MI HISTORIA DE AMOR: CARMESÍ COMO LA PASIÓN

Aun no podía creer lo que acababa de escuchar, todos habían concordado, se me declaró culpable. Pero ¿realmente lo soy? Todo el jurado terminó por convencerse de que sí cuando la chica de cabellos rosas subió al estrado y contó su versión de los hechos…

“Llegó a casa con un bebé en brazos, al ver el cabello rubio y el color de los ojos…los ojos…solo una persona tenía esos ojos…solo Hinata Hyuga tenía ese color, yo quedé confundida por verlo con el bebé de Naruto y Hinata en brazos; pero después me sentí aterrada al ver su camisa cubierta de color carmesí y su rostro con una expresión de tranquilidad…yo…yo ¡lo siento Sasuke! pero debo decirles la verdad” dijo la chica mientras de su ojos brotaban las lagrimas.

¡Chica tonta! Siempre fue tan débil, ni siquiera era capaz de mentir en el juicio del hombre a quien supuestamente amaba, ahora que ponía a prueba su “gran amor” tambaleaba. Siempre había sido así ella tomaba decisiones equivocadas, haciéndome con ello enfadar.

Pero ella…ella era diferente, podía arriesgar su vida para que su amado no sufriera, sí Hinata Hyuga era diferente de cualquier otra chica en toda Konoha. Tenía la más hermosa figura, su piel blanca cual porcelana, su rostro angelical, sus ojos eran dos bellos luceros que alumbraban mi oscura existencia. Desde un principio nuestra historia de amor fue carmesí…como la sangre… como el color de la pasión.

-¡Oh dios mío, su herida esta sangrando!- al tiempo que me acompañaba de vuelta a mi cama- debe recostarse y ¡no levantarse!- dijo en tono serio.
-Debo ir a ver como esta Naruto- dije ignorando la sugerencia de la chica.
-No, Uchiha-san se quedará en cama y yo le avisaré el estado de Naruto-kun; pero antes debo cambiar los vendajes y hacer una curación a su herida ¿le parece?- dijo sonriendo.

Apenas iba yo a negarme cuando ella estaba ya levantando mi camisa…

-¡Qué haces!
-Tengo que hacerlo para poder curarle- dijo sonrojada y sin levantar la mirada.

En ese momento fue que lo sentí, es como si una gran ola se estrellara con una roca, así de repente llega. Ella me pareció tan dulce e inocente, diferente a todas las que había conocido. Admito que disfrute ver su rostro ruborizado y sus delicadas manos tocando mi abdomen pero lo que más me pareció divertido fue cuando ella preguntó si sentía dolor.

-Sí me molesta- dije enojado- no sirves para esto- al tiempo que retiré sus manos de mi cuerpo.
-Yo…- dijo avergonzada
-Aunque… se me ocurre algo para lo cual quizás sirvas- dije sonriendo con malicia.

Entonces sujete su muñeca y en un instante tenía su cuerpo bajo el mío, en su rostro tenía una expresión de temor.

-¡Suélteme, por favor!- decía suplicando.
-Vamos, no creo que seas nueva en estas cosas- le dije al oído, mientras una de mis manos se escabullía por debajo de su falda.

Es decir no podía serlo ¿o sí?, Sakura que gritaba a los cuatro vientos su pureza y castidad ya había pasado momentos muy agradables y divertidos a mi lado, ¿acaso Hyuga nunca lo habría experimentado?

Sujeté su rostro y la besé pero ella mordió mis labios…entonces…

-¡Sasuke! ¡Sasuke!- gritaban del otro lado de la puerta- ¿puedo pasar?-dijo al tiempo que abría la puerta de la habitación.

Solté a la chica ella se sentó en la orilla de la cama con lagrimas en el rostro acomodaba su falda.

-Hinata, no sabía que estabas aquí, ¿te sucede algo?- dijo el rubio preocupado.
-No- dijo con la voz entre cortada por el llanto- con su permiso- y salió rápidamente de la habitación.
-Hinata ¡espera!
-Naruto ¿te encuentras bien? ¿Cómo te sientes?
-Estoy bien Sasuke, después hablamos voy con Hinata- y salió tras ella.

Mi recuperación fue rápida y al salir del hospital me marché de la aldea por un tiempo para cumplir con algunas misiones.

-¡Hey Sasuke! Cuanto tiempo- dijo dándome una palmada en la espalda.
-Acabo de volver de unas misiones, veo que tú estas ya totalmente recuperado Naruto.
-Así es, volviste justo a tiempo para mi fiesta de compromiso.
-¿Cómo dices?
-Que me casó Sasuke, ¡Uzumaki va ya rumbo al altar!-dijo alegremente- venga no puedes faltar a mi fiesta de compromiso es hoy, mira te voy anotar la dirección para que asistas.
-Esta bien, trataré de ir para conocer a la pobre que cargará contigo para toda la vida.
-Si bueno ahí te esperamos mi prometida y yo- dijo marchándose.

El lugar donde se llevaba acabo la recepción era realmente grande y elegante, adornado con una flores blancas por todos lados, entré al lugar sin mucho ánimo, realmente me encontraba ahí solo porque me sentía un poco comprometido con Naruto; pero después vi algo que llamó mi atención justo en la barra de las bebidas.

-Hola hermosa- dije mientras pasaba mi mano por su cintura-¿continuamos donde nos quedamos la ocasión pasada?- susurre a su oído.

La chica se quedó congelada sin poder articular frase alguna.

-¡Sasuke!-de pronto una palmada en mi espalda.
-Naruto…- dije sin mucho entusiasmo.
-Vaya ya te encontraste con mi prometida- dijo sonriendo.
-¿Cómo?
-Sí, Hinata será mi esposa- dijo emocionado.
-Pues muchas felicidades a los dos.

La vida es a veces tan caprichosa, yo al fin había encontrado a una persona que me parecía interesante, diferente a las demás… una persona que al verla sentía dentro de mí algo difícil de explicar… yo que nunca había tenido nada… ni sentido nada… ahora sentía por esa bella chica pasión y creo que hasta podía sentir amor…

Y mi amigo me la arrebataba… ¿soy culpable por querer recuperar algo mío? ¿Alguien que nunca tuvo nada es culpable por querer retener lo único que le había pertenecido? ¡No! ¡Él culpable es ese rubio que esta sentado ahí acusándome de quitarle algo que él primero me había robado!

Porque yo sé que ella también me amó, me lo decía su cuerpo cuando la tocaba, con cada caricia mía se estremecía… ¿cómo podía una chica como ella casarse con alguien como Naruto? No me podía explicar el hecho de que ella me rechazaba y aceptaba a alguien como Uzumaki… ¿siento amor o es orgullo? De pronto una voz me sacó de mis pensamientos.