No más Yomogi [Kobato]

No más Yomogi [Kobato]

Bien, dado que se ha dado luz verde para publicar los drabbles del concurso de Olímpicos CLAMP he aquí el mío. Es mi propio punto de vista de cómo es Okiura o de cómo pienso que es, no hay nada de Fujibato en esto, pero aún así espero que les agrade.

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No más Yomogi
Drabble
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Una hermosa noche de verano se extendía por la ciudad, pero para mí no tenía ningún sentido, estaba enfadado, no podía quitarle la vista de encima a la Guardería Yomogi, donde estaba mi ex.

Todavía me parecía escuchar el repicar de las campanas de la iglesia cuando decidí darle el sí a Sayaka, la mujer en la cual había confiado; incluso podía ver los rostros de los invitados y vislumbrar al pequeño Kiyokazu con el entrecejo fruncido, aunque para mi era todo felicidad. Ella se veía hermosa y ambos pensabámos que lo que se extendía ante nosotros era un futuro prometedor y próspero, pero no había sido así.

Su padre nos había dejado con tantas deudas que conforme pasaron los meses, comenzaron las peleas, yo no podía controlar mi temperamento cuando veía las facturas sin pagar que se amontonaban en el escritorio, pero podía ocultar muy bien el enojo tras una sonrisa, hábito que aún sigo conservando, primero por el bien de los niños de Yomogi, después por ella y por último por mi, después de todo, podía solucionar casi cualquier cosa con un cigarrillo, no necesitaba perder los estribos.

Me había prometido que continuaría al lado de Sayaka y aunque seguíamos endeudados, la promesa de formar una familia junto a ella me animaba a seguir allí, trabajando y ayudando. Pero pasaron los años y la familia nunca se formó. Sayaka no podía quedar embarazada.

¡Cuán estúpido me había sentido al saberlo! ¡Cuánto tiempo había desperdiciado a su lado! No pasó mucho antes de que decidiera dejarla, harto de ella, de los niños que nunca podría tener, de las deudas, de todo.

Fue entonces cuando decidí acabar con su vida como ella había hecho con la mía, le quitaría todo lo que tenía, cada una de las cosas que amaba, para que sintiera lo mismo que yo, el dolor y la desesperación de la pérdida.

No sin trabajo conseguí hacer migas con los de la mafia, ya no me importaba mucho mi reputación, no con tal de cumplir mis propósitos. A base de engaños, logré engatusarla para que pidiera un préstamo y después llamé para cobrarlo, ése y los demás que había adquirido su padre, que ahora yacían en mi poder y estaban a punto de expirar, ayudándome.

Una risita me devolvió a la realidad y la miré despidiéndose de Kobato con el semblante sereno a pesar de estar sufriendo.
Prendí otro cigarrillo para calmar mi cólera, no había necesidad de apresurar las cosas.

Muy pronto ya no habría más Yomogi.

FIN.​