Self-insert La violencia de los cuerpos

N/A: son días extraños y nunca había probado escribir sobre algo que no fuera ficción. Se siente increíblemente cercano, y pesa un poco pero también libera. Also, estoy bastante satisfecha con el resultado, sobre todo porque ni siquiera lo pensé. Vaya, las palabras salieron casi vomitadas.
Anyways, me dejo de hablar. Dejo de soundtrack la hermosa canción de Aimer que me motivó para escribirlo. Such a strong and powerful song, gosh.

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La violencia de los cuerpos​

La violencia atraviesa las paredes de cemento, las finas puertas de madera, las sábanas tibias. Lo atraviesa y lo desgarra todo. Posee la intensidad de un tornado, la oscuridad de la más larga noche y el sufrimiento de incontables años en silencio. Es una fuerza poderosa y necesaria, es lo que estalla contra toda voluntad.

Atraviesa.
Desgarra.
Perfora.
Lastima.

¿Cuál es la respuesta correcta? ¿Cómo enfrentar la violencia encerrados en vasijas fragmentadas? ¿Qué harán los cuerpos débiles contra la violencia? ¿Qué hará este cuerpo débil contra sí mismo? Cuando el conformismo atraviesa, la tensión desgarra, el dolor perfora y las palabras lastiman. ¿Qué hacer, entonces?

Nada.

¿Es cobardía? ¿Es egoísmo? ¿Es violencia?

Absolutamente nada.

La violencia estalla y se expande como un virus. Toma formas impensadas, se amolda sin peros. Se hace agua y rellena cada pequeño hueco; se hace fuego y consume cada pequeña partícula; se hace viento y arrastra consigo cada pequeña brizna de esperanza.

Cuerpos incapaces de hacerle frente a la violencia. ¿Existen, realmente? ¿Son meras excusas? Cuerpos fragmentados, cuerpos débiles, cuerpos que se convierten en el enemigo. Cuerpos donde la violencia se amolda y se expande y estalla.

Y ahoga.

Cuerpos que no saben respirar, no saben dormir, no saben comer ante la violencia. Cuerpos odiosos, que se desmoronan así, sin más, y ni la mente más imponente ni los auriculares más potentes son capaces de rescatar.

Cuerpos hechos para consumirse.

¿Cuál es la respuesta correcta? ¿Cómo enfrentar la violencia encerrados en vasijas fragmentadas?

Me enrollo sobre mí misma, pero nada logra ahuyentar la violencia. Ni las paredes de cemento, ni las finas puertas de madera, ni las sábanas tibias. Me alcanza, me atraviesa, me desgarra y me perfora.

Y me lastima.