One-shot Noche de Halloween [ConfortShipping]

Estaba anocheciendo. Mimi se encontraba recorriendo las calles de Ciudad Acuarela, frunciendole el ceño a la excesiva decoración de la zona aquel treinta y uno de Octubre.

Desde pocos años antes había llegado a la edad en la que la idea de disfrazarse e ir a pedir dulces le parecía una absoluta niñada. ¡Ella era Mimiko Honda! Si quería comer dulces, pues iría a comprarlos. ¡No los pediría de casa en casa con un vulgar disfraz!

A su lado, agarrando su mano, estaba Meloetta. A la pokémon melodía no parecía molestarle la decoración, y más aún parecía disfrutarla. Mimi se había encargado de arreglar su cabello como Arceus manda, y una amable señora dueña de una tienda de disfraces le había regalado un sombrero puntiagudo en cuanto la vió pasar. Meloetta tenía ese encanto con la gente, a todo el mundo parecía caerle bien.

La idea inicial había sido quedarse en casa, pero entonces Emily le había llamado para ver si quería ir con ella y Dante a pedir dulces. Ante la negativa de la Honda, Meloetta le había insistido en ir a por dulces, por lo que Mimi decidió salir a comprar unos cuantos.

El problema era que todas las tiendas de dulces por la ciudad parecían haber cerrado temprano. Mimi chasqueó la lengua al enfrentarse al quinto aviso de 'cerrado' en la quinta tienda que había decidido visitar.

"¡Es ridículo!" Le espetó a la tienda, frunciendole el ceño a la susodicha. "¡¿Quien cierra una tienda de dulces en Halloween?! ¡No tiene ningún sentido!".

Meloetta se quedó mirando el cartel. No entendía lo que ponía, pero sabía que era algo malo, puesto que Mimi se había negado a entrar en las otras cuatro tiendas con esos simbolos. ¿Porque las tiendas cerrado no servían? Meloetta decidió suspirar y decidir que los humanos eran raros.

"Vamos, Meloetta" llamó Mimi, con determinación en su mirada. "Encontraré una tienda abierta en esta perezosa ciudad aunque sea lo último que haga".

Y siguieron caminando. Mimi siguió escrutando con la mirada hacia los distintos grupos de personas que pululaban a su alrededor. Ya no estaba molesta, sino que buscaba entre la multitud caras conocidas, más concretamente a Emily. Empezaba a arrepentirse de haberse negado a acompañarla a pedir dulces. ¡La había dejado sola con Dante! No era como si Dante no fuera alguien en quien pudiera confiarle a Emily, pero temía que quizás Emily hubiera esperado tenerla a su lado para que la situación no fuera tan incómoda. ¿Que clase de amiga abandonaba a los suyos solo por no querer ponerse un disfraz? ¿Tan egoísta era? ¿Que...? ¡Uff!

Había estado tan distraída que acabó tropezando contra alguien. Meloetta, que sí se habia fijado a tiempo, logró a duras penas sujetar a Mimi para que no se tropezara y cayera.

"¡P-pero que..!" Chilló la rubia, mirando lo que la había hecho tropezar. Era un Swalot de espaldas a ella, reunido con otro grupo de pokémon que se encontraba a su alrededor. Frunció el ceño. ¿Que estaba pasando?

Al parecer, los pokémon también se estaban disfrazando. Un Arcanine a unos metros estaba luciendo una enorme gorra lo suficientemente ancha para calzar en su cabeza, junto con un chaleco y un cinturon en el que se apreciaban unas cuantas pokeballs falsas.

Un Snorlax un poco más lejos tenía un sombrero en la cabeza, y aunque estaba de espaldas, se podía observar unos lazos y un cinturon lleno de biberones. Un Sableye estaba disfrazado de marinero, con una camisa a rayas y su respectivo gorro, y en su hombro un Chatot con un parche en el ojo y un sombrero de capitán enseñaba un sacacorchos, a falta de garfio.

Humanos. Los pokémon estaban disfrazados de humanos.

El Chatot miró a Mimi y agitó las alas, mostrando una pañoleta roja en su cuello. "¡Señorita Honda!".

"¿Eh?" Farfulló Mimi. ¿De que la conocía aquel pajarraco? ¿Que rayos estaba pasando aquí?

Y entonces el Swalot delante suyo se dió la vuelta, y Mimi retrocedió. "¿Que..?".

El Swalot parecía normal, salvo que sus ojos eran de peluche, y no miraban en absoluto. Y en su boca, que parecía estar permanentemente abierta, estaba la cara de Drake.

¡Drake!

"¿Mimi?" Preguntó Drake desde su disfraz. Parecía extrañado de encontrarla por allí. "Eh, Meloetta, hola. Lindo sombrero".

Meloetta sonrió, al parecer alégre de encontrarse con su entrenador. "¡Melo! ¡Melo etta!".

Drake se giró entonces hacia Hiko, como hacía siempre que un pokémon trataba de decirle algo.

"Dice que están buscando dulces" tradujo el pájaro.

"¿Van a pedir dulces?" La pregunta de Drake resumaba duda. Mimi notó que sus mejillas se encendían.

"¡P-por supuesto que no!" Aclaró la chica. "¡Solo quería ir a una estúpida tienda a comprarlos, pero todas estan cerradas!".

"A esta hora es lógico" respondió Drake. "Ninguna tienda de dulces quiere cerrar tarde en Halloween, cuando alguien puede ir a pedir dulces gratis".

¿Eh? Mimi sintió que la cara le enrojecía de verguenza. ¿Porque no había pensado en esa posibilidad?

Un sollozo la sacó de sus pensamientos. Mimi giró la vista ante la fuente del llanto: el Snorlax. Frunció el ceño, confundida, hasta que el pokémon se giró y saludó a Mimi. En su pecho se encontraba el portabebés más ancho del mundo, y un pequeño Cyndaquil estaba arropado allí.

Drake fué hacia ellos. Soltó un biberón del cinturón de Snorlax y se lo dió al hurón. El Cyndaquil, disfrazado de bebé con un babero y un pequeño gorro, agarró el biberón con sus pequeñas patas y comenzó a alimentarse.

Mimi decidió ignorar lo tierno que era aquel Cyndaquil. "¿Y bien?" Preguntó ella, mirando a Drake de arriba a abajo con el ceño fruncido. "¿Que rayos llevas puesto?".

"Oh, ¿esto?" Drake ajustó su disfraz, como si no hubiera reparado en que lo llevaba puesto. "En realidad es un suéter, pero se le pueden cerrar las mangas. Así" Drake le mostró los cierres en los brazos, donde había cerrado las mangas para ocultar sus manos. "Lo tenía puesto cuando llegué a Galeia, porque el avión tenía aire acondicionado y eran mas de tres horas de viaje. Pero ahora con esta temperatura...me estoy asando, jo".

Mimi elevó una ceja. "Entonces...¿Vas a pedir dulces? ¿Cuantos años tienes?".

Drake notó la puya en sus palabras. Sonrió. "En realidad, estaba en contra de pedir dulces hoy. Quería prepararme para ir a la Sede del Gran Campeonato. Pero lo sometimos a votación, y mi equipo decidió que no podíamos saltarnos Halloween y los dulces". Lanzó una mirada a su equipo con fingido disgusto. "Incluso Hiko votó en mi contra".

"¡No voté en tu contra!" se defendió el Chatot. "Voté a favor de los dulces".

"Ajá" suspiró Drake. "El caso es, no podemos permitir perdernos Halloween. Si eso pasara..." Miró a Hiko.

El Chatot alzó en alto su sacacorchos. "¡Si eso pasa, nos amotinamos! ¡Arggg!".

"Exacto" respondió Drake, haciendo lo imposible por no reírse. "Lo que significa que en una futura batalla, mi equipo se dejaría ganar apropósito. Algo muy malo cuando quieres ir a un Edificio Batalla, ¿no crees?".

Mimi no sabía que responder a ello. Por suerte, Drake no se detuvo ahí. "En fin, no puedo quejarme" dijo, y volteó a mirar a la rubia. "Entonces...¿Que vas a hacer tú?".

"¿Yo?" Mimi palideció, entendiendo su propio problema. Suspiró. "S-supongo que si todas las malditas tiendas estan cerradas, no me queda otra que volver a casa" respondió, agitando su mano para quitarle importancia al asunto.

Notó entonces la forma en que Meloetta reaccionó a aquello. Primero con sorpresa, como si no se lo hubiera esperado en lo absoluto, y luego con una mueca de tristeza. Mimi nunca había sido buena leyendo a la gente. De hecho, era un tema que detestaba, porque siempre parecía que todo el mundo parecía poder leerla a ella. Pero no era así con Meloetta. La pokémon melodía, con su bondad y su alegría constante, era un libro abierto en lo que respectaba a las emociones. En ese momento sus ojos parecían decir 'Se ha rendido ya'. Hizo que Mimi se arrepintiera de lo dicho, y que sus mejillas ardieran de verguenza.

"Q-quiero decir" se corrigió ella, buscando las palabras. "R-realmente no hay forma de conseguir dulces esta noche, Meloetta. Quizás deberíamos esperar hasta mañana..."

"Hay una forma" respondió Drake entonces, haciendo que la Honda trastabillara en su discurso improvisado.

"¿La hay?" La rubia frunció el ceño. "¿Todavía queda una tienda abierta esta noche? ¡¿Y a ti se te había olvidado mencionarlo, cerebro de Slowpoke?!".

"No hay tiendas" aseguró Drake, y posó algo en la mano de Mimi: una canasta con forma de calabaza. "Pero esta noche muchas casas regalarán dulces al que llegue a su puerta con un disfraz. Y eso, si me lo preguntas, le da a los dulces un mayor valor que si los compraras en cualquier tienda".

"¿Eh?" Por un momento, Mimi se había quedado estática. Luego su rostró denotó enfado, y lanzó la canasta hacia Drake. "¡I-idiota!" Le espetó. "¡No voy a mendigar por...!".

Y de nuevo, estaba Meloetta.

Meloetta parecía haberse entusiasmado ante la idea de Drake, y había buscado otra canasta parecida a la de Mimi entre las que rodeaban al grupo. Ahora, con la canasta en sus manos, parecía expectante ante lo que Mimi fuera a decir.

¿No iba a quedar como una amargada si decidía volver a casa? ¿Eso no haría que Meloetta no quisiera que Mimi la cuidara más? Hasta ese momento la pokémon melodía había sido una bendición en su vida. Les encantaba salir a tomar té por las tardes, podían pasar todo el día de compras en algún centro comercial, y no parecía aburrirse cuando a Mimi le daba por hablar de moda. Tenían tantos gustos en común que a Mimi le enfurecía tener que devolversela algún día a Drake. ¿Cuan aburrido podía ser ese chico? ¿Acaso Meloetta no se daría cuenta que su mejor decisión sería quedarse con Mimi?

Y ahora, se daba cuenta de que cuidar de Meloetta era más que lo que había estado haciendo hasta ese momento. Mimi tenía que encargarse de su bienestar, y también tenía que hacer que se sintiera cómoda. Era casi como tener una hija. Y ahora, la única forma en que podía cumplir su parte era...

Sacudió la cabeza con verguenza, y luego se molestó consigo misma por ello. ¿Porque era tan egoísta? ¿Porque no podía pensar en lo que querían los demás? Si hubiera acompañado a Emily cuando ella se lo pidió, probablemente ya estarían de regreso, y Meloetta tendría sus dulces. Y ahora...

"A-además" comentó la rubia, con la cabeza gacha para que nadie notara que se había ruborizado. "N-no tengo ningún disfraz" admitió. "Así que, aunque quisiera...".

Notó una sombra acercarse, y apenas tuvo tiempo de alzar la mirada antes de que Meloetta recortara la distancia que las separaba. Meloetta, con su personalidad alegre y achispada que a Mimi tanto le recordaba a su amiga Emily, había encontrado solución al asunto en un momento. Se quitó el sombrero que le cubría la cabellera, y luego flotó hasta quedar a la altura de Mimi, para posteriormente colocarle el sombrero ceremoniosamente. Sonrió ante el resultado.

"¡Melo!" Comunicó.

"Es buena idea" convino Drake, mirando el resultado. "Eres una bruja".

Mimi decidió ignorar aquel juego de palabras. "Aún no estoy segura de esto. ¿No podemos solo esperar a mañana?" Le preguntó a Meloetta. La pokémon melodía negó con la cabeza, con su enorme sonrisa. "¿No te molesta no tener disfraz?".

Meloetta pareció pensarlo. Luego sus ojos se abrieron como si hubiera tenido una idea, y empezó a cantar.

Toda persona a menos de cincuenta metros de distancia sintió en ese momento la misma sensación: la melodía que estaba escuchando tenía un tono y ritmo que ningún instrumento, persona o pokémon podría emular nunca. Una canción que había sido creada mucho antes de que el mundo que para ellos era natural hubiera tenido alguna semejanza con el actual. La esencia pura del avance del tiempo, y al mismo tiempo, de la humanidad.

Meloetta había empezado a brillar, y cuando la canción se detuvo, ya no era la misma. Ahora tenía el cabello recogido en unos lazos por encima de su cabeza. Su cabellera había pasado a ser del color de las hojas de otoño, y sus ojos ahora eran de color escarlata. Su vestido, anteriormente emulando un traje de noche, ahora parecía un tutú de color negro, con un lazo naranja en su cintura.

"Meloetta" fue Drake el que habló, ensimisado por el repentino cambio. "Te ves preciosa".

Sableye silbó, y Chatot en su hombro pareció ponerse del color de su pañoleta.

"¡Eh!" Se quejó entonces Mimi, encarando a Drake. "¿Como que preciosa? ¡No le digas esas cosas, p-pervertido!".

"¿Que? ¡No lo dije en ese sentido!" Protestó el chico.

"¡Eso ya no importa, rayos! ¡S-solo callate!".

Meloetta no parecía haber reaccionado al halago. Sin embargo, Mimi pudo notar la sonrisa de Meloetta. Parecía decir 'Ya lo sé'.

¿Eh? Eso no encajaba con lo que Mimi sabía de Meloetta. La pokémon melodía era alegre y dulce, y modesta. Pero ahora, parecía que al cambiar de forma tambien hubiera cambiado de personalidad. ¿Aquello era posible siquiera? Meloetta ahora parecía ser...orgullosa.

Y Mimi respetaba aquello.

Meloetta se pavoneó hacia ella, para luego quedarsele mirando. Sus ojos preguntaban '¿Podemos ir ya?'

"Yo..." Mimi titubeó de nuevo. "¡E-esto es estúpido! ¡Yo no necesito hacer limosna por simples caramelos! ¡Yo soy...!"

Y entonces volteó, y encontró que Drake estaba a su lado, ofreciendole su brazo. El chico sonreía, y Mimi se dió cuenta de que él parecía saber lo que a ella le costaba ceder aquella noche. Como si la conociera. Oh, Arceus, ¿sería posible? ¿Había permitido que aquel idiota antisocial supiera tanto de ella? ¡Q-que vergonzoso! ¡Era inaceptable!

¿O no?

"No estoy segura" admitió ella.

"¿Que es lo peor que podría pasar?" Preguntó Drake, con aire conspirativo.

A Mimi se le ocurrían muchas cosas. Pero se dió cuenta de que no había nada que ella pudiera decir para que él desistiera. Aquello la convenció.

Sus mejillas se encendieron. "Swalot estúpido" refunfuñó con fingido mal humor. "Y-yo...voy a acompañarte, pues, ya que pareces tan desesperado" alegó, poniendo su dignidad en principio.

Y tomó su brazo.

Drake sonrió, complacido, y aunque Mimi aún en su interior se preguntaba si era una buena idea, se dejo llevar.



Tres horas después

"Aló, ¿policia?" Emily estaba hablando muy rápido al otro lado de la línea, muerta de preocupación. "¡Tienen que ayudarme! ¡Mi mejor amiga ha desaparecido!"

Había llegado a la casa de Mimi un par de horas antes, luego de despedirse de Dante. Al ver que Mimi no se encontraba en casa, había decidido esperarle, creyendo que solo había ido de compras con Meloetta o algo por el estilo. Pero ahora, luego de que pasaran dos horas y no respondiera a su móvil, Emily empezaba a temer que pudiera haberle pasado algo.

"Señorita" el oficial al otro lado de la línea empezó a tomar notas. "¿No cree usted que quizás su amiga haya salido a pedir dulces? Es lo normal por estas fechas".

"¡No!" Emily negó con la cabeza, aun a sabiendas que el policia no podía ver el gesto. "Ella nunca haría...¡MIMI!"

La rubia acababa de entrar al umbral. Meloetta a su lado había recuperado su sombrero y su imagen habitual, y cada una cargaba una canasta a rebosar de caramelos.

"¡Eso ha sido rápido!" dijo Emily al hombre de la otra línea, confundiendolo a sobremanera. "¡Muchísimas gracias" y colgó. "¡Mimi! ¿Donde estabas? ¡Estaba muy preocupada!".

La rubia tuvo un impulso repentino de contarle la verdad, de decirle que había ido con Drake a pedir dulces, y que pese a las probabilidades, se había divertido bastante. Pero luego desechó la idea. Se conocía a si misma, y sabía que incluso aunque empezara la respuesta queriendo ser sincera, daría un giro de ciento ochenta grados y terminaría excusandose con lo primero que se imaginara.

"¿Yo? He ido a comprar dulces con Meloetta, por supuesto" comentó Mimi entonces, queriendo asegurarse de sonar convincente. "Al principio no quisieron abrirme, ¡pero no pudieron conmigo! ¡Los obligué a atenderme amenazandolos con llamar a un abogado!" Y sonrió, satisfecha consigo misma.

Emily se preguntó entonces con dulzura si algún día su amiga aprendería a mentir mejor. Se dijo que lo mejor era que no, porque quería a Mimi justo como era, excusas ridículas incluídas.

"Está bien" dijo entonces, aceptando la mentira con una sonrisa. "¿Me regalas un chocolate?".

FIN

Contenido oculto

@Noir, acá está x//D y creo que debería etiquetar también a @Amane ewe

¿Porqué anexé al final un momento Mimily, siendo un escrito de Comfort? Porque algo común de los fics de shipping es que solo trata de la pareja a la que va dedicada al escrito. Pero en el rol es mas común que haya momentos Mimily, luego momentos Tsuntsun, luego momentos Comfort y luego Mimi llorando por su BakaShipping perdido. Es decir, no se enfoca en un solo shipping, y quise plasmar eso en el escrito para sentirlo más cannon :3

Espero que les haya gustado uwu<3 y Noir, lamento haberme tardado tanto /n\