerado gesto para que todos observaran el anillo carísimo de temporada que había adquirido.

En aquel tiempo era la envidia de todas las muchachillas estúpidas de Ciudad Portual. ¡Cómo no! Si el gran Harley traía el último anillo de colección de verano más caro en la historia de esa marca reconocida, ese que había sido diseñado por una mujer que, lamentablemente, murió hace unos meses.

Harley disfrutaba enormemente aquello y sus azulados ojos, resplandeciendo de arrogancia, lo confirmaban.

— ¡Muéranse de rabia, perras! —dijo en voz alta, pasando por el puente que llevaba al puerto de la ciudad; las mujeres se cubrieron la boca con las manos en un grito de ofensa, y él sólo les guiñó el ojo.

Sí, el coordinador disfrutaba eso: Molestar, ser envidiado y ganar. ¡Eran sus mandamientos!

Sin embargo, aunque toda esa situación alimentaba su ego profundamente, había días, en los que esas chicas rubias se teñían mágicamente el cabello a castaño y cuando, en una larga borrachera, sus mejores rivales de esa ciudad pasaban a llamarse May. Eso lo enfadaba.

¿Por qué tenía que pensar en la chica tent? Bufó al sentir el agua mojar sus pies.

—¡Déjame en paz, May! —gritó con fuerza. Porque él sabía, que había días en los que se le olvidaba que ella no estaba ahí, y, aunque se distrajera, ella regresaría furtivamente a su mente.

¡Eso lo frustraba! Porque él no estaba enamorado de May, no le gustaba para nada esa chiquilla llorona y sin estilo. Quizás extrañaba pelear con ella, hacerle malas jugadas y verla sonrojarse por la furia y con los ojos llenos de lágrimas.

¡Pero no significaba que la amara! O que de pronto oliera su perfume en otras chicas y una ligera sonrisa le aflorara en su bello rostro.

Sólo…la extrañaba.

Se acomodó los lentes de sol y volvió a caminar de regreso a la ciudad. Ese día tendría una nueva fiesta en un bar, y tal vez., sólo tal vez, podría encontrar a alguna castaña con la cual bailar.

Puede que, aunque no quisiera, después de varias copas comenzara a llamarla May y de pronto, podrían terminar besándose en la calle.

Claro que, eso no significaba nada.