One-shot de Pokémon - Jolteon, El Perturbador De La Paz Pokemon [Desafio Nº3]

Jolteon, El Perturbador De La Paz Pokemon [Desafio Nº3]

¡¡¡¡Hola!!!!! Aquí Meilyn, bueno, acabo de terminar este desafío que había comenzado hace tiempo. Espero que les guste aunque probablemente la narración humorística no es lo mío (eso se lo dejo mejor a TR1482 y a Drusky) pero quise hacer algo diferente y aquí esta el resultado. Espero sus comentarios...

Nota: Tenía planeado colocar este fic ayer, para el cumpleaños de REBORT pero no pude T.T de hecho podrán ver 3 discusiones con el mismo nombre pero ¡no sale el fic! al parecer había un error ayer por la tarde y no se podía postear. En fin, FELIZ CUMPLEAÑOS REBORT, este fic es para ti amigo…

-Titulo De Desafío: ¿Dónde Están Los Pokemon Cuando Entran A La PokéBall?
-Tipo de Desafío: Fic Humorístico.

Jolteon, El Perturbador De La Paz Pokemon.​

Entrar en su pokebola, para Umbreon, era el mejor momento del día. Y es que después de una ardua sesión de entrenamiento con su dueño: el investigador Gary Oak, ningún pokemon podría permanecer en pie, especialmente después de perseguir a un Arcanine que fácilmente te supera con su Velocidad Extrema.

Umbreon solo se dejó llevar por el momento mientras el rayo de luz roja lo capturaba rápidamente y lo transportaba hacia un lugar seguro donde podría descansar. Sus ojos se llenaron de brillo al observar que faltaba poco, o por lo menos, el túnel íntertemporal de color azul grisáceo por el cual viajaba en esos momentos se lo indicaba.

El pokemon sonrió al observar a varios pokemon que provenían de otros túneles internarse en el suyo, reconoció inmediatamente entre ellos al Arcanine que le acababa de ganar hacia unos momentos aquella exhaustiva carrera, asi como al Espeon perteneciente a Yanheli, la nueva asistente de Gary.

De pronto, una luz cegadora nubló la vista de los tres pokemon para dar paso a la hermosa imagen siguiente: su hogar. El Hogar de los Pokemon.

Los ojos de Umbreon se abrieron de par en par al observar con admiración el lugar donde se encontraban. Era una especie de jardín, tan frondoso y verde que cualquier humano envidiaría. Los árboles se encontraban invadidos de pokemon; miles de Kakuna que prendían de los tallos, algunos Vigoroth colgados de las ramas. El cielo estaba formado por la combinación de dos colores: el azul y el rosa, y era el lugar donde cientos de aves pokemon desfilaban grácilmente.

Los pokemon terrestres, como lo eran Umbreon, Espeon y Arcanine optaban por recostarse sobre la hierba, tan fresca y pura que parecía ser rociada con agua constantemente. Sin embargo, esa era solo la región de la pradera, pues en uno de los extremos de dicho jardín se extendía una amplia escalera de mármol, de la cual, algunos pokemon desconocían su origen, y su destino…

-Char, Char (¿Como están?)- pronunció un pequeño Charmander, que en esos momentos esquivaba el pie de un alegre Oddish.

-Umbreon, Umbreon (Mal, MUY mal)- contestó molesto el oscuro pokemon, volviendo su mirada hacia un grupo de Elekid que se saludaban dando ligeros toques eléctricos entre ellos.

Espeon se sonrió a si mismo, sin duda, el motivo por el cual Umbreon se había privado momentáneamente de la felicidad era la carrera que acababa de perder contra Arcanine. Charmander decidió no preguntar, no deseaba una discusión con sus amigos.
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La noche había llegado a aquel paraíso pokemon. Por consiguiente, cada una de las aves habían decidido bajar de los cielos y continuar su travesía al día siguiente. Los pokemon que permanecían durante el día entre las ramas de los árboles no tuvieron más que acomodarse ocupando el menor espacio posible, para intentar descansar adecuadamente.

Charmander se había sentado en la pradera de una forma algo extraña, sobre su encendida cola, para asi lograr una pequeña fogata en el centro del círculo en que sus amigos reposaban.

Una de las leyes de aquel paraíso pokemon era no modificar el ambiente natural donde vivían, por lo tanto, cada pokemon del lugar debía aportar en algo para que el entorno permaneciera tan envidiable como ya lo era. Por ello, los pokemon de fuego tenían estrictamente prohibido encender cualquier tipo de fogata, por lo menos en la región de la pradera.

-Char, Char (Buenas Noches)- dijo el pokemon anaranjado antes de cerrar los ojos, para esperar un nuevo día.
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-Golduck! Golduck! (¡Despierten! ¡Despierten!)- llamaba desesperadamente el pokemon de agua.

Umbreon y Charmander fueron los primeros en abrir los ojos, molestos. Nadie en su sano juicio los despertaría a esas horas de la madrugada, ni siquiera había amanecido.

-Char, Char, Char, Char, (Necesitas Una Buena Explicación)

-Golduck! Golduck! (¡Un pokemon! ¡Ataca la región de la costa!)

-Umbreon (¡¿Qué?!)

-Golduck, Golduck (Rápido, Vamos, hirió a un Wooper)- dijo el pokemon pato, indicando a sus amigos que lo siguieran.

Tanto Umbreon, como Charmander y los otros pokemon se lanzaron a correr tras Golduck. Este, a pesar de caminar solo en dos patas era mucho más veloz que el resto de los pokemon.

-Golduck! Golduck! (¡Estamos cerca! ¡Corran!)- decía el pokemon azul mientras subían apresuradamente por la escalera de mármol, en el extremo de la pradera.

Arcanine aceleró la velocidad para lograr pasar antes que sus compañeros, sin embargo, al querer cruzar la puerta invisible hacia la región de la costa se estrelló dolorosamente y cayó hasta el suelo.

-Umbreon (¿Pero que?)


-Golduck, Golduck (Pokemon de fuego, no puede pasar jeje)

-Char, Char (no es justo)- reclamó Charmander, el también tendría que quedarse en esa región.

-Umbreon! (Vamos)- dijo al Espeon que lo seguía.

El pokemon asintió y ambos dieron un salto en sus cuatro patas para cruzar definitivamente el umbral hacia la región de la costa.

-Golduck? (¿Cómodos?)- dijo el pokemon pato, mirando a sus dos compañeros que yacían arriba de su espalda.

-Espeon/Umbreon (Lo Siento)-dijeron ambos pokemon antes de bajarse.

El lugar en el que se encontraban ahora era una especie de playa, la cálida arena era el perfecto lugar donde los pokemon como Corpish o Krabby desfilaban graciosamente, y uno que otro de ellos enterrara a sus amigos. Sin embargo, ahora la región parecía deshabitada…

-Jol, Jolteon (Parece que volviste Golduck)- dijo una voz, sorprendiendo a los pokemon de la pradera, quienes se volvieron hacia el lugar de donde provenía.

Un Jolteon, de una estatura más alta que el promedio les devolvió la mirada.

-Umbreon, Umbreon (¿Eres tú el que esta causando problemas?)- reclamó el oscuro pokemon.

-Jolteon, Jolteon (¿Ves a alguien mas aquí?)

-¡Golduck! ¡Golduck! (¿Dónde están los otros pokemon de agua?)

-Jol, Jolteon, Jolteon, Jolteon (Bajo el agua, no resistieron que conquistara su territorio, nadie fue tan valiente de enfrentarme)

-Umbreon, Umbreon (¡Yo lo haré!)

-Jolteon (Si es que puedes)- dijo el pokemon amarillo, lanzando una fuerte descarga eléctrica que le dio de lleno a Umbreon.

-Espeon, Espeon (¡Eso no fue justo!)

-Jol, Jolteon? (¿Crees que me importa?)

-Espeon, Espeon (Eres un tramposo)

-Umbreon (¡Ya veras!)- dijo antes de lanzarse sobre el Jolteon, quien lo esquivó fácilmente.

-Jol, Jolteon (Ni un solo rasguño)

Umbreon aprovechó el momento y lanzó su ataque de estrellas, el cual, golpeó a Jolteon. Sin embargo, Jolteon lanzó un trueno contra su oponente comenzando asi una feroz batalla que lucía pareja de ambos lados.

El tiempo pasó para ambos pokemon, cada golpe que le propinaban al otro los dejaba lentamente sin fuerzas. Eventualmente Umbreon comenzó a caer constantemente y Jolteon aprovechó para preparar su ataque final, un fuerte Impactrueno.

-Jol, Jolteon (Perdiste, Perdiste)- decía burlonamente el pokemon amarillo.

Y Justo en el último momento, cuando Jolteon planeaba desplegar su ataque contra el pokemon oscuro, una inmensa luz roja lo capturó, desapareciendo al instante.

Umbreon se levantó poco a poco, apoyándose en Espeon. Aunque pareciese increíble, habían “ganado” Los pokemon acuáticos emergieron del agua uno por uno, pero todos bailando felices, el pokemon amarillo se había ido.

Sin embargo, cierto Jolteon no estaba nada contento…

-Y ahora probaremos con este acto- decía Vincent mientras lanzaba las pokebolas al aire, imitando a un malabarista- tengo que ganar el concurso para impresionar a Marinita ^-^

Pero Vincent ya no pudo seguir con su feliz actuación, pues gracias a su distracción la pokebola de Jolteon cayó al suelo, fracturándose terriblemente.

-Ay no- el entrenador tomó la pokebola, examinándola, mientras Jolteon permanecía atónito a su lado- creo que es irreparable…

Jolteon se paralizó, su pokebola estaba rota y no había un solo remedio. No podría regresar a darle su merecido a Umbreon y a controlar a todos esos pokemon, a menos que le compraran una nueva pokebola.

-No te preocupes, saldré a comprarte una nueva- dijo Vincent, Jolteon se tranquilizó.
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Jolteon se despertó al sentir que su amo le llamaba felizmente. El pokemon había estado durmiendo en la habitación de su amo, en el centro pokemon, justo desde que este había salido en busca de una nueva pokebola.

-Bueno- dijo Vincent emocionado- busquè entre muchas pokebolas y elegí con mucho cuidado esta, hará que seas un pokemon lindo durante el concurso.

Y Jolteon se quiso morir cuando vio la horrible pokebola ante sus ojos, tenía la parte inferior blanca, unos cuantos corazoncitos en la parte superior y era de color…rosa.

-Probémosla- Vincent la alzó en su mano antes de decir- Regresa Jolteon!

El pokemon viajó hasta su hogar, que esta vez era completamente diferente. No podía regresar para darle su merecido al Umbreon ya que los diferentes hogares de los pokemon dependían de pokebolas iguales, y sinceramente, Jolteon sabia que ningún pokemon digno como Espeon o Umbreon residían en una pokebola rosa.

Jolteon avanzó un poco, total, no podría ser tan malo…

Habían pasado 15 interminables minutos y Jolteon seguía encarcelado entre los bailes de flores de decenas de Bellosoms, Vileplums y Cherimus, todo aquello era absurdo. Y lo peor es que tenía que pasar ahí más de 20 horas al día.

-Jol, Jolteon!!! (¡¡¡No Me Puede Estar Pasando Esto A Mí!!!!)

FIN. ​