Mitología Egipcia La lección de Montu y La segunda oportunidad de Nut

Antiguo Egipto... El Faraón Amenhotep IV (Akenatón) un gobernante ambicioso, su padre le enseñó a gobernar con responsabilidad, paciencia y honradez, pero el Faraón Akenatón cada vez quería más poder, desde que su padre había muerto se sintió más libre ya que ahora sería él quién gobernaría Egipto, eso lo hacía sentirse más poderoso.

Aunque se sentía poderoso y era ambicioso tenía sus lados buenos, a pesar de que la idea de casarse lo hacía sentirse presionado. Su ambición y egoísmo lo hacía no querer compartir su reino con nadie, de todas formas él ya estaba comprometido con alguien el cual ese alguien le desagradaba, se trataba de una joven del alto Egipto, pero casarse aún no estaba en sus planes, de todas formas cuando lo haga podrá poseer muchas esposas más.

Sentado en aquel trono, en su gran palacio, distraía su mente pensando en como hacerse más poderoso. Uno de sus sirvientes llega apresurado:

—¡Señor mío, Majestad! —llega aquel sirviente tratando de no molestar a Akenatón ya que lo conocía por ser un Faraón que se enfadaba hasta por el más mínimo sonido.
—¿Qué es lo que sucede? ¿por qué tanto escandalo? —pregunta Akenatón con un rostro frío y calculador.
—Majestad, acaban de informarme que una guerra se aproxima por parte de un pueblo vecino —responde aquel sirviente con miedo —Y eso no es todo se dice que el momento de su llegada se desconoce.
—No permitiremos que nos venzan, ¡todos manténganse listos ya que en cualquier momento atacarán! —dice Akenatón levantándose de su trono y dirigiéndose a la puerta del gran salón, luego de salir de ese lugar se dirigió a los santuarios de los dioses.

En aquel santuario encontraba variedad de dioses, pasando por allí hubo una diosa el cual lo hizo quedarse más tiempo, contemplaba el cuerpo arqueado de la diosa. Se trataba de Nut era una diosa el cual era madre de cinco dioses, creo que Akenatón no comprendía a Nut la respetaba pero jamás la entendió y se marchó, claro él no tiene una familia por la cual puede entender a Nut siendo madre de cinco dioses.

El tiempo pasaba hasta que por fin la guerra llegó, al principio todo comenzó bien para Egipto, los soldados peleaban y defendían su pueblo, Akenatón también luchaba con valentía parecía que era una lucha algo difícil.

—Majestad, ¿qué haremos? esta guerra ya ha sido bastante larga —le dijo uno de los sirvientes del Faraón.
—No perderemos las esperanzas, seguiremos luchando, no importa que pase —responde el Faraón

La guerra ya lleva más de dos año y parece no tener fin "no puede ganarnos un pueblo que no es tan fuerte pero... ¿por qué parece no acabar?" se preguntaba el Faraón. Se empezaba a desesperar y necesitaba despreocuparse, relajarse y quizás también desahogarse, así que no lo pensó mucho y se dirigió a los santuarios de los dioses, pensaba que quizás consultarlo con cualquier dios sería la solución. Se dirige a los santuarios ya allí se acerca al que más le convenga para esta situación no Osiris, no Isis, no Seth... Claro era Montu el dios de la guerra, el Faraón le pidió su protección durante la guerra. Además de eso la guerra no calmaba y no tuvo mas opción que tomar la decisión de casarse y tener un hijo para que así hubiera un heredero, pero eso significaba que Akenatón temía morir.

Nefertiti la mujer con quien estaba comprometido obedece la orden del Faraón casándose con él. Después de casarse con Akenatón, Nefertiti poseía La Corona Shuty o Corona Emplumada que usan las grandes esposas reales.

Del matrimonio de Akenatón y Nefertiti nació: Tutankamón. Luego que el heredero Tutankamón naciera Akenatón se sentía más seguro que si moría quedaría su heredero, la guerra aún no acababa y esto le hacía pensar que algún día no muy lejano moriría.

—¡Se acabó todo, Nefertiti! —dijo Akenatón muy preocupado y desesperanzado.
—No digas eso, aún puede haber esperanza —le respondió su esposa.
—No, ya no lo soporto —dijo Akenatón furioso y salió del gran salón donde se encontraban, dejando a Nefertiti con la palabra en la boca.

Akenatón se dirigió de nuevo al santuario, en el que rogó de nuevo a Montu su protección, su egoísmo volvió de nuevo pidiéndole por él nada más, no por su familia, al dios no parecía gustarle esto y le enseñó una grave lección.

Luego de Tutankamón, nació otro hijo el cual nombraron igual que su padre "Akenatón" la lección de Montu hizo que por la guerra el hijo de Akenatón muriera, a pesar de su egoísmo y ambición no negará que amaba a sus hijos y la muerte de este lo hizo reflexionar y sentar cabeza, lo hirió especialmente porque murió por culpa de la guerra. Se sentía desdichado y al ver la situación regresó al santuario se arrodilló ante Nut la diosa del cielo y protectora de los muertos. Ya arrodillado le dijo: " ¡Oh! Tú la diosa del cielo y protectora de los muertos, por favor cuida de mi pobre hijo que él no tiene la culpa de mis ambiciones y egoísmo te pido por favor lo guíes al descanso eterno"
Diciendo esto se levantó y dejando por un lado su orgullo derramó una lágrima frente a la diosa, eso significaba que al fin Akenatón reflexionó y se dio cuenta de lo tanto que quiere a su familia. Recordó que Nut ha sufrido más y recordó su leyenda:

La diosa Nut esposa de Geb con quien se casó sin permiso de Khepri, este enfurecido le dijo a Shu (el padre de Nut, el aire). Él les prohibió tener hijos en ninguno de los 360 día del año, así que el amante de Nut, Thoth el dios escriba quien venció a Jonsu el dios de la luna en un juego senet, cuando Thoth gana tanto la luz como la luna no tuvieron otro remedio que agregar cinco días más al año para que Nut tuviera cinco hijos en esos cinco días y la prohibición de Khepri no valiera.

Akenatón regresó al campo de batalla pensando en la protección de su familia pues ya no quería perder otro hijo ni mucho menos a su esposa. La guerra empeoraba pero llegó un momento en que un enemigo logró herir gravemente a Akenatón dejándolo muy débil y casi matándolo, no pudo luchar por mucho tiempo y estuvo a punto de morir.

Nut apiadándose de Akenatón se manifestó frente a él y le dijo "A pesar de haber sido egoísta y ambicioso te regalo otra oportunidad ya que has demostrado que aprendiste tu lección y valoras a tu familia, aprovechala y úsala para lo que tu corazón desee. Espero que no desperdicies tu oportunidad y la uses para mal, soy capaz de quitarte tu vida de nuevo"
Luego de esto Akenatón sabía que hacer con esta segunda oportunidad, la guerra poco a poco se detuvo y le dio victoria a Egipto, Akenatón ya recuperado le juró a su esposa la protección de sus hijos y de ella.

Paso el tiempo y Nefertiti y Akenatón tuvieron 8 hijos más.

Quizás Akenatón fue ambicioso y egoísta pero con la lección de Montu aprendió a no ser egoísta y gracias a ello Nut le dio una segunda oportunidad a Akenatón.



FIN