La Orden De Los Asesinos

El principio de todo

(POV: Ashton Adler: Maestro Asesino)

"Laa shay'a waqi'un Mutlaq bala kul'un mumkin"

"Nada es verdad, todo está permitido"

La principal parte del credo se repetía una y otra vez en mi cabeza mientras trataba de atender la aburrida clase de historia. Era cierto que no la necesitaba, pero mi misión era otra y debía cumplirla. Comprendía a la perfección la importancia de esa chica, aun sin saber cuál era en realidad su utilidad. Muy guapa era, desde luego, pero no creo que esa fuera la razón por la que la tenía que vigilar. Estaba a punto de quedarme dormido, cuando escuche algo de la clase que me llamo la atención.

—Esta supuesta orden, denominada como "La orden de los Nizaríes" Eran unos mercenarios expertos en la muerte metódica de enemigos políticos y militares. Se caracterizaban por su eficacia y discreción al momento de ejecutarlos. Su rastro es muy difícil, incluso en internet, y se cree que desaparecieron entre 1200 y 1245 d.c. después de haber sido derrotados por la orden de los caballeros templarios.

Sonreí para mis adentros, aquel hombre no tenía ni idea.

— ¿Cómo vas, hermanito? — Una voz se oyó de repente.

— ¿Cómo crees? —Le pregunte con sorna a la voz — ¿Por qué me encargaron a mí esto?

—Por dos razones, una, eres el más joven de los tres.

—Por tres minutos, genio. —Le conteste con fastidio.

—Dos, eres el que posee las mejores habilidades físicas.

—Lo tomare como un cumplido, gracias —

—Y tres, tenemos mejores cosas que hacer que andar atendiendo una clase de historia. —

—Sin comentarios, ahora, si me hicieras el favor, podrías salir de mi cabeza, gracias, tengo mejores cosas que hacer, que estar hablando contigo metido, viendo todo lo que pasa por mi cabeza.

— ¡Hey! Si lo que quieres es que te deje solo para que sigas teniendo pensamientos morbosos con tu protegida, no soy quien para decir que no. —Dijo, mientras se reía y abandonaba mi cabeza.

—Maldito hijo de pu…— Empecé a mascullar entre dientes, pero algo me interrumpió.

—Señor Ketchum, hágame el favor de dejar la muy interesante conversación consigo mismo, y prestar atención a la clase.

Los alumnos se rieron, tanto de la burla del maestro, como de mi apellido, el cual, cuando mi hermano vino a inscribirme, no se le ocurrió un nombre mejor que un aderezo de papas fritas.

Con un suspiro de resignación, me acomode, voltee en dirección a la cabellera de color miel, y empecé a recordar como todo esto había empezado.

El viento aullaba en mis oídos, los techos pasaban de largo por mis pies, mientras mi único pensamiento era que no se escapara. Lo estaba disfrutando en serio, esto era lo mío, por esto vivía.

Logre llevar a mi victima hasta un callejón sin salida, sin embargo, y para suma ventaja suya, había logrado un rehén y en estos momentos le apuntaba con una pistola en la sien.

—Pero miren quien está aquí, al parecer soy lo suficientemente importante como para que Ashton Adler quiera cazarme. Dime ¿En qué le puedo servir? — Su ironía me estaba sacando de quicio.

— ¿A dónde te dirigías? ¿Y por qué? —

Sus labios formaron una sonrisa cruel.

—No creo que eso sea lo más conveniente, fui a hacer unos mandados, si tanto te interesa. —Era obvio que no me diría nada.

—Muy bien, probemos otra vez, ¿Quién es tu jefe más inmediato? —

— ¿Sabias? Para ser un Adler, no sabes nada acerca de cómo conseguir información.

—Eh ¿Por qué lo dices? Creo que ya tengo toda la información que necesito, y…te equivocabas, no vino solo un Adler a por ti, vinieron los tres.

Pude ver como el hombre hacia una mueca de asombro y abría la boca para decir algo, más nunca lo hizo, pues una afilada daga terminó silenciándolo para siempre. La daga se retiró, y la rehén se pudo quitarse fácilmente al hombre de encima. El pesado cuerpo cayo, dejando ver la silueta de mi hermano atrás de él.

—Rest In Peace — dijo mi hermano mientras

—Pude verte mientras te escondías Kalm, deberías ocultarte mejor —Escuchamos una voz, y acto seguido una mancha de color negro cayo después de un salto de fe.

—Gracias hermanito, no es que pretenda burlar tus ojos milagrosos ¿eh Gary? — Gary hizo un gesto negativo, más sus ojos eran burlones.

—Aun con mi poder, no debería poder verte cuando usas el camuflaje — Dijo mientras le daba un coscorrón a Oscar

—Ya, ya fieras, es hora de regresar a la sede —Nuestra compañera de ojos y pelo castaño los interrumpió.

—Rebeca tiene razón, es hora de volver, Gary ¿tienes toda la información verdad? — Le di la razón a nuestra compañera.

—Revise en su mente justo en el momento en el que le hiciste las preguntas, su trabajo era raptar a una chica de nombre Serena del colegio St. Mark, es de gran importancia para los templarios. Su jefe, y el emisor de la misión es el mismo jefe de los templarios. —

— ¿Qué es lo que planean, tratando de raptar a la chica? —Pregunto Rebeca.

—No lo sé, estaba por descubrirlo cuando "ALGUIEN" le metió una daga en la nuca. —Dijo con ironía Gary.

Al ver que iban a empezar a pelear de nuevo, decidí intervenir.

—No importa, lo que es relevante es que los templarios necesitan a esa chica, y no se las pondremos fácil. Regresemos de una vez para saber qué haremos. —

Y con esas palabras, regresamos a nuestra base.

Nos encontramos con nuestro padre, Redem Adler en su oficina. Él era actualmente el mentor de la hermandad y el maestro asesino supremo. Dado que no contaba con el título de maestra asesina, Rebeca tuvo que quedarse afuera.

— ¿Qué consiguieron? — Nos preguntó de manera neutral nuestro padre.

—El templario se dirigía a raptar a una chica al colegio St. Mark, no sabemos razones. —Contesto Gary.

— ¿Saben la identidad de la chica? —

—…Era Paz…no…Tranquili… ¡Ah ya! Se llamaba Serena. —Contesto Gary cuando al fin se acordó del nombre.

—Muy bien, nos encargaremos de investigar a la chica, mientras tanto, necesito que la vigilen muy de cerca, si los templarios la quieren, debemos protegerla. — Mi padre dejo saco unos papeles de su escritorio y empezó a escribir.

— ¿Qué necesitas que hagamos, papa? —Dijo Kalm, que hasta entones había permanecido en silencio.

—Le asignare a la chica prioridad nivel dos, por lo que tendrán que conformar su grupo de asesinos calificados. — Nos dijo nuestro padre mientras estampaba el sello de su anillo en el papel y lo enrollaba.

—Creo que solo con nosotros y Rebeca bastaremos para esta misión. —Contesto Gary.

—Hagan lo que mejor crean, las únicas normas que tienen que seguir son las que están escritas en el pergamino de la misión. — El asesino supremo me entregó el pergamino e inmediatamente salimos del lugar.

Nos encontramos con Rebeca en el comedor de la sede.

— ¿Qué paso? — Nos preguntó mientras tomaba un poco de fresco de su vaso.

—Tenemos una nueva misión — Le dije con ironía.

— ¿Asesinato? ¿Persecución? ¿Infiltración? —

—No, no y…no —

— ¿Entonces? —

Le mostré el pergamino enrollado.

—Haremos de niñeras—

—…— Rebeca no pudo articular palabra — ¿Qué tan importante es a quien debemos cuidar para que nos lo pongan a nosotros? —Pudo decir al fin.

—Su nombre es Serena —Conteste yo. —Y tiene prioridad nivel dos —

—Alguien deberá infiltrarse en la escuela y tenerla controlada. —Dijo Gary

Todos voltearon a verme a mí

—No…no, no, no — Exclame asustado —No voy a ir a tomar aburridas clases por esta misión.

—Sí, si lo harás —Dijo Kalm —Eres el único que parece en la edad de ir a la secundaria. —

Señale de manera irónica a Rebeca, pues ella parecía tan o más joven que yo.

—Yo no tengo las habilidades que ustedes tienen, no creo ser la indicada para el trabajo —Respondió mientras me sacaba la lengua.

—Claro, saca a flote nuestros dones cuando te conviene —Le conteste con fastidio. —Muy bien, matricúlenme en la misma clase que ella, y asegúrense que reciba sus mismas clases, yo hare el resto. —

Gary sonrió de manera maliciosa.

—Claro, no hay ningún problema —

Y eso me llevaba a mi situación actual.

Sentado en los últimos asientos, muriéndome vivo, rogándole a Dios que apareciera algún templario o algo interesante para entrar en acción.

Aburrido, saque el pergamino que nos había dado mi padre, y que tendría que cumplir al pie de la letra. El sello del mentor asesino usa algún tipo de magia, y si alguien implicado rompe alguna cosa que este escrita en el contrato, lo sabrá tanto el mentor como el asesino en cuestión. Se supone que el tatuaje que tengo en mi antebrazo izquierdo debería escocer en caso de que eso pasara. Abrí el pergamino y me puse a leer todas las reglas que implicaban la misión.

Primero estaban las básicas, y las que siempre deben ser cumplidas por los asesinos

-Apartaras tu hoja de la carne inocente.

-Serás siempre discreto

-Nunca pondrás en peligro la orden.

Luego estaban las reglas particulares de la misión.

-No revelaras tu identidad a menos que sea estrictamente necesario

-Protegerás lo que guardas con tu vida.

-Antepondrás los intereses de esta misión antes de los propios.

Actuamos en las sombras para servir a la luz, somos Asesinos.

Y ahí concluía, el protocolo no exige muchas cosas cuando tienes que actuar de guardaespaldas. Guarde el pergamino y seguí aburriéndome en clase.

Se abrió la puerta y apareció el director, intercambio algunas palabras con el maestro, y se fue a traer algo, o a alguien.

—Compañeros, les presento a su nuevo compañero de aula, lo transferimos de matrícula por su propia petición.

Apareció un chico que parecía mayor, de ojos azules y pelo rubio.

—Les presento a Trip. —

Inmediatamente comprobé que mi daga oculta estaba en mi antebrazo derecho, este chico me daba muy mala espina.
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¿Qué tal pequeños asesinos? Aquí su mentor Altaír trayéndoles una nueva historia, que empezare a hacer de forma paralela con "¡De Vacaciones Con Los Ketchum!" y "Varados en la isla"

Lo más probable será que les traiga el segundo y último capítulo de "Atrapados en el baño"

Si les quedaron dudas acerca de las "habilidades" o alguna otra cosa, tranquilos, que lo aclarare en el siguiente capítulo. Pd. Rebeca es un OC

Esta historia no será un crossover, ya que no utilizo a ningún personaje de Assassin´s Creed, tan solo parte de la historia (a pesar que la trama en general es de mi pertenencia)

Esta historia (como todas las demás) será de amourshipping, tranquilos.

Espero sus reviews y comentarios ¡Hasta la próxima!

Rest In Peace

Altair.

 

La Amenaza Templaria

Esos ojos…Estoy seguro de haberlos visto antes.

—Ash…Ash… ¡Ash! ¿Estás bien? Tus signos vitales se acaban de disparar. — La voz de mi hermano me trajo de vuelta a la realidad.

—Eh, si…estoy bien, gracias, solo que…mejor te cuento cuando regrese. Ahora, necesito que salgas de mi cabeza ¿sí?

—Ok, ok, solo quería verificar que estuvieras bien.

Sonreí, agradecido por la preocupación de mi hermano.

—Estoy bien, aunque no creo estarlo si el amargado maestro de historia me cacha hablando conmigo mismo otra vez, así que, si pudiera aparentar ser alguien normal, te lo agradecería.

Solo sirvió para invocar a mi maestro

—Entonces…—Paseo la mirada entre los alumnos como si fuera a elegirlo al azar, pero yo sabía que me iba a elegir a mí. —Ketchum, ¿me podrías decir el nombre de algún jefe de la orden de los caballeros teutónicos?

Sonreí ligeramente, era mi oportunidad de comprobar mi teoría acerca del nuevo.

—Bueno, podría mencionar a Guillermo Sinbrand, cuyo título de maestro de los teutónicos fue breve y confuso, pues vivió siempre al miedo de que alguien lo matara. Al final cayo…se cree que su muerte fue provocada por los Hasshasshins. La orden de los Nizaríes.

Mientras decía todo esto, tuve la vista fija en el nuevo. Si bien su expresión no cambio para nada, pude ver la repentina y fugaz emoción en sus ojos, lo confirmo, no podía confiar en él.

—Eh…bien, Ketchum, estas en lo correcto, aunque no sé por qué elegiste hablar de un líder tan poco trascendente como Sinbrand, no duraría ni dos meses… —Mi maestro se veía notablemente molesto de que pudiera responder tan bien su pregunta.

Yo solo me encogí de hombros.

—Tan solo me pareció interesante su extraña muerte ¿A usted no? —Estaba jugando con fuego y lo sabía, pude ver la sonrisa divertida de varios del salón.

—Siéntate, cerebrito —Saboree la victoria durante un breve momento, aunque no al completo, ya que ese chico nuevo me estaba crispando los nervios.

—Gary… ¿Estás ahí? —Necesitaba hablar urgentemente con mi hermano.

—Siempre ¿Qué necesitas?

—Creo que el contacto acaba de volverse inevitable, todo esto me da mala espina.

— ¿Estás seguro de que es completamente necesario? ¿No estarás simplemente buscando acción? ¿O a la chica? —No me gusto el tono con el que dijo lo último.

—No seas payaso, pero hay un nuevo muy sospechoso, estoy cien por ciento seguro que pertenece a los templarios.

— ¿Cómo se logró filtrar sin que supiéramos?

—Ya estudiaba aquí, por lo que su registro ya estaba y probablemente lo tachamos de inofensivo, además, estoy seguro de haberlo visto antes.

—Bien, si crees que el contacto es imperante, adelante, al final, en la acción el criterio que ha de aplicarse es el del asesino.

— ¿Crees que estoy haciendo lo correcto?

—Bueno, creo que el tatuaje de tu brazo izquierdo responderá tu pregunta dentro de poco.

—Bueno hermano, eso es todo, cuídate.

—Que la paz y la sabiduría estén contigo, Ash.

Bueno, ahora otro problema, a pesar que tuve que recibir clases de socialización, amenazas, extorsión, etc. Estas no sirven de nada si no sabes cómo es la persona. Toco el timbre del almuerzo, tiempo de hacer mi primer movimiento.

Primer punto: Verificar si es del tipo amable y dulce o presumida y arisca.

Me acerque con mi bandeja a donde se encontraba sentada, y haciendo la voz tímida, procedí.

—Ho…hola, disculpa ¿me puedo sentar aquí?

Sus ojos voltearon hacia mí mientras me dirigía una cálida sonrisa.

—Claro, sin ningún problema — Me señalo el asiento de enfrente.

Primer punto hecho; dulce y amable, bueno, eso facilitaba las cosas.

Empecé a hablar con ella de asuntos triviales, mientras me fijaba en su lenguaje corporal. Mis lecciones de detección habían sido tan rigurosos que prácticamente me habían enseñado a detectar si una persona iba suelta o estreñida solo por eso. No es que me fuera a servir de algo, pero descubrí que ella iba normal, tirando a estreñida.

A pesar que no lo dijo, o al menos no directamente, me entere que no tienen ningún problema familiar, va bien en clases, se preocupa mucho por los demás, su hogar es muy unido, y que quiere mucho a sus abuelos, los cuales por cierto, eran ganaderos…Eso si me lo conto ella, tampoco era Gary para andar adivinando ese tipo de cosas. Supe por eso que era extrovertida y le gustaba abrirse a la gente, en cuestión de sentimientos, claro está. Era buena en las matemáticas, excelente en lenguaje, aunque las clases de memoria, como ciencias sociales o historia no le gustaban mucho. Esa podía ser mi entrada perfecta, solo tenía que esperar el momento adecuado.

—Sin embargo, pude ver que eres bastante bueno en historia, eres la única persona que ha logrado callar al profe con algo que no sabía. — La vi impresionado.

— ¿Cómo sabes que no sabía? —

—Pues, cuando sabe algún tema, le encanta el regodearse diciéndote tus errores, contando una versión muy alargada y aburrida de los hechos, y demás. En la rara ocasión en la que no sabe algo, solo dice algún dato flojo que saco de la explicación y te devuelve a tu sitio.

Bueno, ya sabía otra cosa de ella, era muy perspicaz.

—Supongo que tienes razón, no me había dado cuenta. —Decidí lanzar el bombazo. —Entonces ¿lista para el examen teórico de la próxima semana?

Hizo una mueca de disgusto.

—No mucho, es decir, ya estudie lo que vimos hace una semana, pero lo de esta es muy confuso, nunca fui muy buena con datos de las cruzadas. —Bingo, la respuesta que esperaba.

—Pues…si estas interesada, podría ayudarte a estudiar eso, y a cambio, podrías ayudarme con matemáticas ¿Qué te parece? —

—Me parece genial, ¿Cuándo tienes tiempo después de clases?

—Toda la semana, si gustas, podríamos empezar hoy.

—Claro, hay un pequeño parque cerca de aquí al que podríamos ir, ¿después de clases?

—Considéralo hecho —Y así conseguí mi propósito, y fue ella la que me invito, de hecho. Sonó la campana y nos dirigimos a nuestras últimas dos asignaturas del día.

— ¿Desde cuando eres malo en matemática? —La voz burlona de Gary sonó en mi cabeza.

Yo gire los ojos, irritado.

— ¿Ya vas a empezar?

POV (Serena)

Fui a mi casillero a dejar todas mis cosas, cuando recordé que había quedado con el nuevo para estudiar historia. Parecía una buena persona, además que no era escandaloso y parecía ser muy inteligente. Un tipo bastante agradable, de esos que inspiran confianza. Lo único que aprecie raro en él era la rara falta de calidez en sus ojos, pero es que no era frialdad, era como…experiencia, como si tuviera muchos años y ya no hubiera de que sorprenderse para él. Como si ya lo hubiera visto todo y nada le causara emoción.

Además ¿Por qué me elegiría a mí para socializar en primer lugar del salón? Por conversaciones en el baño sabía que a algunas de las mujeres les parecía atractivo, y es que su estilo desafiante y misterioso era bastante atrayente. A mí, al menos, me pareció agradable, aunque a veces parecía como si me examinara.

Dejando los pensamientos de lado, me dirigí a la salida del colegio, en donde estaba el esperándome. A pesar del calor que había, seguía teniendo puesto el suéter. Solo verlo me hizo sudar.

— ¿No te piensas quitar el suéter? —El volteo a verme

—Disculpa si te incomoda, pero a veces sufro de hipotermia. —

Lo vi de manera perspicaz, pero no tenía motivos para dudar de él.

— ¿Vamos? — Pregunto el mientras se ponía su mochila.

Yo asentí con la cabeza y nos pusimos en marcha. Sentí la mirada de todos en el patio mientras lo cruzábamos, e identifique los motivos. Curiosidad, asombro, pero sobre todo, envidia. Me puse roja de vergüenza al darme cuenta lo que eso significaba. Vi de reojo a mi compañero, pero iba ensimismado en sus pensamientos, sin enterarse de nada.

Llegamos al portón, y los últimos ojos que vi fueron los azul acero del chico nuevo de la clase.

Me acomode lo mejor que pude en la banca y saque el libro de historia. Ashton hizo lo mismo.

—Bueno, vamos entonces con las cruzadas. Dime todo lo que sepas ¿ok? — Me dijo.

—Bien, las cruzadas, guerras santas autorizadas por el papa, y que pretendían terminar con los infieles, de ambos bandos. Los cruzados cristianos contra los sarracenos musulmanes. Por parte de los católicos, cualquiera que muriera en la cruzada tenia abierta la puerta al cielo, y cualquiera que sobreviviera pasaba a tener un gran estatus. Por parte de los sarracenos la bendición de Alá.

—Bueno, esa información es muy completa, ahora…—Vi como Ashton hojeaba un poco mi libro. — ¿Podrías decirme como estaban constituidos los cruzados?

Sonreí, sabia la respuesta.

—Por órdenes, estaban los Caballeros Hospitalarios, Los templarios y los del Santo Sepulcro, se caracterizaban por su estatus militar-religioso. También estaba esa…Los que dijiste en clase, que siempre los confundo. Tectónicos o algo así.

—Teutónicos, pero cerca. Se supone que al principio todas estar ordenes eran "monjes guerreros" pero terminaron siendo ordenes políticas, que se salían de la religión. Las ordenes que mencionaste, en particular, fueron bastante…retorcidas, o por lo menos sus líderes. A pesar que fueron creadas con buenas intenciones, se corrompieron.

Empecé a apuntar las cosas más importantes en mi libreta mientras hablaba. Lo hacía con una seguridad, que bien podía contarme que tenían la habilidad de volar, que me lo terminaba creyendo.

Pude ver de repente como se tensaba y su actitud cambiaba por una totalmente seria.

— ¿Qué pas…? —No pude terminar la pregunta ya que de repente, y a la velocidad del rayo me tomo por los hombros, girando sobre sí mismo y haciéndome caer al suelo, justo en el momento en el que oí el impacto de un proyectil en la madera. Una astilla cayó cerca de mí, y Ash hizo que me parara, y empezara a correr, mientras me agarraba fuertemente de la mano.

Llegamos hasta detrás de un árbol.

— ¿Qué está pasando? — Le pregunte asustada.

—Nos atacan. Escucha, no puedo explicarte todo ahorita, pero necesito que, pase lo que pase, te quedes aquí. —

Lo siguiente que vi termino por confundirme. Con un leve movimiento de muñeca una especie de daga salió de su manga. También pude visualizar como una especie de tatuaje se hacía visible en su mano derecha, antes de salir a una velocidad sobrehumana. Vi como movía el brazo, describiendo un arco, y luego un resplandor en la punta de su arma.

No pude ver más, pues alguien cayó detrás de mí, y antes de que pudiera darme la vuelta, me agarro, asegurando mis brazos con una mano, y con la otra tapándome la boca.

POV (Ash)

Mi tatuaje se hizo visible, y por primera vez en días, me sentí libre otra vez.

Con la ayuda de mis desarrollados reflejos, logre anticipar la venia de una bala, la cual desvié con mi cuchilla. Desde hacía unos minutos había logrado identificar a nuestros atacantes. Eran cuatro e iban armados con una sniper Otros dos tenían pistola, y no vi el arma del ultimo pero intuí que llevaba arma blanca. Moví ligeramente la cabeza para evadir otro disparo del francotirador. También logre visualizar de dónde venían sus disparos, por lo que cambie la daga del brazo derecho por la pequeña pistola portátil. Confiando más en mi instinto y en mi intuición. Dispare hacia el lugar donde había venido el disparo. Todo esto paso en tan solo décimas de segundo, desde el cambio de arma hasta apuntar y disparar. Oí un ruido metálico y luego un pequeño gruñido de dolor, por lo que supuse que le había dado al arma. Bien, no tenía que preocuparme más por él, al menos hasta que se dignara a mostrar la cara.

Vi una sombra pasar por detrás mía, y, en lugar de darme la vuelta, simplemente recargue la pistola y esperé. Oí otra vez el sonido, más cerca, y en ese instante me gire para atacar con la pistola. El hombre logro moverse, y el disparo le dio en el hombro. Sacó su pistola, y me apunto mientras se acercaba. Sentí una presencia justo detrás mía, y otra a mi derecha. Estaba rodeado. Sin embargo, eso no me importaba, me importaba que Serena se encontraba detrás del árbol, y ella era mi máxima responsabilidad. Pero no la veía por ninguna parte.

La respuesta llego. Un cuarto hombre llego al lugar, con mi protegida fuertemente agarrada del cuello, y con una daga en su cuello. Me tense al instante.

—Vaya situación, Asesino— me dijo el hombre mientras forcejeaba con Serena, quien no se mantenía quieta.

— ¿Qué quieres? —Le pregunté

— ¿Qué que quiero? —Se volteo de manera burlona a uno de sus compañeros. — ¿Podrías explicarle a este imbécil porque estamos aquí?

El hombre pareció dudar.

—No te preocupes, quiero ver su cara cuando lo sepa, además, es hombre muerto.

El hombre pareció tranquilizarse, y empezó a sonreír socarronamente.

—Pues parece, que tú y toda tu orden será destruida. El gran maestro tiene un plan, e involucra a la chica.

— ¿En serio? Entonces ¿les molesta que acabe con ella? — Pregunté.

—No te molestes, la chica nos sirve tanto viva como muerta, oh, no sabes las dimensiones que tiene este proyecto.

— ¿En serio crees poder superar el asunto de SAO?

—Esto es mucho más grande que SAO. —El hombre se volvió hacia el que sostenía a Serena. — ¿Ya lo puedes matar?

El hombre asintió, pude ver la cara de Serena, llena de confusión y miedo, pero también de rebeldía, vi en sus ojos que no sería tan fácil como esperaban.

El hombre que la sostenía saco entonces su arma, y con ella me apunto al pecho. Abrí las manos en señal de rendición, y… se oyó un disparo. Todo lo demás sucedió en unos cuantos segundos. Tres templarios con cara de incredulidad, viendo como la vida se escapaba de sus cuerpos. Vi la pistola del cuarto templario, la cual no apuntaba a mí, sino al guardia que me había dado toda la información. Los otros dos templarios murieron saboreando mi daga.

El templario suspiro, soltó a Serena, y luego cambio de forma, revelando a mí hermano, Kalm. Serena nos vio sin entender absolutamente nada.

— ¿Peor que SAO? — Exclame con preocupación.

Mi hermano me vio con la misma cara.

—Bueno, por ahora tenemos que atender otros asuntos, ya hablaremos de eso con el maestro. —Se volteo hacia Serena —Ya no es seguro para ella, debemos trasladarla a un lugar seguro. ¿Me harías el favor de hacerlo, hermano? Yo me encargare de hablar con sus padres.

— ¿Seguro? Yo creo que Gary es mejor convenciendo a la gente.

Mi hermano rodo los ojos.

—Bien, que lo haga Gary.

Y les traigo este exquisito capitulo, que espero les encante, les llene, y les complete la existencia. Ya es viernes así que ¡Alégrense! Y que viva la party.

 

La Hija De ¿Quien?

— ¿Qué demonios está pasando aquí?

Suspire, la pregunta ya me la esperaba y no me sorprendió para nada, de hecho, lo que me sorprendió fue que tardara tanto tiempo en realizarla. Voltee a mi vista hacia mi hermano Kalm, el me la devolvió e hizo una mueca burlona.

—Al parecer soy malo dando noticias hermanito ¿Por qué no se lo explicas tú?

Serena, quien también había oído la pregunta, solo me vio expectante. Me mentalice lo mejor que pude.

—Escucha, Serena, yo…bueno, más bien los dos pertenecemos a una red de…guardianes o vigilantes digamos…secretos. Nuestra misión es protegerte, no nos preguntes porque, aun no lo sabemos. Sin embargo esos hombres del parque no estaban allí por mí, sino por ti. No tenemos idea lo que quieren de ti, pero mientras lo hagan nuestro deber es protegerte.

—Y…pero… ¿Qué pasara con mi mama? ¿No trataran de secuestrarla o algo? —Pude ver la angustia en sus ojos.

Negué con la cabeza para tranquilizarla.

—Llevamos cuidándolas a ti y a tu madre desde hace dos semanas, aunque después de ese ataque ya no podrá ser así. Ahora tú vendrás a un refugio de alta seguridad. No te preocupes, nosotros nos encargaremos que nada el pase a tu mama. Ahora, es importante que sepas que es muy probable que salga en el periódico la noticia de tu desaparición, es necesario para mantener a los enemigos lejos de tu familia y tus compañeros. Tu madre, junto a uno de los nuestros la programaran.

Cuando termine de hablar fue cuando llegamos a una vieja casa.

— ¿Es acá? —Pregunto Serena confundida, y sinceramente estaba en su derecho, el lugar daba pena.

Yo solo me reí.

—Casi, pero no.

Entramos en el lugar, teniendo cuidado de no tropezar con nada y bajamos al sótano. El lugar era de piedra lisa y pulida, todo, solo había un ladrillo con una pequeña imperfección en su centro. Me acerque a él y puse el tatuaje de mi brazo izquierdo sobre él. El ladrillo rechino un poco y luego se movió, dejando a la vista un pequeño vagón sobre unas rieles.

— ¿Qué tal? — Le pregunte a Serena.

—Algo cliché, pero aun así, wow — Exclamo en broma. Me sorprendió lo rápido que digirió la situación.

—Después de usted, madeimoselle — Le hice una pequeña reverencia, lo que provoco que se riera.

Serena paso, y luego mi hermano, sin embargo antes de entrar al vehículo me dirigió una mirada muy burlona, característica de él.

Jale una palanca que parecía oxidada, pero que en realidad se encontraba perfectamente engrasada y el vagón empezó a moverse por sí solo. El viaje duro treinta minutos, treinta incomodos minutos en los cuales los tres íbamos sumidos en nuestros pensamientos. Cuando por fin llegamos, pude ver una capucha negra familiar que salía a recibirnos. Brinque del vagón antes de que se detuviera y pude comprobar que era Oscar.

—Pero miren a quien trajo el viento ¿Y Rebeca? —Pude notar su nerviosismo ante la pregunta.

—Ya se encuentra en el sistema, solo los estamos esperando para hablar con el maestro.

— ¿Ya se encuentra el también dentro?

—Sí, solo ustedes faltan.

En ese tiempo Kalm ya había bajado del vagón junto a Serena, Oscar se dio la vuelta y tomo la delantera hacia el salón al que teníamos que ir. Llegamos a un lugar lleno de camillas individuales, una ya se encontraba ocupada por la chica castaña, la cual llevaba ya el dispositivo en la cabeza. En la otra había un joven moreno con un libro en la mano, lo dejo al vernos y se acercó a nosotros. Nos saludamos familiarmente y luego le presentamos a Serena.

— ¿Lista para ver al jefe? —Le pregunte a Serena, ella me devolvió la mirada confundida.

— ¿Y dónde se encuentra el? Aquí solo hay un montón de camillas —

—Bueno, él se encuentra a varias gigas de distancia, en cuanto a las camillas, necesito que te recuestes en alguna.

—Espera, ¿esos son amusphere? —Pregunto Serena sorprendida.

—De hecho si, te presento a nuestro técnico en inmersión total, Kazuto Kirigaya. — Kazuto se acercó a saludarla.

Ella se veía aún más sorprendida.

— ¿Kazuto Kirigaya? ¿Eres el legendario Kirito?

El la vio con una mezcla de extrañeza y diversión. — ¿Me conoces?

POV (Serena)

— ¡Claro! ¡El salvador de SAO! Un amigo mío que vivía en Japón quedo atrapado en el juego. Por fortuna sobrevivió, y me conto todo.

—Muy bien, entonces no hay necesidad de presentaciones, ahora, Serena, necesito que te pongas el amusphere, solo espera un poco. — Kalm saco una especie de cámara fotográfica y me tomo dos fotos, una de frente y la otra de perfil. —Muy bien, es para hacer tu avatar, ¿Alguna modificación que le quieras hacer a tu apariencia?

En realidad se me ocurría una —Bueno, siempre quise saber cómo me vería con el pelo corto ¿se puede?

— ¡Claro! ¿Qué tan corto? Respondió Kazuto mientras ingresaba las imágenes a una computadora.

—Pues…hasta el hombro, más o menos.

—Muy bien —Kazuto tecleo un par de cosas más antes de enseñarme un modelo 3D de mi cara, pero con el pelo hasta poco más arriba del hombro.

—Perfecto, me parece bien.

—Bien, solo un par de cosas más y…listo. —Kazuto saco una pequeña tarjeta de datos de la computadora y la inserto en uno de los amusphere. —Bien Serena, ahora póntelo.

Con un suspiro me puse el dispositivo en la cabeza. Todo esto era muy raro, ahora se suponía que estaba en grave peligro, y no podía dejar de pensar en mi mama. Aunque también pensé en la habilidad con la que contaba Ash y sus compañeros, eran increíbles. Decidí no preocuparme, además, la ilusión de entrar en una realidad virtual por primera vez era muy tentadora. Encendí el amusphere, y vi unos colores antes de que todo se volviera negro.

Parpadee un par de veces, desorientada, todo parecía normal, si no contaba el hecho que a donde quiera que girara siempre quedaba en mi rango de visión una pequeña barra verde en la parte superior izquierda. Me encontraba en un suelo de piedra, con un sello gigante pintado sobre él. Oí un ruido detrás de mí y pude ver como mis acompañantes del mundo real se unían a mí.

— ¿Y? —Pregunto Ash mientras abría los brazos — ¿Qué tal?

—Increíble —Pensé yo, sin creérmela aun — ¿En qué juego estamos?

Ash negó con la cabeza —No es ningún juego, es la base virtual de la orden de los asesinos.

Levante las cejas asombrada, ese término no me lo conocía.

— ¿Base virtual de los asesinos?

Ash estaba a punto de abrir la boca cuando Kalm lo interrumpió.

—Hey Ash ¿Por qué no le cuentas todo a la invitada de camino al castillo?

Ash estuvo de acuerdo, y mientras caminábamos, me empezó a contar.

—Este mundo virtual fue creado por Kirito especialmente para nosotros. Después que los incidentes de SAO terminaran, el mismo Kazuto subió a los servidores una "semilla" la cual contenía el sistema cardinal básico para crear un VRMMORPG. Después de analizar cuidadosamente las opciones, decidimos trabajar de manera virtual, y fundar de esta manera nuestra base. Así, somos completamente invisibles, ya que no existe una orden real en el mundo físico.

— ¿Y nadie podría hackear todo esto? —Sinceramente estaba impresionada.

—De hecho, Kazuto creo maneras de crear una línea completamente segura, casi tanto como un circuito cerrado. Además del poder de los firewalls, hace imposible el acceder desde afuera. —

—Pero siendo técnicos, se podría hackear igual ¿no? — Una vez mi tío me había contado que, mientras estuviera en la web, se podía hackear.

—Técnicamente si —Esta vez fue Kirito el que respondió — Sin embargo, utiliza un sistema de encriptación sexagesimal de continuidad variable. En resumen, la única manera de acceder sería consiguiendo los códigos desde el servidor principal. Y anticipándome a tu pregunta, no, no es posible rastrear ningún tipo de IP hacia los servidores. Pues una serie de desviadores de proxy establecen lugares aleatorios. Por lo que si lo intentaras, lo más probable es que te mandara al centro de Polonia.

—O sea que en resumen. —Kirito asintió, adivinando lo que iba a decir.

—Sip, estamos totalmente fuera del sistema.

—Guau. —Eso fue lo único que atine a decir.

—Esa fue una de las mayores razones por las que conseguimos a Kirito. Otra es su habilidad nativa para la espada. — Me conto Ash mientras seguíamos caminando.

—Bueno, supongo que esa habilidad es más efectiva en el mundo virtual que en cualquier otro.

—Llegamos. —Menciono Oscar con simpleza. —Si no les molesta, me encargare de conseguir la reunión con el mentor. —Me vio fijamente a mí y luego a Ash —Creo que están bastante ocupados con la invitada como para hacerlo ustedes.

—Como no —Le contesto Kalm mientras esbozaba una sonrisa — Como si no supiéramos que la castaña ya se encuentra dentro.

Oscar solo contesto con una sonrisa incomoda y desapareció. Lo único que podíamos hacer era sentarnos y esperar.

—Lo malo de este sistema en específico es que no hay armas, no hay juego, simplemente es intercambio de información.

—Entonces, ¿Cómo fue que decidieron hacer un programa para todo esto? —Mi curiosidad para saber quién había sido el de la maravillosa idea me impulso a preguntar.

—Bien, deja que te explique desde el principio —Ash decidió tomar la palabra —Nosotros, junto a otros miembros conformamos la orden de los asesinos, o los Nizaríes ¿Te suena familiar? —Ahora comprendía como era que él sabía tanto del tema. —Bueno, pues nuestra orden nació con un único propósito, controlar la orden de los caballeros del temple, que también te suenan. Bueno, cuando salió el primer VRMMORPG, Sword Art Online. Creímos que era el lugar perfecto para probar maniobras, así que mandamos a tres de nuestros hombres a probar el juego. Cuando todos quedaron atrapados, la orden se movió todo lo que pudo para tratar de sacarlos de ahí, sin embargo el código base era cambiado sistemáticamente por el sistema cardinal, haciendo imposible hackearlo. Al ver la efectividad del sistema, decidimos que era el lugar más seguro para cambiar información, ya que esta nunca saldría de nuestras mentes. La idea había sido descartada cuando todos los datos de SAO empezaron a ser borrados, sin embargo, la semilla fue nuestra salvación. Contactamos a Kazuto y él simpatizo con nuestra causa. Creo este lugar a partir de la semilla y copio el sistema de cifrado de SAO, haciendo este lugar una fortaleza impenetrable. Pues allí acaba mi historia. Todos los asesinos reciben sus misiones aquí dentro. A si, también es el método más seguro para organizar a los asesinos de otras partes de mundo. Cualquier cosa que salga de nuestra mente, cartas, e-mails, llamadas, documentos, pueden ser interceptados. Aquí dentro no, no se puede.

—Bueno, ahora que al parecer nuestra invitada sabe más acerca de la orden que muchos asesinos —La voz de Kalm se oyó llena de ironía. —Creo que es momento que pares ya el flujo de información, Ashton.

Así que ese era su nombre real

—Supongo entonces que tu apellido real no es Ketchum ¿O sí? —Le pregunté.

Todos se empezaron a reír con mi pregunta.

—Bueno, ¿quieres un nombre así? Solo consíguete un par de hermanos cabrones y pídeles que sean ellos los que te matriculen. —Su voz iba cargada de broma, pero también de exasperación.

—Entonces ¿Cuál es tu verdadero nombre? —Por alguna razón, el tipo me interesaba bastante.

—Mi nombre es Ashton Adler, mucho gusto

Yo estaba alucinada de todo lo que estaba pasando. Fue cuando caí en la cuenta que apenas hacía una hora yo había estado estudiando para mi examen de historia. ¿Y ahora? Me encontraba al parecer en peligro inminente, con guerreros expertos velando por mi seguridad y en un programa de realidad virtual.

— ¿Y el tuyo? —Ash me miro expectante.

—Serena Yvonne, mucho gusto. —Considere gracioso el hecho de presentarme en estas condiciones.

— ¿Yvonne eh? ¿Tu padre era francés? —Pregunta típica.

Negué con la cabeza. —La francesa es mi madre.

— ¿Entonces no usas el apellido de tu padre? —Volví a negar.

—Nunca conocí a mi padre, así que decidí usar el apellido de mi mama.

— ¿Puedo preguntar cuál era el apellido de tu padre?

Yo abrí la boca para contestar, sin embargo, no pude pronunciar palabra.

— ¡Miles! —Todos volteamos para ver al dueño de la voz. Era un chico castaño que se parecía bastante a Ashton y a Kalm

Kalm fue el primero en reaccionar— ¡Gary! ¡Volviste! ¿De qué hablas, hermano?

—El padre de Serena —Nos contestó fijamente. —Su nombre era Desmond Miles.

Los demás se me quedaron viendo, boquiabiertos. Yo extrañada simplemente lo confirme asintiendo con la cabeza.

—Sí, el nombre de mi padre era Desmond Miles ¿Algún problema? —Estaba realmente confundida, aunque para este momento, el estar confundida era lo más normal.

—Ninguno, pero ahora ya sabemos el por qué te buscan los templarios.

Hey, buenas pequeños asesinos. Muchos estarán con la boca abierta, y no es para menos ¿Altaïr sube capitulo dos días seguidos? Bueno, es una de las ventajas de las vacaciones, así que nada, ya pueden ver más o menos el rumbo que está tomando esta historia. Combine muchos elementos, y es muy probable que todavía sea bastante confusa la trama, pero la seguiré explicando en lo que viene, por lo general, creo que va bastante bien.

Les recuerdo que si les está gustando, están los botoncitos de follow, favorite, y review, espero puedan tomarse el tiempo de dejarme alguna reseña por allí, se los agradecería mucho.

 

Revelaciones

—La tienen, y probablemente ya sepan quién es. ¡Y todo por esos incompetentes hijos de puta! ¡Ahora ni siquiera están vivos como para que los mate yo mismo! ¿A quién se le mete un asesino entre sus filas y no se da cuenta? ¿¡Quién puede ser tan idiota?!

Yo solo deje que hablara, sin despegar la mirada del suelo. No era conveniente interrumpirlo, y menos cuando andaba de mal humor. Aunque hoy, como cosa rara, su enojo estaba justificado. Habían fallado importantemente al plan. Los asesinos otra vez habían estado un paso por delante de nosotros.

Cinco de nuestros compañeros habían fallecido por el caso de la chica hija de Miles. El factor sorpresa con el que contábamos se esfumo, y los asesinos rápidamente habían tomado cartas en el asunto. Por lo que habíamos decidido el raptar directamente a la muchacha, sin embargo no contábamos con los Adler. Que nos habían vencido como si fuéramos simples novatos.

Ungidos con la bendición de David, los tres serían capaces de diezmar a todo un escuadrón en cuestión de minutos. Siempre eran ellos, generación tras generación, lo único que mantenía a la orden de los asesinos fuerte, eran los tres hermanos.

Me habían contado la leyenda múltiples veces, y se remontaba a la época del maestro asesino Altaïr.

"La única persona que alguna vez poseyó los tres dones divinos"

Altaïr había pasado la prueba, había resistido la tentación del fruto del Edén, había sido elegido. En una historia muy poco conocida, Altaïr había obtenido la estrella de seis puntas; la estrella de David, sin embargo, el sello era diferente. Tres de las puntas están escondidas, dando como resultado un triángulo con otro más pequeño dentro de él, pero al revés.

"Las seis puntas representan los seis grandes poderes; tres mundanos y tres divinos. Y el último, ubicado en el centro, representaba el poder central, el origen del resto.

"Purificación, tolerancia, misericordia, paciencia, quietud, devoción."

Tres de ellas habían sido heredadas a los hombres, sin embargo, las otras tres, las divinas, debían permanecer escondidas al ojo terrenal. Las tres dadas al ser humano habían sido "Paciencia, Tolerancia y Devoción. Las tres otorgadas al mentor de los asesinos.

Siendo un hombre sabio, y conociendo la corrupción natural del hombre, separo los tres poderes al momento de su muerte, sellando la profecía con su anillo. Esta rezaba así

"De uno de los herederos saldrá la nueva herencia. Tres hermanos serán, cada uno bendecido con uno de los dones."

"La paciencia traerá quietud, paz, y el don de ocultarse a las sombras, para servir a la luz."

"La tolerancia te permitirá ver más allá de donde jamás habías visto, la mente de los hombres."

"La devoción desarrollara tus habilidades físicas más allá de la imaginación, más allá que cualquier otro"

Y siempre se repitió la misma historia, un mismo linaje, siempre uno de los tres hermanos procreó a tres retoños, cada uno heredando uno de los antiguos poderes.

Poco a poco la leyenda se fue separando de la descendencia de Altaïr. Debido a que el heredero destinado a transmitir los poderes era elegido "al azar" podía ser o no ser el primogénito de la familia. Llegando a separarse hasta tal punto que se formaron familias completamente separadas y desconocidas.

Allí radicaba nuestro problema. Nuestro mentor creía firmemente que todos los herederos de Altaïr podían activar ese poder, si eran debidamente estimulados. Ante nuestra imposibilidad de secuestrar a cualquiera de los tres hermanos, decidimos buscar a otros descendientes del mentor asesino.

Seguirle la pista a los herederos era fácil, solo debíamos investigar a los asesinos más destacados de cada época, sin embargo, dar con la descendencia directa de Altaïr había sido todo un reto, pero al final habíamos dado con un nombre "Desmond Miles"

Fue capturado y examinado en las pruebas del animus, dando positivo en la conexión con sus antepasados directos, sin embargo, había sido rescatado por los asesinos antes de completar las pruebas. Tiempo después, desapareció completamente del mapa, sin dejar rastro.

Estábamos a punto de darnos por vencidos cuando descubrimos información que al parecer, Miles se había encargado de ocultar bien, una primogénita. Al parecer, Desmond había logrado romper todo vínculo con su familia, convenciendo a la madre de cambiarle el apellido de "Miles" a "Yvonne".

Eso nos llevaba a nuestra situación actual, contábamos con que los asesinos no tuvieran esa información, y talvez tuvimos razón, pero los actos imprudentes del comandante asignado para conseguir a la muchacha los había puesto alerta, y habían logrado frustrar nuestros planes.

— ¡Es vital conseguir a la muchacha, maldita sea! Necesitamos pensarlo bien, si los tres hermanos están a cargo de su protección, esto será demasiado difícil.

— ¿Qué le parece secuestrar y utilizar a la madre?

El negó con la cabeza. —Si los asesinos conocen que tan importante es la joven, no la dejaran por nada en el mundo. Su madre es inservible. Debemos sacarla de las garras de los tres. Sin embargo, son casi invencibles.

— ¿Separarlos? Talvez siga siendo difícil vencer a uno, pero es más viable que a los tres. Enemistarlos de alguna manera.

—Para eso tendríamos que penetrar en sus círculos más cercanos, es imposible infiltrarse en la base de los asesinos, y tú lo sabes muy bien.

—Entonces tenemos…nada. —Suspiré derrotado, más el mentor no se dio cuenta, pues se encontraba altamente concentrado.

—Arrancar…de raíz…de raíz… —Murmuraba, en un estado casi de trance.

Yo me le quede viendo, sin poder hacer nada más que esperar.

POV (Serena)

El castillo en el que entramos parecía hecho no mucho después de la muerte de cristo, a pesar de ser virtual. Se encontraba en lo alto de una ladera, en cuyas faldas descansaba una aldea, al parecer próspera. Sin embargo, hubo algo que me llamo la atención.

— ¿NPC´S? —Pregunté algo desorientada, sin comprender porque tomarse la molestia de introducir caracteres en un área de información.

Kirito sonrió, como si ya le hubieran hecho la pregunta innumerables veces.

—Un pequeño detalle. El lugar se veía muy lóbrego solamente con los monjes picudos entrando y saliendo de la fortaleza. Pensé que los "Non Player Caracter" harían este lugar mas animado.

Me di cuenta hasta ese momento que las prendas eran distintas. Si bien el traje que llevaban en el mundo real tenía una capucha con forma de pico de águila, en este lugar el traje era más…antiguo y ceremonial. Mientras que Kirito y Oscar utilizaban trajes blancos con adornos rojos, los de Ashton, Gary y Kalm tenían color plateado en donde debería ir el rojo. Me fije entonces en mis propias ropas. Parecían de marinero. Un traje ceñido de color azul que terminaba en una ligera falda que me llegaba a la altura de las rodillas.

Gary, probablemente el más perceptivo de todos en el lugar, se dio cuenta de la situación.

—Son trajes ceremoniales. Representan el rango de cada asesino. Los blanco simple son los iniciados, los guerreros más básicos. Y representan la mayoría de nuestras fuerzas. Luego vienen los que están adornados con rojo son los que alcanzaron el rango de maestros asesinos. Los que utilizan el plateado son el alto rango de los maestros. Son muy raros, de hecho, en la actualidad solo hay tres de ellos.

—Oh, ¿y quiénes son? — Pregunté con ironía.

Gary se rió.

—Finalmente el traje con dorado. Solo lo lleva una persona a la vez. El mentor. Y en un momento lo conocerás.

Para ese momento ya habíamos llegado a la entrada del imponente castillo. Dos asesinos vestidos solamente de blanco nos saludaron fraternalmente, mas no con sumisión, sino con respeto. A pesar de eso, nos pidieron nuestro ID. Ya que estaba bastante pérdida, Ashton se me acercó y me explicó que en mi perfil aparecía un número único, que me representaba como una "jugadora legal"

—Aunque lograras introducirte en el sistema, no llegarías más lejos.

Finalmente entramos y después de pasar por diversos pasillos y escaleras, en las que nos encontramos todavía más asesinos que charlaban, recibían ordenes o simplemente se mantenían de ociosos, llegamos frente a una enorme puerta de madera ornamentada. Frente a ella, en el pasillo había unas sillas puestas en fila. Una de ellas ya ocupada por una guapa muchacha de cabellos castaños que llevaba el traje blanco simple. Se levantó inmediatamente en cuanto nos vio.

—El mentor los espera, Oscar, Kirito, ustedes deben quedarse fuera.

Obedecimos, Oscar se sentó de manera nerviosa a la par de la muchacha mientras Kirito se poyaba en la puerta, abría una ventana que parecía ser de chat y marcaba algún código.

Los demás entramos a una espaciosa sala circular, que debía ser uno de los torreones del castillo. Frente a nosotros se encontraba un hombre de unos cuarenta años, de actitud reflexiva pero vigorosa. Nos dirigió una mirada con sus ojos grises, y casi sentí como si estuviera examinando mi alma. Su traje era de un blanco inmaculado con adornos de color dorado oro. Resplandeciente bajo la luz que entraba por la ventana.

Frente a su escritorio había una simple silla de madera, sin embargo, con unos cuantos toques a su panel virtual, convocó tres más de ellas, para que los cuatro pudiéramos sentarnos. Lo hicimos, y él nos dirigió una mirada fría, sin demostrar ninguna emoción. Gary fue el primero en hablar.

—La decisión de Ashton en hacer contacto fue correcta señor, la chica fue atacada en el parque, y de no ser por la protección de mi hermano, hubiera caído en manos de los templarios.

El asintió con parsimonia.

—No hay necesidad de excusarse Gary, si su decisión hubiera sido incorrecta, tanto él como yo nos habríamos enterado. —Vi como Ash se llevaba inconscientemente la mano derecha al antebrazo izquierdo. —De cualquier manera, quiero preguntar las razones que lo llevaron a esa resolución.

Ashton se puso ligeramente nervioso, más aun así, contesto de manera profesional.

—En realidad, fue el chico nuevo, un tal Trip… -Giro la cabeza hasta encontrar mi mirada, pidiéndome ayuda con el nombre.

Me detuve a pensarlo un instante. Me recordaba de su apellido, aunque vagamente. Al entrar, aunque había sentido un sentimiento extraño, el chico parecía buena persona ¿Por qué le causaría mala espina a Ash?

—Shúti…creo. — Les respondí.

Ash me hizo una seña de agradecimiento.

—El punto es que sentí algo raro con él, sería su mirada, o su forma de verme. Por algunos momentos pensé incluso que sabía quién era yo. Era… casi turbio, el punto es que decidí hacer contacto.

Gary asintió, apoyando a Ash.

—Incluso viéndolo desde la cabeza de mi hermano, el sujeto me daba mala espina.

—Muy bien, lo mandare a investigar. Gary ¿lograste un acuerdo?

El castaño asintió.

—Su madre se mudara un tiempo con unos familiares en la región de Unova. Mandé órdenes a la hermandad de allá que le ande echando un ojo, y por eso me refiero a que estará fuertemente vigilada. El escándalo de la desaparición de Serena se hará publica de manera discreta, solamente una denuncia, algunas teorías de personas anónimas y ¡pum! Será una bomba.

El señor asintió de nuevo, complacido.

—Por tu cara, imagino que ya sabrán las razones por la que cuidamos a la joven ¿no?

Todos asintieron. Yo andaba muy perdida en ese aspecto, pues no me había enterado de nada. El señor de ojos grises pareció darse cuenta.

—Sin embargo, nuestra invitada al parecer no se encuentra muy enterada del asunto, ¿me dejarías explicarte?

En realidad no sabía cómo dirigirme al hombre, así que opte por asentir con la cabeza.

—De hecho, creo que será mejor si lo ves con tus propios ojos. Gary ¿me ayudas?

Ambos hombres se pararon y dirigieron su mirada hacia mí.

—Una visión dentro de otra —Oí exclamar a Kalm. —Esto será divertido.

Los ojos de los dos empezaron a brillar, y cuando sentí, me encontraba de nuevo en el mundo real, bueno, la sucia alcantarilla sobre la que nos encontrábamos solo podía ser del mundo real. A la par mía estaban el mentor, Gary, Ash y Kalm. Aún vestidos con los trajes blancos.

Frente a nosotros se encontraban algunos jóvenes asesinos con la cabeza ya tapada, todos con una chumpa negra, más discreta que los ornamentados trajes que llevaban en la fortaleza virtual. Sin embargo, tres de ellos llevaban trajes diferentes, y los tres se me hacían familiares. Reconocí uno gris oscuro, como el que Ash había llevado todo el tiempo en el mundo real, y otro, mucho más negro y largo, que creo haberle visto a Oscar. El otro, pertenecería a Kalm o a Gary.

Los tres se encontraban dictando órdenes a los que llevaban la chumpa negra de nylon. Frente a ellos, o mejor dicho, frente a nosotros, se alzaba un gran edificio tecnológico, en cuya cumbre se podía leer "Abstergo Industries".

En un determinado momento, todos los asesinos se pusieron en marcha, tan rápida y velozmente que apenas me di cuenta que ya no estaban.

— ¿Los seguimos? —Dijo el señor, bastante divertido con la situación. Movió las manos hacia delante y sentí como si de repente empezáramos a volar hacia el edificio. La sensación era similar a la de un juego en tercera dimensión de Universal Studios. Después de un determinado momento, nos encontrábamos corriendo-flotando a la par del asesino de suéter gris, que, ahora que podía ver mejor sus rasgos, efectivamente era Ashton.

—Equipo beta, necesitamos verificación de posiciones en el área norte lo más pronto posible, mientras menos sepan que estamos aquí, mejor. —Ash parecía estar usando un dispositivo de comunicación. —Gary, ¿Cómo están las cosas por allí?

—Nada bien hermano, al parecer están progresando rápidamente, deben darse prisa.

—Ok, —De repente apretó algún botón en la comunicación y dijo con voz clara y autoritaria. — ¡Son las once de la noche! ¡Todo personal que los ataque de manera armada, mátenlos, a cualquier civil, o persona desarmada, traten de reducirla en la manera de lo posible, alejen su hoja de la carne inocente, y que Dios vaya con ustedes! ¡Muévanse!

El caos ordenado que se formó entonces fue algo digno de ver. Ash, y los hombres que iban con él irrumpieron en una especie de laboratorio. Varios guardias, aunque agarrados de manera desprevenida, no se tardaron ni dos segundos en reaccionar y lanzarse al ataque.

Los movimientos de los asesinos eran fantásticos; agiles, sagaces y veloces. Fácilmente fueron diezmando a los soldados templarios. Quien más me sorprendió fue Ashton. Nunca lo vi pelear bien, pues la última vez había estado demasiado ocupada lidiando con Kalm como para ver nada, pero era fantástico. Sus movimientos eran casi invisibles a la vista, su rapidez inhumana, y podría jurar que sus ojos brillaban de color dorado. Cuando el último de ellos cayó, Ash se dirigió hacia los científicos que yacían atados. Y entonces sucedió algo que no notaron. De manera asombrosamente rápida, tres hombres vestidos de negro aparecieron de la nada, con rifles apuntando directamente a la espalda de Ash. No pude evitar soltar un gritito de asombro y miedo mientras me tapaba la boca con ambas manos.

Sentí una mano posarse en mi hombro, y pude ver al verdadero Ashton con una sonrisa tranquilizadora en la boca.

Se oyeron cuatro disparos, el sonido infernal de las ventanas haciéndose añicos, y luego tres bultos negros desplomándose hacia el suelo. Esto era como una muy buena película. De la ventana aparecieron Gary y dos asesinos. Que se juntaron con el resto después de comprobar que los tres enemigos estuvieran muertos.

— ¡Hey hermanito! ¿Todavía necesitas que te cubran la espalda? —Le dijo en tono de broma, y después más serio. — ¿Estas bien? ¿Te lograron dar?

—Casi —Ash mostró una especie de piedra circular y gris que tenía en la mano. Entrecerré los ojos, más, y lo que vi no lo pude creer.

Ash estaba mostrando una pieza de metal, completamente lisa, si se quitaba el hecho de que estaba abollada en la punta. Me volteé al verdadero con asombro.

— ¿De verdad es una bala?

Él sonrió con modestia y me indico que siguiera viendo, le hice caso.

En el fondo de la habitación estaba una silla de espaldas a nosotros, y sobre ella se encontraba un hombre con varios cables que se dirigían hacia él.

— ¿Esta todo despejado? —Preguntó Kalm, a quien no había notado hasta ahora.

—Sí, tomémoslo y salgamos de acá.

—Ten cuidado. —Le indicó Gary. —Si el animus no es debidamente apagado, puede causar problemas mentales al portador.

Ash asintió y se dirigió a la silla, con sumo cuidado, desconecto la maquina a la que el hombre estaba conectada. Luego, saco todas las agujas que estaban conectadas vía intravenosa y al parecer le pasaban distintos tipos de suero. Acto seguido, y cuando el hombre se trató de levantar sobresaltado, Ashton le aplicó instantáneamente una jeringa en el brazo, que lo volvió a dormir.

Dos de los asesinos se acercaron, y con sumo cuidados, agarraron el cuerpo inerte del hombre y empezaron a cargarlo hacia la salida, es decir, hacia donde nosotros estábamos. Cuando la luz dio favorablemente y pude ver todas sus facciones, no pude creer lo que estaba viendo.

"No puede ser"