Le Fay♥ | SasuSaku

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Ann Loraine, 9 Octubre 2011.

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    Ann Loraine

    Ann Loraine Iniciado

    Piscis
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    9 Octubre 2011
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    45
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    Escritora
    Título:
    Le Fay♥ | SasuSaku
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2043
    Le Fay

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    S&S

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    Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen.

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    1
    Una fata a Firenze

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    Tanti auguri a te, *tanti auguri a te, tanti auguri Sakura, taaanti auguri a teee…-la voz de mamá deseándome dulcemente feliz cumpleaños al oído me despertó poco a poco. Abrí mis ojos lentamente y… ¡Flash! Una luz impactó en mi rostro. -¡Menuda cara te ha salido en la foto! –se carcajeó la mujer que me trajo al mundo.

    Bostecé y me restregué los ojos adormilada, quitando las legañas.

    —¡Mamá! –me quejé. Ella solo rió levemente mientras se escuchaba unos pasos acercarse a la cama.

    Buon giorno*, ¡Feliz cumple cielo! –me abrazó mi padre, haciendo que me levantara de mi cómodo lecho. Suspiré. No me gustaba mucho celebrar mi cumpleaños, pero mis padres se veían tan felices consintiéndome que me lo tragué.

    —Gracias mamá, papá –les regalé una sonrisa sincera. Eran los mejores. Mi padre era ligeramente fornido, de cabello rubio, estatura alta y sus ojos eran mucho más azules que el mismísimo corazón del océano. Era un hombre bellissimo. Mientras que mi madre era menuda, delgadita pero bien proporcionada, cabello corto de un color rojizo y ojos color verde oscuro. Sinceramente, los adoraba.

    Cada uno se fue a sus deberes, mamá a arreglar la casa y a terminar una pintura que había comenzado, mientras que papá se fue a la estación de bomberos. Llevábamos una vida muy tranquila en la pequeña y hermosa ciudad de Firenze, en Italia. Me gustaba mi vida allí, era muy pacífica nada del otro mundo. Pero algo muy dentro de mí me daba la impresión de que no era el lugar correcto donde debía estar. Me agradaba, pues vivía con mis padres, pero a la vez me sentía como un pez fuera del agua.

    El reloj de mesita marcaba las ocho y treinta de la mañana. Me estiré un poco y fui en dirección a mi closet a buscar ropa deportiva. Se me antojó correr por el parque para despertar mis músculos.

    Cuando deslicé mi short de pijama sentí algo suave y peludo pasándome entre las piernas y haciéndome cosquillas. Me reí levemente mientras alzaba a Peter, mi peludo gato siamés. Cuando lo puse a la altura de mi rostro alzó una patica y me tocó la nariz con ella, maullando.

    —Muchísimas gracias apuesto caballero, me llena de placer el hecho de que me haya felicitado en el día de mi cumpleaños. ¿Me concede esta pieza il mio príncipe*? –bromeé tarareando, mientras danzaba con él en mis brazos.

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    Bajé el volumen de mi iPod justo en el momento que sonó una explosión entre los árboles.

    Destinazione*…

    Con mucha curiosidad y cuidado, me acerqué al lugar donde había escuchado el ruido. Caminé entre varios árboles hasta llegar a un claro un poco destruido, pues el césped había sido quemado por fuego y todas las flores yacían muertas y destrozadas.

    Cuando alcé la mirada mis ojos se abrieron de par en par.

    —In…cre…í…ble…

    Frente a mí se alzaba un monstruo –mejor dicho, un ogro- de un color verde oliva con ojos amarillentos vestido únicamente por un taparrabo de color marrón. Éste me miró fijamente frunciendo el ceño y entonces, gritó. Me tapé los oídos ante el aterrador sonido.

    —¡Cuidadooo! –bramó una voz femenina detrás del ogro, que venía corriendo hacia mí con intenciones de mandarme al otro mundo.

    Vi pasar mi vida frente a mis ojos rápidamente, imágenes de mi niñez, de mis cumpleaños anteriores, días de picnic con mis papás, la primera foto del anuario cuando tenía nueve años en la que salía con frenillos, entre otras bonitas y vergonzosas memorias. Con los ojos aguados, grité del miedo y por instinto alcé mis brazos auto protegiéndome.

    Algo que no me esperaba sucedió. De las palmas de mis manos brotó una luz blanca en forma de un animal parecido a un dragón y "acabó" con el ogro volviéndolo cenizas antes de que pudiera decir, auch.

    Un poco mareada, sentada de nalgas en el suelo y sobándome la cabeza reaccioné. ¿Qué había sucedido?

    —¡Wow! ¡Qué poderosa! –exclamó la chica que había gritado anteriormente y en la que acababa de fijarme- Pero de igual manera se ha
    escapado, ¡rayos! -Era como de mi edad, de estatura media, con un largo y brillante cabello del color del sol recogido en una coleta alta, un par de ojos que parecían dos metras azules y además, era delgada con una cintura del tamaño de una aceituna (scherzo!*).

    —¿Qué demonios fue eso? –inquirí aún desconcertada observando mis palmas.

    —¿De qué hablas? ¡Pequeña bruja haz ahuyentado al ogro! Me ha estado siguiendo desde que salí de Solaria hacia Le Fay, y he caído aquí en la tierra por un ataque imprevisto.

    —¿Solaria? ¿Le Fay? –no entendí ni pío en esa oración.

    Ella rió mientras observaba mis ojos que se habían convertido en dos signos de interrogación.

    —Lo siento no me he presentado, mi nombre es Ino Yamanaka, princesa de Solaria, un mundo algo lejos del tuyo, el mundo del sol. Y al igual que tú soy una bruja –recitó con una sonrisa, como si fuera lo más normal del .mundo.

    —¿Una bruja…? –susurré más para mí misma.

    —Así es. Parece que no sabes mucho del tema. ¡Pero no te preocupes, yo te contaré! Le Fay es la mejor academia para hechiceras de magia blanca del Universo, me dirigía hacia allá cuando fui interceptada por ese ogro-come-brujitas y caí en este planeta.

    —¿Magia blanca?

    —Sí, existen tres academias: Le Fay que únicamente acepta a brujas adolescentes de padres mágicos que practican magia blanca y pura, nuestra directora es la poderosísima bruja Tsunade Senju –dijo orgullosa-, también está O'Leary la academia de las hechiceras de magia oscura –Ino hizo una pausa para hacer una cara de asco y luego rió levemente- ¡son unas brujas! En el mal sentido de la palabra. De esa escuela han salido solo brujas malévolas que hacen el mal. Nada más con ver a su director Orochimaru te puedes dar cuenta. ¡Esa serpiente! …Y por último están los especialistas de Fontana rossa –al mencionar ese nombre salieron corazones de sus ojos-, he ahí los hombres más espectaculares de todo lo existente. Ellos son especialistas, defensores de nuestro universo. Algo así como ehm… estem…

    Se quedó dubitativa buscando una palabra de la cual se había olvidado.

    —¿Policías? –completé instintivamente.

    —¡Sí! Algo así, pero mágico –sacó la lengua mientras se rascaba la parte de atrás de la cabeza- El señor Jiraiya es el director de esa academia y es muy amigo de Lady Tsunade. Deberías venir conmigo a Le Fay. Empezará un nuevo curso en dos días y aprenderás mucho. Lograrás controlar tu magia, harás amigos y hasta podrías conocer un chico de Fontana –dijo alegre.

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    ¿Quién era yo en realidad?

    No estaba muy segura de ello. Había crecido en un entorno feliz, con unos papás que me adoraban y sin nada que me faltara. Mi vida humana era lo más perfecta posible. Perfecta.

    Pero, ¿quién era yo?

    Era hora de encontrar mi verdadero yo interior. Y mis padres lo tenían que comprender. Ino había mencionado que Le Fay únicamente aceptaba a hijas de magos y brujas… pero mis padres eran personas comunes y corrientes, no mágicos. Iría a esa academia en busca de respuestas.

    No había pasado mucho desde que apagué las luces para dormir. Me pregunté si Ino ya se había dormido y por curiosidad abrí un ojo para verla. En efecto, estaba dormida, con la boca entreabierta y roncaba suavecito. Sonreí y volví a cerrarlo. Mañana tendría que sacarle en cara para divertirme un poco.

    Bostecé y me acurruqué a una almohada.

    Esa tarde Ino había ido conmigo a mi casa y les habíamos hablado a mis padres de los últimos sucesos. Después de unos cuantos desmayos, gritos, preguntas y una torta de cumpleaños que Ino había hecho aparecer, habíamos acordado irnos a la cama y meditar con la almohada para decidir qué era lo que íbamos a hacer.

    Mañana temprano les haría saber a mis padres mi decisión de irme a estudiar magia y hechicería. Y luego me iría con Ino.

    Abracé con más fuerza la almohada de plumas y me quedé dormida en los brazos de Morfeo.

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    *Tanti auguri a te: Felíz cumpleaños.
    *Buon giorno: Buenos días.
    *Scherzo: Solo bromeaba.
    *Destinazione: Destino.
    *il mio principe: Mi príncipe.

    ¡Hola chicas/os! Siempre había querido escribir una historia sobre magia y hechicería, pero no me animaba, hasta ahora. Espero que les haya gustado. ¿Merece un review? ;).
     
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