[~*Juego Peligroso*~]

[~*Juego Peligroso*~]

Juego Peligroso​

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Éxodo​

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Un joven matrimonio se encontraba en el parque junto a sus cinco hijos.
Los mayores estaban en la resbaladilla, eran mellizos; las otras dos eran gemelas y se encontraban jugando en el balancín, mientras que ellos tenían a la pequeña en el coche para bebé frente a ellos. Todos estaban tranquilos, cada uno pendiente de lo que hacía; los padres se descuidaron de la gemelas unos minutos cuando sus hijos mayores les fueron a enseñar aquello tan interesante que habían echo, sin embargo, ese pequeño descuido bastó para que tres individuos vestidos de negro sorprendieran a las hermanas por la espalda y las subieran a la fuerza en su carro. Para cuando la pareja se dio cuenta de la ausencia de sus hijas, gracias al desesperado aviso de otra madre que se encontraba ahí, ya era demasiado tarde para poder hacer algo… el automóvil ya se había perdido de vista con las niñas.

*​

El trayecto se había echo agotadoramente largo. Las gemelas ignoraban por completo qué hora era, es más, sentían como si hubiesen pasado días en aquel coche infernal, con los ojos vendados, atadas de manos y pies, con la boca tapada y recibiendo constantes amenazas que sus pequeños conocimientos de niñas de cinco años, no entendían.
Una vez que se detuvo el automóvil, los individuos se las colgaron al hombro como quien carga sacos de papa y atravesaron un extenso sendero hasta detenerse frente a una sombría mansión, en la cual la puerta se abrió automáticamente apenas ellos pusieron pie en el pórtico. Prosiguieron hasta adentrarse en el vestíbulo de la casona, se podía apreciar a la perfección el exquisito estilo elegante-tradicional que se observaba hasta en el más mínimo detalle en todo el lugar. Finalmente llegando al destino… una amplia habitación de huéspedes en donde se encontraban otros niños, seguramente habiendo llegado en las mismas condiciones que las gemelas.

*-​

- quiero a mi hermano –balbuceaba entre llantos la pequeña Maya de 7 años, aferrada a los brazos de Annika-.
- pronto lo veras, no te preocupes –la consolaba ésta, un año mayor que ella-.
- necesitamos salir de aquí –dijo una de las gemelas, Arisa de 8 años, caminando de un lado a otro de la habitación-.
- ¡deja de darte vueltas, me pones nerviosa! –Exclamó Hanna, la gemela de Annika, de 8 años también-.
- ¡oye, no le grites así a mi hermana! –Le reprochó Kadira del otro lado, la hermana gemela de Arisa-.
- por favor, no sigan discutiendo –pidió Sidney, la menor del grupo con 6 años, también fue la última en llegar-.
- ella tiene razón, ¿Por qué no vamos a ver que están haciendo? Quizás descubramos la manera de poder salir de aquí –sugirió Geniko, la más excéntrica del grupo con apenas 7 años, la mejor amiga de Maya-.
- sería peligroso que fuésemos todas –notó Hanna-.
- es verdad, que algunas se queden aquí… ¿Quién quiere ir? –Preguntó Geniko levantando la mano y viendo que sólo Annika y Kadira también sentía curiosidad como ella- bien, entonces Kadira, Gris y yo iremos a investigar-.
- un momento, ustedes tres juntas son peligrosas –acotó Arisa-.
- es verdad… Aris, que una de nosotras vaya con ellas-.
- si… pero ¿Quién?
- ¡yo no quiero que venga Hanna! Si ella va, yo me quedo –dijo Gris molesta y cruzándose de brazos-.
- entonces ve tú, Aris… yo me quedo con Maya y Sydney –respondió la gemela aludida-.
- está bien, regresaremos en un momento-.
- ¡tengan cuidado! –dijeron las pequeñas al mismo tiempo-.

Gris acercó su mano al picaporte de la puerta y ésta se abrió en un segundo, supuestamente estaba con seguro. Las cuatro valientes muchachas se aventuraron en cada pasillo y en cada puerta que veían, bajaron las escaleras, revisaron habitación por habitación hasta que sin darse cuenta, llegaron al sótano de la mansión. Caminaron por un angosto pasillo, tanto, que tuvieron que avanzar en hilera ya que de dos no se podía. A medida que se acercaban a una puerta, escuchan voces de hombres… pareciera como si celebrasen algo; una vez que las cuatro estaban apegadas a la puerta, la abrieron y se adentraron a la habitación que era casi tan amplia como las otras…

Mientras que en el cuarto de arriba, Sydney, Hanna y Maya estaban acurrucadas en un rincón de la habitación, aterradas… unos tipos intentaban entrar en la habitación, le estaban dando de patadas a la puerta tratando de derribarla

- no creo que la puerta resista por mucho –dijo Hanna aferrándo a las dos pequeñas a sus brazos-.
- ¿Qué van a hacernos? –preguntó Sydney empezando a llorar y apegándose más a Hanna-.
- ¡hermano! –gritó Maya llorando desesperadamente y escondiendo su rostro en la chica mayor-.

Hanna no sabía que hacer, estaba comenzando a perder los estribos, veía claramente como un agujero se formaba en la puerta, no faltaba mucho para que la derribaran por completo, ese era el fin… lo sentía mucho más por las pequeñas que por ella… no debían terminar así…

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Re: [~*Juego Peligroso*~]

Las otras cuatro, habían descubierto un pasadizo que daba a otra habitación de la cual provenían los gritos victoriosos de los hombres que habían escuchado hace un rato, se quedaron sorprendidas al ver que sólo se trataba de un juego… claro que desde donde estaban, no podían apreciar de qué se trataba específicamente aquel…

- ¡miren, son los chicos! ¡Uy, desde aquí también se ven guapos! –exclamó Geniko muy entusiasmada-.
- eso no es importante, Geni… lo curioso es para qué los tienen aquí –le acotó Aris-.
- ¡ay, hermana no seas agua-fiestas! –le reprochó Kadira-.
- pero tiene razón… además, parecen muy asustados ¿que tendrán ellos que ver? –la apoyó Annika Gris-.
- no lo sé…

Se quedaron observando otros minutos más y los hombres volvieron a vociferar sus gritos de victoria

- con esto ganamos la partida – dijo uno de ellos, el único que vestía de blanco y el más anciano-.
- ¿jugamos una segunda? –preguntó un hombre más joven con voz temblorosa-.
- no lo creo, Enoki… no lo creo… -el anciano se puso de pie e hizo un ademán con la mano para que sus secuaces tomaran a la fuerza al joven- que lo maten –concluyó con frialdad y se perdió tras la puerta que había a la derecha de la habitación-.

Las chicas se miraron confundidas y sorprendidas, mas no entendían porque siguieron ahí para ver el resto… quizás… sólo curiosidad…
Los secuaces del anciano sujetaron de manos y pies a Enoki en una pared formando una especie de equis… los cinco niños que estaban sentados se le quedaron mirando, y al reconocerlo, tres de ellos, trillizos, corrieron a él llorando

- ¡papá! – dijeron los tres al mismo tiempo mientras le abrazaban las piernas, ya que era hasta donde les alcanzaba-.
- hijos… lo lamento mucho –decía Enoki mientras comenzaba a derramar lágrimas, sabía que su muerte no sería suficiente y sus hijos serían los próximos-.
- papá, ¿Qué van a hacerte? –preguntó uno de ellos entre sollozos-.
- sólo quiero que sepan… -evadió la pregunta- … que sea lo que sea que hagan conmigo… que les pidan que hagan conmigo… sólo háganlo…
- pero… ¿de qué hablas? ¿que nos harán hacerte?
- no importa… sólo háganlo para que no les hagan nada a ustedes…
- ¡hey, ustedes! –gritó uno de los secuaces del anciano desde el umbral de la puerta- regresen a sus lugares-.
- vayan, hijos –les ordenó Enoki-.
- pero papá…
- ¡vayan! –exclamó desviando la mirada de sus hijos volteando hacia un lado y cerrando los ojos para dejar caer las últimas lágrimas-.
- ¡quiero que maten a este hombre! ¡AHORA! –vociferó el secuaz. Aquello dejó a los chicos con los ojos abiertos a más no poder, sobre todo a los trillizos…-.

Las chicas escondidas, oyeron todo, si para ellas era de escucharlo y verlo y no creerlo… ¿cómo sería para esos chicos? ¿Quién en su sano juicio les pediría a tres hermanos de apenas 8 años que maten a su padre? Las chicas, los chicos, quedaron petrificados, aquello sin duda debía ser una broma

- ¡¿Qué rayos esperan, mocosos endemoniados?! ¡hagan todo lo que saben hacerle a este hombre! –volvió a ordenar el tipo perdiendo la paciencia-.
- vamos hijos, ¿que esperan? ¡¡mátenme!!
- ¡no! –gritaron los hermanos estallando en llantos, iban a correr hacia su padre, pero el hombre los detuvo apuntándolos con un arma de fuego-.
- si no lo hacen… lo haré yo y luego los mataré a todos-.
- papá…-.

Los chicos se quedaron en silencio, ninguno era capaz de pronunciar palabra alguna… uno de los niños que aún estaba sentado, se puso de pie, caminó hasta situarse unos metros frente a Enoki y lo apuntó con su mano

- le haces algo a mi padre… y te mato, Sendoh –lo amenazó el trillizo castaño-.
- lo siento chicos… pero prefiero que muera su padre a que muramos todos nosotros –apenas terminó la frase, del pecho de Enoki comenzó a caer sangre-.

El otro chico que también estaba sentado, había comenzado a apuñalar a Enoki sin tocarlo, como si tuviese espadas invisibles en la mano y le cortara el cuerpo a distancia… el padre de los trillizos estaba bañado en sangre, lleno de cortes, golpes, arañazos y fracturas que esos dos les hicieron sin tener un contacto directo. Los hermanos seguían de pie, estupefactos, estaban viendo morir a su padre frente a sus ojos y no eran capaces de mover ni un sólo músculo…


Las muchachas en la habitación, lograron engañar a los hombres que intentaron lastimarlas con el viejo truco de la soga echa de ropa y dejada caer por la ventana; los tipos se la creyeron y salieron a buscarlas en el jardín trasero… ellas escaparon y en medio camino, comenzó a temblar… la mansión se remecía con tal brutalidad que las hizo caer, nunca antes habían presenciado un temblor y eso las asustó mucho ya que ni siquiera sabían de que se trataba. Las dos más pequeñas echaron a llorar, Hanna las ayudaba a ponerse de pie para que pudieran huir.

En el sótano, las chicas habían huido, aunque con mucha dificultad porque la casa se estaba desmoronando… sabían que eso no era un simple temblor, sino la furia de los trillizos. Vieron como a los chicos que consideraron sus amigos liquidaban a su padre sin piedad, sin duda eso los había herido enormemente… toda la destrucción que se estaba causando era una mezcla de pena e ira que nadie podía detener… Los trillizos eliminaron a sus compañeros con la misma brutalidad con la que ellos mataron a su padre…

Todas las chicas se encontraron en el vestíbulo, iban a buscarse entre ellas para que ninguna quedara atrapada pero afortunadamente no tuvieron que sacrificar sus vidas para encontrarse… atravesaron el vestíbulo, el enorme candelabro de cristal que colgaba del techo se había cortado y estaba a sólo unos cuantos segundos de aplastarlas a todas juntas… el tiempo se detuvo el lapso necesario para que ellas pudieran correr y alejarse lo más posible, sin embargo al estrellarse con semejante fuerza, el cristal saltó por toda la habitación incrustándose en todas las paredes, atravesando los adornos y rozando a las chicas… sólo… rozándolas… No entendían como había sido posible que sólo salieran con unos cuantos rasguños, pero ese no era el momento para analizar la situación, seguía temblando y al parecer había comenzado un incendio… tenían que salir de ahí cuanto antes…

*-​

Caminando sin rumbo en las cercanías de la mansión, las siete chicas llevaban días sin detenerse, sin comer, sin dormir, sin pedir ayuda… Sus apariencias no eran para nada alentadoras, sus ropas estaban rasgadas, quemadas, sus rostros estaban sucios al igual que sus manos y sus pies; no tenían idea de donde sacaban energía para poder seguir adelante…Sydney, Maya y Geniko habían contraído un resfriado, el estado en el que se encontraban les hacia peor… Las cuatro mayores también presentaban síntomas de estar enfermas, pero trataban de mantenerse lo más fuertes posible para poder sostener a las menores, después de todos sólo se tenían entre ellas…

Al anochecer, optaron por darse un descanso prudente después de tanto tiempo. Las pequeñas respiraban con dificultad, estaban pálidas y sus ojos se cerraban solos… Gris tenía las mejillas encendidas al rojo vivo, atravesaba una fiebre muy alta; Hanna también parecía tener fiebre además de sudar frío; y las otras dos gemelas estaban en las mismas condiciones.
Cuando casi se estaban quedando dormidas, sienten que se aproxima un carro, las potentes luces las alumbran y aumenta la velocidad: « ¡ahí están!» escucharon que dijo alguien desde adentro del coche, aquello las alarmó, venían de nuevo por ellas… pero era imposible que sobrevivieran a la destrucción de la mansión, realmente era imposible, a menos que ellos… también fueran poseedores de las mismas habilidades que ellas… Se hicieron a la idea de que debían huir una vez más, trabajosamente, Gris hizo que Sydney se sostuviera de ella para que pudieran escapar, lo mismo hicieron Aris y Hanna con Maya y Geniko, Kadira con suerte se podía sola… Corrieron lo más que les dieron sus piernas y sus fuerzas, pero no era nada, esos hombres andaban en un carro.
Siguieron corriendo y llegaron a una casa abandonada, escondieron a las menores y a Kadira, mientras que ellas siguieron para despistarlos…
Los hombres se habían bajado del coche para buscarlas más fácilmente, divisaron las tres pequeñas siluetas de las mayores y tres de ellos se asignaron para ir tras ellas mientras que los demás fueran a buscar a las que faltaban. Gris y Aris iban por delante de Hanna, ésta ya no podía seguir, cada vez se alejaba más

- ¡Hanna, apresúrate! ¡sólo mantente un poco más! –le gritaba Gris a su hermana-.
- no puedo, sigan sin mi –Hanna se detuvo y cayó estrepitosamente al suelo-.
- ¡Hanna! –Gris se devolvió donde su hermana para brindarle ayuda, casi tenía a los tres hombres encima-.
- ¡Gris, regresa! –le pidió Aris al verla volver-.
- Gris, no seas tonta… sigue corriendo… -decía Hanna apenas-.
- ¡no seas tonta tú! No voy a irme sin ti… ven, sostente de mi –tomó el brazo de su hermana y lo puso alrededor de su cuello para levantarla, pero Hanna no mostraba ninguna intención de quererse salvar- ¿Qué haces? ¡sostente!
- no, Gris…
- ¿Qué? vamos Hanna… no me hagas esto, no voy a dejarte aquí –Gris estaba convencida de no querer abandonar a su hermana por nada del mundo-.
- Gris –Aris acababa de llegar a su lado- se acercan, Gris vamos-.
- ¡no voy a dejar a Hanna aquí!
- no te preocupes por mi… anda, no seas terca ¡corre!
- Hanna –Gris miraba a su hermana con admiración y a la vez tristeza, siempre decía que no le agradaba pero la verdad es que la quería mucho-.
- Gris –le apuraba Aris jalándola de la manga-.
- juro que regresaré por ti y no dejaré que nada malo te pase, hermanita –besó la mejilla de Hanna y salió corriendo-.

Gris corría y corría, se alejó como diez metros de donde había dejado a su hermana para recién darse cuenta de que corría sola y de que ya no la perseguían

- Aris –volteó y vio como los tres hombres se alejaban con su hermana y la otra chica, intentó devolverse pero ahora si que no resistía más… sus ojos se cerraron y cayó de lleno al pasto….

fin de la introducción​

 

Re: [~*Juego Peligroso*~]

La intro me quedó un 'poquito' larga xD
Espero que les haya gustado ^^
A mi me encantó y me emoioné mucho escribiéndola

Espero sus post :D
Ja-ne!*-

 

Re: [~*Juego Peligroso*~]

Amiga, No inventes!!]º

La intro está ultra-super-mega-requetecontra sugoii xD

Yo la leí hasta la mitad cuando recién la estabas escribiendo, pero es q está suge

Es más, voy a ir a tu casa a leer el capitulo q sigue xD
Así que esperame con el té servido :D

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~ZI~
:rosa:Zhetta Ice:rosa:
*Last Cold Girl*​

 

Re: [~*Juego Peligroso*~]

Bueno, en vista de que nadie más me posteará.... pondré el primer capi ^^

El comienzo de un nuevo Inicio​

…~1~…​

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Amanecía en Tokio. Las calles comenzaban a ser invadidas por una considerable cantidad de transeúntes dirigiéndose hacia sus destinos.

Una muchachita de largo cabello negro y rizado caminaba por la acera con su humor alegre de siempre, llevando aquella discreta sonrisa en el rostro. Pasó por una tienda de televisores y las imágenes de la noticia que se presentaban la hicieron detenerse abruptamente.
**-
Camino a su escuela, una pelirosa iba indiferente a su alrededor centrada en sus propios pensamientos. Últimamente había visto a dos de sus amigos del club de tenis muy unidos, así que ese día estaba decidida a darles un 'empujoncito' para que se declarasen y todos estuvieran felices; pero aquello se vio interrumpido por una necesidad mucho más urgente… comprarse un dulce

- me da una chupeta de fresa, por favor –le pidió al hombre del kiosco-.

Mientras el vendedor iba por el caramelo, echó un vistazo al resto de la mercancía que el hombre tenía, entre ello, el periódico… Su mirada iba a pasar al siguiente producto, pero el título de la noticia le llamó la atención

- "A seis años del incendio en Kanagawa. Se revelan las verdaderas razones del fatal incendio que acabó con la mansión de Oyahiro Kurou en el distrito de Kanagawa. Confirmado que el millonario utilizaba su casa de campo para apuestas ilegales en juegos de azar y posibles matanzas…" –leyó la pelirosa en voz alta sin podérsela creer-.
- aquí tienes, niña –dijo el vendedor, pero la chica estaba paralizada- oye, niña…
- huh, ¿Qué? –Reaccionó al llamado quitando la vista del periódico-.
- tu caramelo –le extendió la chupeta y sonrió-.
- gra-gracias… -la recibió aún atónita, pagó la paleta y se fue en silencio completamente perturbada con aquella noticia-.
**-
Sentada en la cabecera de la amplia mesa en la mansión Atobe, Maya, la hermana menor de Keigo, se encontraba degustando su desayuno cuando es aludida por su hermano

- buenos días, Maya –le saludó el peligris, cordialmente-.
- buenos días, hermano ¿Cómo dormiste? ¿nervioso? –respondió sonriente, mientras seguía al joven con la mirada al sentarse frente a ella-.
- bien, no más de lo que debería –desmintió indiferente-.
- se aproxima el torneo de Kantou contra Seigaku, ¿acaso no piensas sentir siquiera un poco de…? –interrumpió su pregunta al ver la repentina palidez de su hermano- … ¿Qué te sucede?
- ¿no has leído el periódico? –Cuestionó sin quitar la vista de la hoja-.
- no, ¿Por qué? ¿Qué sucede? –ante aquella interrogativa, una sirvienta le acercó de inmediato un aludido. Leyó el título y palideció, sintió un pequeño escalofrío que recorrió su espalda y un vacío molesto en el pecho-.
- Maya… -dijo Keigo comenzando a preocuparse, se puso de pie y caminó hacia su hermana para luego abrazarla-.
- Esto no puede estar pasando… -pronunció ella apenas- ¿Por qué ahora?
- hace años nuestros padres mandaron a hacer investigaciones sobre quienes te secuestraron…

Aquella palabra trajo de inmediato los recuerdos más ocultos en la memoria de su hermana. Maya estaba comenzando a olvidarlo casi por completo… no era justo que comenzara todo de nuevo…

Se vio a ella hace ocho años corriendo despreocupadamente por el jardín de infantes hacia su hermano que estaba con un grupo de niños en la resbaladilla, él le sonrió tiernamente y ella le devolvió la sonrisa… de un momento a otro, se veía atrapada en el brazos de un hombre que la levantaba por los aires y la alejaba de su destino llevándola de regreso por donde venía. Asustada, miró a Keigo quien se había separado del grupo para salir tras ella, pero el hombre avanzaba más rápido y al salir del territorio escolar cerró la cerca tras de sí impidiéndole el paso al pequeño Atobe… Ignoraba que se había quedado haciendo su hermano, sólo oía sus gritos llamándola y pidiendo ayuda, sin embargo tardaron mucho en socorrerlo porque ella ya estaba camino a donde sea que se la llevaran…
A lo que le parecieron días, la bajaron de un carro y caminaron hasta entrar en un lugar que no pudo reconocer ya que llevaba los ojos vendados… a los pocos minutos se vio en una habitación junto a otras tres niñas como de su edad…

- ¡Maya! –el grito de su hermano la sacó de su ensimismamiento en un abrupto regreso al presente- se hace tarde, debemos irnos a la escuela…
- huh, si… -bebió un sorbo de jugo y se puso de pie para acabar de prepararse-.
**-
Con un semblante contradictorio, debido a su apariencia angelical y grata pero con una mirada fría, Annika Gris estaba dando un paseo por RikkaiDai. Aquello de 'Gris' le encajaba a la perfección… no era completamente pura… pero tampoco estaba sumida en una oscuridad absoluta… Entre el blanco y el negro que no representaba del todo, el Gris era perfecto para ser su sello.
Sus pensamientos estaban siendo muy inquietantes, camino a la escuela escuchó y leyó parte de la noticia de la cual ella fue partícipe hace años junto a otro grupo de niñas de las cuales había perdido contacto completamente… se preguntaba que habrá sido de ellas… Sólo recordaba su última acción de abandonar a su hermana y huir junto a otra chica, a quien también capturaron; agotada, no tuvo la fuerza suficiente para seguir corriendo y sólo se desplomó al suelo despertando en una clínica durante un tiempo ignorado…
**-
Refinada e imperiosa como siempre había sido ella, Hanna Mei se encontraba camino al salón del consejo estudiantil donde ejercía el cargo de vice-presidenta, con la seguridad de encontrarse a la chica un rango superior a ella

- Aris –dijo al entrar y ver a la rubia-ceniza sentada ordenando algunos papeles-.
- hoy llegaste más temprano, ¿Qué sucede? ¿Por qué tienes esa cara? –mencionó inquisitivamente con el ceño fruncido al notarla con esa expresión de miedo y frustración-.
- ¿has leído al periódico? –preguntó adentrándose en la habitación-.
- no, aún no ¿Por qué? –se puso de pie al tiempo que la recién llegada se acercaba a ella con el aludido en mano- Dime, que pasa…
- esto –dejó caer de golpe el periódico en la mesa y le indicó donde debía leer-.
- "…se confirma que el millonario ocupaba su casa de campo para hacer apuestas ilegales en juegos de azar y posibles matanzas…" –leyó en voz alta y palideció- no puede ser… -quitó la vista del papel para mirar a su compañera y que le confirmara que aquello sólo era una broma o un sueño-.
- ¿Qué vamos a hacer? –preguntó Hanna con un deje de temor- Han pasado seis años y no sabemos nada de donde puedan estar nuestras hermanas y las otras chicas…
- ¿crees que es necesario que estemos todas juntas? –cuestionó Arisa casi inconsciente-.
- ¿a que te refieres? ¡por supuesto que si! –aquella inquisitiva le pareció bastante absurda por lo que no pudo evitar molestarse-.
- entonces tendremos que buscarlas… -acotó la presidenta con decisión-.
- está bien. Veré por donde empiezo… -se disponía a salir pero la pregunta de Aris la detuvo-.
- ¿crees que Kurapica lo sepa?
- hmm –bajó la mirada en un suspiro- imagino que si
- ¿Qué si imaginas? –preguntó sonriente un joven peliceleste que apreció de la nada entre ambas muchachas-.
- ¡Enoki! –se exaltaron las chicas-.
- lamento haberlas asustado, sempais –se disculpó sonriente- Tengo la ligera idea de que hablaban de mi ¿verdad?
- si –respondió Hanna tras él-.
- es sobre lo que sale en le periódico… -comenzó a decir Arisa-.
- si, ya lo sabía. Aunque sólo leí el título, lo demás me tiene sin cuidado –respondió indiferente mientras caminaba hacia la ventana- nosotros sabemos perfectamente que pasó ahí hace seis años… el resto de la gente recién se viene a enterar, realmente no creo que valga la pena ¿Qué pueden hacer ya? A nosotros ya nos lastimaron ¿Qué caso tiene que lo sepan ahora? No podrán hacer nada, el daño está hecho…
- ¿no crees que si hacemos algo nosotros podremos salvar a más niños? –cuestionó Aris incorporándose a su habitual semblante imponente-.
- no hay más niños como nosotros… -afirmó Kurapica con tristeza-.
- sabía que éramos especiales… pero nunca creí que llegáramos a estos extremos –comentó Hanna en una mezcla de no saber si eso era bueno o no-.
- lo que haya pasado ya no importa, ahora debemos descubrir porqué somos así… porque no somos como los demás… porque nosotros, eso es lo importante ahora –acotó el peliceleste cubriendo su rabia con decisión-.
- Hanna y yo queríamos encontrar a nuestras hermanas… -se aventuró a decir Arisa-.
- tenía pensado hacer lo mismo con mis hermanos –confesó él- después del incendio no sé que pasó con ellos… tal vez los hombres de Oyashiro los encontraron y mataron
- no lo sabremos si no los buscamos –aseguró Hanna-.
- espero que no hayan corrido esa suerte… -tras el comentario de la presidenta, el peliceleste y Hanna se le quedaron mirando por unos segundos y luego bajaron la mirada-.

Aquella nueva meta que se habían planteado sería el impulso a descubrir verdades que eran mejor seguir ocultas.
El destino sería libre de decidir el fututo de todo éstos jóvenes poseedores de un gran resentimiento hacia aquel don que simplemente se había convertido en su maldición… su peor pesadilla pero aun así… su propia vida…

Espero que les haya gustado ^^
Nos leemos!*-​

 

Re: [~*Juego Peligroso*~]

.........
plop!! no sé que pasó ya lei el ff
esta interesante... pobres chicas
jeje y esos trillizos...
espeor ya conti......
ya me voy ...Adios!!
.....niceHistory.............

 

Re: [~*Juego Peligroso*~]

ESTA ERA LA K ESTABA BUSCANDO QUE EMOCION
SALGO EN UN FIC ToT GRACIAS KRANNELI POR
PONERME EN UN FIC ME ENCANTO Y ME DIO TRISTEZA
A LA VEZ GRIS HERMANITA QUE PENA NOS TUVIMOS QUE
SEPARAR ... ESPERO LA CONTI
CHAITO.......