Ojos tristes

Ojos tristes

*Concurso: We <3 Drabbles~

*Categoría: Drabble

*Autora: Reyka Uchiha.

*Advertencias: Muerte de uno de los personajes, resentimiento y soledad en un corazón infantil.

*Aclaraciones:
Cambio de escena: -------

Pensamiento del personaje: >> bla-bla <<

*Palabras: 500 palabras +2 del titulo =502


*Disclaimer: Es una vivencia personal

Titulo: Ojos tristes​

—Lo siento
Expresó a mis padres aquel señor de ropajes blancos y estetoscopio colgando de su cuello, llenando de un cruel dolor y amargo llanto sus rostros.

Me preguntaba a la corta edad de cinco años:

—¿Dónde está, a qué hora aparecería por la entrada de mi salón aquella figura alta y robusta de aquel hombre de cabellos tintados de nieve y una fina brisa de roció sobre sus pupilas, aquel que día con día llegaba a recogerme?

No llegó, esa tarde fue mi padre el que asistió; al llegar a casa mi madre cambió mis ropas por un largo vestido negro. Unas silenciosas lágrimas debes en cuando escapaban de sus ojos, volviéndose incontrolables y enmudeciéndoles cuando yo les preguntaba por él.

—Mamá, papá ¿Dónde está mi abuelo?

Ahora que puedo mirarle, lo sé. Poco a poco su rostro marcado por los años se va perdiendo de mi vista, él se va rodeando de la oscuridad que de ahora en adelante le acompañara en este cementerio, mis ojos se inundan de lágrimas aceptando la soledad que de ahora en adelante será mi amarga compañera.

¿Cuándo escucharé de nuevo su voz cariñosa nombrarme?

—Nunca—mientras el caudal de mis orbes negros se desborda por mis mejillas, escapa esa palabra de mis delgados y pequeños labios.

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Han pasado dos meses desde que aquel asaltante irrumpió en la casa hiriéndole de muerte.

Desde el rincón en donde, desde aquel día de su perdida observo al resto del mundo, despertando a tan temprana edad en mí sentimientos que antes de eso desconocía.

—¡Abuelo!— escucho y veo a otros niños llamarles y correr tomados de la mano de hombres con cabellos de nieve. El dolor y la envidia nacen en mí por verles sonreír a ellos mientras amargas lágrimas escurren por mis mejillas.

Detesto con toda mi alma esa simple, pero a la vez tan despiadada palabra. Siendo aún una niña la vida me enseñó lo cruel que puede llegar a ser un “adiós”.

Aquella inocencia se esfumó en cuestión de segundos, las sonrisas que día a día pintaba en mis labios fueron borradas sin remedio alguno.

Separaron de la forma más cruel que pueda existir a un ser tan importante para mí, me privaron de sus abrazos, sus sonrisas, de esas palabras llenas de aliento y cariño, la única persona que me hacía sentir segura.

>>Como le extraño<<

La gente que me ve y me lo dice una, otra y otra vez…

—“Lo siento Reyka”

¿Sentirlo? No lo creo, ellos no saben la soledad en la que me sumerjo, el dolor que hace mella en mi frágil y pequeño corazón.

Sólo tú sabes lo que me pasa y lo que siento porque yo soy tu niña de ojos tristes, como solías llamarme cada que venias de visita a casa ya que siempre me encontrabas en medio de mi habitación, sola.

—¿Verdad, abuelo? ¿Verdad que tú siempre guiarás mis pasos?— miro al cielo desde donde me figura verte sonreír a modo de respuesta.


Fin…