One-shot de Naruto - Psicóloga [SuiKarin]

Heloú. últimamente a Gustav le gusta escribir de esta pareja. es rara & entretenida, le encanta verlos odiarse pero a la vez amarse, porque son únicos y ella lo sabe. Por esa razón, Gustav escribe este One-Shot donde tal vez los personajes tengan OoC pero donde se ve cómo sería si fueran a un psicólogo. & ella no tuvo más opción de poner a esa fémina como la doctora ya que es la única capaz de manejarlos ;) Próximamente, Gustav tiene en cabeza un SuiIno ;)

Discúlpenla si hay mucho OoC.

Título: Psicóloga.
Pareja: Karin & Suigestsu & Pequeña insinuación de …?
Género: Humor/General.
Sumario: —¿¡Qué rayos haces, Hozuki!? ¿¡Estás tratando de flirtear con esta psicologuita delante de TU mujer!? —Oh, por Dios… tu mujer es tan celosa.
Advertencias: OoC al parecer en Suigetsu, ya que Gustav se lo imagina así si estuviera casado con Karin. Tiene un pequeño extracto de la canción: Hot N’ Cold de Katy Perry. Mucha redundancia & errores demás.

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Psicóloga​

…Es blanco y es negro
Nosotros peleamos, nos destrozamos
Nos besamos, lo hacemos... ​

—Hot N’ cold. Katy Perry.​

Leías con mucha atención unos consejos que salían en la revista que tenías. Pero tu lectura fue interrumpida; alguien golpeaba la puerta. Susurraste unos improperios antes de contestar al llamado:

—Adelante.
—Cerda, ya llegaron los nuevos pacientes. ¿Los hago pasar? —tú asentiste —. Bien, entonces te dejo la ficha de ellos.

Te paraste de tu silla, dejando la revista en el escritorio y te dirigiste donde estaba Sakura Haruno, una enfermera del lugar. Tomaste la ficha y cuando la Haruno estuvo a punto de irse, te dijo:

—Ten cuidado, al parecer no se llevan muy bien, ojalá los controles, cerdita —viste sonreír con malicia a tu amiga antes de irse. Estuviste a punto de hacerte respetar pero ella ya se había ido.

Entonces, proseguiste y llegaste a tu escritorio. Te sentaste en la silla y comenzaste a leer el archivo…

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Por segunda vez abriste la puerta y viste a dos personas. Un hombre y una mujer. A simple vista, la chica de cabellos rojos e irises del mismo color traía consigo un muy mal humor… tú lo sabías, al parecer la fémina era bipolar. Y el muchacho te sonrió con sorna, de cabellos blancos y ojos violetas. Antes que dijeras algo, él te tomó una de tus manos y te susurró:

—Un gusto en conocerla. Déjeme decirle que usted es muy hermosa con esos ojos azulinos llenos de vida. Mi nombre es Suigetsu Hozuki. Dueño de las empresas Hozuki. ¿Usted es…? —recitó él, y tú no dudaste en responderle.
—Ino Yamanaka. También un gusto —le sonreíste coqueta. Por simple naturaleza eras así, más in embargo eso sólo era una prueba para ver qué tan lejos llegaba tu paciente, antes de que su esposa lo golpeara.
—Ah… déjame decir —
—¿¡Qué rayos haces, Hozuki!? ¿¡Estás tratando de flirtear con esta psicologuita delante de TU mujer!? —así que ahora era psicologuita…
—¿Queeee? Para nada, ¿cómo crees eso? Al parecer entrar a un Hospital te ha afectado el cerebro, cariño.
—Idiota.
—Plana.
—Ya, ya paren. ¿Por qué no mejor se van a sentar a los asientos y me cuentan a qué vinieron? —preguntaste con total amabilidad, después de todo estabas acostumbrada a lidiar con mujeres envidiando tu belleza.

Los dos te hicieron caso. Entraron a tu consultorio y fueron a los asientos. Cada uno se sentó mientras que Karin miraba a Suigetsu con recelo, y él pasivamente. Tú mirabas el espectáculo desde tu silla. Tomaste una libreta y comenzaste a preguntar:

—¿Cuánto tiempo llevan casados? —hubo un silencio rotundo. Tú elevaste tus cejas esperando respuesta.
—¿Dos?
—¡No! Dos y medio tarado.
—Na. No hemos durado tanto, cariño.

Tú pusiste los ojos en blanco. ¡Por Dios, ni Tenten discutía tanto con Neji! Comenzaste a cuestionarte cómo estos se hicieron pareja.

—Tres años y medios.
—¿¡Ah!? ¿Y cómo lo sabes tú?
—Lo leí en la ficha.

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Les hiciste preguntas por cerca de una hora. Y, oh por dios. Esos sí eran estresantes. Muchas veces tuviste que callarlos y otras corregirles lo que decían. ¿¡Cómo demonios no sabían la fecha de su aniversario!? De verdad, era la pareja más explosiva que habías conocido pero con las preguntas, te diste cuenta del por qué ellos tenían una relación, porque Karin y Suigetsu no se amaban; se odiaban. Más sin embargo llegaste a una conclusión, sólo que necesitabas hacerles un par de preguntas más.

—Bien. Suigetsu, esta pregunta es para ti: ¿Por qué crees que Karin terminó a tu lado? —antes de responder, viste un largo suspiro y también que Karin miraba atenta a su marido.
—Obviamente porque soy el hombre más guapo de la tierra. Tengo muchos músculos y bíceps, aparte de ser todo un caballero con las damas.
—¡Ja! ¡Tú no eres caballero conmigo!
—Ya, ahora responde, Karin.
—Porque soy la única mujer que es capaz de aguantarlo y claro, él se derritió ante mi belleza.

Rodaste los ojos. Por Dios… esas no eran las respuestas que esperabas pero de nada servía decirles que fueran sinceros, porque tenían orgullo al igual que tú. Y sabías que no serían capaces de decir la verdad frente al otro; les sucede lo mismo que a ti.

Anotaste unas cuantas anotaciones en tu libreta y comenzaste a leer todas las anotaciones. Faltaba algo. Sí, y tu cerebro hizo un clic. Sonreíste con malicia; la pregunta de oro.

—Bueno. Llegamos a la última pregunta… y la más importante: Cuando tienen sexo, ¿quién es el sumiso y quién el dominante? Aparte, ¿qué tipo de sexo tienen? ¿El fogoso o el ‘normalito’?

Divisaste un sonrojo en la mujer. Comenzaste a reír internamente, esto sería divertido…

—¿¡Eh!? Ese tipo de pregunta no se hace.
—Claro que sí. Es parte del cuestionario.
—Yo… no responderé —dijo con autoridad Karin mientras te miraba con algo de recelo. Sin embargo viste a Suigetsu hablar.
—Umh… obviamente el macho es el dominante. Y el sexo es espectacular aunque ésta no le ponga mucho empeño. Pero… por lo menos en algo es buena, ¿no? Si no tiene cualidades en la cocina ni limpieza, que sirva para algo.

Uno. Dos. Tres… contaste y la bomba explotó.

—¡Mentira, pescado! Primero: La mujer siempre será dominante. Segundo: Yo hago el sexo espléndido porque tú no tienes ninguna pizca de sutileza… además, ¡eres muy rudo! Pareces un potro, tarado.
—Pero si yo soy todo un potro, cariño.

Viste fuego en la mirada de la de cabellos rojos, suspiraste antes de decirles:

—Por lo que he visto. Su problema es el siguiente: Ustedes son de las extrañas parejas que se demuestran amor con palabras rudas más sin embargo, aquí no veo amor. Más bien está en la línea del odio y el amor. Tal vez si fueran otras personas no hubiera funcionado nada entre ustedes… pero, he ahí la diferencia; ustedes se complementan. Karin, tú necesitas la atención de Suigetsu ya que Sasuke-kun nunca te tomó en cuenta. Y tú, Suigetsu siempre quieres tenerla cerca y como esposa porque sabes que es la única, única que te aguantará todas estupideces que dices y haces —tomaste un largo suspiro antes de proseguir—. Yo, sinceramente les recomendaría que trataran de bajar los insultos, que no hubieran golpes violentos, ya saben, los vecinos siempre están alerta. Y por favor… ¡no tanto orgullo de por medio! Porque Suigetsu, no eres el chico más lindo aunque te creas la octava maravilla, y tú, Karin no llegarás a ningún lugar con tu humor de mierda. Así que, tienen bastante qué trabajar y por donde pueden empezar, es por el sexo.

Los dos quedaron con los ojos cuadrados. Tú terminaste orgullosa tu discurso… aww, era tan genial arreglar relaciones. Lo malo es que más y más se agrandaba tu orgullo, pero… ¿qué más daba? Sin orgullo serías una pobre insensible.

—Yo…
—Ya, ya, váyanse. Tienen muchas cosas que arreglar —guiñaste el ojo al terminar.

Al parecer quedaron pasmados porque nada decían. Sólo atinaron a pararse y dirigirse a la puerta, tú los seguiste desde atrás. Cuando llegaste y ellos también, ella movió la cabeza en señal de agradecimiento y adelantó camino. Más sin embargo, Suigetsu quedó al frente tuyo.

—Tus… tus palabras me hicieron reflexionar. Creo que ya no le mentiré más a mi esposa.

Suspiraste y le ibas a decir algo pero él te interrumpió:

—Pero… no puedo desaprovechar esta oportunidad con una doncella tan hermosa como tú. Mira, este es mi número…

Y le cerraste la puerta en la cara. Puerco.

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1 Año después.

—Así que, ¿cuál fue el peor caso?
—Uno que tuve hace como un año, frente de marquesina. Trataba de una pareja: Suigetsu y Karin. Se llevaban muy mal, él, un mujeriego y ella de muy mal humor y con aires suicidas. Espero que las cosas hayan mejorado. Aunque, ¡imagínate! Ese chico se me insinuó y eww, no es lindo y se creía un Adonis.
—Jajaja, todos se te tiran, cerdita. Pero, esos nombres se me hacen conocidos. Tal vez sean los amigos de Sasuke-kun, una vez me comentó que tenía unos amigos con esos nombres y que siempre peleaban. Ella, una loca psicópata. Y él, como lo dijiste. Aunque al parecer su relación dio un giro después de ir a una consulta, ya no pelean tanto.
—¿Lo ves, Sakurita? Eso demuestra lo que la hermosa e incomparable Ino Yamanaka puede hacer.

Sí. Porque tú lo predijiste desde que los viste entrar a tu consulta; ellos necesitaban de una psicóloga.