Long-fic La Necesidad de ti.

Hola gente, cómo andan?, espero que bien voy a comenzar un -fin sobre mi pareja favorita: Shesomaru y Kagome, por ahora escribiré un poco la introducción de la historia y ya más adelante iré publicando capítulos, espero que les guste.

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Nos encontramos en la época actual, ya quedarón atrás las aventuras de Kagome en la época feudal y ya olvido de todo a su amor no correspondido, ahora con veinte años era la secretaria personal del jefe de la empresa Tokiyin líder en fabricación de ordenadores y electrodomésticos.

Su vida puede que no sea tan interesante como antes pero si es la que ella desea vivir y le gusta.

Pero qué ocurriría si le llegará el amor de la persona menos esperada y en el momento menos esperado, ¿y si el pasado se pasará para recordarla que ella no es humana del todo?, ¿qué ocurría si dentro de ella se escondiera algo que desea con todas sus fuerzas salir? ¿y qué ocurriría si se acercara en fin para los humanos y solo ella un Yokai frío e insensible la pudiera ayudar?, ¿y si Naraku regresará del infierno?.


Una aventura de amores, dolores, sufrimientos y sentimientos enfrentados.


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¿Qué les parece el inicio interesante, aburrido?.

 

Capítulo Uno: Sensación Incomoda.​

"Otro día otra jaqueca" me reí de mi misma por recordar justo en ese momento mis terribles dolores de cabeza nocturnos.

En este momento estaba saliendo del metro directa hacia las empresas Tokiyin un edificio con más de 120 plantas de altura y dos mil empleados en su totalidad y yo, Kagome Higurasi llevaba en su plantilla tres años completos en los cuales uno pase como ayudante de dirección y los dos restantes como secretaria personal del jefe el "Gran" magnate de los negocios, conocido como lobo y que se resguardaba bajo el nombre de Hiroto, nadie sabía quien era y yo ni mucho menos pues aunque era su secretaria siempre trabajaba directamente con su ayudante el joven Ryu un chico dos años mayor que yo, de altura 1,98, ojos azules, cabello negro hasta los hombros y sonrisa amable.

Entre por la puerta principal siendo saludada por Sakura, encargada de la atención al publico habíamos comenzado a trabajar juntas y nos habíamos vuelto buenas amigas. Ella era más bajita que yo con el cabello rubio corto y los ojos negros de constitución delgada y grácil era una buena compañera pero a la vez pisaría a quien fuera por conseguir lo que deseaba.

-Ohayo-me saludo desde detrás del mostrador de mármol con el logotipo de la empresa en letras grandes y dorados.

-Ohayo, Sakura-san-salude con cortesía y una sonrisa en mi rostro.

-Ne,ne Kagome-chan no seas tan respetuosa cuando estamos entre nosotras y llámame solo Sakura.

-Esta bien Sakura-chan-la guiñe un ojo y me encamine hacia la derecha para poder coger el ascensor de puertas doradas y botones plateados-hoy no me esperes para comer-la avise dándole al botón-estoy de trabajo hasta arriba.

-Ok Kagome-chan-me sonrió dándose la vuelta para atender el teléfono de la empresa-buenos días aquí esta hablando con Sakura Miyamoto, responsable de atención al cliente de las empresas Tokiyin, ¿en qué puedo ayudarle?.

Las puertas estaban a punto de cerrarse cuando Ryu las atravesó como alma que lleva el diablo, se coloco la corbata color negra y suspiro aliviado.
-Ohayo Ryu-san-le sonreí al ver como respiraba pesadamente-¿cómo estuvo la carrera?.
-Muy graciosa Kagome, muy graciosa-murmuro para sí mismo-no sabes la suerte que tienes de no tener que tratar con Hiroto porque no hay Dios que le aguante es tan-dejo escapar un montón de letras sin sentido-y aparte le da por dirigirse hacía mi con ese tono despectivo...Agggg, me pone enfermo.
-Seguro que no es para tanto-le dí unas palmaditas para aliviarlo-ale, ale, hoy a mucho trabajo Ryu-kun y te necesito en plena forma.
-Hi, hi, hi-respondio pesadamente mientras se habrían las puertas de la planta 125, donde estaba el despacho principal del jefe, el de Ryu y el mío.
Después de cruzar las puertas del ascensor ambos seguimos por el pasillo principal pasando por delante de las salas de conferencias uno, dos y tres y los cuartos de baño, a continuación yo tome el pasillo de la derecha y él el de la izquierda. Como secretaria principal de Hotori poseía mi propio despacho que estaba ubicado exactamente a dos metros del de Hotori, pero a quince del de Ryu y eso me incomodaba pues solo trabajaba con él.
Al llegar abrí la puerta con la llave, descorrí las persianas que tapaban el gran ventanal por el que entraba toda la luz solar y me senté detrás de mi mesa para poder encender el ordenador y comenzar con los informes para Ryu.



Habían pasado ya tres horas y llevaba tecleando sin parar pues por culpa de mi baja por la gripe había faltado dos días al trabajo y este se había acumulado. Me aparte el pelo azabache en una coleta y cogiendo mi bolso me dirigí hacía el baño, al pasar delante de la sala de conferencias pude ver a un medio-dormido Ryu asintiendo ante la charla de comercio interior y el producto neto, estaba segura que no sabía ni de lo que estaban hablando.
Con pasos ágiles pase al baño de señoras, estire mi falda de tubo negra y quitándome los tacones de terciopelo negros me subí las medias transparentes que se estaban resbalando, luego atuse mi blusa blanca y arregle el cuello de mi americana negra, me perfile los ojos pues el maquillaje se empezaba a ir y aproveche para pintarme con un gloss, al salir del baño Ryu se había quedado literalmente desplomado sobre la mesa y sabía que si no le sacaba de ahí comenzaría a roncar así que toque varias veces la puerta e interrumpí la reunión.
-Lamento al interrumpir Mashimoto-san-hable alto y claro para que Ryu despertará-pero ha ocurrido un problema imprevisto y Ruy es necesario, estoy segura que la charla instructiva podrá ser finalizada mañana.
-Por supuesto Kagome-san- me sonrío Mashimoto saliendo por la puerta y yo le realice una reverencia.
-Gracias Kagome te debo una-suspiró al pasar a mi lado-necesito un café, ¿te apuntas?.
-Claro, porque no-cerré la puerta tras de mi y me encamine a la cafetería de paredes blanquecinas me serví una taza y le pase la jarra de café a Ryu.
-¿Qué ocurre Kagome?-inquirió Ryu al ver como un escalofrió me recorría entera.
-Nada, nada-me encogí de hombros y suspiré bebiendo un sorbo de café.
-Bien, te tengo que pedir un favor-me miro suplicante y yo le miré haciéndole entender que continuará-verás en la próxima reunión con Hotori debes venir, él mismo ha dicho que quiere ver quien es la responsable de su papeleo aquí en la sucursal de Japón le hable de ti y bueno me obligo venir para llevarte.
-Ahh, así que era por eso.
-¿Era por eso el qué?-inquirió mi compañero y yo sonreí.
-Mi sensación incomoda.

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Ta-ta channnn, ¿quién será Hotori y para qué querrá a Kagome? Para saberlo lean mi próximo capítulo x3

 

Capítulo Dos: Rememorando.​

-Sé que he hablado mal de él, pero Hotori-san no es tan malo-su voz se fue transformando en un pitido agudo y pude ver como sus ojos se desenfocaban por varios segundos-¿Qué hace Hotori-san aquí?.

-Mierda-susurre muy bajito, aparte la taza de mis labios y llenando otra de café solo me fui directa a mi mesa de trabajo-Ya veremos si es tan malo como creo que es-me despedí de Ryu-kun con una sonrisa y con pasos ágiles espere a Hotori-san a la puerta de su despacho. Estaba nerviosa para que mentir si te hablan tanto tiempo de un hombre que se comporta como un auténtico demonio y ahora de repente este se presenta a tu entrada...Bueno la sensación no era muy buena.

-Señorita Higurasi-me saludo Ryu con el semblante en blanco-Le presento al dueño de las empresas Tokiyin, heredero del creador de estas, el señor Hotori-san.

-Es un placer conocerla Higurasi-mi lengua se pegó a mi paladar y un temblor repentino se apodero de todo mi ser.

-Naraku-susurre con los labios apretados y ese Ser soltó una ronca y sutil sonrisa.

-Señorita Kagome, pasemos a mi despacho allí hablaremos de todo-abrió la puerta y pase a su interior con movimientos estáticos-Así que me reconociste-me arrebato la taza de mis manos y me sonrió.

-Como para no hacerlo, estas igual que siempre-crucé mis brazos sobre mi pecho-solo que tu aroma es más pestilente.

-Bueno querida-se sentó detrás de la mesa de caoba y se recogió su melena negra en una alta coleta-Los tiempos han cambiado y con ellos mi dieta.

-¿Qué planeas?-me incline delante de su escritorio con los ojos inyectados en sangre por la ira retenida.

-Vamos, vamos, como se nota que eres la reencarnación de esa otra sacerdotisa, la cual fue la que custodió el corazón de tu amado hasta en su muerte, ¿o no?.

-¡NO METAS EL PASADO EN ESTO!-Le grite llena de dolor en mi pecho.

-¿Qué ocurre Kagome-chan?-pregunto acariciando mi rostro-¿Acaso extrañas algo qué nunca tuviste?.

-Callate-pegé un manotazo a su mano y me aleje de él-puede que seas mi "jefe", pero pienso averiguar que tramas y acabar con tu miserable existencia.

-Retírate de mi vista Higurasi-cruzo las manos por delante de su rostro y pude ver como sus ojos carmesís brillaban de gozo-Créeme mi pequeña mujercita que la que va a ser aquí la acabada vas a ser tu y no yo.

-Ya lo veremos Naraku, ya lo veremos-me fui de su despacho y con el miedo golpeándome fuerte el pecho corrí hacía el aparcamiento, me daba igual todo necesitaba respuestas y sabía donde obtenerlas.

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Sé que no merezco perdón,a el cap es corto y llevo mucho sin aparecer por aquí, pero es que no doy a basto.... Sorryyy.

 

madre de Dios con que retraso voy...PERO EN TODO!!!!!!.

Perdón por la demora.

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Capitulo tres: Respuestas. ¡YA!.​

Corrí desesperada hacía mi auto, abrí la puerta del piloto y me puse en marcha hacía la interestatal, con suerte llegaría a mi destino dentro de media hora..Si el tráfico era benevolente con migo.

Con dedos temblorosos marque en el teléfono el fijo de la empresa competente, de la empresa Inutaisho.

-Le atiende Shippo Saszuque, responsable de atención al cliente en las empresas Inutaisho. ¿En qué puedo ayudarle?.

-Shippo-chan, soy yo Kagome Higurasi tenemos un gran problema necesito encontrarme con el Jefe YA.

-Pero Okasan, el señor esta reunido..si le interrumpo..

-Shippo-le interrumpí-estaré allí en 20 minutos, no le digas nada solo dime en que sala esta reunido, yo misma irrumpiré.

-Demo...Oka-san.

-Shippo-chan, es cuestión de vida o muerte.

-Esta bien..PERO SI PREGUNTA TE LO DIJO Miroku, ¿vale?-le tembló levemente la vos y yo me reí.

-Claro Shippo, sin problemas.

Colgué el teléfono y para tranquilizarme recordé el día que les vi a todos de nuevo.

Hacía ahora dos años y tres semanas yo me encontraba deprimida y triste, miraba las fotos de Miroku y de Shippo mientras lloraba a solas en frente de una tarrina de helado cuando el fijo sonó. Pausadamente fui hacía la entrada para cogerlo.

-¿Dígame?, casa de los Higurasi, ¿quién es?-inquirí llorando.

-Porfiiin hacerte-grito una chillona e infantil voz-no sabes cuantos Higurasis hay en Tokio..madre de Dios cuanto me ha costado.

-Perdón, ¿con quién hablo?.

-Soy yo Kagome, soy Shippo.

-¡SHIPPO!-grite al auricular-espera eso es imposible debo de estar soñando-me pellizque una mejilla-no no lo estoy, Shippo debes explicarte.

-Tranquila Kagome, ¿qué tal si me das tu dirección y voy a verte mañana?.

-Claro Shippo-chan, apunta-aquel día le dí mi dirección y al día siguiente se presento con un adulto y Youkay Miroku, cosa que me dejo estupefacta.

Dentro de la casa me lo explicaron todo, la terrible muerte de Inuyasha a manos de Kykio, como también pareció Sango y como Miroku al cabo de cinco años se enamoro de una Youkay dragón y como esta al aceptarle como su pareja le transformo.

También me dijeron que Seshomaru estaba vivo y que ambos trabajaban para él y para su esposa, Rin en sus empresas. Las empresas Inutaisho.

Fue allí donde retome el contacto con todos, y fue ese mismo año cuando Rin murió por depresión después de la muerte súbita de su cachorro. Seshomaru quedó desbordado y depresivo y desde entonces era huraño, tacaño y un auténtico monstruo, por eso el hecho de ir a interrumpirle a una reunión me llenaba de pánico.


Al cabo de varios minutos estaba aparcando mi coche en las plazas subterráneas de las empresas Inutaisho, un despampanante edificio de mil y un pisos, decorado con grandes ventanales y puertas doradas, los colores que le representaban era el dorado y el blanco.

Cruce el umbral de la puerta principal con las iniciales, S. I. C (Sesshomaru e Inutaisho Company) y fui hacía el puesto de trabajo de Shippo, allí vi a un hombre musculado, alto de cabello fuego y ojos verdes, para cualquier muer un autentico bombón, pero para mi solo era mi niño, mi bebe.

-Ohayo, Shippo-chan-salude con una sonrisa en mis labios-¿qué tal el día?.

-Sala diez, piso ocho-se limito a responderme.

-Hi, hi-una sonrisa cruzo en mis rostro al ver como había cambiado-te quiero Shippo, no lo olvides.

-Hi-hi-tartamudeo rojo como un tomate y yo me reí.

Fuí despacio hacía el ascensor de puertas metálicas, lo llame pulsando el botón blanquecino y espere a que llegara. Al bajar un ascensorista te recibía en él y te acompañaba hasta la planta. Un detalle caballeroso de parte del señor.

-¿A qué piso va señorita?-me pregunto una adorable Youkay cuervo.

-Al piso ocho-me limite a contestar sonriendole de vuelta.

-Sí señorita-pulso el botón y comenzamos a subir-el amo hoy esta de mal humor.

-Que noticia-susurre riéndome

-Shh-me silencio-desde aquí nos oye-se abrieron las puertas y yo me reí-buen día señorita.

Camine en silencio, solo con el traqueteo de mis tacones hacía la sala diez, allí observe a un grupo de Inoyukais hablando con un Sesshomaru echando chispas, toque dos veces la puerta e ingrese dentro.

-Señor Shesshomaru-realice una corta reverencia y él me taladro con la mirada-se le necesita, por favor acompáñame.

-¿Para qué se me necesita?-inquirió y yo rechine los dientes.

-La empresa Shikon le va a engullir-me limite a responder para hacerle saltar.

-Voy-se levanto de un salto y recogiendo la chaqueta de su traje negro se soltó el pelo de la coleta y me siguió.

-Gracias por tu tiempo Sesshomaru.

-Solo lo hago por el compromiso que realice con Rin de cuidarte-se limitó a decir.

-Y yo acudo a ti por el mismo compromiso-le gruni.

-¿Qué ocurre?-me pregunto ofreciéndome sentarme en frente de su escritorio-y por favor sé breve.

-Sé donde esta Naraku-le dije.

-Ese infeliz, ¿esta vivo?-los ojos de Sesshomaru se volvieron como el fuego, PUES LA IRÁ HACÍA ESE SER ERA MUCHA.

-Sí, lo esta-hice una pausa-y es mi jefe, se esconde bajo el nombre de Hotori, pero es él lo vi hoy con mis propios ojos.

-Te sacaré de ahí-susurro cogiendo el teléfono-te vendrás a trabajar aquí, con migo, si tu mueres Rin no me lo perdonaría.

-NO-grite agarrándole de la mano-escúchame dentro de la empresa puedo seguir mejor sus planes, al fin y al cabo soy su secretaria personal, puedo coger información..

-¡A CAMBIO DE TU VIDA!-me chillo y yo retrocedí del miedo-¿no recuerdas la promesa que le hice a mi esposa?.

-POR SUPUESTO QUE SÍ-le respondí en el mismo tono-PERO NECESITO SABER QUE PLANEA Y DESDE AQUÍ NO PODRE...yo también quiero vengarme Seshomaru, así que respira y pensemos en algo.

-Esta bien-gruño-pero si te ocurre algo...será dentro de tu responsabilidad.

-Comprendo.

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