One-shot de Naruto - Realmente afortunado.

Personajes: [Día 1] Kakashi Hatake & Rin Nohara, mención de Obito Uchiha.
Palabras: 846
Actividad: Otro día, otro ninja.
N/A:

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Decidí usar una realidad donde Rin no haya muerto, que le extrayeran el demonio de colas. La idea principal era hacer de esto un sueño pero al escribir a Kakashi tan dichoso mi corazón no pudo hacerle eso. Él se merece ser feliz aunque sea en los fics.

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Sus pies alcanzaron la entrada de la aldea luego de varias semanas a la deriva en una misión de rango S que se salió de control, algo que él siento el líder de la misión no podía digerir con gran eficacia. Sus ojos se encontraban agotados e indiferentes, le costaba mantenerlos abiertos, solo pensaba en desplomarse en el sitio donde estaba. Su cuerpo se movía por cuenta propia debido a sus años de entrenamiento y la naturaleza de su profesión.

Dejó salir un suspiro al presentar el informe ante el Hokage quien aceptó sin ningún comentario, un gran peso en su pecho le provocaba un temblor en sus manos, ira hacia si mismo por tan mediocre misión donde uno de sus camaradas había muerto, por una emboscada que él no había previsto. Era directamente responsable al ser el líder de la misión y todo el peso de las consecuencias caía sin reparo o amortiguamiento en sus hombros. Su cuerpo estaba cortado y la debilidad se extendía a cada extremidad, algo clavándose una y otra vez era persistente en su músculo cardíaco. Recuerdos vividos invadieron su memoria al ver el cuerpo inerte en el bosque y no le daban descanso desde ese momento, atormentándolo.

Haciendo una reverencia salió de la torre Hokage hacia su departamento donde podría intentar dejar salir sus moustros internos. Se detuvo en un tejado a reconsiderar la soledad aplastante y el miedo a ser ingerido por su propia oscuridad. Mordió ligeramente sus labios bajo la máscara. Un estremecimiento le hizo dar media vuelta cambiando su destino final.

La puerta se abrió luego de alguna insistencia encontrando aquellos orbes chocolate derritiéndose al contemplarlo dejando ver una gran intensidad y brillo eclipsarte. Sonrió ligeramente, sin ganas, a través de la máscara e ingresó tomando asiento en la cama, manteniendo esa postura algunos minutos. El silencio se hizo presente pero ninguno fue capaz de romperlo. Ella sabía que sucedía algo, lo conocía bastante bien.

Y sin mas la atrajo hacia su cuerpo con fuerza, inhaló su aroma fresco y cautivador en sus fosas nasales calmando el temblor en sus manos casi imperceptible. La suavidad de la piel de su cuello, donde descansaba su rostro, le dio estabilidad que no había notado que necesitara al encontrarse flotando a la deriva de ser atrapado de su oscuridad interior. Un quejido lastimero brotó de sus labios.

Deslizó su mascara hacia su cuello para sentir aún mas aquel piel morena.


— Alguien murió bajo mi cuidado y... él vino a mi, él sigue viniendo sin control.—Un suave susurró en la silenciosa habitación, la respiración chocando contra su piel, Rin simplemente logró estremecerse a la par de su músculo cardíaco ante la confesión.

Él la acercó más, aquella cercanía parecía no ser suficiente. Él la necesitaba tanto, su voz, sus caricias, la calidez que brotaba de su ser con una sola sonrisa o gesto, esa calidez que enfriaba su propio corazón, haciéndolo latir, provocando que salga de esa inminente oscuridad. Ella era su luz, de no tenerla estaría completamente perdido y solo.

Él y sus demonios internos.

Plasmó sus labios contra la piel tersa de su cuello sintiendo la calidez ingresar a su cuerpo y escuchar los latidos de su corazón en las orejas, a la par de los movimientos desenfrenados del de la propia fémina. Sus manos descendieron hacía sus caderas, logrando que ella se sentara encima de él, permitiendo que estuvieran lo más cerca posible. Alejó el rostro de su cuello para contemplar aquel rostro encantador, aunque se encontró ligeras lágrimas descendiendo por sus mejillas que el se encargó de limpiar con su pulgar.

Óbito era un tema tabú entre ellos. Realmente arraigado a su interior, doloroso todo el tiempo, por lo cual no solían mencionarlo con frecuencia. Pero era un recuerdo muy preciado de ambos, alguien que siempre sentían cerca aunque jamás lo hubieran dicho.

Kakashi siempre estuvo interesado por la kunoichi y era evidente que era correspondido en sentimientos, sin embargo al percatarse de el profundo amor que su compañero le profesaba a Rin, decidió reprimirse, y dejar el camino despejado. Él la amaba más, ella se merecía ese amor incondicional, puro y refulgente, algo que él jamás iba a darle. Y jamás se arrepentiría de esa decisión tomada años atrás y aún cuando Óbito no hubiera muerto, el hubiera apoyado ese romance sin dudar.

Hatake Kakashi era muy dichoso teniendo a la castaña a su lado ahora, pero si las cosas hubiera salido diferentes, él se sentiría realmente afortunado de tener a los dos cerca.

Él besó sus parpados desatando un recorrido por todo su rostro y descendió por su cuerpo cuando las prendas comenzaron a caer al piso hasta unirlos a ambos de la máxima forma posible con gestos y movimientos lentos e impregnados de todos los sentimientos que jamás podía mencionar con facilidad.

Verla acostada a su lado entregada a los brazos de morfeo, con el rostro pacifico y endemoniadamente cautivador provocó tantas cosas en el interior del ninja que buscaban desbordarse con desesperación. Él inhaló profundamente.

Él era profundamente afortunado.