Microrrelato Malestar Nocturno

Misterio/suspenso porque YOLO (?)
No hay mucho que decir. Es una situación común, muchos han pasado por ella al menos una vez de forma más, digamos, leve, y otros tenemos episodios más recurrentes mezclados con alucinaciones que resultan bastante agotadores, pues interrumpen no sólo el sueño, sino la tranquilidad del pensamiento.

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Malestar Nocturno

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La oscuridad era profunda, absoluta, no había oportunidad siquiera de ver siluetas e incluso así, sabía que las probabilidades de ver algo terrible eran muy altas. Intentó moverse, pero le era imposible, su cuerpo no quería cooperar, empezaba a alterarse sabía lo que venía a continuación, su ritmo cardíaco empezó a acelerar. Fue entonces que comenzó, risas hicieron eco a su alrededor, toda una multitud riendo, se esforzó nuevamente por moverse y esta vez lo logró, silenciando las risas. Había despertado de otro de aquellos malditos episodios, estaba harta de ello y completamente agotada, quería seguir durmiendo, pero sabía que de hacerlo de inmediato, volvería a suceder. Luchó contra su cansancio pero cayó rendida de todas formas.
La oscuridad volvió, abismal y asfixiante. Escuchó la respiración de alguien junto a ella y esta vez, su corazón se disparó, latiendo desbocado. Intentó en vano moverse, el terror se apoderó de ella mientras el desconocido seguía respirando a su lado, de repente se detuvo y una risa hizo eco en la penumbra, sentía el corazón latir casi en su garganta, quería despertar de una vez, la risa continuó rebotando en las paredes. No pudo más y con todas las fuerzas de las que creía capaz, gritó rompiendo con aquella horrible carcajada que la atormentaba, el grito rasgó su garganta y fue capaz de despertar nuevamente. Se incorporó con el corazón queriendo salirse de su pecho, buscó a tientas el teléfono celular hasta que dio con él y lo desbloqueó de inmediato, iluminando levemente la oscuridad de la habitación. Permaneció un rato mirando la pantalla sin moverse, buscó entre las mantas los auriculares y los conectó mientras volvía a recostarse.

—Estoy harta de esto —dijo para sí misma, se colocó los auriculares y una canción al azar. La luz de la pantalla dejaba ver las manchas oscuras bajo sus ojos, cada vez más notorias. Dejó el aparato a un lado, minutos después volvió a dormirse y no tardó en volver a encontrarse inmóvil en medio de la abismal oscuridad. Al parecer sería una de esas noches terribles por culpa de su agotamiento y la parálisis del sueño.

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