One-shot de Inuyasha - Por enseñarme a vivir

Bueno... esto es lo primero que publico en mucho tiempo... Si investigáis veréis que hace ya publiqué un fanfic... aunque ahora que lo miro veo que era una tontería! xD Pero me sirvió para no cometer los mismos errores...

Esto es un One-Shot de una de mis parejas favoritas, Sesshomaru y Lin. Es un poco corto, pero en tres días y con la tablet... jejeje! Es más, es para empezar, para ver que opináis de mi forma de narrar. Así que si me dais vuestra opinión me ayudaría mucho para mejorar otras historias que tengo en "proceso de...", entre ellas un fanfic propiamente dicho de esta misma pareja :)

Os aviso de antemano con lo de los guiones largos, en la tablet no aparecen... u.u

Bueno, sin más preámbulos, la cosa esta que he escrito! xD



POR ENSEÑARME A VIVIR



Me muevo inquieta entre el montón de mantas que tengo encima. Si llego a saber que hacía tanto frío hubiese rechazado la oferta. Con un gran esfuerzo me giro hacia el interior de la cama. Y ahí está la razón para haber aceptado. No parece tan frío cuando duerme. Sonrío como una tonta. Aparto una de las almohadas que hacen de barrera "incruzable" entre ambos y me apoyo sobre una mano para contemplarlo mejor. ¿Como podía ser tan endemoniadamente guapo? Suspiro. Me había sorprendido que me invitase al viaje, pero después de saber que había sido por que su prometida había cancelado a última hora y que nadie más podía ir mis ilusiones quedaron tiradas por los suelos. Aunque claro, no me había mencionado que la habitación era de matrimonio...

Sonrío melancólica. Un hombre como él jamás me vería como una mujer, simplemente como su secretaria.

Con dificultad me quito de encima los veinte kilos de mantas y busco con la mirada algo que ponerme, puesto que el pijama que me he traído es muy fino. Lo único que encuentro es su bata. Lo medito un momento. No se iba a enterar, así que más da. La cojo y me la pogo cuidadosamente. Me está grande por todos lados, nada extraño teniendo en cuenta que me saca una cabeza. Un delicioso olor llega hasta mi nariz. Es su olor. Pego un poco la nariz al cuello de la bata e inspiro suavemente. ¡Madre mía!. Siento que me va a dar algo. Pero me río de mi misma al verme oliendo su bata. Camino lentamente con los pies descalzos, intentando no pisarla.

Cuando ya estoy enfrente del balcón abro la puerta con cuidado y salgo. Había nevado, así que todo estaba cubierto por ese manto blanco. Al suspirar sale baho por mi boca. Me hace gracia, así que vuelvo a hacerlo.

Después de un rato parada haciendo el tonto avanzo un par de pasos, hasta ponerme debajo de la parte cubierta donde hay dos sillas de forja con una pequeña mesa redonda a juego. Me siento en una y subo los pies cubriéndomelos con la bata.

Aún era de noche y se podían ver las estrellas. Era un cielo tan hermoso... Me quedo mirando el cielo embelesada, contemplando cada una de esas estrellas. La gélida brisa me despeina más de lo que ya estaba. De seguro ahora parezco una loca recién salida del manicómio. Y es normal pensarlo. Estoy en Canadá con mi jefe. En el balcón de una suite de matrimonio con su bata como abrigo. Mirando las estrellas como una boba. Y para colmo cada vez que lo recordaba tan a mi alcanze se me ocurrían miles de cosas nada decentes que hacer con él, y sabiendo que estaba prometido, aunque con una arpía. Definitibamente estoy como para que me encierren...

- ¿Se puede saber que haces aquí?- Ni yo misma se como del bote que doy me caigo junto con la silla de espaldas. Respiro como si me estubiese dando un infarto. Y no es para menos. Me ha pillado en mitad del balcón con pelos de loca y su bata. Enhorabuena Lin.

Intento ponerme de pie, pero debido a mi estado de shock no consigo nada, solo patalear. Así que me rindo y suspiro exasperada.

Escucho unos pasos acercarse hasta mi. Giro la cabeza y veo como se acerca mirándome con sus penetrantes ojos dorados. Recuerdo que la primera vez que lo vi le pregunté si eran lentillas... Solo me echó una mirada gélida. No eran lentillas.

- No hace falta que me ayudes.- Le digo en cuanto veo que se agacha para ayudarme.

- Yo creo que sí.- Y sin permitirme volver a replicar coje el respaldo de la silla y nos levanta a ambas. Pero cuando lo hace, no se aparta, se queda detrás de mi, con sus manos en el respaldo. No se si el calor de mis mejillas es por el susto de antes o por el hecho de que lo tengo tras de mi. Se que es la segunda, pero intento convencerme de que es la primera...- ¿Por qué eres así?

No me da tiempo de terminar de autoconvencerme cuando me suelta esa pregunta. Y tampoco me da tiempo a responder.

- Dime.- Para mayor sorpresa se apoya en mis hombros y su barbilla en mi cabeza. Un día de estos me mata de taquicardia.- ¿ Por qué eres tan impulsiva, tan infantil, tan orgullosa...?- Suspira, y me da la sensación de que es un suspiro de pesadez, de confusión.

- Porque soy insoportable.- Le respondo lo mismo que me han dicho durante toda mi vida. Siempre me habían dicho que mi carácter era insoportable, que era una mocosa insoportable. Simplemente toda yo era insoportable.

- No- Ese no tan seco y autoritario me arranca un escalofrío. Incluso se incorpora y se coloca delante mía. A esa altura imponía aún más.

- Es lo que siempre me han dicho- Dudo si continuar la frase, pero lo hago.- Y es lo que yo misma me digo.- Bajo la mirada, no quiero verle la cara.

- Eso es lo que me molesta de ti.- Abro los ojos como platos, pero no levanto mi cabeza. Se me han puesto los ojos cristalinos y no quiero que me vea así.- ¿Por qué te restas importancia?- Noto que se coloca a mi altura.- No eres la poca cosa que quieren hacerte creer...- Me roza la mejilla con su mano cuando me quita unos mechones de pelo para poder verme mejor.- Y que tú te crees.

Me encojo más en la silla y miro hacia otro lado. ¿Por qué me dice esas cosas? Es verdad que habíamos tenido acercamientos, pero solo porque yo le daba lástima,¿no?.

- Solo intenta consolarme, y no se por qué.- Se levanta una fría brisa que me remueve el pelo. Maldito viento.

- No es cierto, y lo sabes.- Hace una breve pausa, como si dudase en contarme algo.- Hace una semana que rompí mi compromiso con Kagura.- Ahora sí que lo miro a la cara con los ojos abiertos de par en par. ¿Ese viaje no era para los dos?¿No se suponía que Kagura había cancelado a última hora?

- Pe-pero... ¿el viaje no era para los dos?- Tengo el corazón a cien por hora.

- En un principio, pero las cosas cambiaron.- Es la primera vez en toda la conversación que me mira directamente a los ojos, y la primera vez desde que lo conozco que me mira de ese modo.- Lin, no fuiste mi última opción, fuiste la primera.- Se me acerca peligrosamente, y mi estúpido actoreflejo es pegarme más al respaldo de la silla. Bajo la mirada roja como un tomate. Yo había sido la primera opción...- Tú has sido la primera desde que llegaste, pero me ha costado comprenderlo.

Yo se que Sesshomaru no es un hombre de muchas palabras, que no suele expresar sus sentimientos... Así que decirme todo eso no le habrá sido fácil. Me acerco un poco a él, sintiendo su respiración sobre mi, y, como no, su perfume. Me quedo atontada, como siempre. Cuando estoy segura de lo que tengo que hacer levanto mi rostro para encaralo. Su mirada no es tan fría como siempre, su respiración está levemente agitada, lo que es mucho decir tratándose de él. Vuelvo a quedarme sin saber que hacer cuando lo miro a los ojos directamente. Me dice que ha dejado a Kagura, que yo he sido siempre la primera... en palabras de Sesshomaru eso era una declaración en toda regla.

Acerco lentamente mi mano hacia su rostro. Lo rozo con mis dedos, consiguiendo que se me pusiese la piel de gallina. Me sigo acercando, ya solo estamos a centímetros. Mi respiración agitada se mezcla con la suya. Solo espero una señal, algo que disipe mis dudas. Y él me la da...

Al principio es un leve roce, pero lo suficiente como para hacer que se desbanezcan mis fuerzas. Rodeo su cuello con mis brazos, sosteniendome en él. Y vuelve a besarme, esta vez de forma más profunda. Y no me lo creo. Estoy besando a Sesshomaru Taisho, al hombre de mis sueños.

Vuelven a aparecer las mariposas en mi estómago, los escalofríos recorriendo mi espalda. Todos los síntomas de una adolescente a la que le dan su primer beso. Me siento ridícula y a la vez inmensamente feliz. Seré tonta.

Nos separamos para respirar. Apoya su frente en la mía. Y me susurra unas palabras que jamás podré olvidar.

- Gracias por enseñarme a vivir...

Y es así como contemplamos el amanecer, entre besos inocentes y no tan inocentes. Contemplando un nuevo comienzo para ambos...


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Esto ha sido todo :) Espero ansiosa vuestras respuestas, valoraciones y, por supuesto, vuestras críticas ^^ Un saludo a tod@s! :D