One-shot En esta vida [megurine luka]

En apoyo de Megurine Luka ^^.
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Me gustaba estar en Internet, poder chatear con los amigos era algo genial y lo era aún más cuando podía conseguir citas con chicos verdaderamente lindos.

Había salido con algunos, entre ellos compañeros a los que casi no hablaba y gracias al chat, había conseguido conocer. Kaito era un chico gentil pero amante de los helados…No le gustaba el atún, eso consiguió que lo descartara. Len, era apenas un niño…No quería quedar como “asaltacunas”. Meito era, ¿cómo decirlo? Demasiado alegre para mí y Mikuo… era una opción probable.​

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–¿Algún día conoceré a alguien? –me pregunté mientras me recargaba en la silla del escritorio y esperaba a que alguien viera mi perfil de citas. Como caído del cielo, una alerta me avisó de que alguien llamado “Poid” había enviado un mensaje.

“Me gustaría salir contigo, ¿tu quisieras tener una cita conmigo?”
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Sus palabras me provocaban un ligero temblor. Entré a su perfil pero ninguna imagen de él estaba publicada, ni siquiera de su avatar. Miré los comentarios que tenía…La mayoría de ellas eran chicas que conocía y que deseaban repetir citas con él. Una ligera emoción se apoderó de mi pecho, ¿y si esté era el indicado? Deseaba que así fuera. Con emoción respondí de inmediato.

“Por supuesto, eres un hombre misterioso…Creo que podríamos llevarnos bien”
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La mayoría de mis amigos, decían que era seria, misteriosa y fría en algunos casos…Si tan solo no me costara expresarme bien, creo que sus opiniones cambiarían. Suspiré y justo en ese momento, el sonido de una nueva alerta, inundó mis oídos.

“De acuerdo, creo que podríamos hacer algo con eso de misterioso, ¿no crees?”
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El alma me cayó a los pies. ¿Sería un pervertido cómo los que antes me había topado? No, los comentarios de las chicas no mentían: era un chico misterioso y ya.

“Tal vez. Puedo preguntarte, ¿por qué no tienes una imagen de perfil?”
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Tecleé tan rápido me contesto. ¿Estaba mal contestar de inmediato? Digo, ¿no debería darle el beneficio de la duda por algunos minutos? Alcé la mano y me di un golpe en la frente pero de igual manera, él contestó de inmediato. Creo que estaba pensando demasiado las cosas.

“De que puedes preguntarme, puedes pero de que quiera contestarte es algo muy distinto, ¿verdad?”
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Me quedé en shock. Su misterio iba más allá de lo normal y aquí estaba yo, muriendo por conocerlo. Estaba casi 100% segura de que él era el chico que estaba buscando.

“Tienes razón, lamento preguntar por ello. Bueno, ¿entonces hay una cita programada?”
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Ni siquiera sabía porque me disculpaba, este chico me estaba provocando (incluso antes de conocerlo) escribir cosas que no quería. Y aun así, me seguía teniendo aquí: enganchada en la silla frente al computador, esperando impacientemente por su respuesta.

“Así será, dime… ¿qué opinas del Viernes? He oído que es un día para socializar”​

De manera inevitable reí ante el comentario. También era gracioso, leí una y otra vez su frase final y todas tuvieron la misma respuesta: un sonrojo en mis mejillas. Estaba segura que no era nadie más que él. De nuevo, sin dar tiempo de que pasaran más de 3 minutos contesté.

“Sí, es un buen día. Creo que será inolvidable para ambos”​

La sonrisa seguía en mi rostro, era extraño en mí pero así era. Miré el reloj de la pantalla, habían pasado ya 5 minutos y él no respondía. Comencé a impacientarme, ¿y si se había arrepentido de salir conmigo? Posé mi mirada en mi foto de perfil, me veía bien…No creo que alguien se negara a salir conmigo. Me puse de pie y caminé de un lado a otro por el cuarto. Me senté en el tocador y peiné mis cabellos rosas. Miré de nuevo el reloj: 10 minutos, ¿dónde estaba él? Y su respuesta llegó:

“Espero que así sea”
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Me dejaba solo con esa frase. Mi corazón latió fuertemente.



Viernes

Toda la semana, hasta este día, había estado impaciente. Después de esa conversación solo me había enviado un mensaje para confirmar la salida el viernes en la cafetería “Vocaloid Ever”. Me sorprendió ya que ese lugar era muy poco conocido entre personas ajenas a los “vocaloid”. Me inquieté mientras esperaba sentada en una de las sillas, espaldas a la puerta. Miré el reloj, llevaba cinco minutos de retraso. ¿Ya no me quería ver?

–¿Megurine Luka? –escuché a mis espaldas. Su voz era tan…grave. Mi corazón latió poco a poco.

–¿Si? –respondí sin voltear.

–Eres la más hermosa que he visto –Esa voz la conocía, estaba segura. Con lentitud comencé a voltear para enfrentarme al dueño de esa voz pero mi visión fue obstaculizada por un gran ramo de rosas rojas. Solo podía ver sus piernas: llevaba un traje, eso era seguro. Me puse de pie para acercarme a él.

–Me gustaría decir lo mismo –dije sin emoción mientras tomaba las rosas de un tirón y las dejaba en la mesa–. Gakupo-kun.

Él sonrió apenado y yo me deje caer en la silla con un suspiro, ¿esta era mi gran cita? ¿Cuántas veces ya lo había rechazado y seguía tras de mí?

–Me has descubierto –comentó apenado, todavía de pie. Se acercó a mí y yo lo fulminé con la mirada.

–Escucha Gakupo-kun, ya te lo he dicho…No en esta vida –me puse de pie para dirigirme a la salida. Todo para nada; tomé el pomo de la puerta y empujé hasta que su voz me detuvo.

–¡Espera! ¿Qué tal en la siguiente? –preguntó con esperanza. Volteé a mirarlo, ¿no podía entender? Suspiré antes de gritar:

–NO –Y sin más abrí la puerta de un tirón para salir deprisa. Tendría que ponerme a pensar mejor en lo de conseguir citas por Internet.