Orgullo y prejuicio Pecados Capitales [Orgullo y Prejuicio]

Colección de drabbles.

Ira.
“Infantil”
Lidya Bennet.​

Le cruzó el rostro de una bofetada, dejando la mejilla de su hermana enrojecida por el golpe. Sus ojos relampagueaban furiosos.

—¡¿Cómo te atreves a pegarme, Lizzy?! —gritó la adolescente furiosa.

—Espero estés feliz de haber hundido a nuestra familia en la miseria, todo por tu desfachatez. ¡Por infantil e inconsciente! —Su ceño estaba fruncido, y su rostro enrojecido de ira. Ira pura, al pensar que fue su propia hermana menor la causante del inmenso dolor de Jane—. Gracias a ti, y a tu necedad, el Sr. Bingley presionado por su familia se vio obligado a retirar la oferta de matrimonio que le había hecho a Jane. Sube a la habitación y dile a tu hermana que gracias a ti, ya no podrá estar con el hombre que ama.

Elizabeth abandonó la habitación dejando a la joven sola, en los ojos de Lidya se acumularon las lágrimas. Por primera vez en sus dieciséis años realmente se arrepentía de sus decisiones imprudentes. Se arrepentía sinceramente.

Ahora, cuando ya no había solución alguna…

 

@JuL!-Ch@N, me alegra que te haya gustado, realmente me encanta ésta película/libro, pero en serio, en estos escritos descargo mi frustración, pues odio a mucho de los personajes, es lo que quisiera que hubiera pasado, xD

Gula.
“Imprudente”
Sra. Benneth.​

La Sra. Benneth caminaba de un lado a otro en el salón, nunca dejaría de alabar Netherfield Park, y pensar que allí estaría su hija la hacía hincharse de orgullo. Caminó otra vez por el pasillo atestado, justo por el medio de los bailarines, derramando su bebida sobre los uniformes de varios de los caballeros presentes. El alcohol se le había subido a la cabeza y estaba fuera de control, el pudor y la decencia se esfumaron de sin dejar rastro en ella.

Pese a su estado, aún así, la Sra. Benneth continuaba tomando, pues no consideraba adecuado que en un baile tan refinado dejar comida ni bebida tan apetitosa. No le importaban las miradas inquisitorias que le dirigían los presentes, ella los ignoraba y seguía comiendo, como si su vida dependiera de ella.

—Sra. Benneth. —La llamó Bingley para llamar su atención, ella se volteó y trató de sonreírle con la boca atiborrada de comida, dando una imagen deplorable. Darcy, al lado de su mejor amigo no pudo hacer más que elevar una ceja con desaprobación marcada.

—Diga usted, Sr. Bingley… —balbuceó, aunque poco se le entendió a causa de la comida. Jane y Lizzy enrojecieron de vergüenza ante el acto de su madre.

Ésta vez, la gula le había ganado a los buenos modales.

 

Abbyss: Jajaja, pronto leerás uno de Darcy por allí, porque se lo debo a alguien, comenzaré otro long-fic de ellos aparte de este. :3 Gracias por leer.​

JuL!-Ch@n: Jajaja, sí, pero es que ambos son insufribles... merecían otra cosa, casi arruinan la felicidad de su propia familia. Gracias por leer.​

Lujuria​

“Estúpido”​

George Wickham​

—Querido…—La melosa chica de dieciséis años le abrazó, por novena vez en lo que llevaba del día, ¡y apenas eran las 9:00 am! Ella estaba desbordante de felicidad, asegurando una boda encubierta, mientras que él, no hacía más que pensar como escapar sin dejar rastro y salir impune.

Se deshizo del abrazo de la chica, fulminándole con la mirada al tiempo que toma sus guantes para bajar al primer piso de la posada, realmente necesitaba un trago. En el momento que vio la imponente figura del señor de Pemberley supo que estaba perdido.

Escuchó el grito sorprendido de la joven que lo había seguido y sintió lástima por él
mismo.

Atado a esa insufrible chiquilla, todo por un momento de lujuria no planeado, por una cara bonita y un cuerpo joven.

Y la estupidez, le había llevado a la ruina…

 

@Jul!-Ch@n, acertaste como siempre, xD Viene pereza... :3
@Abbys, LO ODIO, me estresó mucho ese tipo, espero muera. Jum, gracias. :3

Pereza
“Errores”
Sr. Bennet​

Sintió el embriagante aroma del café recién hecho llenarle los pulmones. Saboreó el líquido oscuro, mientras sus ojos se movían con rapidez sobre las páginas del
libro que sostenía en las manos. Escuchó que tocaban a la puerta, y suspiró con irritación, ¿quién osaba interrumpir su paz? Pese a todo, gritó un leve “adelante”, y la puerta se abrió revelando a su hija favorita.

—Lizzy, querida…—Le sonrió

—Papá, ¿cómo puedes alentar los impulsos infantiles de Lidya permitiendo que vaya a avergonzarnos en otro lugar? —replicó, poniéndose a sus pies.

—Ella aprenderá por sus propios medios, cuando note su propia insignificancia, ella entenderá. Además, no tendremos paz hasta que no se haya ido.

—¿Paz? ¡Es la imagen de la familia lo que se está sacrificando por una dichosa paz!
¨
Y en ese momento, en el carruaje incómodo, camino a Londres a buscar a su hija menor fugitiva, deseó haber escuchado esas palabras.

Porque son errores de los que se arrepiente…

 

Soberbia​

“Terco”​

Fiztwilliam Darcy​

​

Ayer, hoy, y mañana. No importaba el tiempo, ni los recuerdos que vinieran a su mente. Desde que tenía uso de razón las cosas se hacían específicamente como él lo indicaba. No había nada que discutir, nada que rebatir. Él daba órdenes explícitas esperando que se cumplieran, no para que fueran cuestionadas.

Miró de mala manera al general frente a él, dejando claro lo que pensaba acerca de su necesidad “de expresar su opinión”.

—Creo que fui lo bastante claro con respecto a lo que deseo se haga con el Sr. Wickham. —Reiteró con propiedad.

—Pero Sr. Darcy, ese muchacho ha tenido un comportamiento…—comenzó a discutir el general.

—No quiero verle mañana, o las consecuencias caerán sobre usted. —Amenazó con enojo contenido, y por supuesto, diplomáticamente enmascarado.

Se puso de pie, considerando que no tenía nada más que hacer en esa oficina de quinta, si sus órdenes no eran acatadas, mañana estaría en St. Jude expresando su descontento, y las represalias vendrían para todo el escuadrón.

Porque detestaba no ser obedecido…