Pokemon: Proyecto Hibridación

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Braco, 20 Septiembre 2011.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Braco

    Braco Guest

    Título:
    Pokemon: Proyecto Hibridación
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Poesía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    1797
    Proyecto Hibridación
    Capítulo I
    El abominable monstruo de las nieves

    La oxidada puerta principal del orfanato de Ciudad Carmín provocó un agudo y prolongado chirrido al abrirse. La directora del instituto era la única que todavía permanecía despierta en el recinto, pues los horarios de su novela no eran precisamente razonables. Molesta por la interrupción, apagó la caja tonta y se dirigió a la recepción. ¿Quién podía ser a esas altas horas de la noche?

    Dos hombres la esperaban en el recibidor. La mujer se sorprendió por sus apariencias: obviamente no eran civiles, pues vestían de traje y corbata.

    —Lo siento, pero cerramos hace ya algunas horas —anunció con total serenidad. Regresen otro día.
    —Yo soy el que lo siente, porque no podrá ser —se negó uno de los hombres—. Verá, necesitamos la presencia de uno de los huérfanos de inmediato.
    —Lo lamento. No trabajamos a estas horas.
    —Me temo que no nos iremos hasta ver al chico —insistió el hombre—. Es de suma importancia. Somos agentes del gobierno —añadió, y ambos mostraron sus placas—. No querrá perder su trabajo y además ser encarcelada por desacato, ¿verdad?

    La mujer separó los labios pero no dijo nada. Aún después de verificar que eran enviados del gobierno, seguía desconfiando de ellos

    —El que se llama Dust. Tráigalo —dijo autoritariamente el otro hombre. La directora se ofendió por el tono en el que le hablaba, pero no era conveniente quejarse.

    Y finalmente accedió, no sin antes advertir a los hombres que podría tardar un rato. Dust tenía el sueño muy pesado y una vez se quedaba dormido, despertarlo era como tratar de apagar el sol con una cubeta de agua.

    En efecto: la mujer regresó tan sólo después de treinta largos minutos con el culpable del retraso tras ella todavía en pijama.

    Dust se encontraba en un estado donde su vigilia y su ensueño luchaban por prevalecer el uno sobre el otro. Sus ojos cerúleos como el mismísimo cielo parecían destellar con luz propia; y una revuelta mata de cabellos rubios como hilos de oro le llegaba a cubrir las orejas y la frente casi por completo.

    —Qué fastidio… —El joven bostezó cansadamente. ¿Por qué tenían que privarlo de sus horas de sueño esos idiotas?
    —Conversaremos con él en privado —dijo groseramente uno de los agentes, tras lo cual se dirigió a la directora—. Usted: lárguese.
    —¿Cómo se atreve? —exclamó la mujer, indignada.

    Su indignación pronto se decantó en horror cuando los hombres enarbolaron sus armas de fuego hacia ella. Dust reaccionó segundos después, víctima de reflejos adormecidos, pero su semblante decaído y aburrido se mantuvo inerte.

    —Esta farsa no nos llevará a ningún lado —dijo uno de los agentes—. Nos llevaremos al mocoso y si interviene, terminará muerta.
    —Acércate, híbrido —ordenó el otro. ¿Híbrido? ¿Qué era eso?

    Dust no tardó mucho en comprender que se refería a él. ¿Híbrido? ¿Qué significaba? De cualquier forma, lo más seguro era obedecer sin chistar; entonces se acercó torpemente a los “agentes del gobierno”.

    La puerta principal se abrió de golpe, y en pleno verano, una brisa gélida y susurrante entró atropelladamente en el recibidor. Todos los presentes fueron víctimas de un escalofrío que recorrió sus espaldas hasta llegar a sus nucas.

    Los “enviados del gobierno” se voltearon de inmediato; sus armas se fijaron en el intruso primero que sus ojos, los cuales contemplaron con nerviosismo la pequeña criatura blanca que flotaba al ras del suelo.

    —¿Un Froslass? —preguntó uno de ellos—. ¿Qué hace aquí?
    —Nieve polvo —mencionó la criatura en un perfecto y sistemático español.

    Froslass hizo un delicado ademán. Una ráfaga de nieve surgió de los cristales de su cabeza y envolvió a uno de los agentes, congelándolo dentro de un gran bloque de hielo.

    El horror se reflejó en el rostro del otro hombre, quien presionó el gatillo una y otra vez, pero como si de un espectro se tratase, las estruendosas balas sólo atravesaron el cuerpo de la criatura sin causarle ningún daño.

    —Nieve polvo —volvió a decir el Pokemon, y el agente terminó como su compañero: congelado dentro de un témpano.
    —¡Dios mío! —exclamó la directora, conmocionada, llevándose las manos a la cara.
    —¿Será que todavía… estoy soñando? —balbuceó Dust.

    Froslass se acercó a la mujer, levitando fantasmagóricamente. La miró a los ojos con detenimiento, tras lo cual susurró para sí «Rayo Confuso». El semblante de la directora perdió todo vestigio de emoción, y ésta abandonó la habitación como quien camina sonámbulo.

    —¿Quién eres tú? —le preguntó Dust desidiosamente. No había que ser un genio para saber que los Pokemon no podían hablar. Decidió no preguntar por lo que le había hecho a la directora, suponiendo correctamente que el ataque hipnótico la habría puesto a dormir en el cómodo sofá de la otra estancia.
    —Es una larga historia. Mi nombre es Yukiko…

    Froslass empezó a brillar de la misma forma en que lo haría un Pokemon al evolucionar. Sin embargo, daba lugar un proceso completamente diferente: cuando la luminiscencia abandonó su figura, Froslass ya no se encontraba, y en su lugar había una bella joven de unos diecisiete años.

    Yukiko vestía un kimono totalmente blanco, con una cinta roja amarrada en la cintura; en cierta forma, la vestimenta tradicional se asemejaba al cuerpo de Froslass, tanto por sus colores como por su forma. Sus ojos avellanos eran del color de la miel y sus largos cabellos, como el arándano. Tan exóticas tonalidades contrastaban a la perfección con su piel mortecina y blanca como la nieve.

    —Y soy una híbrida.

    Dust arqueó una ceja. ¿Híbrida? Ya lo tenían bastante fastidiado con la palabrita. ¿Pero qué significaba? Si la joven se había presentado de esa manera tan enigmática sólo para llamar la atención, lo había logrado. De todas maneras, no le iba a dar el gusto, así fuera su salvadora.

    —No me interesa.
    —¿¡No entiendes la gravedad de la situación!? —bramó Yukiko. Sus aires de princesa se esfumaron en ese mismísimo instante, cuando decidió desnudar su explosivo e irascible carácter.
    —No —contestó apáticamente, y emitió un prolongado bostezo de desinterés— Dormiré. Limpia el desastre antes de que se derrita.
    —Tú… —Esas dos letras iban impregnadas de rencor hacia el rubio, quien jamás llegó a escucharlas, pues se había quedado dormido de pie—. ¡¡No te duermas cuando te hablo!!

    Yukiko avanzó como una energúmena y levantó a Dust por el cuello del pijama. Lo sacudió con todas sus fuerzas, mas los ronquidos opacaron sus gritos de irritación y furia. Con una rapidez y técnica soberbias, el dormilón había logrado sacarla de sus casillas.

    La bella pero malhumorada joven se iluminó como un bombillo y se transformó en Froslass. El Pokemon levantó su mano derecha plana como una cortina, mientras que con la zurda lo tenía agarrado, y susurró «Espabila», abofeteándolo tan fuerte como pudo.

    —Por alguna razón, me duermo sin darme cuenta… —explicó Dust al despertar, sentándose con las piernas cruzadas.
    —Ese es tu problema, ¡idiota! —gruñó Yukiko, regresando a su forma humana y desviando sus ojos hacia otro lado—. Como ya te he dicho, soy una híbrida. Debes estarte preguntando qué significa.
    —La verdad es que no. Te agradezco por haberme salvado y todo eso, pero es hora de que te vayas y yo vuelva a dormir, ¿va?
    —¡A callar! —ordenó—. Te contaré todo lo que sé. Escucha con atención…
    —¿Puedes echarme el cuento mañana?
    —¡Que te calles! No hay tiempo que perder. Tenemos que dejar el orfanato cuanto antes, ¿o crees que ellos te dejarán en paz?
    —¿Ellos?
    —Wirbelwind —respondió—. Esos hombres no eran del gobierno, eran enviados de Wirbelwind.
    —Sí, sí —afirmó Dust. Ni modo, tendría que escucharla antes de irse a dormir—. Entonces… ¿Qué es Wirulvin?
    —Se pronuncia Wirbelwind. Y es una organización criminal que nos busca a nosotros los híbridos.
    —Ah, ¿trajiste a otro de tus amiguitos híbridos? Sí que eres pesada…
    —¡Idiota! Tú eres el híbrido. ¿No lo entiendes?
    —No. Es algo problemático…
    —… ¿Jamás te han dicho que eres un poco lento?
    —Varias veces, pero me gusta ir a mi ritmo —repuso el chico, arrojando otro prolongado bostezo—. Entonces… ¿Qué quieres decir con híbrido?
    —Eso te lo explicaré luego. Primero lo primero…

    Yukiko se convirtió en Froslass y se acercó a los témpanos donde estaban congelados los agentes. Entonces, mediante un elegante movimiento de sus manos, los bloques se derritieron hasta volverse agua y los cuerpos desmayados cayeron de bruces al suelo.

    —Nos llevaremos prestado a uno para interrogarlo —mencionó el Pokemon, mutando devuelta a su forma humana—. Trae unas cuerdas.
    —Tú eres una mandona. ¿Por qué te estoy ayudando en primer lugar?

    Al cabo de un rato, el agente de Wirbelwind se encontraba amarrado de manos y tobillos, con un lazo en su cintura que facilitaba el arrastre (Oh sí, lo iban a remolcar por las calles… pavimentadas).

    —Es tiempo de irnos —Yukiko abrió la puerta principal y…
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  2.  
    Ryukotsusei

    Ryukotsusei Entusiasta

    Capricornio
    Miembro desde:
    8 Mayo 2011
    Mensajes:
    51
    Pluma de
    Escritor
    Se ve interesante la historia
    Me recuerda a Mew cambiando de forma, o Zorua tomando la forma de Ash
    No note ningun error, eso es bueno
    Espero la conti con ansias
    Avisame en cuanto la subas.
     
  3.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,316
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Vaya O__o. De repente me dio por leer una historia nueva para variar... y esto ha cautivado mi atención, cosa bastante difícil en este último tiempo, por problemas con los cuales no deseo aburrirte.

    La historia de los híbridos pinta para interesante... podría adivinar que Dust tiene genes de Slakoth o Snorlax, aunque no está 100% confirmado hasta que tú lo hagas saber ;). Me pregunto qué tramarán los de Wirbelwind (Jajaja... me encantan esos nombres, complicados, raros y difíciles de memorizar ;P) con los híbridos. ¿Dominación mundial tal vez? Eso suena muy Rocket xD

    Espero seguir viendo episodios tuyos por acá :). Veamos si me sorprendes xP

    En cuanto a los detalles técnicos... son casi la 1 de la Madrugada y estoy con mucha modorra como para fijarme muy bien. Esperaremos a un profesional en el tema mejor xD.

    Atte. Nathan, el Cordero Metalero \,,/

    PD: Puntos extra por romper con la costumbre de infestar esto con Shipping y dejar de lado a los pokes.
     
  4.  
    Braco

    Braco Guest

    Título:
    Pokemon: Proyecto Hibridación
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Poesía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    1902
    Muchas gracias por los comentarios. Ayudan mucho a mi estado de ánimo como escritor de esta historia y me impulsan a seguir escribiendo. Espero que el segundo capítulo, a continuación, sea de su agrado. Cualquier crítica: sean libres de hacerla. Después de todo, es lo que me invita a mejorar.

    Proyecto Hibridación
    Capítulo II
    Interrogantes

    Yukiko abrió la puerta principal y…

    —¡Es la policía! —exclamó el guardia, enarbolando un revólver—. ¡No se mueva!
    —¡Y ahora esto! —gruñó la ojimiel, frunciendo el entrecejo. La pistola estaba a escasos centímetros de sus pechos.
    —Seguro escucharon los disparos —balbuceó Dust—. Ruidosa.
    —¡¿Ruidosa?! ¡Si fue ese idiota el que disparó!
    —¡Quieta! —volvió el policía, rozándole los pechos con su arma de fuego.
    —¡¡Pervertido!!

    El cuerpo de la indignada híbrida resplandeció fuertemente, asustando al policía, que comenzó a dispararle. Pero era demasiado tarde: las balas simplemente traspasaron la masa de luz, que se apagó y transformó en Froslass. En cuestión de segundos, el policía quedó dentro de un témpano de hielo, inerte.

    Dust se aproximó con curiosidad hacia Froslass y trató de agarrarla, pero su mano y brazo pasaron limpiamente a través del cuerpo quimérico.

    —En esta forma, soy un Pokemon de tipo hielo/fantasma, así que soy atravesada y puedo atravesar cosas sólidas. —explicó, regresando a su irritable forma humana—. Salgamos de aquí antes de que lleguen más depravados de uniforme.
    —¿En serio piensas que me voy a ir de aquí? No… —pero su propio bostezo lo interrumpió— voy a abandonar mi hogar y volverme un guerrillero… Ya ves lo que le pasó al Che.
    —¡Vaya hogar! Si te hace sentir mejor: yo también soy huérfana. Creo que todos los híbridos lo somos.
    —No. No me hace sentir mejor. Y no soy un ―Bostezo― híbrido. No me llames así.
    —He vigilado este orfanato por días —continuó Yukiko, ignorándolo por completo—. Esperé la llegada de Wirbelwind porque no sabía quién era el híbrido. Y aquí estás.
    —¿Qué es ―Bostezo― un híbrido, a fin de cuentas? ¿Y cómo me encontraste?
    —Te lo contaré luego. Acompáñame si aprecias tu vida. Ellos volverán, te lo aseguro. Enviarán agentes hasta capturarte ―Hizo una pausa―. ¿Vendrás conmigo?

    Aunque se había despertado por completo, la pereza era un obstáculo omnipresente para su capacidad de razonamiento. Si Yukiko decía la verdad, no podría seguir viviendo en el orfanato. Pero tampoco era que tuviera un vínculo muy fuerte con el lugar, solo que le daban sus tres comidas diarias y una cómoda cama para dormir; eso era más que suficiente.

    —¿Qué otra alternativa tengo? ―Se frotó los ojos―. Vámonos.

    Dust subió y tardó poco más de treinta minutos en regresar con sus cosas. Empacó su ropa y objetos personales en una mochila que tomó prestada sin permiso de uno de sus amigos. Yukiko le reclamó por la tardanza; desde ese momento supo que tendría que liar con la lentitud del presunto híbrido. Como castigo, Dust tendría que cargar al agente de Wirbelwind hasta su destino. Los personajes utilizaron la puerta trasera, salida que comunicaba directamente el orfanatorio con el bosque al sureste de Ciudad Carmín. Faltaban pocas horas para el amanecer.

    Se refugiaron en un claro del bosque. Dust prendió una fogata y se quemó varios dedos en el intento. Yukiko se quejaba constantemente por el calor. El sudor recorría su cuerpo de pies a cabeza. Por otra parte, Dust se recostó en la tierra. Las ninfas del sueño aclamaban por él. El rehén de Wirbelwind yacía tirado en un rincón como un saco de papas, amarrado de muñecas y tobillos.

    —¡Qué calor! ¡Me voy a derretir!
    —Exagerada.
    —¡Cállate! Es una desgracia que aún en mi forma humana conserve características de Froslass, como la debilidad al calor.
    —¿Con que sí? —Dust agarró una piedrita del suelo y se la aventó a su compañera. Su impresión fue inmensa cuando el pedrusco le pegó entre ceja y ceja.
    —¿¡Estás loco!? —bramó, enfurecida. El calor y el dolor completaban su irritación.
    —Rayos... Es que pensé que te atravesaría como siempre...
    —¡Pues no, sabelotodo! ¡Eso sólo pasa cuando soy Froslass!
    —¿Y cómo iba ―Bostezo― a saberlo? Tú dijiste que conservabas algunas características… Ya no importa.
    —¡No te importa porque la piedra no te pegó a ti, idiota!
    —Ruidosa —Cerró los ojos y apoyó su cabeza en sus manos—. Me voy a dormir.
    —No hasta que oigas lo que te tenía que decir desde el principio. Escucha atentamente…

    Se detuvo. Un deseo delirioso de arrojarse a un lago lleno de tiburones se apoderó de ella. ¡Dust se había quedado dormido! ¡Y en tiempo record!

    Al borde de la locura, la bella ojimiel adoptó la forma de Froslass y se abalanzó con un ataque de Espabila sobre el oso perezoso, anotándole en las mejillas unas fuertes cachetadas, logrando su cometido de despertarlo.

    —Qué manera de despertar a la ―Bostezo― gente…
    —¿Qué es un híbrido? —exclamó Yukiko elocuentemente.
    —¿Qué voy a saber yo? Tú eras la que ibas a explicarlo.
    —¡Era una pregunta retórica! ¡Se supone que la tengo que responder yo misma! ¡Así que deja de interrumpirme, idiota!
    —Según lo que he estudiado, una pregunta retórica es aquella que no necesita respuesta…
    —¡A callar! ¡Le cambio la definición! —continuó—. ¿Qué es un híbrido?: un híbrido es una persona que puede transformarse en un determinado Pokemon y utilizar sus habilidades. Es eso básicamente. Estoy segura de que hay más como nosotros alrededor de la región. Lo escuché cuando intentaron capturarme.
    —Oh. Así que también fueron por ti ―Bostezó―. ¿Cómo escapaste?

    Yukiko rememoró los hechos acaecidos hacía apenas un mes. Dos hombres irrumpieron violentamente en el Orfanatorio, enfrentándose en un ardido duelo de palabras con la directora, que en última instancia se vio forzada a cooperar. La mujer los llevó ante ella. Los agentes de Wirbelwind la identificaron de inmediato como “la híbrida”, término que se dieron la molestia de explicar. También mencionaron el orfanato de Ciudad Carmín. Ella entendía la situación: querían secuestrarla. El pánico se apoderó de ella y fue entonces cuando, inconscientemente, se transformó en su contraparte Pokemon, Froslass. Su instinto le ordenó huir. El resto era historia.

    —Una vez me tranquilicé, mi mente se aclaró. No podía regresar. Debía dirigirme a Ciudad Carmín y buscar al híbrido, es decir, a ti ―explicó―. Wirbelwind nos buscará hasta el fin del mundo. Tenemos que vencerlos, pero para hacerlo debemos dominar nuestros poderes y, por supuesto, no podemos hacerlo solos: necesitamos la ayuda de los demás híbridos.
    ―¿No sería mejor decirle a la policía?
    ―Sería arriesgado. No confío en el Gobierno de Kanto ―Se convirtió en Froslass y se acercó al rehén de Wirbelwind―. Le haré unas cuantas preguntas.

    Froslass usó en el agente el mismo ataque que había usado sobre Dust previamente para despertarlo. El hombre se revolvió enérgicamente, tras lo cual reparó en sus ataduras. Luego vio a los híbridos y lo comprendió todo.

    ―Te haremos unas cuantas preguntas ―dijo la femme fatale―. Si cooperas, no serás lastimado. Por el contrario, te arrancaré los ojos y se los daré de comer a los animales. ¿Entendido, incompetente?

    El rehén asintió temerosamente con la cabeza. Froslass daba miedo.

    —Encantador. ¿Cuál es el objetivo de Wirbelwind?
    ―Queremos gobernar Kanto... con la ayuda de los híbridos.
    —¿Qué quieres decir con eso?
    —Nuestro líder nos lo explicó. Ustedes son superhumanos: las armas definitivas.
    ―¡Cállate! ―bramó Yukiko―. Vuelve a llamarnos así y perderás más que tus ojos. Ahora dime: ¿quién es tu jefe?
    —N-no lo sé. Solo los altos mandos de la organización conocen su identidad.
    —¿No sabes nada más? ¿No quieres conservar tu vista?
    —¡S-sé algo más! ¡Es un lugar importante p-para ellos!
    —Explícate.
    —La M-mansión Pokemon, en Isla Canela. Nos dijeron que es importante para la investigación.
    —¿Qué investigación?
    —Eso no lo sé. ¡Por favor, no me hagas daño!

    Yukiko lo juzgó con la mirada. Decidió cumplir su palabra y no hacerle daño. Se giró hacia Dust y soltó su decisión:

    —¡Iremos a Isla Canela!

    8:00 a.m. La majestuosa embarcación, quizás la más grande y lujosa de toda la región, el St. Anne, esperaba a sus invitados. Una larga fila se formó en el muelle de Ciudad Carmín. Los caballeros vestían de saco y las damas, trajes refulgentes.

    Yukiko y Dust hacían la fila. La pareja dispareja se había apoderado de la para nada despreciable cantidad de dinero que cargaba el rehén de Wirbelwind consigo, usándola para comprarse los boletos de embarcación y los lujosos trajes que vestían esa linda mañana. Le agradecieron por la suma prestada dejándolo amarrado a un árbol del bosque.

    ―Casi no llegamos por tu lentitud, imbécil ―farfulló Yukiko, cruzada de brazos.
    ―No es mi culpa haberme quedado dormido en los probadores ―se defendió―. No me dejaste dormir en toda la noche con tu griterío.
    ―¡Cállate o te arrancaré la lengua!

    Kotaro y sus dos secuaces esperaban el regreso de Swellow en la terraza de uno de los edificios de Ciudad Carmín. El ave azulona advirtió de su llegada con un bufido. El hombre al mando le tendió su brazo para que aterrizara sobre él; así lo hizo.

    Swellow señaló en dirección al muelle. El St. Anne se erigía en el horizonte. Kotaro sonrió de oreja a oreja. Con que allí se dirigían sus presas.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  5.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,316
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    ¡YAY! Primero en comentar :)

    La historia comienza a tomar sentido. Los híbridos son perseguidos por Wirbelwind, organización que planea dominar el mundo y cuyos cerebros son desconocidos para casi todos. Ahora, con los personajes

    Dust me parece muy simpático. E insisto... debe tener genética de Slakoth o Snorlax, nada menos que eso. Pero Yukiko me cae cada vez peor... tiene un temperamento peor que el de Misty cuando le da el período xDDDDDD. Al menos Yukiko tiene poderes.

    Pero volviendo a lo que nos concierne... Kotaro. ¿Qué tan malvado puede llegar a ser? ¿Será un cobarde como el tipo al que dejaron atado a un árbol? Ya lo sabremos algún día...

    Sigue escribiendo, mi pana...

    Atte. Nathan, el Cordero Metalero \,,/
     
  6.  
    Braco

    Braco Guest

    Título:
    Pokemon: Proyecto Hibridación
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Poesía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    1822
    Proyecto Hibridación
    Capítulo III
    Conversación con Oak

    Seguramente, aquel lugar era el más recóndito que podía encontrarse (o mejor dicho, NO encontrarse) en toda la región Kanto. Se trataba del cuartel general de Wirbelwind, una impenetrable fortaleza con la forma de un colosal cilindro negro.

    En el último piso de la torre, el despacho de la mente maestra. Jäger era un ambicioso hombre de treinta y siete años recién cumplidos, aunque la edad no pesaba mucho sobre su apariencia. Además de ambicioso, el líder de Wirbelwind era muy orgulloso, cosa que, aunque costara creerlo, se reflejaba en su semblante. Sus ojos rojos como la sangre eran las ventanas de un alma corrompida, ventanas que muchos querrían tapar con cortinas o hasta una pared de ladrillos. Pero no le bastaba con el exótico matiz de sus orbes, sino que también su cabello era de un inusual tinte acero.

    Jäger observaba las finanzas del mercado negro en una gran pantalla holográfica que «flotaba» en el centro de la habitación. Estaba cómodamente sentado en su sillón, aunque sería más adecuado denominarlo «trono».

    Sieg, el joven informante y «ojos» de Jäger, entró al despacho y le dedicó a su superior una exageradísima reverencia. Era increíble que pudiese agacharse considerando su extravagante traje: una gabardina cerrada y azul como la noche, guantes blancos y botas del mismo color. Su cabello era negro como el ébano, con la excepción de un inexplicable fleco rojo de nacimiento.

    —¿Qué sucede, Sieg?
    —Kotaro localizó a los híbridos. Quieren abordar el St. Anne. Sospecho que su destino es Isla Canela. ¿Habrán descubierto…?
    —Probablemente —contestó Jäger secamente.
    —¿Procedemos con la captura?
    —Aprovechemos la información que hemos obtenido. Ordena a Kotaro que los embosque en el St. Anne, cuando estén rodeados por el océano y sin escapatoria.
    —Entendido.

    Sieg le comunicó de inmediato las nuevas órdenes a Kotaro. Sería un juego del gato y el ratón.

    El St. Anne partió de Ciudad Carmín sin contratiempos. El capitán saludó a los huéspedes a través de la red de sonido instalada en la embarcación. Además, les informó que llegarían a Isla Canela por la mañana siguiente.

    —¡Hace tiempo que no comía algo tan delicioso!

    Yukiko se había apostado junto a la mesa de bocadillos. Sus brazos y manos viajaban lo más rápido que podían desde los platos hasta su boca. Quién diría que tan bella figura podría engullir tan bárbaramente los postres de un solo golpe. El repugnante banquete la hacía víctima de todas las miradas en el salón, pero no le importaba mucho.

    —Déjame adivinar ―dijo Dust, espabilado. Su compañera le había ordenado una taza de café negro. Se sentía especialmente alerta―. Desde que huiste del orfanatorio te alimentaste de las conchas de plátano que encontrabas en los pipotes de basura. ¿Me equivoco?
    —¡Oh, por favor! ¡Cállate ya! ―bramó con visible indignación. Un plato de papas fritas le hizo olvidar su enojo pasajero―. ¡El frío que hace me encanta!
    —¿Tienes frío? Eso es que te queda poco tiempo de vida ―Luego, reflexionó:―. ¿Pero estás viva? Porque eres una fantasmita…
    —Deja de hacer preguntas estúpidas, Dust, o te clavaré un tenedor en el ojo.

    Yukiko continuó con el suculento festín hasta que su estómago –más bien, la mesa- dijo basta. Barriga llena, corazón contento. Su siguiente misión consistía en echarse en la cama del camarote y dormir por días. ¡Cielos, se estaba juntando mucho con Dust!

    —Voy a dormir ―anunció la fémina. El amante de la cafeína se impresionó: ese guión era suyo―. Tú puedes ―Se calló. Reparó en que Dust era una persona estática e inútil― ¿quedarte allí parado?

    Cuando la fantasmita se hubo alejado lo suficiente como para no escuchar sus palabras, el híbrido de cabellos marrones la despidió con un “Vete, vaca”. Buscaría otro café; le gustaba esa sensación de vigilia.

    Yukiko se detuvo en el largo pasillo para admirar el horizonte a través del ventanal. Una línea demarcaba el fin del celeste y el comienzo del azul marino. Nunca antes había viajado en barco, y, en definitiva, se había convertido en su medio de transporte preferido.

    Dos hombres poblaron el pasillo. Yukiko volteó a mirarlos. Ellos metieron sus manos en sus bolsillos y sacaron dos Pokebolas, las cuales liberaron dos criaturas muy diferentes. La fantasmita los identificó como un Nidorino y un Lairon. Era más que evidente que Wirbelwind los había rastreado hasta el St. Anne.

    —Qué molestia —Hibridó en Froslass. El frío se apoderó del túnel.

    Uno de los agentes ordenó “Placaje” a su Nidorino, que empezó a correr hacia ella. Froslass posó sus extremidades incorpóreas en el piso, que se congeló ipso facto. El Pokemon patinó sin control sobre la pista de hielo, dando vueltas sobre sí mismo como una bailarina. Cuando vio que la pared se le venía encima, Nidorino pegó un brinco, pero desafortunadamente para él, una ventana abierta lo esperaba justo enfrente. El Pokemon se habrá preguntado algo parecido a “¿sé nadar?”.

    El dueño de Nidorino gritó por su Pokemon y corrió hacia la ventana, pero en el camino se interpuso Froslass, que con un ataque de Viento Hielo lo convirtió en un témpano de hielo.

    —¡Esta vez no tendrás tanta suerte! —bramó el otro—. ¡Lairon, Placaje!

    Al igual que Nidorino, Lairon se abalanzó sobre Froslass. ¿La segunda es la vencida? Las patas revestidas de acero le permitieron al Pokemon correr sin dificultades sobre la pista de hielo. Pero Froslass no se dignó a moverse. ¿Y por qué debería hacerlo, si era una fantasma? Lairon simplemente la atravesaría y chocaría contra la pared tras de sí. Dicho y hecho: el Pokemon quedó K.O.

    Debemos visualizar la cara de estúpido de un fanático cuando el equipo contrario marca gol al suyo. A continuación, ponérsela encima al agente de Wirbelwind como una máscara ridícula. Finalmente, Nieve Polvo y témpano.

    —Bah. ¿Eso fue todo? ―Regresó a su bella forma humana.
    —¡N-no puede ser! —musitó una voz tras de ella.

    La femme fatale se giró rápidamente. Un hombre de avanzada edad la contemplaba con verdadera estupefacción. ¿La había visto hibridar? Estaba en apuros.

    —¿Híbrida? —inquirió el anciano temerosamente.
    —¿Qué? ¿Cómo lo sabe? ¡Un segundo! ―El hombre que tenía enfrente era la máxima autoridad en Pokemon de toda la región. ¿Cómo no lo había reconocido antes?―. Usted es el Profesor Oak, ¿no es así?
    —S-sí —afirmó el profesor―. Soy yo.

    Yukiko buscó a Dust en el salón principal y tuvo que traerlo a empujones, pues el oso no quería despegarse de la máquina de café. Ambos híbridos y el Profesor Oak se reunieron en el camarote del último. El anciano sentado sobre su cama, Dust de pie vibrando activamente, y Yukiko en una silla.

    —¿Y bien? ¿Qué sabe de los híbridos? —interrogó la fantasmita. Le fastidiaba no poder torturar al pobre hombre para sonsacarle información.
    —Escuchen: jamás acepté unirme a esos grotescos experimentos. Lo juro.
    —¿De qué habla? ¿Qué experimento?
    —El Proyecto Hibridación. El gobierno quería crear las armas definitivas y utilizarlas en la guerra. Intentaron reclutarme, pero jamás estuve de acuerdo y me negué rotundamente.

    Yukiko había tenido razón en no confiarle la caza de Wirbelwind a los cuerpos policiales. Si el gobierno se enteraba de su existencia, probablemente los habrían capturado y encerrado en un laboratorio.

    —Hábleme de esos experimentos.
    —No lo sé. El gobierno lo mantuvo en secreto absoluto por su ilegalidad. Creí que no habían logrado su objetivo, pero ahora los veo a ustedes.
    —Interesante ―admitió Dust. El efecto de la cafeína en él no surtía efecto por mucho tiempo y las ninfas del sueño trataban de seducirlo.
    ―¿Conoce el apellido de algunos involucrados en el experimento?
    —¿Cómo olvidarlo? ―El profesor hizo una pausa, rememorando los hechos del pasado—. Había uno que se hacía llamar «J» y otro apellidado «Lukeba». Pero no sé nada de ellos; desaparecieron sin dejar rastro.
    —Entendido ―El mal humor se deshizo en las venas de la híbrida, que sintió cómo sus niveles de estrés descendían abruptamente―. Gracias, profesor.

    La de cabello arándano abandonó la habitación, seguida por el oso faldero. Cuando la puerta se hubo cerrado, Oak suspiró. ¿Qué destino les aguardaba a los híbridos?

    —Así que somos un experimento. Ahora me siento más humana —ironizó la ojimiel—. Wirbelwind debió enterarse de los experimentos gubernamentales.

    De repente, una sombra pasó como una flecha rozándole el lóbulo de la oreja. La pareja dispareja se volteó rápidamente y captaron el vuelo de un Swellow que regresaba para posarse sobre la cabeza de su amo.

    —¡Pero qué sorpresa! ―bramó Kotaro―. ¿Qué hacen unos freaks como ustedes en libertad?
    —Nos encontraron porque eres muy ruidosa —aseguró Dust.
    —¡No soy ruidosa! —protestó su compañera a máximo volumen. Irónico.

    Yukiko hibridó en Froslass. Pero Dust sería el centro de la atención. El huérfano se prendió como un bombillo y cuando se apagó, en su lugar había una ¿alfombra? Sí: una alfombra marrón con extremidades. ¿Había hibridado?

    Kotaro se aventuró:

    ¿Un Slakoth?

    Continuará en el próximo capítulo, Capítulo IV: Mansión Pokemon.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  7.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,316
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    ¡Eso lo responde todo! ¡Un Slakoth! Por eso el pobre chico no puede estar en vigilia prolongada LOL.

    Por cierto, esa parte de que la cara de un fanático fastidiado puede ser puesta como máscara sobre un agente Wirbelwind me pareció original n__n. Jejeje... qué chorrada xP. Pobre Nidorino... espero que no muera ahogado. Los pokemon no merecen la muerte solo porque sus entrenadores sean unos maleantes.

    Y la parte en donde la fantasmita comía más que una familia de sabañones, me gustó mucho. Aunque ahora, tengo menos motivos para invitarla a mi casa e__e. Más puntos en contra para Yukiko, y algo me dice que no vivirá por mucho. Corazonada, supongo xD

    Bueno, ahora espero pronto el siguiente episodio. Cuídate mucho n_n

    Atte. Nathan, el Cordero Metalero \,,/

    PD: Deberías tener más lectores, pana... haz algo de publicidad xD
     
  8.  
    Braco

    Braco Guest

    Título:
    Pokemon: Proyecto Hibridación
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Poesía
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2046
    J.Nathan: Acertaste. Era un Slakoth. De haber sido un Snorlax, probablemente habría hecho a Dust como un gordo, pero es delgado como el Pokemon oso.
    Roostercrazy: Gracias por el "Me gusta". Si tienes algo que comentar, sé libre de hacerlo.
    A los demás que leen: Si no es mucho pedir, quisiera que comentaran. Así sé que están allí. Gracias.

    Proyecto Hibridación
    Capítulo IV
    Mansión Pokemon

    ¿Dust, un Slakoth? Tenía mucho sentido: aquellos osos perezosos eran excepcionalmente lentos y somnolientos. Yukiko había dicho antes que aún en su forma humana conservaba características de Froslass, como la debilidad al frío. Asimismo, Dust mantenía la natural pereza de los Slakoth.

    Las prácticas de hibridación habían funcionado. De eso se jactaba Yukiko. Luego de haber interrogado al agente de Wirbelwind en el bosque de Ciudad Carmín, la femme fatale consideró oportuno enseñarle a su compañero cómo transformarse. No se había impresionado cuando Dust lo había logrado, pues se esperaba algo así.

    ―Supongo ―contestó apáticamente Slakoth, erigiéndose. Como la primera vez que había hibridado, el sueño lo bombardeaba con un poder único de los dioses.
    —Despachémoslos rápido, ¿verdad, Swellow? —exclamó Kotaro confiadamente. Su secuaz Pokemon soltó un bufido en correspondencia a sus palabras.

    El villano inició la obra de teatro ordenándole a Swellow un Ataque de Estrellas. El ave obedeció sumisamente. Emprendió vuelo y batió sus alas con fuerza, liberando un chorro de estrellas hacia los híbridos. El angosto pasillo haría difícil la evasión.

    La híbrida reparó en que aquel ataque podría herirla debido a su naturaleza especial. En base a ello, decidió actuar. Froslass expulsó desde su casco una ráfaga gélida de Viento Hielo. Ambos embates chocaron violentamente, dando como resultado una explosión, un estruendo y humo, mucho humo.

    De repente, Swellow emergió de aquella humareda con la intención de embestir a Froslass, pero la traspasó y finalmente embistió a Slakoth, que rodó por el túnel hasta estrellarse contra el muro. El híbrido intentó levantarse, pero su mente le ordenó que se recostara y descansara allí un rato. Cedió a sus deseos.

    —¡Demonios, Dust! —bramó Froslass―. ¡Ten fuerza de voluntad!
    —Swellow —exclamó Kotaro cuando la humareda se hubo disipado―. Onda ígnea.
    —¡Ese ataque...!

    Swellow exhaló por su pico una borrasca de fuego contra el abominable monstruo de las nieves. Froslass estaba en aprietos: era débil contra el fuego. No había nada que hacer. La híbrida fue víctima de un calor avasallante y cayó de bruces contra el suelo, debilitada.

    —¡Oh sí! ―El triunfador caminó hacia su presa.

    Pero Slakoth arruinaría la fiesta. El oso perezoso recolectó suficientes energías en su micro siesta como para ponerse de pie. La mirada caída del híbrido se encontró con los ojos impacientes de Kotaro.

    —¿No estabas durmiendo? ¡Bah! ¡Qué importa! ¡Swellow, Ataque Ala!

    Swellow insistió con su acometida. El ave cruzó el vacío velozmente en dirección a su presa. Pero Slakoth no tropezaría con la misma piedra dos veces. Balbuceó “Contraataque” y cambió el desenlace de los hechos. Cuando Swellow impactó contra él, sencillamente rebotó. Sí: rebotó. El Pokemon salió disparado por los aires y se estrelló contra el techo, enterrándose en una fea abolladura. A continuación, el machacado pájaro se desplomó, desmayado.

    —¡Swellow! ¡¿Qué hiciste?!
    —Fastidioso... —se quejó perezosamente. Le molestaba dar explicaciones―. Contraataque absorbe el daño ―Bostezó― de un ataque físico y lo devuelve duplicado.
    —¡Tú! ¡Maldito híbrido! ¡Solo eres una herramienta!
    —¿Sabes? ―continuó―. Conozco otro ataque: Arañazo.

    Slakoth emuló a Wolverine y sus uñas se convirtieron en afiladas garras. Kotaro quiso huir pero se tropezó y cayó de bruces. El Pokemon se acercó con sobrenatural rapidez –para Dust, esa rapidez era sobrenatural.

    —¡No! ¡No! ¡Aleja esas garras de mí! ―suplicó.

    El grito pudo ser escuchado en toda la región. Kotaro terminó con cara de Freddy Krueger (Sobran las explicaciones) y, cuando Yukiko despertó, culminó la obra de arte condensándolo en un témpano de hielo.

    El resto de la travesía marítima fue de lo más normal. La batalla dejó a la femme fatale con ganas de comerse el mundo. El mismísimo chef de la embarcación tuvo que echarla del salón, pues ella comía tan rápido que los cocineros no podían seguirle el ritmo. Dust se dedicó a gastar todos sus ahorros en café negro, cosa que disgustó de sobremanera a su compañera. ¿Cómo subsistirían sin dinero?

    El St. Anne embarcó en Isla Canela a las ocho de la mañana. El dúo dinámico no pudo evitar impresionarse ante el panorama afrodisiaco de la isla. Después de todo, nunca antes habían viajado.

    Los híbridos pidieron indicaciones a los isleños para llegar a la Mansión Pokemon. Ellos se estremecían cuando se les preguntaba por la localidad. La residencia estaba acabada. La pintura se había despegado de los muros y muchas enredaderas los poblaban.

    —¿Está abandonada?
    —«Un misterioso incendio mató al dueño de esta mansión, y desde entonces nadie la ha ocupado» —recitó Dust—. Está en el cartel. ¿No sabes leer?
    —¿Quieres que te arranque la dentadura completa de un manotón? —lo amenazó la ojimiel, irritada—. ¿No, verdad? ¡Entonces entremos de una buena vez!

    Ambos cruzaron el patio frontal y forzaron la puerta principal. El interior de la mansión estaba en la penumbra total, con la excepción de algunos rayos de luz que penetraban a través de unos agujeros en el techo, probablemente causados por el incendio.

    —Qué lúgubre… Debes estar atento a cualquier cosa porque no sabemos qué estamos buscando exactamente.

    No tardaron nada en encontrar algo. Dust recogió unos papeles y los miró vagamente a la luz del sol. La adolescente se los arrebató violentamente y comenzó a leerlos.

    —Escucha esto: «Hemos logrado estabilizar al espécimen, después de algunos problemas.».
    —¿Espécimen? Esa palabra me da sueño...
    —Cállate y escucha esto: «El embrión está sano. Hemos decidido llamarlo Mewtwo».
    —¿Mewtwo?
    —Mew: un Pokemon mitológico. Mewtwo vendría siendo algo así como Mew Dos.
    —Un clon —conjeturó el Sherlock Holmes moderno.
    —Eso parece. Y aquí hay más: «Mewtwo es demasiado poderoso. Hemos fallado en frenar sus despiadadas tendencias» —Yukiko leyó otro de los papeles—. «Ocurrió lo que temíamos. Mewtwo está destruyendo la mansión. Estoy oculto, pero no tardará en encontrarme…».
    —En resumen: alguien trató de hacer un clon de Mew y salió muy mal.
    —Suena lógico. Mewtwo causó el incendio y mató a los ocupantes de la Mansión Pokemon. ¿Por qué este lugar es importante para Wirbelwind?
    —¿Quizás Mewtwo fue un experimento suyo?
    —Las fechas no cuadran. Esta bitácora es de hace unos veinte años, cuando todavía no existían los híbridos, y probablemente la organización se creó precisamente para buscarnos a nosotros.
    —Si Mewtwo destruyó la mansión… ¿Y si escapó? ¿Y si Wirbelwind quiere encontrar a Mewtwo? ―¡Wow! ¡Demasiadas deducciones en un mismo día! ¡Merecía una siesta!
    —Esa es… una teoría brillante ―admitió a regañadientes.
    —Siempre he dicho que soy el cerebro del equipo.
    —¡A callar! Tomemos en cuenta tu estúpida teoría… Entonces Wirbelwind busca a Mewtwo. Ese es el secreto. Por eso la mansión es importante para ellos, porque fue el lugar donde se creó a Mewtwo.
    —Ya está. Ahora busquemos un buen lugar donde tomar una siesta.
    —¿Una siesta? ¿Te refieres a una siesta de un día o de una semana?
    —Ruidosa, mandona y odiosa.
    —¡Repítelo y tu cabeza terminará en la punta de un árbol de navidad!
    —Prefiero mi cabeza bien pegada a mi cuello, gracias.

    Los dos jóvenes aventureros, satisfechos con su investigación, se dispusieron a marcharse de aquella decrépita mansión lo más rápido posible, pero un chorro de energía negra se interpuso entre ellos y la salida.

    Una criatura púrpura levitaba fantasmagóricamente a tres metros de altura, desde dónde veía a sus presas y les sonreía pícaramente con la boca abierta en forma de plátano. Yukiko, que había leído una colección completa de enciclopedias acerca de los Pokemon cuando aún residía en el orfanato de Ciudad Azafrán, lo reconoció.

    —Es un Haunter, fantasma/venenoso —explicó Yukiko—. Su hábitat son los cementerios o las casas abandonadas donde han ocurrido tragedias. Y el ataque que acaba de utilizar se denomina «Tinieblas».
    —¡Quiero dormir! —protestó Dust, hibridando en Slakoth.
    —¿Para qué te transformas? —A continuación, adoptó la forma de su contraparte—. Tú no tienes nada que hacer en contra de un Pokemon fantasma, así que déjamelo a mí.
    —Como digas —La alfombra se tumbó, loca por una buena siesta.

    Las garras de Haunter se encendieron como bombillos en un tono púrpura, y de ellas salió disparado un chorro de energía oscura contra Froslass. El abominable monstruo de las nievesse balanceó delicadamente, suficiente para esquivar el Rayo Confuso, y contraatacó con un ataque de Viento Hielo: la ráfaga gélida atropelló a Haunter, que chilló lastimeramente y se precipitó hacia el suelo.

    —¡Eso fue patético!
    —¿Y qué esperabas? ¿Una especie de choque de rayos de energía y un sismo producto de la intensidad de la batalla?
    —¡A callar! ―bramó, tras lo cual volvió a su forma humana.

    Pero su enojo pronto se transmutó en confusión, cuando una Pokebola entró en escena de quien sabe dónde y golpeó a Slakoth en la cabeza, o mejor dicho, a Dust, absorbiéndolo en su interior.

    Un grito de júbilo se escuchó desde el exterior. La Pokebola rodó hasta sus pies y se balanceó burlonamente frente a ella. El híbrido había sido capturado.

    Un joven entró en las ruinas de la mansión y Yukiko lo analizó de pies a cabeza. Él le devolvió una mirada temerosa: imposible ver a esa bomba de tiempo y no asustarse.

    El Entrenador aparentaba la misma edad que Dust: unos quince años. La híbrida se impresionó al ver una llama azul que se le prendía en la cabeza, pero luego reparó en que era su cabello. Sus ojos grises eran como para dormirse mirándolos. No. ¿Pero de dónde había salido ese pensamiento? Yukiko agitó su cabeza para despejar su ensimismamiento.

    ―¿M-me la devuelves? ―pidió temerosamente el Entrenador.
    ―¡Jamás en mi vida!

    Continuará...
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  9.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,316
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Hmmm... interesante, muy interesante en verdad n__n

    La batalla contra Kotaro estuvo buena, pero un poco corta... ¿Es que la organización Wirbelwind está tan corta de fondos que sólo asigna un Pokemon debilucho a cada agente? (Bueno, el Swellow no era TAN débil, pero se entiende). Hubiese sido bueno ver a Kotaro sacar un Hariyama o algo parecido para tener una pelea más limpia (eran 2 jóvenes híbridos v/s 1 mísero pajarito. ¿Quién tiene la ventaja aquí?)

    Además, el ataque de Estrellas (o Rapidez), por muy de categoría Especial que sea, es un ataque Normal, así que de todas maneras podía haber atravesado a Yukiko así de fácil. Pero volviendo a la historia, ahora los dos tienen una posible pista (la creación de Mewtwo) y posiblemente un nuevo compañero de viaje. ¿Quién sabe? Puede que se hagan amigos -w-, aunque es difícil con el carácter de la "Abominable Princesa de las Nieves" xD

    Espero el siguiente episodio... ¡Suerte! n__n

    Atte. Nathan, el Cordero Metalero \,,/
     
  10.  
    Ryukotsusei

    Ryukotsusei Entusiasta

    Capricornio
    Miembro desde:
    8 Mayo 2011
    Mensajes:
    51
    Pluma de
    Escritor
    Interesantes los dos capitulos.

    Estoy de acuerdo con Nathan, Rapidez es un ataque normal, pero Froslass tiene el subtipo fantamas pro lo cual debio de no afectarle, pero bueno ya esta hecho.

    Y pues a decir verdad no pense que Dust fuera un Slakoth, o mas bien no preste atencion, en los primeros caqpitulos pense que era por el desvelo, pero ahora en los capis reciente me doy cuenta que no, que su contraparte hibrida era un Slakoth.

    Pero ahora que pasara, con Dust capturado ¿que diantres pasara?

    Espero la conti con ansias.
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso