de Inuyasha - Naturaleza cautivadora (SesshoxRin)

Naturaleza cautivadora (SesshoxRin)

Hola a todos ^^
Este es un one-shot y UA que hice como respuesta al reto de AlexA. Espero que te guste.


-Otra vez “Sesshomaru-sama” por aquí- pensó la peli negra, no era la primera vez que el mayor de los Taisho aparecía en la cafetería donde trabajaba.

Con la mejor de sus sonrisas se acercó a atenderlo mientras él le brindaba una gélida mirada a ella y a todos los presentes.

-Solo deseo un café, negro y sin azúcar- masculló fríamente el joven antes de que la chica dijera frase alguna, no le interesaba intercambiar palabras de más con desconocidos.

La joven lo recorrió con la mirada mientras buscaba alguna frase que justificara una conversación más larga. Siguió pensando, sin éxito, para al final retirarse claro está sin borrar su dulce sonrisa.

Sesshomaru Taisho la siguió con la mirada, fastidiado. ¿Es que esa chica siempre tenía que sonreír? Ya no sabía de qué manera ignorarla para que borrara ese gesto, había tratado de todas las maneras posibles y ella siempre lo recibía igual, con su sonrisa pura y sincera. No es que él tuviera algo en contra de la gente que sonríe, a pesar de que no lo hiciera a menudo; por no decir nunca, era la dulzura de la sonrisa lo que lo incomodaba.

-Aquí tienes- casi susurró la joven al verlo tan ensimismado. –Son… - trató la peli negra de indicar el precio pero fue interrumpida por un gesto del peli plata quien se limitó a enseñarle su recibo.

Rin se intimidó un poco ante la dureza del chico pero lo disimuló como mejor pudo. Se retiró rápidamente y fue a ocultarse a la cocina. No sin antes dedicarle una rápida mirada, acompañada de su más dulce sonrisa al joven Taisho.

Al terminar su café el chico se levantó de la mesa un poco más molesto que de costumbre. Le fastidiaba aquella sonrisa, estaba habituado a que la gente lo mirara con respeto e incluso un poco de miedo. Pero no ella, aquella muchacha siempre iba a sonreírle de la manera más tranquila. Aún cuando él fuera tan serio con ella como lo era con todos los demás, el mayor de los Taisho sabía que aquella mujer tenía algo diferente, pero no sabía qué. Aparte que esa sonrisa tenía algo, él sabía que había algo en esa sonrisa.

Así pasaron las semanas con la misma dinámica. La única diferencia era el gradual y lento cambio en la actitud de Sesshomaru, probablemente nadie aparte de la joven que servía el café podía notarlo. Seguía con las maneras de siempre pero su mirada no era tan dura como al principio; sin mencionar que ahora de hecho miraba a la joven unos segundos antes de musitar un apresurado “gracias”. Luego como cambiando de opinión se dedicaba a proporcionar una álgida mirada a cualquiera que lo estuviera observando.

A Rin se la veía más contenta que nunca, pues sabía que los cambios en el peli plata significaban bastante. Le gustaba mucho que “Sesshomaru-Sama” se comportara más gentil con ella, le había llamado la atención desde el primer momento en que le vio y le parecía que aquella mirada ambarina escondía más de lo que aquel chico dejaba entrever.

“Sesshomaru-sama” tenía 21 años, aquello hacía que Rin se sintiera un poco tonta al llamarlo tan respetuosamente, ya que el joven Taisho solo era mayor que ella por dos años. Sin embargo, era él tan imponente que ella no podía evitarlo.

Durante una noche lluviosa la peli negra salió a dar una vuelta por la ciudad, gustaba de largos paseos bajo la lluvia y esa parecía la oportunidad perfecta. Sin embargo, a mitad de camino se vio forzada a detenerse por que unos chicos le cerraron el paso.

-¿Qué quieren?- murmuró Rin un poco asustada, ya había visto a aquellos chicos con anterioridad y nunca le habían agradado.

-Sabes bien que queremos- le dijo uno de ellos mientras le sonreía lujuriosamente e iba acercándose a ella mientras la joven lo miraba horrorizada.

-¡Déjenme en paz! –gritó la peli negra con todas sus fuerzas tratando de que alguien la oyera pero el lugar parecía desierto.

Rin comenzó a retroceder pero ellos la superaban en número y lentamente comenzaron a rodearla mientras ella trataba inútilmente de cubrirse el rostro. Los chicos comenzaron a jalarla de los brazos y el que parecía el líder del grupo se iba acercando a la joven mientras su sonrisa se iba ensanchando al sentir el aroma a jazmín que se desprendía del cabello de la muchacha. Segundos antes de tocar a la peli negra sintió como su cabeza tocaba el pavimento y algunos gritos se escuchaban en el fondo, todos provenían de voces conocidas para aquél depravado.

Rin abrió los ojos al escuchar los gritos que eran provocados por su salvador nocturno, su “Sesshomaru-sama”. La joven se sorprendió al ver que era el mayor de los Taisho quien la había defendido y ahora se colocaba delante de ella de manera protectora.

-Rin vete de aquí- dijo calmadamente Sesshomaru mientras la muchacha seguía mirándolo atónita sin saber qué hacer. Bastó una rápida mirada del peli plata con aquel característico brillo en sus ojos, reservado únicamente para ella, como advirtiéndole de que no le pediría lo mismo dos veces para que la joven decidiera marcharse lentamente.

-El joven Taisho defendiendo a una pobre indefensa, que conmovedor-se burló el líder del grupo, tratando de sonar valiente, sin embargo un tono de miedo se advertía en su voz.

-Yo que tú no me preocuparía por ella, escoria- le replicó el peli plata despectivamente, mientras se acercaba al chico con claras intenciones de golpearlo. – No pienso ensuciarme las manos contigo, vete ahora que puedes o habrá consecuencias-

El joven y su pandilla se fueron rápidamente, conocida era la fama del mayor de los Taisho como el mejor luchador de toda la ciudad, se mantenía invicto y todos lo pensaban dos veces antes de entrometerse en su camino.

Sesshomaru se dio la vuelta percatándose de la presencia de Rin a escasos metros de él. Ella lo miraba medio asustada aún y a la vez medio fascinada. Cuando sus miradas se cruzaron ella le dedicó la más grande de sus sonrisas como agradecimiento por haberla salvado. El joven Taisho la miró fijamente durante unos segundos antes de continuar.

-Ten más cuidado la próxima vez, Rin- indicó el peli plata deteniéndose frente a ella para contemplarla una vez más.

-Sí, Sesshomaru-Sama- le replicó la joven, más sonriente que nunca, con la alegría marcada en sus dulces ojos.

-Me ha sonreído, ¡Me ha sonreído!- pensaba entusiasmada la peli negra mientras saltaba de felicidad.

Tal vez fue solo su imaginación, tal vez no miró bien, pero podía jurar que su “Sesshomaru-Sama” le había dedicado una pequeña y fugaz sonrisa antes de continuar su camino. Probablemente Rin tuviera razón y aquella mirada ambarina sí mostrara más de lo pensado y quizás Sesshomaru estuviera en lo cierto al pensar que ella era diferente a los demás pero que igual, a su sonriente modo, lo respetaba.

“Sesshomaru-sama”, la frase deambulaba en el subconsciente del peli plata.

– Supongo que comenzar a tomar dos tazas de café al día no me haría mal.- murmuró para sus adentros el joven Taisho – Quizá hasta tres. – se dijo a sí mismo Sesshomaru mientras una semi sonrisa se formaba en su rostro.