El llegar hasta mi padre.

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Likhuh, 12 Noviembre 2009.

  1.  
    Likhuh

    Likhuh Guest

    Título:
    El llegar hasta mi padre.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    762
    El llegar hasta mi padre.

    Bueno, este es mi primer fic de Pokémon. Aver que tal me sale *-*. Os pido que me comentéis bastante porque necesito saber en qué mejorar. El fic habla sobre Jim, un chico que, como muchos otros, es elegido por Oak para recopilar información de todos los pokémons del mundo y así formar una gran encicopledia. Pero Jim tiene otra meta que cumplir además de esa. Él quiere retar a su padre, el Campeón del Alto Mando.

    1. Mi primer pokémon
    Abrí los ojos y la luz me cegó unos instantes. Tras parpadear repetidas veces me acostumbré a la fuerte luz matutina y me fui poniendo en pie para buscar con la mirada mi ropa. Me la puse rápido y sin pensar demasiado en lo que hacía, era ya un acto reflejo. Al llegar al salón me encontré con mi madre que estaba muy excitada y contenta.
    —¡Un viaje! ¿Quién lo diría, ehh Jim? Tu padre estaría muy orgulloso de ti.
    —Sí mamá —dije sin mucha convicción sentándome en la mesa y cogiendo una tostada.
    —Le alegrará mucho que un algún día puedas retarle a él y al alto mando.
    —¿De verdad crees que llegaré tan lejos?
    —Hijo, tu padre es el campeón del Alto mando, por tu venas corre la sangre de un campeón, de una persona que tiene tal afinidad con los pokémons que la compenetración es innata. Para desafiar al alto mando hace falta fuerza, valor y resistencia. Hace falta dedicación y una amistad irrompible con los pokémons. Hace falta ser como tu padre, y tú, hijo, tú lo eres. Que no te quepa la menor duda.

    Las palabras de mi madre me dejaron impresionado. No sabía que ella pensara así pues nunca tomó parte en nada que tuviesen que ver los pokémons <<eso es trabajo de tu padre>> decía siempre. Pero al parecer, los pokémons eran algo importante en su vida, y la verdad no me extrañaba pues gozábamos de una prosperidad importante gracias a los pokémons.
    —Oh mamá, la verdad no creo a la altura…

    —Bueno hijo, ya verás como nada es tan difícil. Oak sólo elige a quien cree que tiene futuro. Recuerda que es una persona que ha visto muchos entrenadores y sabe perfectamente cuáles pueden servir su propósito.
    —Nunca entendí por qué a mí.
    —Yo creo que vió algo de tu padre en tí.
    (***)
    Al terminar de desayunar salí a ver al profesor Oak. Era un viejo estudioso de los pokémons de pelo cano y estatura imponente al que había visto rondar por Pueblo Paleta en algunas ocasiones y que siempre se mostraba excéntrico. Trabajaba en un gran laboratorio cerca de casa. Al entrar todo me parecía irreal, sus ayudantes intercambiaban fórmulas y se susurraban. Científicos y estudiosos andaban de un lado para otro. Al final de la habitación se encontraba Oak vestido con una bata blanca. Ponía unas pokéballs en una máquina, pulsó un botón y una luz de color azul iluminó las bolas. Al verme, sin sorprenderse, se dirigió a mí como si me conociese desde siempre:
    —Hola Jim. Tengo un pokémon para ti, pero no es un pokémon normal. Quizá os cueste entenderos al principio pero acabaréis por comprender incluso las miradas. No sé muy bien por qué elegí este pokémon para ti. Pero creo que la decisión no ha sido errónea —dijo tendiéndome una pokéball—. Ahora comprueba qué pokémon es.
    Excitado, esperando un poderoso Bulbasaur, un ardiente Charmander o un entregado Squirtle lancé la bola al suelo que fue devuelta a mi mano mientras materializaba en frente de mí al que sería mi compañero fiel de andanzas y combates. Contuve la respiración por los nervios y comprobé encantado que ante mí no se erguía ninguno de esos tres pokémons, sino, que se erguía feliz y curioso un pequeño Abra.
     
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  2.  
    Likhuh

    Likhuh Guest

    Título:
    El llegar hasta mi padre.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    543
    Re: El llegar hasta mi padre.

    2. La mirada de Abra
    Salí feliz de Pueblo Paleta con la pokéball en el cinto junto con otras cinco que Oak me había dado para atrapar pokémon. Daba vueltas en mi cabeza a lo que Oak me había dicho: <<No sé muy bien por qué elegí este pokémon para ti. Pero creo que la decisión no ha sido errónea>> palabras que habían tomado fuerza al comprobar que el Abra parecía satisfecho conmigo. Siempre me atrajeron los pokémon psíquicos porque siempre ocurrían cosas extrañas a mi alrededor. Mi abuelo, que era médium, siempre me decía que yo poseía poderes psíquicos que debía explotar. Pero esos poderes nunca fueron explotados.
    Observé bien el camino que iba a tomar. El camino hacia ciudad verde, no era un camino muy largo ni angosto pero estaba lleno de lugares donde los pokémons podrían ocultarse. Miré a mi alrededor y avancé con paso decidido.
    Era un camino lleno de altos matorrales donde pequeños pidgeys y rattatas jugaban en manadas. Algunos árboles alegraban la vista desde lejos y muchos entrenadores —generalmente cazabichos— buscaban algún pokémon raro entre los matorrales. Respiré el aire limpio que siempre reina en Pueblo Paleta, pues supuse que no todos los lugares serían tan naturales y seguí mi camino hacia ciudad verde. Cuando llevaba cinco minutos caminando un pokémon me sobresaltó. Un pequeño weedle me atacó enfurecido, creo, sin motivo. Era la hora de la batalla, era la hora de que yo y Abra nos compenetrásemos.
    —¡Adelante Abra! —dije mientras lanzaba la pokéball que rebotó en mis manos mientras Abra aparecía delante de mí.
    Abra miró a weedle y luego me miró a mí. La mirada era de resignación, como pidiéndome un objetivo más fuerte, entonces el cuerno del weedle empezó a brillar y se lanzó contra el Abra, reconcí el ataque Picotazo Venenoso.
    —Adelante abra ¡Confusión! —dije.
    Todo parecía más oscuro y Abra parecía más grande. Me quedé mirándolo tan fijamente que yo también me confundí, pero dándome cuenta de lo que me pasaba miré a weedle que estaba confuso y atacaba con un ataque cornada al un arbusto que tenía detrás.
    —Ahora Abra, Placaje.
    Abra cargó contra el weedle, dejándolo bajo la copa de un árbol mareado. Me acerqué al árbol, cojí tres manzanas de la copa y le dejé dos a weedle y le di una a Abra. Abra contento la cogió.
    —Toma pequeño weedle. Necesitarás reponer fuerzas.

    Aunque me pareció cruel haber atacado así al weedle, tanto Abra como yo necesitábamos saber que éramos compatibles en el combate. Después de eso, Abra parecía mirarme de otra forma. Como a un entrenador.
     
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