Drabble de Pokémon - El lamento del bosque Petalburgo.

El lamento del bosque Petalburgo.

Otro Drabble mas espero lo disfruten.

El lamento del bosque Petalburgo.​

Recuerdo cuando los pokémon venían todas las primaveras, era hermoso ver el volar de los Pidgeys, ver como se refugiaban en las copas de mis arboles y escuchar el cantar que sus crías emitían al momento de nacer. Recuerdo ver el paso de los Beautifly al momento de emigrar, y como sus alas dejaban caer aquel polvo color dorado que más tarde polinizarían las flores que en mis suelos se encontraban. Por las noches recuerdo escuchar la más bella sinfonía protagonizada por los Kricketune y Kricketot enamorados que buscaban pareja, todo adornado por el bello espectáculo de luces que ofrecían los Volbeat e Ilumise en su danza del amor. Recuerdo a los Stantlers acercarse a mis lagos para saciar su sed, y como los Magikarps los salpicaban al momento de saltar sorpresivamente de entre las aguas.


Pero un día todo cambio, los humano llegaron, sin preguntar siquiera me bautizaron como bosque Petalburgo y comenzaron a talar mis arboles para construir sus ciudades. Al ir aumentando los edificios e ir disminuyendo el número de árboles, los pokémon poco a poco dejaron de venir, las hojas de los pocos árboles que aún quedan ya no brillan con aquel fulgor esmeralda, ya que aquel extraño polvo que sale de los autos y fabricas las han ido tornado de un color amarillento. Mis cristalinos lagos de los cuales solían beber los pokémon hoy en día no son más que vertederos de los desecho humanos. Las sinfonías nocturnas de los pokémon fueron silenciadas y remplazadas por los estridentes sonidos de autos, claxon y el estresante discutir de la gente. Las flores que anteriormente eran polinizadas por los hoy inexistentes Beautifly hoy solo reciben del cielo gotas de lluvia acida, envenenándose lentamente y volviendo infértil el suelo. Los rayos del sol que antes eran cálidos y agradables, hoy son agresivos y queman al contacto.


Todos los días repito mi bello pasado y mi triste presente una y otra vez, esperando quizás ilusamente que algún humano escuche mis triste lamento, mi triste llorar.