Crepúsculo Existencia (Riley/Gianna)

Existencia (Riley/Gianna)

Disclaimer: Twilight NO me pertenece ni ningún personaje, éstos pertenecen a Stephenie Meyer, lo único mío es la trama.

En respuesta al reto Parejas Retorcidas & Co. del Foro LOL. Ésta historia está publicada en FF.net con mi otro nick, Sprite Moony.

Existencia​

En la sala de un pequeño departamento en Italia, se encuentran dos personas recostadas en un sofá.

-¿En qué piensas? – El joven la observaba con curiosidad. Llevaba mucho tiempo callada.

-Pienso que sería genial ser un vampiro – Confesó ella después de unos segundos con la cara ligeramente sonrojada.

-¿Vampiros, Gianna?- Preguntó alzando una ceja escéptica ante al comentario.

- Sí, lo sé. Extraño – Río sobre su propio comentario y volteó el rostro hacia él – Hace poco que estoy leyendo sobre ellos. Me parecen muy interesantes, se supone que son sumamente bellos y tienen un sin número de habilidades, como fuerza y velocidad.

-Creo que hay cosas más interesantes que esa, Gianna – Comentó acercando su rostro hacia ella – Ésta es una de esas – Agregó antes de unir sus labios en un pequeño pero intenso beso.

- Concuerdo contigo Riley, pero sigo pensando que sería genial ser un vampiro – Dijo después de separar sus labios.

- Eso es imposible- Le respondió rápidamente.

-¿Por qué?- Preguntó con el ceño fruncido.

- Los vampiros no existen, Gianna – Dijo con simpleza y moviendo la mano para restarle importancia y agregó con una sonrisa picara -¿Qué tal si seguimos con lo nuestro?

Besos, caricias, gemidos. La demostración de amor y pasión que ambos sienten por el otro fue todo lo que se pudo apreciar esa tarde -al igual que muchas otras- en esa habitación.

Los vampiros no existen, Gianna.

El tiempo pasa y los meses se convierten en años. Pasan 8 estaciones desde su despedida y ambos aún recuerdan éstas palabras.

Gianna las recuerda, por que estando donde está, sabe que esas palabras nunca habían sido más falsas. Sentada detrás de un alto mostrador de caoba, en la recepción de la guardia de los Vulturi. Ella sabe que no son ciertas porque en ese mismo instante van desfilando delante de ella una gran variedad de humanos destinados a ser la comida de una serie de vampiros sedientos. Ella sabe que no son verdad porque desde la puerta de la habitación un vampiro la está saludando. Porque Demetri cada vez que puede le guiña un ojo con galantería y ella solo atina a soltar una risita tonta. Ella sabe que las descripciones en los libros sobre los vampiros no se acercan en nada a como realmente son, por que la belleza de éstos seres inmortales sobrepasa las barreras lingüísticas. Pero más que nada ella sabe que los vampiros existen porque ella alberga la esperanza de que algún día sus jefes la dejen formar parte de su mundo.

Al otro lado del mundo, Riley también las recuerda. Las recuerda por que estando donde está, sabe que esas palabras nunca habían sido más falsas. Acorralado en un callejón oscuro por ese ser mitológico que él mismo se encargo de borrar de la imaginación de Gianna. La vampiresa lo mira con ojos negros carbón que expresan la inmensa sed que siente. Sus cabellos rojos y antinaturales cubren una parte de su rostro y aún así puede ver su sonrisa triunfante, como cual cazador que ha acorralado a su presa. Él sabe que no son ciertas porque está seguro que esa hermosa mujer que le obstaculiza la salida del callejón no puede ser humana. Sabe que no son verdad porque de un segundo a otro la mujer ya se encuentra a su lado observándole con ansiedad y apenas tiene tiempo de sentir pánico. El sabe que los vampiros existen cuando siente los colmillos de la criatura perforar la piel desnuda de su cuello y de sus labios solo sale un fuerte quejido de dolor. Pero más que nada sabe que existen cuando se despierta un par de días después y observa su reflejo en el espejo.

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