de Inuyasha - Por amor

Por amor

Hace ya dos meses desde que no me habla, que no me mira, dos meses que he vivido en soledad sin compañía de nadie solo de mi mejor amiga la cuan intenta animarme. Apenas como, he perdido peso y mi estado es deplorable, hace dos semanas desde que no voy a clases ya que me parte el corazón de solo verte con ella, que sea ella la que esta a tu lado, que sea a ella a la cual besas, la que abrasas.
Llevábamos seis meses saliendo juntos, me sentía la chica más feliz, hasta que me llamaste para que quedáramos en el parque junto a la fuente como muchas otras veces, subí a mi cuarto ilusionada para arreglarme una vez acabé me marche al parque, cuando llegue allí te vi con una chica muy bella que se parecía a mí. Pero su rostro era mas fino con unos ojos castaños café con una mirada muy fría para mí, su piel blanca como la nieve y sus manos finas las cuales adornaba con lujosos anillos de oro pero me llamó mas la atención uno que parecía de compromiso donde había un diamante, bestia con un mini vestido rosa sin tirantes acabado en picos.
Te levantaste junto a ella y me miraste seria para hablar.
-Kagome te presento a Kikyo mi novia y mi prometida-
No supe como reaccionar, me quede paralizada mirándoles horrorizada sintiendo como me clavaban dagas en el corazón.
-Tu... Tu ¿Prometida? Yo pensaba que tu- No pude continuar ya que me interrumpiste riéndote a carcajadas junto a ella, en eso comprendí que todo fue una farsa que nunca me quisiste y que fui una ilusa. Salí corriendo de allí sin rumbo, solo pensaba en correr y salir de allí cuanto antes hasta que me encontré con Sango mi mejor amiga y su novio Miroku, me miro sorprendida y preocupada a la vez al verme llorando, me pregunto que me sucedía y no hice mas que llorar en sus brazos.
Les conté lo sucedido mientras intentaban animarme, cuando me calme me marche hasta mi casa una vez allí mi padre de dio una fuerte bofetada en la mejilla izquierda haciendo que sangre mientras me gritaba para luego informarme que se marchaban y me Iván a dejar sola ya que suponía un estorbo para ellos. Subí corriendo a mi cuarto y empecé a llorar sin remedio hasta caer en los brazos de Morfeo.
A la mañana siguiente me marche a clases sin mas, intentando aparentar como si no hubiera pasado nada, hasta que al llegar a clase encontré a Inuyasha junto a Kikyo abrasados, Sango me dijo que no les mirara y pasara pero no pude soportarlo y me marche sin mas de allí.
Al llegar a mi casa subí a mi cuarto y rompí un pequeño jarrón que había encima de mi escritorio estampándolo contra la pared, cogí un trozo y empecé a hacerme cortes en mis muñecas hasta que sonó mi celular. Me enviaste un mensaje donde me citabas a las tres en tu casa.
Salí de mi casa rumbo a la tuya pero al llegar os vi allí abrasados, di media vuelta para macharme y no veros, tu te diste cuenta de mi presencia y intentaste alcanzarme mientras que gritabas mi nombre.
-¡Kagome!¡Espera por favor Kagome!-
Te ignore y seguí corriendo hasta que llegue a un cruce y cruce sin mas sin mirar los coches se pararon menos uno un volvo rojo que iba tambaleándose de un lado a otro ya que el conductor estaba ebrio, el cual ignoró que yo estuviera pasando y me atropello sin más.
Sentí un fuerte golpe en mi costado derecho mientras me lanzaba algo lejos sangrando, gritaste horrorizado mi nombre.
-Kagome ¡NO!-
Corriste hasta donde yo me encontraba para sujetarme en tus brazos con sumo cuidado mientras derramabas esa agua salina que salía de tus ojos al igual que los míos con miedo a que me pueda romper en cualquier momento, me abrasaste apegándome mas a tu cuerpo.
-Kagome perdóname por favor-
-No tengo nada que... perdonarte cof, cof-
-Tranquila no hagas esfuerzos, ya veras como todo va a salir bien y volveremos a estar juntos tú y yo, como si nada hubiera pasado-Mientras intentabas convencerte mas a ti mismo que a mí.
-Pero si paso y jamás me arrepentiré de lo que viví junto a ti... y no lo cambiaria por... nada... del mundo-Dije con gran dificultad en la voz mientras que con mi mano acariciaba tu rostro a duras penas.
Sujetaste mi mano entrelazando tus dedos con los míos mientras derramabas mas lagrimas, me dolía verte así sin poder hacer nada.
-Kagome tu no te vas a marchar, estarás aquí junto a mí, nunca mas me separe de ti-
-Inuyasha sabes que eso no es posible- Mi voz era débil y de mi boca salía un poco de sangre.
-Sí, si que es posible Kagome, y cuando estés mejor te llevare a aquel lago que solíamos ir que tanto té gustaba-Mirándome a la cara la cual solo presentaba tranquilidad.
-Eso ya no será posible y a demás tienes a Kikyo-Mi corazón sé hacia añicos al pronunciar las ultimas palabras, entonces llega la ambulancia.
-Kagome ya veras como sales de esta solo espera a que llegue allí-
-Voy a tener mucho tiempo para esperar hasta que te vuelva a ver-
-No Kagome, no me dejes te lo suplico, te necesito a mi lado-Derramando gruesas lagrimas apegándome mas a tu cuerpo.
-Te amo, mi querido Inuyasha-Fue lo único que llegue a decir en un susurro tan solo escuchado por él por la cercanía.
-Y yo a ti mi pequeña, y yo a ti-
Mi estado empeora, me metieron corriendo a la ambulancia y me llevaron directamente al hospital estando tu siempre a mi lado, esperaste en la sala de espera hasta que salio el doctor con su rostro muy desanimado, en eso el tuyo padeció esperando lo peor, al darte la noticia gritabas no podías ni querías creértelo.
Una vez que se marchó el doctor fuiste a donde yo me encontraba y tomaste mi cuerpo con sumo cuidado, saliste del hospital con migo en tus brazos, tomaste rumbo al lago aquel que me gustaba tanto ver junto a ti. Una vez allí miraste mi rostro que mostraba una eterna tranquilidad lo acariciaste y acercaste tu rostro para rozar con tus labios los míos ya fríos. Cogiste una piedra afilada que se encontraba junto a ti y té la pasaste por tus muñecas con tal fuerza provocando que te cortaras las venas y sangraras mucho.
Me volviste a tomar en tus brazos para sumergirte en el agua.
-Ya veras Kagome, pronto estaremos de vuelta juntos y nadie nos separará-
Volviste a besar mis labios fríos mientras te sumergías totalmente en el agua hasta quedarte sin respiración, muriendo ahogado. Una luz apareció frente a ti, era yo que vine a buscarte para estar por fin juntos.

El amor no hay que tomárselo como un juego, si de verdad amas a alguien, no dudes ni un minuto en hacérselo saber no dudes ni un instante, por que puede que sea tarde por que entonces perderás algo muy valioso que nunca, nuca jamás podrás recuperar.

FIN