Shikamaru & Temari

A lo largo podía ver él a una niña parada, con sus dos puños apretados en señal de impotencia, lloraba, se sentía sola.
Se acerco a ella, adentrándose más al bosque.
-- ¿Quién eres? –Dijo aquel niño curioso – Te perdiste ¿verdad?
La niña alzó su vista, veía a un niño con una coleta amarrando su pelo marrón, ella secó sus lágrimas rápidamente.
-- Lo siento no hablo con extraños – rechazándolo le dio la espalda y empezó a caminar a otra dirección
Él se enojo y dijo:
-- No seas problemática –La siguió y la agarro de la mano – el camino es por aquí
-- Ya te dije que no hablo con extraños así que ahora mismo me sueltas –Refuto moviendo su delgado brazo
-- Soy Nara Shikamaru, este es el bosque de mi familia – explico mientras se ponía delante de ella para poder verla y notó que aún salían lagrimas de sus ojos azules– Ahora no soy un extraño ¿verdad?
Ella sonrió y Shikamaru también, comenzó a sentir algo raro dentro de él.
-- No te burles de mí – dijo molesta malinterpretando su sonrisa. Era por eso que no quería que la vieran llorar, se sentía tonta cuando alguien se burlaba de su dolor.
-- No... No, no – dijo moviendo sus manos – No era eso – negaba apenado.
Volvió a sonreír, era cierto, él no se burlaba de ella, se sentía más tranquila.
-- Soy Temari… Sabaku No Temari, hija del Kazekage
Él no podía evitar responder a su sonrisa, con otra sonrisa… Empezaba a sentir algo raro, algo que nunca había sentido y por lo tanto no sabía cómo explicar
-- Te llevaré de vuelta Temari, no te preocupes, estarás a salvo conmigo –La tomo de la mano, esta vez con permiso de ella y agregó: -- Dime, ¿En dónde te estás quedando?
-- En una cabaña pequeña, ahí están mi abuelita y mi hermano, Kankuro
-- ¡Ah! Si se donde queda, debemos ir por aquí-- Indico con su brazo libre – ¿Y cómo llegaste a este Bosque?
-- Mi abuelita nos dijo que La Aldea de la Arena estaba en guerra con el País del Fuego – explicó algo triste – tuvimos que dejar nuestra casa y venir aquí a refugiarnos, no me gusta mucho el bosque.
Shikamaru miraba a Temari asombrado, a pesar de ser tan pequeña como él, sabía cómo se encontraba su aldea, las niñas de su edad que conocía solo pensaban en jugar con muñecas.
-- ¡Yo adoro el bosque! – Exclamó – Te enseñaré lo divertido que es.
-- ¿Cómo es que te gusta tanto? No hay mucho por hacer – negaba incrédula.
-- Claro que sí, aquí puedo dormir todo lo que quiera, puedo pensar todo lo que quiera y lo mejor de todo es que puedo relajarme oyendo la naturaleza.
-- Eso suena aburrido – se quejo poniendo una cara de angustia.
-- Bueno ahora que estás tú podemos hacer otras cosas – pensó y dijo: -- Podemos jugar con tu hermano también, te vendré a visitar para que no aburras

Cuando llegaron, su abuela y Kankuro habían estado preocupados por ella, agradecieron al Nara por traerla a la cabaña. Ya había oscurecido y la abuela de Temari creía inoportuno dejar que Shikamaru cruce el bosque solo.
-- Shikamaru quédate con nosotros está noche—Ofreció la anciana
Pensó en como estarían sus padres si no aparecía pero despreocupadamente acepto.
-- ¡Shikamaru ven! – Llamó Temari –mi abuelita duerme con Kankuro porque él llora si no esta ella.
Él se dirigió a ella y le dijo:
-- Entonces…
--…Serás Ryu –Lo interrumpió -- mi oso de peluche que perdí en el bosque –y alzó sus brazos en señal de un abrazo.
Los días fueron pasando, Temari, Kankuro y Shikamaru jugaban juntos, cada vez Temari iba siendo más especial para el Nara, algo especial que él no podía explicar.

Hasta que llegó el final de la guerra y los Sabaku No tuvieron que regresar a su hogar, aunque se sentían felices donde se encontraban ahora.
-- No quiero que te vayas Temari – Shikamaru la tomo de sus dos manos—Quédate en Konoha
-- No estés triste – sonrió ella – Ni que fuera la última vez que nos veamos
-- Esque yo…
--… Te prometo que no será la última vez que nos veamos – lo animaba
-- Esque yo... – Miraba sus ojos azules y sentía que se quedaba mudo, sin palabras, sin saber como explicar sus sentimientos
-- ¿Tú…? – preguntaba curiosa
-- Volverás ¿cierto? – Dudó y la abrazo, ambos enrojecieron rápidamente – Te lo diré cuando regreses – Dicho esto, hecho a correr y grito: -- ¡Voy a esperarte!
-- Shikamaru – Susurró ella

 

Primero quiero agradecer a mi sensei Tzii :)
Espero que les guste aqui va la segunda parte, ya saben que toda opinión o crítica constructiva cuenta :D

Capítulo II

Pasaron los años y Shikamaru no la había vuelto a ver hasta los exámenes Chunnin. Él no la había reconocido, ella tampoco.
Él por su lado, al pasar dos años y no saber nada, ocupó su infancia olvidándose de ella, se había dado por vencido. No quería sentir más esa angustia e impotencia de no poder verla. Creyó que nunca más la volvería a ver y que sería un fracaso seguir con este sentimiento, pero ¿Cómo sacársela de la cabeza?
—“Ino Yamanaka” — pensó, la niña de pelo rubio como el de Temari, aunque sentía que no podía compararse, el de Temari llevaba un toque único por el sol ardiente de Sunna.

Para su suerte, Ino formaba parte del equipo cinco pero ella sólo miraba y admiraba a Sasuke; Y no sólo eso, recordaba que en una conversación que había tenido con Chouji hace algún tiempo pudo darse cuenta de algo más....
“—Hey Shikamaru—llamó Chouji—nunca puedo terminar de agradecerte cada vez que me apoyas
—No te preocupes Chouji—decía con su voz relajada—somos amigos desde aquella vez
—Jaja sí—sonreía Chouji al recordar con un pequeño cuadro mental aquella vez en la que todos se quejaban cuando jugaban a las escondidas con él; luego con una voz algo triste—oye… me dijeron que llevaste a Ino al puesto de Ramen
Shikamaru vio como su amigo cambiaba su cara de felicidad por una de angustia y para tranquilizarlo dijo:
—Ella estaba esperando a Sasuke— mintió—yo sólo quería comer”
Para no hacerse más bolas en su vida, se olvidó de las mujeres, “todas complicadas” decía él.

En la vida de Temari, había sido algo más duro, perdió a su madre y había cerrado su corazón en los preparamientos especiales que recibía con sus hermanos por parte de Baki. Ser un ninja era primero y ¿enamorarse? Para ella era estúpido.

Ya en los exámenes Chunnin, después de que Kankuro se rindiera antes de dar su encuentro, seguía ella, ansiosa, no podía esperar para acabar con su contrincante. Agitó su abanico rudamente y se dirigió a la arena de combate llamándo la atención de todos.
Aquel ninja encargado del encuentro no pudo evitar decirle:
—Eres muy ansiosa ¿cierto? — Ella, acompañada de su orgullo, se limitó a responder—Bien vamos a empezar el siguiente encuentro—alzando la voz gritó: —¡Shikamaru Nara ven acá!
— “¿Shikamaru? ¿Nara?”—se preguntó sintiendo algo extraño dentro de ella—“un ninja no demuestra emociones en combate” —y con esto decidió olvidarse de aquel extraño sentimiento.
Su fastidiado oponente pensó en retirarse cuando el rubio ruidoso lo empuja haciéndolo caer y verse como un tonto. Todos empezaron a tirarle comida y él sólo pensó: “Naruto eres un idiota”
Temari se burlaba para sus adentro, veía como ganaría la batalla, esto sería fácil.
— ¿Qué pasa? ¿Planeas rendirte tú también? —bufó ella con una media sonrisa de burla
Él sólo pensaba en lo problemático que iba a ser pelear contra una niña de nuevo.
Van pasando los minutos, Shikamaru no logra alcanzarla y ella aprovecho en marcar la distancia máxima de la sombra, se burló de él, no podía caer en su tonto jutsu. Ella se sentía como si lo supiese todo, pensaba en tomar en cuenta solo el tiempo del encuentro, pues si más duraba, más sombra habría y ya tenía su último ataque, se sentía la ganadora y no podía estar más equivocada. Sin darse cuenta, el Nara la atrapa y le explica con la paciencia del mundo lo que no vio, aquel agujero, aquella sombra subterránea.
Tonta, eso le hacía sentir y más aún, cuando decide rendirse. Su orgullo no podía estar más humillado y todo por ese idiota. Por eso decidió seguirlo, lo iba a volver a retar y asegurarse de que no fue suerte.

Shikamaru paró en un bosque y se recostó tranquilamente.
— ¡Hey tú! —llamó Temari molesta a ese vago chico con el que acaba de competir—No pienso quedarme tranquila después de lo que paso.
Shikamaru la mira de reojo y con una cara de fastidio le dice:
— ¡tsk! —Acaba de interrumpir sus horas de sueño— Tú ganaste mujer
Sabía que esa chica, no lo dejaría en paz hasta que acepte así que se puso de pie con pereza y seguido de un bostezo se fue más adentro del bosque.
— ¡Vago cobarde no huyas!—le gritaba enojada y al no escuchar respuesta decidió seguirlo de nuevo. — ¡No sé a dónde te dirijas pero no me iré a Sunna hasta que te encuentre!
Lo siguió dentro de ese denso bosque, estaba molesta pero lo alcanzó en unos minutos, él se encontraba parado viendo una vieja casa de madera que parecía no ser usada desde hace años.
Al acercarse a él, Temari notó que llevaba una cara triste y algo nostálgica.
—No voy a esperar a que termines de llorar como un idiota ¡Pelea!

 

Yeeeh después de días o semanas de abandonar mis fanfic :( Regrese fuera de vicios y les presento el tercer capitulo, toda crítica cuenta así que por favor dejenla *-*



Temari se encontraba parada en la rama de un árbol y observaba el lugar de batalla, era de espacio cerrado, un bosque denso de árboles altos donde empezaba a correr un viento fuerte, el cielo se tornaba de un tono celeste oscuro a uno con manchas anaranjadas y rojizas, aquel tipo de ambiente sólo hacía que la pereza del ninja aumentará y esto requería un gran esfuerzo de su parte. Los ojos de la kunoichi se giraron a la vieja casa.

—Será una pena destruir la casa—masculló con una sonrisa burlona en el rostro
Las cejas de Shikamaru se fruncieron

—¡Tsk! ¿Quién mierda te crees? —dijo el moreno un poco aburrido de la estúpida pelea.
La kunoichi tomó lo que dijo como un insulto y con algo de enojo combinado con su orgullo expresó:

—Soy Sabaku No Temari, hija del Kazekage ¡idiota!

Tan pronto lo escuchó, cambio su ceño fruncido por un gesto en el cual llevaba unos ojos sorpresivos, aquella frase le resultaba familiar. No le había tomado importancia el escuchar su nombre en la batalla, pero ahora se sentía idiota de alguna manera. Su vaga mente se lleno de recuerdos y su favorito era una imagen: una niña rubia de coletas sonriéndole. Lo hiso sentirse de ese sentimiento confuso, uno en el que se mezclaba la sorpresa y nostalgia.

—¿Sorprendido? —preguntó con sus aires al ver como empalidecía el rostro del ninja.
Claro, ella era una kunoichi respetada en su aldea considerada una de las mejores pues se había dedicado con ahínco en su entrenamiento muchos años.

—Ahora sin más rodeos—dirigiéndose a él agarró su abanico ágilmente y con un ataque sentenció:—¡Pelea!
A pesar de estar en shock, pudo esquivar los ataques refugiándose detrás de un árbol, aún se sentía de esa manera dolida y feliz. Flojeando, se sentó lentamente, cerró los ojos y pensó.

Se encontraba confuso y con la cabeza de esa forma no podía concentrarse en la batalla.

“Si eres la Temari que conocí me pregunto si te acordarás de mí, aunque me parece casi imposible” pensó por unos momentos el moreno.
Hasta que la voz de la problemática lo interrumpió haciéndolo abrir los ojos.

—¡¿Dónde estás maldito vago?! —gritaba eufórica la rubia

“Sólo lo sabré de una forma” pensó con algo de nervios y angustia, quizá la respuesta sería no, se levantó y salió de su escondite dejándose ver por Temari, acto seguido realizó su posesión de sombras aprovechando que ya casi era totalmente de noche.

—Arrg, claro ¿Cómo no pude darme cuenta del cielo? —se quejaba para sí misma

—Estás tan concentrada en tu venganza que olvidaste tu parte estratégica—masculló con la típica pereza que utilizaba cuando debía explicar algo—Al parecer gané de nuevo

Cuando terminó de pronunciar estas palabras tan relajadamente, la kunoichi se sintió tan impotente y tonta, para él había sido tan fácil esta batalla que no había durado más de 10 minutos, ahora no podía moverse y se encontraba en la misma posición que él: parado con los brazos relajados.

—Debiste darte cuenta que esta es mi área y quieras o no estará a mi favor

“¿Acaso trata de hacerme sentir como una estúpida rubia? “se preguntaba para sus adentros y de forma tajante lo trató de callar—¡Deja de sermonearme vago! Sé perfectamente mis errores pero para mí esto no ha acabado aún

—Problemática—dijo con algo de nostalgia que ella notó—no dejas de llamarme vago— y luego la miró directamente a los ojos—yo soy Nara Shikamaru


¿Ahora le tocaba a ella sentir ese raro sentimiento? Quizá ni siquiera se le haga familiar.

 

Gracias a Kaname y todas por sus críticas constructivas, siento que voy mejorando :) ¡Feliz Año Nuevo!


La llegada de la noche fue fría, podía oírse uno que otro pájaro acompañado del sonido de árboles frondosos que movían sus ramas. El ambiente se tornó más tenso para Shikamaru, solía tomarse las cosas con calma y ahora era consumido por las ansias de su respuesta, pero aún así trataba de mostrarse relajado. Mientras que en Temari, él sólo pudo notar un ligero abrimiento de ojos que desapareció después de parpadear, Baki le había enseñado con dureza controlar sus emociones.

Ninguno de los dos dijo algo, pero ambos por dentro no eran normales, en otras palabras, ambos no tenían una estabilidad emocional. La chica con coletas llegó a sentir una especie de cariño que se decidía ignorar.

“Nara Shikamaru…” sonaba dentro de su cabeza y sentía como si hubiera un recuerdo estancado en su memoria que no podía ver “¿Acaso espera que me distraiga?” su orgullosa mente no le permitió ver más allá de lo evidente y esbozó una media sonrisa de ironía.

—¿Y eso qué?— Preguntó con sorna— ¿Es un nombre especial?
Shikamaru abrió los ojos como si hubiese sido golpeado, tragó saliva y desvió la mirada a un costado, verla directamente le hería más.

“Definitivamente es un no ¿verdad?” Pensaba mientras aguantaba el dolor dentro de él, tapando con un gesto de aburrimiento su malestar.
Para ella fue notorio, no podía engañarla y de alguna manera su mente le prestaba importancia. No quería hacerlo ¿Porqué tendría que hacerlo? Era solo un chico vago que acababa de conocer.

—¡Temari!— Se oyó una voz que gritaba a todo pulmón.

El Nara decidió dejar de gastar chakra así que la liberó de su sombra, después giraron la vista en la oscura sombra que se veía a lo largo.

Mientras más se acercaba, más evidente era el sonido de su respiración agitada.

—Oye, Vago de Nara— llamó la rubia algo fastidiada cuando colocaba el abanico sobre su espalda, lo miró de frente y sin importarle tanto que él mirara en otra dirección, trató de ser algo amigable— la próxima te venceré— y sonrió.

El moreno subió la mirada y vio su sonrisa, aquella que anestesiaba la mente del ninja, lo hiso recordar porque se había enamorado de ella, podía tener respuestas tajantes y frías, ser orgullosa y muy problemática, pero con su sonrisa delata que hasta la persona más fría podía tener un lado dulce. Hiso que no le importará que no lo recordará, por la calidez de su sonrisa no iba a rendirse.

La voz volvió a sonar, está vez más cerca de ellos y pudo darse cuenta de quién se trataba.

—Sakura ¿Qué haces aquí?— Le cuestionó Shikamaru mientras se acercaba a ella, estaba sorprendido, no cualquiera entraba en el bosque Nara y más aún, uno podía perderse fácilmente en un lugar donde todos los árboles parecían idénticos y llevaban caminos similares.

Al verla más cerca, observó que la peli rosa tenía manchas en su ropa, agotada y sucia tenía aspecto de haber estado en el bosque desde hace horas por lo que ignoró la pregunta de Shikamaru y se dirigió a la kunoichi de la arena.

—Temari-san, la Hokage me envió a buscarla— dijo jadeando y luego tomó una bocanada de aire para recomponerse— sus hermanos la están buscando, dicen que es urgente.

Ya eran probablemente las siete y aquel aviso de emergencia habría sido enviado quizá hace una hora y media por lo que Shikamaru, quién era su guía, tomó un atajo. Saltaron los árboles rápidamente, teniendo siempre en cuenta a Sakura ya que se le veía débil y quién de vez en cuando tosía fuertemente.

—Es mi idea o… ¿Soy la única que tiene mucho frío?— habló delicadamente. Shikamaru se encontraba delante de ellas por lo que no pudo ver cuando Sakura cayó al suelo como si fuese una hoja más del bosque.

Fue Temari quien vio como descendía la kunoichi de la hoja y como acto reflejo apresuró sus saltos para atraparla; al moreno le pareció raro no oír sus pasos así que se detuvo, dio la vuelta y observó como Sakura era suavemente recostada en el césped.

—Mira su tobillo izquierdo—informó la rubia señalando con un dedo, el Nara rápidamente se agacho a ver, con esta oscuridad sería complicado— esta envenenado, sin luz no pudimos ver bien esa mancha azuleja, creí que era suciedad pero se ha extendido más.

—Mendokuse…— Se quejó frunciendo las cejas y sobando su mano en su cuello— ese es uno de los tres venenos más potentes del clan Nara.

—¿El Hospital está muy lejos?— Preguntó levantando la vista.

—Está a media hora de aquí— señaló mientras se paraba— No podemos perder más tiempo, este veneno hace efecto en una hora— explicó con una seriedad que hiso sorprender a Temari, este vago sabía algo— no sabemos cuánto tiempo ha llevado esa mancha pero a juzgar de su estado— hiso una pausa para calcular, luego su cara cambió a un gesto de molestia— más de 40 minutos.

—No llegaremos al maldito hospital— se frustró Temari con sus dos cejas molestas, no era de preocuparse por un desconocido, pero esta chica había sido muy amable con ella y además, no le gustaba sentirse inútil— ¿Tú no sabes sobre medicina?

Él negó con la cabeza.

—Pero mi madre sí— habló para recuperar la esperanza de que su compañera no se moriría. Si Sakura era la persona que más quería Naruto, se comenzaba a preguntar que le haría él cuando se enterará que un vago como él…

—¡Pero qué vago eres!— exclamó la rubia con fastidio interrumpiendo los pensamientos de Shikamaru— ayúdame a parar a Sakura— ordenó cuando pasaba su mano a la cintura de la peli rosa para tratar de incorporarla.

—¡Tsk! Problemática la cargaré yo— trató de tranquilizar a su acompañante.

Los cincos minutos pasaron lentamente para esos que renegaban del uno al otro, pero podría decirse que en realidad Shikamaru disfrutaba estar a su lado, trataba de ver su personalidad, le parecía curioso estar al lado de una versión más grande de la Temari que conoció. Pararon en una casa blanca de dos pisos que estaba hecha de madera y que tenía un aspecto acogedor gracias al tejado azul. Entraron por el patio, donde Temari pudo observar un pequeño árbol al lado de una pequeña laguna, menos que eso, era como un gran charco de agua rodeado de piedras a un rincón del patio rodeado de arbustos. Ella idealizó una familia perfectamente viviendo ahí, luego se imaginó a ella viviendo ahí con su familia… una familia, sentía que eso le hacía falta. Nunca había tenido una madre con ella para que le explique todos esos cambios que uno vive en la adolescencia, que sea como una modelo de mujer, una mujer con quién hablar, eso ella nunca lo conoció.

—¡Yoshino! — Alertó el moreno—¡Shikaku!

Una mujer vestida de rojo y con un delantal blanco salió al pasadizo que daba al patio, en un primer momento sus cejas y boca estaban inclinadas en señal de enojo, al parecer porque no se le permitía a la autoridad que se le levante la voz pero cuando se dio cuenta de la herida, su rostro cambió a una cara de preocupación.

—Lleva a Sakura a la habitación de Enfermería, ¡rápido!— Ordenó la señora, tan sólo con fijarse de la mancha pudo saber que era lo que le pasaba.

Todos se dirigieron a esa habitación, al entrar la kunoichi de la arena pudo sentir una calidez única, una calidez de familia, se sentía como si fuese su familia pero no lo era ¿verdad? Sus sueños que tuvo alguna vez fueron reemplazados por el ser una kunoichi de elite.

Cuando recostaron a Sakura en la camilla, Yoshino pidió que la dejen sola pues iba a necesitar mucha concentración y sería mejor que esperaran en la sala.

 

Aquí esta la continuación de mi fic, espero que no sea muy corta. ¡Ya saben cualquier crítica constructiva es bienvenida! :D


Y ahí estaban esos dos, Shikamaru estuvo relajadamente incómodo sentado en el sofá, al frente de la rubia, quien al parecer también se había hundido en sus pensamientos, ¿Pensamientos sobre si estará bien Sakura? No, pensamientos que una vez pasaron por su mente, todo resumido en una sola palabra; “familia”.

Estar dentro de esta casa le ocasionaba el sentimiento de haber estado allí y tener recuerdos, pero había algo que no le permitía recordar.

Shikamaru la observó y comenzó con su cabello rubio hecho cuatro coletas que le quedaban tan bien, su rostro que era un conjunto perfecto de sus cejas rubias, sus ojos azules verdosos algo tristes que llevaban un brillo hecho por la luz, sus labios rosados y unos pómulos que seguramente este ninja mataría por verlos ruborizados. Luego fue bajando a sus…

—¿Qué es lo que estás viendo? —Shikamaru levantó la vista y vio que ella estaba ahí, enfrente suyo y a punto de sacarle el alma— ¡Eres un vago pervertido! —gritó tan fuerte que de seguro Yoshino los había escuchado.

—No, no —vacilaba al hablar mientras se ruborizaba— Yo sólo…

Sonaron unas llaves y se abrió la puerta de la casa. Apareció un hombre moreno y fuerte, con algún tipo de chaleco verde, definitivamente se podría decir que Shikamaru salió al padre, sólo se diferenciaban en la cara pues el padre llevaba dos largas marcas.

—¡Cariño estoy casa! —gritó el señor con alegría— ¡Espero que no te enojes conmigo!

“Mendokuse lo que faltaba” se lamentaba Shikamaru al ver a su padre ebrio y evitó girar sus ojos donde estaba Temari, no quería ver qué cara pondría al ver esta escena, seguro creería que eran una familia disfuncional. Se sentía avergonzado y trataba de no ruborizarse.

—Supongo que de tal padre tal astilla —se burló Temari mientras dirigía su mirada a Shikamaru.

—¿Pero quién es esta belleza? —El padre se acercó donde se encontraba Temari y sonrió de oreja a oreja.

— ¡Quién lo diría! Mi vago hijo pudo conseguirse una bella chica.

Esto sí que era embarazoso para el ninja, en su mente se preguntaba cómo iba a volver a ver a Temari después de tal escenita que armó su padre, tan sólo con ver su cara podía saber que tan incómoda se encontraba. Iba a pararlo de una vez.

—Temari no…

—¿Temari? —Interrumpió el padre confundido y luego volvió a sonreir ampliamente— Aún recuerdo cuando eras una niña —se sentó al costado de su hijo y este abrió los ojos al darse cuenta que su padre también la recordaba ¿Y cómo no hacerlo?— Cada vez que venías tan entusiasmada y llamabas a Yoshino…

—Papá debes estar mal de la cabeza —lo calló, sí, quería que recordará pero no de esa forma, él sabía que Temari no había tenido madre y quizá le iba a doler aquello— Ve a descansar —lo jaló del brazo hasta llevarlo a su cama, en el camino le dijo en que estaba ocupada su madre. Aunque tomando en cuenta su estado, quizá no lo recuerde en la mañana.

Cuando pasó por su habitación vio al oso de peluche que Temari adoraba de pequeña; Ryu. Lo había encontrado después de que se marchará.

—¿A qué se refería con eso? —Lo interrogó ni bien entraba a la sala.

No tenía ganas de dar explicaciones y mucho menos acerca del pasado, sólo recordaría más a esa niña que sólo había crecido y vuelto más hermosa.

—Se confundió con Ino —flojeó, acomodó sus dos brazos detrás de su cabeza y cerró sus ojos— una compañera de mi equipo.

—Eres un mal mentiroso —habló arqueando una ceja y lo miró esperando que abriera los ojos—No me convence.

—¡Tsk! Mujeres ¿Porqué tienen que ser tan complicadas? —Bufó con molestia y abrió sus ojos encontrándose con los de ella, movió la cabeza en otra dirección para evitar que se pusiera rojo y soltó lo primero que se le vino a la mente— ¿No tenías que ir con tus hermanos?

El gesto de Temari fue de sorpresa y enojo, gastó su tiempo perdiéndose en el pasado, dejándose llevar por sus sentimientos y olvidó su deber como kunoichi.

—Lo olvidé —frunció el ceño y arrugó su frente. El ninja desacomodó sus brazos dándose cuenta de que había cometido un error, no quería que se fuera, pero ni una idea cruzó por su cabeza— Espero que Sakura se recuperé —se paró con un gesto de seriedad y caminó rápidamente a la puerta, antes de irse volteó para despedirse del moreno— Aún vendré a buscarte, no te creas el ganador por lo de hoy —dijo con unos ojos desafiantes y seguros.

La miró de reojo y fastidiado se levantó del sofá, quería ver su rostro antes de que partiera.

—¿Vas a vengarte de mí? —Habló con flojera seguido de un bostezo. Se refería a lo que hizo su padre y ella lo había entendido.

—Ya tienes suficiente con lo que te hizo pasar —luego expresó una sonrisa sinceramente feliz, una de esas que no podía evitar de hacer suspirar al ninja. Sin perder más tiempo, abrió la puerta y se marchó.