One-shot de Naruto - Sed [SuiKa]

Muy buenas aquí BlackyJoZZeRock publicando su primer song- fic. Yeii!!
Como anteriormente dije es mi primer song- fic y en mi propia opinión me quedo muy largo, así que pido disculpas de antemano si alguien cree que eso es irrespetar las reglas de este tipo de fics, lamentablemente no logre que alguien me aclarara que tan largo o cortos podían ser. Hice mis máximo esfuerzo y espero que les guste. Para los que ya conocen mis trabajos y me siguen por mi fic en la sección de Pokemon: NO he abandonado el fic, es solo que ya regrese al cole y no he tenido tiempo, y este fic fue solo un momento de inspiración que no podía ser ignorado. Sin más preámbulos aquí les presento, basado en la canción "Agua" del grupo Jarabe de Palo.

PD: la historia es basada suponiendo el hecho de que al final Sasuke vuelva a Konoha y junto con Hebi se queden a vivir allí, y que sabiendo que *SPOILER ON* Karin siendo Uzumaki *SPOILER OFF* Naruto se familiarice con ella en una relación tipo "primos".
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Sed​

Era un día normal, uno común y silvestre como cualquier otro después de una misión, yo me encontraba acostado en el sillón de mi apartamento mientras observaba silenciosamente a una pelirroja de lentes que se encontraba a unos cuantos metros de mí, de pronto un pensamiento se cruzó por mi mente originando que cierta duda comenzara a tentarme.

—Oye bruja…— dije rompiendo el silencio, la aludida volvió su rostro hacía mí mostrando abiertamente su molestia debido al sobrenombre— ¿tú y yo que somos? — solté la pregunta que desde hace rato rondaba mi cabeza.

—¿Cómo que qué somos? ¿A qué te refieres con eso?— me respondió inmediatamente mientras enarcaba una ceja tratando de enfatizar su duda hacía mi repentina cuestión.

— Lo que escuchaste Karin— dije en completa calma, lo cual era extraño en mí, ya que la mayoría de las veces lo único que sabía dirigirle a la pelirroja eran burlas y sarcasmos con tal de fastidiarla— ya sabes conocidos, compañeros… amigos. —dude un poco en decir esa última palabra, y por alguna extraña razón un nudo se formó en mi garganta.

—Vaya que eres idiota… Te pones tan serio que hasta que da miedo y al final solo es una ridícula pregunta— respondió de forma cansada, al pasar de unos segundos en los que parecía pensar su respuesta, se levantó de la silla en la que estaba y se sentó al lado mío en el sillón— ¿Para que deseas saberlo Suigetsu?

—Solo tengo curiosidad— respondí sin volverla a ver, podía sentir como mis manos empezaban a sudar y el nudo en mi garganta incrementaba dándome una infernal sed.

—Eres raro…— susurró como si no la pudiese escuchar, sin embargo la ignore y espere pacientemente su respuesta, al cabo de unos minutos oí como tomaba aire y se dignaba a responder a mi pregunta— deberías saber que somos más que conocidos ya que estuvimos juntos en Taka y Hebi junto a Sasuke- kun— eso último, el nombre de Sasuke, pude sentir un poco de nostalgia en ella al pronunciarlo— compañeros es obvio que lo somos ya que siempre hacemos misiones juntos y ya llevamos un año y medio en esta bendita aldea compartiendo el mismo apartamento… así que supongo que nos podemos llamar amigos — finalizó.

Podía sentir su mirada sobre mí, mirada que con cada minuto que pasaba me estaba matando, lentamente levanté mi cabeza y la observe directamente a los ojos, podía ver cierta “preocupación” en ellos asía mi persona. Fue cuando comprendí como ese año y medio viviendo en Konoha habían hecho cambios en mi compañera, y bueno supongo que en mí también.

—Gracias por responder— fue lo único que se me ocurrió responderle, ella solo rodo los ojos intentando restar importancia a la anterior conversación, me brindo una sonrisa burlona y la oí llamarme “sushi idiota”. No le respondí el insulto, era extraño, sin embargo hoy no me sentía en mis cinco sentidos y preferí ignorarla y dirigirme a la cocina— tengo sed— murmure antes de adentrarme en la pequeña habitación con una pequeña sonrisa en mi rostro.

Cómo quieres ser mi amiga​

si por ti daría la vida,​

si confundo tu sonrisa
por camelo si me miras​

razón y piel, difícil mezcla,​

agua y sed, serio problema.​

—Sas... Sasuke- kun se va a casar— oí un susurro proveniente del comedor, asome el rostro por el marco de la puerta y la vi, allí sentada en una silla frente a la mesa, parecía sostener una invitación en sus manos y sobre la mesa parecía estar derramado el té que mi amiga anteriormente estaba consumiendo.

—¿Y qué te sorprende tonta? Sino mal recuerdo fue poco después de integrarnos a Konoha que Sasuke empezó a ser novio de la pelo chicle— le respondí con tono burlón, habían pasado ya unos cuantos días desde nuestra conversación sobre nuestra “relación” y mágicamente había recuperado mi preciado sentido del humor— ¿Oh es que acaso aun tenías esperanzas con “Hielito-san”? — dije y empecé a reír, sin embargo al acercarme más a mesa pude notar la tristeza en el rostro de Karin, inmediatamente mi sonrisa se apagó y solo pude verla con los mismos ojos que ella me veía días atrás.

—No, al principio sí cuando éramos nuevos aquí en la aldea, sin embargo después de conocer a Sakura y se convirtiera en mi sempai en el hospital, ver lo feliz que era junto a Sasuke-kun, ver la sonrisa que había en él cada vez que la visitaba en la oficina…— me explicaba Karin al mismo tiempo que su mirada estaba fija asía la nada, seguramente recordando todo eso que contaba— pero ya eso no importa. Me alegro por ambos, sé que serán muy felices— finalizó brindándome una sonrisa, tratando de ocultar el dolor que sentía.

—«Karin»— fue lo único que pensé mientras observaba su fingida felicidad, de repente ella tomó entre sus manos la tasa que se encontraba sobre la mesa, se levantó de su lugar y se posiciono frente a mí.

—Gracias Suigetsu— me dijo con total calma, no entendía del todo por qué su gratitud, pero supuse que debió notar mi preocupación hacia ella. Fueron cuestión de segundos y un par de delicados y húmedos labios se posicionaron sobre mi mejilla, cuando intente reaccionar note como ella ya había desaparecido del lugar. En cambio yo solo me quede de pie ahí con la mirada pedida, las mejillas decoradas de un ligero rubor y una endemoniada sed.

Cómo quieres ser mi amiga​

si por ti me perdería,​

si confundo tus caricias
por camelo si me mimas.
pasión y ley, difícil mezcla,
agua y sed, serio problema…​

—¡Karin apresúrate, la ceremonia va a comenzar en menos de una hora y tú aquí durando una eternidad!— grité desde el salón del departamento, la mujer tenía alrededor de tres horas ya encerrada en su habitación haciéndose “quien sabe que cosas” en cara y cabello para la bendita boda de su ex jefe— ¡Joder la invitación nos llegó hace un mes! Tuviste suficiente tiempo para escoger los zapatos que hicieran juego con tu sombrero de bruja. — me burle, no podía evitarlo estaba cansado de esperar.

—¡Púdrete lagartija! — oí decirle a lo lejos, su voz provenía de su habitación la cual se estaba abriendo poco a poco dejando ver a una, si se me permite decirlo, hermosa y atractiva Karin. Vestida con un vestido color carmín que se pegaba de la forma más perfecta a su silueta, terminando un poco más arriba de sus rodillas y con un bondadoso pero no muy exagerado escote, su cabello suelto como siempre pero parecía un poco más arreglado, con un ligero maquillaje y no llevaba sus gafas. — A que me veo bien… ¿No te parece lagartija?

—Cuidado te pegas con la puerta por no andar tus gafas Uzumaki— le respondí tratando de evadir la pregunta que me hizo y también poder disimular el evidente sonrojo que se apoderaba de mi rostro. Ella solo me miro de forma presumida e ignorando lo que le dije se dirigió hacia la entrada.

—Vámonos ya, Naruto- niisan nos espera abajo con Hinata— dijo mientras bajaba las escaleras, yo solo la observaba, definitivamente la imagen de Karin me había sacado de orbita y provocando que la molesta sed hiciera acto de presencia.

—«¿Desde hace cuánto ella provoca esta sensación en mí?»—me cuestione a mí mismo y me dirigí velozmente a la cocina por un vaso de agua, parecía que iba a ser un día largo.

Cuando uno tiene sed​

pero el agua no está cerca,​

cuando uno quiere beber
pero el agua no está cerca.​

—Karin por última vez… No sé cuál es la diferencia entre turquesa y celeste así que no me pidas opinión— me queje, estaba harto, desde que el Uchiha se casó Karin actuaba raro, me pedía consejos de cómo debía vestirse y que peinado se le veía mejor, a veces le ayudaba, otras veces prefería ignorarla.

—¡Vaya que eres pesado! Nada te cuesta opinar un poco cara de pez— me miraba con un ligero enfado.

—¿Para qué necesitas saberlo? — le pregunté, me inquietaba un poco su urgencia por verse “bonita”, ella pareció dudar un poco su respuesta, pero al final solo formo una enorme sonrisa y prosiguió a hablar.

—No debería decirte, pero ya que somos amigos— “amigos” resonó en mi mente, me alegraba oírlo y al mismo tiempo en mi corazón nacía un dolor, no entendía que me pasaba, ¿acaso iba a morirme? — ¡La verdad es que tengo una cita!— exclamó llena de alegría la de los ojos rojos.

—¡¿Qué?! — le cuestione completamente sorprendido y al mismo tiempo un poco enojado, aunque no lograba entender por qué.

—Como escuchaste… Ino logró que Inuzuka me invitará a tomar un helado, aunque él piensa que solo será para hablar de la misión de ayer— me respondió llena de orgullo.

—¿Pero qué demonios? ¿Por qué deseas salir con el maldito chico perro? —le cuestioné nuevamente, pero esta vez estaba a punto de estallar, era extraño no entendí por qué me enojaba tanto una estúpida cita.

—¡Por qué me parece guapo, grandísimo imbécil! ¿Qué otra razón quieres? — exclamó enojada mientras me miraba tratando de intimidarme, yo por mi cuenta solo tome un poco de aire y trataba de tranquilizarme— Además el día de la boda de Sasuke- kun, Kiba- kun dijo que le parecía muy bonito mi vestido.

—Vaya con que es eso… ¡En ese caso vamos tomemos un helado, porque para que lo sepas a mí también me parecía jodidamente bonito tu endemoniado vestido!— exclamé completamente colérico, sin haber pensado ni un segundo lo que había dicho— ¡Joder y ahora tengo sed! — solté una vez más sin meditar.

—Sui… Suigetsu— tartamudeó, parecía sorprendida por lo que yo había dicho, suspiro y ladeo un poco la cabeza hacia un lado como esperando que yo dijera algo más, al no obtener respuesta mía volvió a hablar— ¿Qué rayos te está pasando?

— ¡No lo sé!— grité y entonces sin saber por qué la tome de las muñecas y la arrincone contra la pared, ella me miraba completamente confundida, no lograba entender mis acciones y para ser sinceros yo tampoco las entendía— ¡Maldita sea que tengo sed!— volví a alzar la voz, estaba empezando a perder la paciencia y no entendía la razón, después de unos segundos y ver como Karin seguía en su shock debido a mis acciones, me digne a soltarla y antes de que pudiera decirme algo yo ya había salido del apartamento.

Qué hacer, tú lo sabes,​

conservar la distancia,​

renunciar a lo natural,
y dejar que el agua corra.​

—Dios si me estas escuchando… Por favor mátame— dije mientras apoyaba mi cabeza contra la mesa, habían pasado varios días desde el incidente con Karin y yo no había vuelto a dirigirle la palabra, ella por su parte solo prosiguió a dirigirse a su dichosa cita— Menudo estúpido— pensé en voz alta al recordar mis acciones de aquel día, me había dejado llevar por los impulsos y había arrinconado a la pelirroja contra la pared— si hubiera sido la vieja Karin seguro me mata a golpes— pensé un poco asustado, vaya que me la había jugado aquel día, era cierto que ella ya no era tan agresiva pero no estaba seguro bajo qué circunstancias su antigua actitud podía renacer.

—Suigetsu…— escuche su voz tras de mí, empecé a sudar frío, no podía imaginar que era lo que ella deseaba, tal vez me pegaría o peor… me volvería a odiar como hace años.

—¿Sucede algo?— le pregunte tratando de ocultar mi evidente nerviosismo.

—Naruto- niisan te estaba buscando— me dijo en tono indiferente, parecía que evitaba hacer contacto visual— será mejor que no lo hagas esperar.

—Tu primo puede esperarme todo el día si quiere, es el maldito Hokage no se moverá de su oficina— respondí un poco tosco, aunque debo admitir que fue sin intención, estar con los nervios de punta no me dejaba controlar bien mis emociones— y a todo esto, ¿se puede saber a dónde vas tan arreglada? — le pregunte ya dignándome a observarla y notando el jueguito que llevaba puesto.

—No es de tu incumbencia bacalao idiota— exclamó frunciendo el ceño— Pero solo para que no molestes te lo diré. Voy al hospital a dar asistencia— finalizó cruzándose de brazos.

—¿Hoy? Pero es tu día libre…— le respondí.

—Bueno era, pero desde que Sakura- senpai se fue de luna de miel a Yugakure me tocará suplirla— explicaba cansada.

—¿Y necesitas verte tan “coqueta” solo para atender a unos cuantos viejos decrépitos y a punto de morir?— le cuestione nuevamente, sin embargo no deje que contestara, ya que antes de que lo hiciera volví a sucumbir a mis instintos y de un rápido movimiento la aprisione contra la mesa— No me engañas Karin, ¿no éramos amigos? ¿Por qué mentir? — le susurre a su oído.

—Va… Vale. Lo del hospital es mentira, voy a salir con alguien ¿contento?— me contestó con un tono nervioso y al mismo tiempo furioso— ¡Y antes de que reproches no se trata de Kiba asique suéltame desgraciado! — sentía como inútilmente trataba de zafarse de mi agarre, por mi parte soló aumente la fuerza en sus muñecas.

—No quiero…— le respondí de forma calmada, ella parecía no comprenderme debido a la expresión que puso después de que le dije aquellas palabras, mordí mis labios y medite un poco antes de volver a hablar y cuando ya tenía todo claro lo solté sin más— Me voy de Konoha, volveré a Kirigakure. Es por eso que tu molesto primo desea hablar conmigo, para que cambie de opinión.

—¡¿Qué demonios?! ¡¿Porqué?!— me pregunto completamente desconcertada, tal parecía no esperaba nunca esa decisión mía, vi sus ojos llenos de duda y empecé a reír. Pero no se trataba de una carcajada, todo lo contrario era una risa llena de ironía, tome un poco de aire y me decidí responder.

—Si no es Sasuke es Kiba, si no es Kiba es otro y si no es otro será alguien más… ¿Pero nunca seré yo, cierto?— suspire, y en mi rostro se formó una pequeña sonrisa llena de tristeza, acerque peligrosamente mis labios hacia los de ella dejando solo unos escasos centímetros entre ellos, pude sentir su entrecortada y caliente respiración chocando contra la mía, provocando que como en repetidas veces mi garganta quedará completamente seca— Al menos somos amigos Karin…

—Qué pas… ¿Qué pasa contigo Suigetsu?— me pregunto con dificultad al mismo tiempo que el rubor en su rostro iba creciendo ensobre manera, Karin estaba en completo shock por mis acciones, tanto que ni si quiera había notado el momento en que liberé el agarre de sus muñecas y posicione mis manos sobre sus caderas.

—Nada Karin…— sonreí descaradamente, no pude despegar mi mirada de la de ella y pasado unos cuantos segundos decidí volver a hablar— Solo tengo sed— finalicé, ella parecía que iba a comentar algo referente a mi última confesión, más no pudo al verse interrumpida por mis labios sobre los de ella.

Segundos, minutos, horas… No supe cuánto fue lo que pasó después de ese beso, que luego fue seguido de muchos más. Y cuando menos me di cuenta estaba tumbado sobre mi cama, ella a la par mía profundamente dormida, decidí levantarme no sin antes apreciarla una vez más, me vestí lo más rápido que mi cansado cuerpo me permitió y haciendo honor a mi título de ninja, salí del apartamento sin hacer el mínimo ruido con mi maleta al hombro.

Cómo vas ser mi amiga​

cuando esta carta recibas,​

un mensaje hay entre líneas,
cómo quieres ser mi amiga.​

​

Ha pasado ya una semana y me encuentro aquí, echado sobre una vieja y desacomodada cama dentro de mi antigua habitación, lugar donde crecí y jugué junto a mi hermano Mangetsu durante mi infancia. El silencio a mí alrededor me ayudo a poder recapacitar sobre lo sucedido en los anteriores meses, analizando detenidamente cada uno de esos momentos.

—Karin…— susurre para mí mismo, no tenía sentido ya que en esa abandonada casa solo me encontraba yo, sin embargo era inevitable, parecía que los recuerdos agotaban mi aire— Creo que ya encontré la respuesta a aquella pregunta que rondaba por mi mente hace un par de meses— dije para mí mismo y enarque una sonrisa tonta.

—«¿Qué es lo que siento yo por ti?»— recordé, fue allí donde se originó todo, debido a eso tuve la duda de cuál era la relación que manteníamos, al saber la respuesta creí que ya estaría satisfecho, sin embargo una extraña sed empezó a apoderarse de mi cuerpo.

También recuerdo la repentina sorpresa al saber que nuestro antiguo jefe se iba a casar. Fuiste fuerte al tratar de no mostrar tu evidente tristeza frente a mí, por mi parte solo supe callar y tratar de comprenderte, más pareció que para ti fue suficiente debido a la forma en que me lo agradeciste, ese pequeño beso en mi mejilla. Ese día volví a tener sed.

Recordé lo molesto que fue después de ese día, mi garganta se mantenía completamente seca y no me dejaba hablar con claridad, mis insultos y bromas asía tu persona se veían disminuidos debido a su maldita existencia. El hecho de cómo era comúnmente acompañado por esos ridículos sonrojos que para mí no tenían explicación cada vez que te veía, oía hablar o simplemente sonreías, ya fuera por mi o por cualquier cosa.

Llegó el día de la dichosa boda, tú saliste de tu habitación luciendo como nunca antes lo habías hecho, mi cerebro dejo de funcionar en ese preciso instante, logre formular un insulto hacía ti solo para disimular la reacción que habías provocado en mí, sin embargo no te importo y en vez de eso lo tomaste como un alago. La sed que en varias ocasiones había sentido por tu culpa ese día llego a rosar su límite. Y el resto de la noche a si me mantuve, observándote disimuladamente y sediento.

A los días me entero de la cita tuya con el idiota de Inuzuka y sin saber porque estalle. Pero no fue hasta días después que supe la razón de mis acciones, cuando te tuve pegada a mi cuerpo mientras te acorralaba en esa mesa, “celos”. Eso era todo, celos al saber que cualquiera podría ser el que llamará tu atención, cualquiera menos yo. Sin embargo no me importo, los celos fueron lo que me hizo llegar a mi límite, darme cuenta que esa sed que sentía no iba a desaparecer con un simple vaso de agua, entender que esa sed solo tú la podrías hacer desaparecer.

—Y desapareció— reí por lo bajo, burlándome de mi mismo por haber sido tan idiota, aunque la verdad siempre lo supuse— Karin, tú eras la causante de mi sed… Tú eres mi agua— dije en voz alta esperando que mis palabras pudieran llegarte— Es una pena no habértelo dicho a tiempo… Sin embargo solo para estar tranquilo conmigo mismo— suspire pesadamente, parecía que las palabras me quemaban por dentro— Te amo…

Cuando uno tiene sed​

pero el agua no está cerca,​

cuando uno quiere beber
pero el agua no está cerca.​

Esa era la respuesta a mi pregunta, lo que yo sentía por ti era amor, uno que fue creciendo poco a poco sin enterarme, uno que me empezó a matar poco a poco, uno que no pude evitar demostrarte de la manera más salvaje y egoísta, un amor que nunca supe si podrías llegar a corresponder.

Tal vez algún día me dignaría a volver a Konoha, enfrentaría a tu primo y su enorme sermón por haberme ido sin su veredicto final, te vería una vez más y trataría de explicarlo todo.

Tal vez cuando logre saciar esta sed… O simplemente deje de sentirla.