La confusion n'a jamais été bonne

La confusion n'a jamais été bonne

Hola, aquí traigo el reto de Sango hecho con Artic Rose.
Constará de varios capítulos, espero que les guste, sobre todo a Sango : )



~~La confusion n'a jamais été bonne~~
(La confusión nunca es buena)




A esa hora las calles se encuentran vacías, no es temprano ni muy tarde, es decir, la hora justa. Las luces de los autos que pasan proyectan su sombra en la pared alargándola conforme se encuentran más cerca. Shamuel tiene una idea fija, una persona en su mente a la cual atacará con todo lo que sea necesario para alejarlo de su hermana.

Frente a él se encuentra la mansión de los Priest. No debería estar ahí gracias a la rivalidad entre sus familias, si alguien lo llega a percibir, lo más seguro es que comience una pelea, aunque, una pelea es justo lo que busca.

Una mano se posó en su hombro sin que se diera cuenta, la apartó como si fuera un acto reflejo.

— Priest—murmuró enfadado.

Isaac observaba paciente al Dunkelmeer, sabía perfectamente lo que este pensaba y, al verlo, no dudó en sus intenciones de molestarle.

—Eres o muy valiente o muy tonto en venir.

—O tal vez te equivoques y sea algo de los dos—Shamuel fulminó con la mirada al de cabellos aqua. Sabiendo que el Priest posee habilidades mentales, era mejor para él no confundir sus sentimientos en ese momento. Estaba ahí para alejarlo de Beth no para…

—Te has quedado callado, Dunkelmeer, ¿Qué tanto perturba tu mente?—se burló Isaac. Su arrogancia le costó caro pues no tuvo tiempo de prevenir el puñetazo del castaño. La fuerza fue tal, que casi lo derriba. Al reponerse, limpió el hilo de sangre que apenas se notaba en sus labios no sin antes reír por su descuido.

La discusión se convirtió en una pelea a golpes. Sin magia, Shamuel sabía que llevaba las de perder y aun así su rabia lo impulsaba a seguir. Sus pensamientos comenzaron a divagar entre su hermana, el Priest y él. ¿Qué estaba haciendo? Si en verdad lo quisiera “muerto”, se enfocaría más en la pelea y menos en las dudas que surgen en su mente.

—Je… creo que valiente no fuiste—clamó Isaac victorioso.

Shamuel aun no comprendía el comentario del Priest hasta que se percató de que había sido acorralado. De un lado la pared y del otro su contrincante. El Dunkelmeer no se daría por vencido tan pronto, o no.

Lo pensó dos veces, esa sería su última jugada. De no dar en el blanco todo habría terminado, al menos para él. Su semblante cambió a uno lleno de furia, su intención era mostrarse hostil a pesar de la situación.

Antes de que pudiera hacer algo, Isaac se adelantó a su plan. Shamuel no tenía escapatoria, lo único que se le ocurrió fue cubrirse pero las manos del de cabellos aqua lo tomaron por sorpresa bajando su guardia. Lo que Shamuel no esperaba era que, en ese momento, los labios de chico rozaran los suyos de una forma casi delicada.

Fue un beso cálido, envolvente. El castaño forcejeo en un último intento de mantener su objetivo pero el Priest no tuvo más que aprisionarlo con la pared para bloquear toda huida por parte del Dunkelmeer. Beth desapreció de su mente, ella, su madre, su tía, sus primas, toda su familia no existía en lo absoluto. Sintió como el Priest se fundía en sus labios, una sensación que no podía describir ni a la cual reusarse.

En otro momento, en la primera oportunidad, Shamuel aprovechó para librarse del abrazo del de orbes grises. Tenía que alejarse lo más pronto posible, no volvería la vista atrás ni esperaba que el Priest lo detuviera.

Isaac observaba como la figura del Dunkelmeer se fundía con la oscuridad de la noche. Había perdido momentáneamente los papeles, pero no le importaba en ese momento.
Se giró, dirigiendose a su casa, recuperando su habitual expresión.

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Shamuel caminaba, al parecer sin rumbo fijo, con su mente en los recuerdos de lo pasado anteriormente. Maldijo en voz baja, pero en realidad no sabía porqué maldecía, dudaba de él mismo, de sus gustos, de su propia personalidad. Si lo odiaba..¿Por qué había tendido que acabar así, por qué no de otra forma y, sobre todo, por qué no le había asqueado? Teóricamente lo odiaba. Sonrió, teóricamente, y la teoría no siempre tenía razón.

Se quejaba pero no sabía de qué ni porqué ¿acaso era algo malo? No, pero se quejaba de no ser fiel a lo que creía que sentía, porque ya no estaba seguro ni de eso. Quizás lo mejor sería decírselo a alguien, que esa persona le dijera que debía hacer; porque si seguía así posiblemente se volvería loco.

—Shammy— la voz de una de sus primas le llamó.

Levantó la vista del suelo para encontrar a Leelu sentada en las escaleras de la mansión.

—Te he llamado varias veces pero no respondías ¿estás bien?— comentó la joven ligeramente sonrojada.

Sonrió para sus adentros, Leelu era la persona indicada para contarle sus problemas, ella lo entendería y le diría que era lo mejor.

— Verás…— suspiró— me gustaría pedirte tu opinión acerca de un asunto que me preocupa…

En ese momento Shamuel le contó lo sucedido con Isaac Priest hacia apenas unas horas. El joven no se daba cuenta de que, cada palabra que decía, se clavaba en el corazón de la Dunkelmeer como si de un puñal se tratara.

La joven sentía el estómago revuelto junto con un nudo en la garganta que la asfixiaba, sus ojos se humedecían y su corazón se rompía al compás de las palabras dichas por Shamuel. Leelu sentía un vacío en su pecho, sentía las grietas que se producían en él, pero mantenía su sonrisa cálida dirigida al hombre que tanto amaba.

—Eso es lo que ha pasado— Shamuel acabó el relato de lo ocurrido mientras agachaba la cabeza.

Una mano se posó encima de la suya cual mariposa en una flor. La joven Dunkelmeer le sonreía cálidamente.

— Es posible que esto ahora no te sirva pero, cuando de verdad estés preparado, habrá un momento en el que las confusiones desaparecerán y, cuando alces la vista, veras a la persona que de verdad amas y no dudarás de ello. Tarde o temprano ocurrirá y, de todo corazón, te deseo suerte y felicidad y quiero que la compartas con la persona que tu corazón elija.

Shamuel no sabía porqué, mientras oía las palabras de la joven, la había visto con otros ojos. No sabía que decir, ni siquiera sabía que pensaba o sentía en ese momento.

La joven, quien ya no aguantaba más las lágrimas, se levantó y se despidió de su primo mientras se dirigía a su habitación para derramar todas las lágrimas que pudieran producir sus ojos.

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Elizabeth le dio un codazo a su acompañante, pero parecía no inmutarse. La chica suspiró, Isaac había estado más pensativo que de costumbre, tanto que ni siquiera se había burlado de ella.


—¿Y a ti que te pasa?— preguntó la Dunkelmeer algo enfadada.

Otra vez sin respuesta. En verdad estaba comenzando a enfadarse, después de todo él había sido quien la había llamado para salir.

— Hoy he visto a mi hermano y a una de mis primas bastante acaramelados en la entrada. Normalmente me enfadaría pero, viendo las otras que están detrás de él, me alegra que este con ella. Es la única semi-normal.

Isaac únicamente captó la palabra “hermano”, sabía que no se refería a Sebastián ya que solía llamarle: mi estúpido hermano, el enano ese o cualquier otro insulto.

Al parecer el tonto en esta ocasión había sido él, pensando y pensado acerca de lo ocurrido, intentando asimilar que había pasado únicamente por el interés hacia el comportamiento del chico; mientras el joven Dunkelmeer había estado tan tranquilo con su “enamorada”. Sonrió con malicia.


— Me alegra que tu hermano no se haya juntado con las “arpías” como tú llamas a algunas de tus primas. ¿Sabes? Se me ocurrió una forma de celebrarlo—.

Elizabeth le miró algo desconcertada, no la había gustado nada la sonrisa de Priest. Isaac volvió a sonreír mientras caminaba contándole a la Dunkelmeer el pequeño plan que había pensado; omitiendo, por supuesto, algunas cosas.

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¿Qué planeara la mente macabra de Isaac?¿ Será algo malvado? Lo veremos en el próximo episodio (?, que fue cortado aquí aposta)

Espero que te guste Sango~