En silencio, a escondidas y entre sorbos

En silencio, a escondidas y entre sorbos

Primera historia en CemZoo, segundo post

Espero que sea una lectura entretenida, y se agradence criticas y consejos =P

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Entonando una molesta canción te veía a ti sentada al otro lado del café, te encontrabas en la entrada, esperando, ¿Qué esperabas, amor?, yo no tenia idea, yo solo te observaba a ti, como lo hacia prácticamente a diario, siempre te había amado en secreto, dicen que yo no se que es amar, pero yo se que te amo y te amaré.

Tomaba mi café, el cual se derramaba alguna que otra vez sobre mi negra gabardina por la distracción de mirarte fijamente como lo hacia, mirar como el viento pasaba delicadamente por tu rubio cabello que nunca llegaba tocar tu delicado rostro, aquellos profundos ojos, aquella perfilada nariz y aquellos provocadores labios.

Tu cuerpo tenia una belleza independiente de tus facciones, de tu hermoso cabello que al caer solo tocaba tus hombros podríamos ver tu prominente busto, tus delgados brazos, y tu estrecha cadera en la cual terminaba tu cabello, ahí donde termina comienzan tus esbeltas y largas piernas que parecían nunca acabar, recuerdo ibas vestida con ajustado y escotado vestido blanco.

El clima templado, la gente paseando por la plaza, los niños corriendo y esos pequeños ladronzuelos de poca monta que se encuentra por estos lugares, yo desde adentro no me preocupaba de nada mas que verte a través de la ventana.

¿Qué esperabas, amor? ¿Me esperabas a mí? ¿Esperabas a alguien más? ¿Esperabas una señal? ¿Esperabas algo? Yo solo esperaba que siguieras esperando para poder seguir viéndote, en silencio a escondidas y entre sorbos

Seguramente lo esperabas a el, ese sujeto con el que te ves últimamente en este mismo lugar, en esa misma mesa, aquel despreciable individuo que llamas novio. ¿Por qué? ¿Por qué el y no yo? ¿Qué tiene ese hombre que no tenga yo? Esperaba que el vidrio no se empañara para seguir observando, en secreto, como siempre lo había hecho.

Mi café se había terminado, procedí a pedir otro, a pesar de que mi café se haya terminado pero yo aun no acaba de observarte, a esta petición la sucedí con rápidas y fijas miradas dirigidas hacia ti, evite que me notaras mientras llegaba mi segundo café, resaltando que junto con mi bebida también llego tu acompañante.

A el lo recibes con besos, abrazos y caricias. A mi nunca me recibiste así, amor, a pesar de que yo te he amado incondicionalmente por tanto tiempo, en este mismo asiento y a través de esta misma ventana, nunca me había notado ¿Acaso yo no importaba, amor? ¿Soy solo un ser insignificante mas para ti?

Te veía junto a ese tipo y no sabia como reaccionar, yo estaba aquí, ¿Para que demonios lo necesitabas a el?, era solo otro aprovechado que rompería tu corazón, como los miles que han pasado por este café, personas cuyos llantos se derramaban sobre un exquisito brebaje, para que desperdiciar lagrimas sobre un café, o mejor dicho, para que estropear un café con vuestras sucias y patéticas lagrimas.

¿Qué haces, amor? ¿Por qué besas a ese hombre? ¿Por qué ese no soy yo? ¿Aun no notas mi presencia, amor? ¿Lo que sientes es real? Nunca será real, ¡Mientes, amor! te mientes a ti misma, tu no lo quieres a el, tu no lo necesitas a el.

¿Sigues sin percibir mi existencia, amor? ¿Todavía no aprecias mi amor? Yo no podía soportarlo mas, tus labios juntos con los de el, sentía como la locura inundaba mi cabeza, que al desbordarse, causaba aquel aparatoso diluvio de ira.

Mi mano pierde la fuerza y mi taza, llena de aquel líquido negro se desploma en el suelo, captando la atenta mirada de cada uno de los individuos de esta distinguida clientela, que observaban con esmero y curiosidad cada uno de mis movimientos.

Del interior de mi gabardina se puedes distinguir un objeto que tomo entre mis manos, reflejando este el sol, con un pulso tembloroso y con dudas en mi mente, tiro hacia atrás el gatillo de este reluciente artefacto, y con un sonido seco y hueco, y el vuelo desesperado de las palomas, se anuncia la partida de un alma mas para el Averno.

¿Amor, e dañado algo importante para ti? ¿Acaso yo e derramado aquel fluido rojo? ¿Seré yo ese que a manchado tu blanco vestido y a quitado esa inconfundible sonrisa de tu bello semblante? Aquel sujeto que siempre había sido ente de mi envidia y rabia yacía en el suelo, si vida, su cuerpo caía y ya se comenzaba a notar cierta dejadez en su mirada, cierta falta de atención, cierta mirada, todo esto solo lograba transmitir aquella esencia de muerte.

¿Será que finalmente habías notado mi presencia, amor? ¿Era esto lo que debía hacer para que me notaras? ¿Para que hacer mas preguntas si nunca volveré a verte? ¿Tu vestido volverá a ser tan blanco e inmaculado como antes, amor? Aquellos personajes que siempre quisieron separarme de ti por fin lo lograban, supe que nunca volvería a este café, que el sol nunca volvería a iluminar mi rostro y que no podría volver a observarte en silencio, a escondidas y entre sorbos.