Kimetsu no Yaiba [Ficha] Yumi Shita

Capítulo cero​

Contenido oculto

La respiración permite que las capacidades físicas mejoren, igualando la fuerza de los demonios. Además, pueden coagular las heridas y retrasar el efecto del veneno. Estos métodos de respiración se combinan con el uso de la espada.

Para lograr dominar la respiración necesitaran de enseñanza, responsabilidad, dedicación y disciplina.

Luix

​

El incinerante sol se refleja en la cima del monte, siendo decorado por unas escaleras empinadas que más que invitación a subir son un seguro a lastimarse varias veces antes de tan siquiera ver la cima. Sin embargo hay muchos aldeanos en la parte baja, dejando flores y alimentos como reverencia a quién fuese la persona que viviese en la punta de dicho monte, agradeciendo en susurros y honrando su vida pese a jamás haberlo visto.

Un niño pequeño se tropieza llevando un vaso de agua a la esquina del sendero, cayendo y llorando por la raspadura en su rodilla. Su madre trata de calmarlo pero nada funciona.

 

Yumi Shita

Entrecerré mis ojos ante el deslumbre que el sol causaba, tenía que poner mi mano rozando mi frente para provocar un poco de sombra y distinguir las escaleras que se encontraban en lejanía, pasando por aquel pueblo.

Lo cierto es que ya estaba un poco exhausta, al salir de casa con solo información de viejos libros de mi biblioteca, creía que no iba a llegar a nada. Vagando ya dos semanas, los rumores de que en un lugar podría conseguir entrenarme para luchar contra demonios aún me eran confusos, todos los sitios por los que había pasado no tenían información alguna de esto. Pero se lo prometí a mi fiel sirviente y amigo, después de todo, era el único que había entrenado conmigo, que había servido a mi causa, siendo desde un lacayo a llegar a ser un rival cuando se trataba de enseñanzas. Si bien nunca me pasaba mucho tiempo con él, jamás me había importado su clase. Era un hermano para mi. No era opción fallar.

No pude evitar sonreír al recordarlo, la gente del lugar me estaba observando, seguramente por lo mismo que muchos, quizás mis ropas estaban muy limpias... aunque esta ya era mi única prenda de vestir... pueblos atrás me habían robado varias veces cuando me detenía a buscar alimentos o a recargar mi bebida. Tampoco tenia mucho dinero, ni estaba enterada cuál sería el costo si encontraba algo. No sabia que pensar. Largué un suspiro ahogando mis pocas ideas no estimulantes a proseguir.

—Que porquería— solté a mi misma, riendo segundos después, hasta una palabra como esa hubiera sido razón para un castigo según mi madre. Aunque ni siquiera pensaba en admitirlo, no puedo ocultar que... me aflige pensar en ellos. Ahora me encontraba sola, aferrándome tercamente a una promesa por cumplir, con solo una ración omida y bebida.


Dejé todo a un lado, centrando la vista en los aldeanos, muchos apresurados por dejar ofrendas a los pies de las escaleras.

¿Qué habrá allá arriba? ¿Realmente es tan importante? ¿Será que tiene más información? ¿O realmente aquí puedo encontrar algo más?

Di un giro a mis fanales, buscando a alguien que pueda ayudarme, pero estaba un poco temerosa, quizás porque antes ya con mis consultas muchísimos aldeanos buscaron alejarse. Otro punto más por el cual tener una vista negativa de todo este asunto del viaje. Me sentía ridícula con cosas como esas.

—Solamente debo preguntar...—

Mis palabras fueron interrumpidas al sentir el sonido de algo caer, a pocos metros distinguí a un pequeño quien parecía alarmado por un raspón. Su llanto repentino retumbó en mis oídos haciendo imposible que lo ignore, una mujer se aproximaba -seguramente era su madre- e intentaba convencerlo para que dejase de llorar. Me acerqué, sacando de mi bolsa un pequeño parche, el niño me miraba extrañado de mi actitud. Era de esperarse, yo era sólo una desconocida. Luego de limpiar su herida y colocar el parche, le miré esbozando una sonrisa.

—Mira, no llores, ha sido un rasguño ¿Lo vez? Nada te pasará— le comuniqué, él secó algunas de sus lágrimas y yo revolví su cabello —Eres un niño fuerte.

La señora estaba algo anonadada, o quizás asustada por un buen motivo, me puse de pie, inclinándome a ella. —Lamento si la he asustado, pero ¿Podría decirme sobre lo que hay al final de los escalones?

Quedó tiesa unos segundos, eso me puso nerviosa, pero ya había preguntado, una respuesta negándose no iba a detenerme ahora.

 

NPC

La mujer abrazó a su pequeño y dio una reverencia de gratitud a la recién llegada, observando detalladamente las prendas de vestir de ésta.

—Gracias por reconfortar a mi pequeño —susurró acariciándole las mejillas al niño que se abrazaba a sus piernas con una sonrisa que mostraba sus pequeños dientes de leche—. Oh, ¿arriba?

Con sus delgadas manos se tapó la frente para que el sol no lastimara de más sus retinas, divisando lo poco que lograba ver.

—No lo sabemos, pero gracias a lo que hay arriba han cesado los asesinatos... hoy hace tres años fue el día en que llegó, por eso hay tanto alboroto —comentó entre risas con las mejillas coloradas, sacando algo de dinero de su bolsillo—. Niña, compra en uno de los puestos dulces para dejar al pie del monte, de lo contrario no serás bien recibida por los aldeanos.

En el sitio empezaba la música creada por instrumentos de cuerda, escuchándose la sonatas dulces de las guitarras hechas a mano.

 

Yumi Shita

El vaivén que realizó para agradecer me había hecho recordar a mi sirviente, las veces que le había dicho que era un acto innecesario pasaba por mi cabeza, a pesar de que el se disculpaba nuevamente con dicha acción. No podría decir si era nostálgico, me daba más melancolía pensar que podía fallar...

La sonrisa del pequeño me había alegrado, mientras que la información y las reacciones de la mujer lograban ponerme pensativa, si... quizás esos rumores podrían ser tan ciertos, como podría ser algún truco barato. A estas alturas, lo cierto era que quería descansar, ya no tenía nada importante que perder.

La mujer me había dado dinero, pensé por un instante que era irónico el hecho de ser millonaria y estar recibiendo el de otra persona, pero algo me decía que no debía negarme, quizás... su ¿expresión facial? No lo sé.

Tomé avergonzada el dinero, inclinando mi torso para luego retirarme sin antes decir "gracias". Me aproximé al puesto de dulces, había algunos caramelos, paletas y cosas demasiado empalagosas, preferiría comprar chocolate antes de un caramelo. Pero no veía algún chocolate amargo, aunque bueno, quizás era algo ilógico. Después de debatir, me decidí por una paleta aunque no era de mi gusto, siendo sorprendida por una melodía reciente. Divisé, algunos aldeanos tocando guitarras, la melodía era pegadiza, yo me puse en el último peldaño, dejé ahí la paleta en su envoltorio y mono decorativo. Me senté en el suelo intentando mirar la cima, un intento bruto, pero anhelaba investigar más allá.

 

NPC

La melodía continuaba en todo su esplendor por los dedos de los aldeanos a tocar las cuerdas de una forma casi armoniosa y dulce, empezando a mirar todos hacia la cima mientras algunas mujeres se colocaban a danzar la sonata como una celebración alegre, causando un ambiente familiar.

Varias personas notaron que la desconocida dejó una reverencia, provocando que la invitaran al círculo.

—Ven, vamos a danzar —el muchacho de no más de veinte años estiró la mano en señal de invitación—, será agradable si aceptas, ¿qué dices?

El ritmo no cesó, y varias personas fijaron sus ojos sobre Yumi, esperando respuesta. La mujer que le había dado el dinero la animaba de manera amable a lo lejos, con el pequeño ya en sus brazos, el cual estaba cediendo al sueño pese el ruido.

Contenido oculto

Si Yumi acepta debes lanzar un dado de seis caras tres veces
Por cada número par Yumi baila estupendamente
Por cada número impar Yumi se tropieza o hace el ridículo

 

Yumi Shita

El sonido de la melodía al compás de los pasos de los aldeanos en baile, era como si te atrajeran a relajarte, regocijarse, sentir la dicha de la alegría eufórica en otras palabras. Coloqué ambas manos hacia atrás, mirando más al cielo cerúleo, introduciéndome en él, sin dar presencia a todas las miradas sobre mí hasta clavar la mía en algunas de ellas.

¿Qué me equivoqué cuándo dejé la ofrenda? ¿Este era mi fin?

Un joven se avecinaba, no parecía ser muy decano, había extendido su palma invitándome amablemente a danzar. Empecé a recordar que lo único que no había asimilado bien –ni siquiera obligada- era bailar. Estaba estupefacta, repentinamente se me insinuaron, la mujer tenía razón, fue de gran ayuda y muy perspicaz su recomendación. Todo el mundo esperaba una respuesta, no estaba segura de que si el tiempo ya había pasado o si solo eran ilusiones en mi cabeza de lo nerviosa que me hallaba, mientras que la misma mujer de antes parecía estar incitándome a lanzarme a ello.

Me puse de pie, aceptando el pedido del chico, cerrando los ojos un momento antes de realizar un movimiento.

Contenido oculto

Diablos, me saltaron cuatro dados ;u;

 

NPC

El joven sonrió con alegría al tener una aceptación por la chica, aproximándola al centro entre la multitud, comenzando la danza él para que ella le siguiese el ritmo, pues él era bastante bueno danzando.

—Bien, ¡demos una vuelta! —su brazo se estiró con gracilidad, haciéndola girar con suma delicadeza—. ¿Qué viene a hacer una niña cómo tú en esta aldea? —cuestionó entre la danza mostrando sus blanquecinos dientes en una sonrisa—. No eres de por acá —asentó dándole otra vuelta entre sus brazos—. Espero no te mareen las vueltas.

Los niños pequeños que estaban presentes comenzaron a soplar bombas de jabón, provocando que el lugar de baile se llenase de burbujas mientras el sol resplandecía de manera magistral en el cielo, dando paso al atardecer del día.

 

Yumi Shita

El con premura y clase tomó envión para llevarme hasta donde el resto pudiera verme sin perderse algún paso que diera. De la nada me encontraba dando vueltas con cuidado, intentando contestar los cuestionaríos sutiles del muchacho.

—Me han traído los rumores de alguien muy poderoso que puede luchar contra los demonios— hablé de prisa, intentando seguir su ritmo, deviviendo el gesto alegre —No lo soy... y descuida, estoy bien.—

Miré mientras giraba en la danza a los pequeños niños que hacían burbujas me habían llamado a atención, algunas reventar

 

NPC

El jovencito frenó en seco, soltándole las manos y halándola fuera del círculo mientras elevaba una ceja incrédulo, susurrando bajito para que la celebración no cesara y nadie escuchara.

—¿Estás diciendo que deseas verlo a él? —cuestionó escéptico—, ¿quieres subir la montaña? —continuó sin tan siquiera escucharla, aún más incrédulo—. Conocí un chico hace unos años que al parecer la subió pero bajó diciendo que no volvería a estos lugares nunca más.

Deslizó los ojos por la empinada cima que pese a que el sol hubiese mermado no lograba verla.

—Te deseo suerte en tu búsqueda —señaló con el dedo índice las escaleras de madera que parecían más que fuesen a caer con solo un pie encima —cuídate.

Contenido oculto

Yumi puede empezar a subir si así lo desea, o explorar más el festival en caso contrario.

Si desea subir se deben lanzar cinco dados de seis caras.

Por cada número par se lastima/raspa/golpea alguna parte de su cuerpo
Por cada número impar sube tres escalones sin salir herida.

Procura primero lanzar los dados y luego, dependiendo los resultados de éste narrar los sucesos de Yumi.

 

Yumi Shita

Repentinamente un jalón me llevo fuera de la multitud, las miradas y la información que me había lanzado aquel muchacho me habían hecho pensar, y es que si alguien había llegado a la cima es porque había una mínima posibilidad de que fuera real cada mito que había escuchado... no podía perder la oportunidad. Ver al joven señalando la subida y deseándome suerte me animó.

Hice una reverencia, agradeciendo su atención, llenando mis pulmones para inflar mi pecho, y luego lo solté con rapidez. No quite la vista de los escalones por varios minutos, esperando a que mi cuerpo decidiera comenzar a subirlas.

No alcancé a dar inicio que torpemente caí, raspando mis rodillas y por poco doblando mi mano al intentar no dar con mi nariz en los escalones de más arriba. Miré hacia los aldeanos un poco avergonzada de mis actos, y es que cualquiera pensaría que soy una estúpida por haberme caído así. Aclaré mi garganta, sacudí mis manos entre sí y luego a mis rodillas, sintiendo como me ardían algunos raspones al quitarme la tierra.

Por inercia volví a intentar, suniendo unos doce escalones, deteniéndome. No era mucho mi recorrido, pero estaba ansiosa y no comprendía... o más bien... sabía que quizás me iba a decepcionar si es que no había nada arriba.

¿Qué voy a decirle a mi sirviente? ¿No pude conseguir nada? ¿"Lo siento"? Dios... ni siquiera una disculpa suena bien...

Cuándo menos me di cuenta, ya estaba poniéndome pesimista, golpeé mis mejillas unas veces hasta sentir un cosquilleo caliente. No era momento de pensar tonterías.

 

Informe

El viento empieza a soplar fuertemente y el calor incesante por el sol del atardecer se hace cada vez menos llevadero, insolando la piel de Yumi bajo su abrazador ardor. La cima aún está muy lejos y parece que anochecerá pronto...

Los escalones desaparecen y lo que queda es escalar con las manos y las piernas desnudas, en picos y rocas filosas.

Opciones:

• Descansar/dormir en un espacio plano que se distingue cubierto en césped.
• Continuar escalando.

Contenido oculto

Si Yumi descansa continuará al siguiente día.
Si Yumi continúa, se deben lanzar 2 dados de 50 caras para avanzar las piedras filosas. Si se obtiene número mayor a 30 logra pasarlos sin herirse, si obtiene un número menor puede caer al abismo.

 

Yumi Shita

La claridad del día comenzaba a irse, toque mis hombros al sentir el ardor que la radiación había provocado, me propuse secar mi frente y pómulos con el pequeño pañúselo que llevaba en mi bolsillo. Observé el resto de los escalones mientras aun podía, abrazándome a mi estómago al sentir la necesidad que mis tripas tenían.

Cuando menos me di cuenta, la luminosidad no era existente, mi campo de visión ya era reducido.

Malditos órganos, ¡Callensé!

Una lágrima corrió mi mejilla, cayendo en llanto segundos después. Golpeé el escalón siguiente con mis manos, para lanzar un grito. No podía creer el peso que caía en mi cuerpo en ese momento, respirando agitada hasta controlar mi ritmo. — ¡Te lo he prometido! ¡Llegaré cueste lo que cueste! ¡Carajo!

Empecé a escalar un poco más, con manos y rodillas en el piso, intentando fuertemente mirar hacia delante aunque el campo de visión no fuera grato. No estaba segura de si estaba yendo en la misma dirección que antes.

 

Logros

• Yumi ha logrado pasar algunos picos filosos sin causarse más heridas.
• Yumi ha logrado acercarse un poco más a la cima, pero aún falta un camino extenso por escalar.

Informe

La noche abruma el cielo y las estrellas se ven en un esplendor brillante, el viento ha aumentado y el clima parece más frío que antes. Las luces que se podían divisar en la parte baja del monte han desaparecido, al parecer los aldeanos se han retirado de a poco a dormir a sus respectivas casa.

Contenido oculto

• Si Yumi desea seguir subiendo debes lanzar dos dados de seis caras.
• Estos dos dados corresponden a sus manos, debes sacar en los dos dados números impares para acercarte más a la cima sin caer en el intento.
• Si cae un número par una de las manos de Yumi quedará en el aire.

 

Yumi Shita

Un escalofrío recorrió toda mi columna,erizó mis bellos desde la punta de los pies, alcé mi vista para clavarla en alguna que otra estrella que reconocía entre la oscuridad en aumento, no podía ver lo que había debajo de mis pies con claridad al notar que algunos aldeanos se retiraban, apagando sus luces, y tampoco lo que se encontraba más adelante de mi persona. Lancé un pequeño estornudo, pasando mis manos por el rostro y fregando mis ojos uno a uno.

—Espero no enfermar... — susurré a la lúgubre noche, suspirando un poco, — ¡Demonios! ¡No pienso parar hasta llegar! —

Puse ambas manos en frente, escalando un trecho más a mi subida, la helada creciente de la noche me hacía temblar, mientras que la energía con la que le inducía a mi sistema para que continúe lograba abrigar mi espíritu por inercia. No sabía cuanto faltaba, mucho menos tenía claro si mi cuerpo iba a resistir hasta la cima.

 

Informe

La templada noche se mantuvo con cada escalada que dio Yumi, escuchándose el fuerte viento cada que se acercaba más a la cima, durando aproximadamente cuatro horas en llegar. Su ropa está mal trecha y cuenta aún con la insolación en su piel al haber subido cuando el sol estaba en su cúspide.

Desconocido

Sus intensos orbes se centraron en el rostro ajeno, torciendo levemente el labio inferior hacia el extremo derecho, permaneciendo recta su espalda en todo momento, como si estudiase a la persona que estaba aún colgando en la montaña bajo él.

—¿Qué personas mandan en estos tiempos? Mírate, una idiota tan bien vestida no es más que un estorbo —comentó suspirando con desgano—. El jefe ya reúne cualquier sabandija, por eso terminan sus brazos despedazados en todo el césped a mitad de la noche.

Gruñó entre dientes.

—Desaparece de mi vista, insecto.

Contenido oculto

FICHA

PILAR DEL FUEGO



Nombre: Issey
Edad: 32 años
Valor: Libertad
Defecto: Crueldad
Personalidad: Desconocida
Historia: Desconocida

 

Yumi Shita

La brisa nocturna permaneció en aumento constante cada vez que cruzaba un peldaño, ya sea con ambas o una de mis manos, tocando con mis rodillas los mismos segundos posteriores. Aunque mi vista no era nitida, no quería rendirme por nada en el mundo, todo este tiempo buscando no sería para desechar mis ideales por la borda. Mi piel rozando con mis prendas me causaban un leve dolor debido a mis leves quemaduras, provocando simultáneamente una presión en mis dientes. Mi garganta estaba un poco seca, carraspeaba de vez en cuando mi garganta.

Sin dar cuentas, había llegado a la cima, miré desde allí la lejanía que notaba del pueblo donde todo dio comienzo, por alguna razón sentía algo de alivio. Al volver la mirada noté a un sujeto de cabellera extensa al rojo vivo, que parecía bastante alto, me tenía en la mira con severidad causándome impresión... o al menos hasta que empezó a hablar.

Me coloqué de pie, considerando cada una de sus palabras, sin quitar el hastío de mis retinas me aproximé, recordando todo lo que tuve que realizar hasta este preciso momento. Ejercí tensión en mis puños, intentando contener cada deseo de mi cuerpo por berrear.

—Escúchame quien quiera que seas, no pienso marcharme, he llegado aquí a rastras y ni siquiera he dormido — hablé enfurecida —Mi ropa no te da el derecho de juzgarme, están hechas a mano por alguien que se esfuerza por mí, ¡Y ni siquiera te he dicho algo!

Suspiré, tirándome al suelo. Estaba completamente agotada, no tenia idea si podría pasar de aquí, tampoco de que si al volver... yo realmente defendería a quien más me importaba, sin contar que no cumpliría mi palabra. De un momento a otro mi gesto cambió, estaba decepcionada de mi misma. Me senté en los escalones, dándole la espalda a aquel sujeto. —He venido aquí para aprender a luchar contra los demonios, yo... yo... yo no sé si pueda ser la mejor que ha llegado— divisé por sobre mi hombro —Pero... voy a hacer lo imposible en el intento.

 

Issey

Una risa cruel se apoderó de sus cuerdas vocales al verla dándole la espalda.

—Eres lo peor que ha pisado este suelo, mocosa —comentó ácido—. ¿Te quejas de no haber dormido? Eres patética. ¿Te sientes orgullosa por haber llegado hasta aquí? Pobre alimaña estúpida. Agradece que tienes tus manos todavía, porque dudo enormemente que la próxima vez que nos veamos tengas siquiera brazos.

Sus orbes se situaron en el cielo por un instante. Estaba oscuro, ya era hora de descansar.

—Voy a dormir, no hagas ruido —ordenó encaminándose a la única cabaña de la cima—. Si haces ruido te arrancaré las piernas —amenazó mientras caminaba, dejando a Yumi en la fría noche sin abrigo alguno.

 

Yumi Shita

Lancé una mirada rápida a aquel al sentir su escandalosa risa adentrarse en mis orificios auditivos, empecé a torcer el labio hacia la izquierda, oteando por un lado cada vez que lo oía.

Lo cierto era que ni quería responderle, sentía algo dentro mío que se rehusaba a que sus comentarios me dieran melancolía o alguna clase de sentir impositivo. Ya era costumbre en mi ponerme así, pero... quizás no siempre lo prefería, aunque a fin de cuentas seria inevitable en algún momento de mi vida. Pero este sujeto solamente lograba que quisiera contestarle tal y como lo hacía con mi madre tiempo atrás.

Clave mis ojos en las pocas estrellas que aún distinguía en un punto muerto, prestando atención al verlo retirarse del lugar. Puse mi espalda en el suelo, cerrando con tensión mis párpados por el ardor. Un bostezo involuntario salió de mis labios, intenté conciliar sueño durante unos minutos eternos a la gélida noche.

—Vamos Yumi, hay cosas peores — susurré para mi, plasmando un gesto cálido.

 

Informe

El cantar de los pajarillos y el sol en su nacimiento anunciaron el amanecer del nuevo día.

 

Yumi Shita

Cuando pude abrir mis ojos, la luminosidad del sol molestaba a mis retinas, pase mi mano por cada uno de ellos y me estiré. Mi espalda se sentía contracturada por las pequeñas o grandes piedras en las que me habia posado toda la noche, sin mencionar el resto de mi cuerpo. Me coloqué en pie, arrimándome más hacia la pequeña e inigualable cabaña.

—Si es verdad que está aquí, lo esperaré — susurré. Entretanto, me dediqué a entrelazar mis piernas, tomando una de las posiciones que había aprendido en yoga para esperar a que alguien saliera de ella. Fuese quien fuese, me dijera lo que me dijera, no pensaba irme todavía de esa montaña.