Two-Shot El Misterio del Bosque Moon [Len,Rin,Gakupo]

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En el lejano reino de Angora existe un pueblo que hasta hace poco vivía pacíficamente.


Pero que se ha visto envuelto de rumores como resultado de las numerosas desapariciones y cantidades de cuerpos mutilados abandonados dentro del bosque Moon, una extensa formación forestal en forma de media luna que rodea y abraza a este lugar con el mismo nombre.

Se han escuchado muchos testimonios de avistamientos de sombras percibidas por el rabillo del ojo moviéndose entre la oscuridad y de un par de ojos brillantes viéndote desde ninguna parte. Aunque ya nadie es tan valiente como para averiguarlo por si mismos dicen que el sentimiento de ser perseguido y observado es tan real y desesperante que no podrías aguantar mucho antes de volverte loco.

Sin embargo, dicen que lo más extraño y terrorífico son las últimas palabras de una víctima encontrada poco tiempo después de ser partida en dos.

“Esa.. mi..rada. Esos… malditos.. ojos.. dentro de mí. Sácalos....de…mí..”


Terminaron formándose varias teorías que acabaron por convertirse en mitos sobre la maldición de esta oscura sombra de brillantes ojos que se cernió sobre este bosque y este pueblo.

Algunos hablan sobre un sabueso del infierno invocado por una bruja como resultado de una antigua venganza. Otros hablan sobre un hombre lobo traído de tierras lejanas en señal de guerra. Mientras que otros dicen que esta es el castigo del mismísimo espíritu del bosque por haber sido olvidado durante tantos años.

Pero la realidad es que la incertidumbre y el miedo se han apoderado de este pueblo, abandonados a la desesperación de no poder abandonarlo ya que todas sus vidas dependen del sustento que este les brinda.

Tanto se extendieron los rumores que los pedidos del pueblo llegaron a las manos del Rey Púrpura, señor de las tierras de Angora. Y es así como comienza esta historia.

El Pedido del Rey

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Luego de recibir el mensaje por ayuda del Pueblo Moon y sin pensárselo demasiado el Rey hizo llamado de un par de jóvenes y valientes aventureros famosos por encargarse de las misiones más difíciles del reino, esas de las que nadie más puede hacerse cargo.

Y honrados por el llamado los jóvenes acudían al trono real para recibir oficialmente su encargo.

- ¡Cid Len , el espadachín. Y Lady Rin, la hechicera. Agradezco profundamente sus presencias. Y que hayan acudido a mi llamado! – Dijo el rey abriendo los brazos a sus llegadas, sentado en el trono.

Len , un joven equipado con un compacto escudo a su espalda y una larga espada en su cintura puso una rodilla en el piso al detenerse frente al Rey. Lo mismo Hizo la doncella bastante parecida al joven que lo acompañaba, quien llevaba colgando a su espalda un corto bastón de madera con una esfera reluciente incrustada. Las capuchas negras que le cubrían a ambos los hombros descansaron desplegadas sobre el suelo mientras daban aquel gesto de respeto hacia el rey.

- Arriba valiente guerrero y hermosa hechicera.- dijo sonriéndole seductoramente a la chica.- Cada vez son mayores las hazañas que se cantan sobre sus aventuras. Una reverencia hacia ustedes sería lo de menos.- dijo el rey agachando la cabeza con una amplia sonrisa.


- Solo hacemos nuestro deber – dijo el joven luego de cruzar una mirada con la chica, a quien también le dio la impresión de que aquello fue más una burla que un cumplido.



- Si me permite quisiera saber Cuál es el Pedido para el que nos llamó, mi rey. – dijo la chica con semblante sereno.

Rin había escuchado de él, le decían el Príncipe Púrpura y no le extrañaba por la cantidad de este color que abundaba en su cabello, vestimentas y en la misma sala que les rodeaba.

No era parte de la familia real hasta hace poco, al parecer el anterior rey confiaba tanto en él que a falta de herederos lo dejó en el trono. Pero los rumores que le acompañaban además de ese no eran de su agrado ni de su incumbencia, solo le importaba hacerse cargo del trabajo y ayudar a las personas, mientras menos tiempo tuviera que verle mejor.

- Está de más pedirlo mi lady, por supuesto que sí. El problema por el que los llamo son las fortuitas desapariciones de aldeanos de un pueblo rodeado por un bosque y parece ser que allí habita un ser demoniaco si bien eso no está confirmado del todo. Los he convocado para que se dirijan al lugar y desvelen el misterio. Y se deshagan de la maldición si es que existe alguna. –

-Si eso es todo, nos dirigiremos allí inmediatamente – agregó la chica.

- Claro que si mi temeraria doncella, pero debo advertirles que aquella entidad que oscurece el bosque parece ser tiene especial interés en jóvenes doncellas de singular belleza, así que le ruego se cuide mucho. – dijo el rey con la tranquilidad y permanente mirada seductora que le caracterizaba.

Len hizo ademán de replicar pero Rin se adelantó a responder. – No se preocupe, no he llegado hasta casi precisamente por mi cara. No tiene de que preocuparse. Vamos Len. Y con su permiso.- dijo la chica poniéndose de pie dándose la vuelta.

- Adelante y que tengan éxito en su cometido. El reino os agradece. – dijo el rey despidiéndose por fin y agregando en voz baja. – Nos volveremos a encontrar, mi lady. – dijo acariciando un anillo en su mano y sin quitarle la mirada a la figura de la chica que se alejaba.