El comienzo de mi nueva vida

El comienzo de mi nueva vida

-¿Cómo será la nueva casa?- se preguntaba Len mientras veía como es que una hilera de árboles desfilaba a través de la ventana del coche. Ya había visto su nueva casa, pero solo por las fotos que su hermana Meiko le mostraba de vez en cuando. Realmente él no quería mudarse, pero no quedaba otra opción más que aguantarse el cambio de trabajo de su hermana.- ¡Len, Len, mira, ya casi llegamos!- le gritaba emocionada su hermana desde el asiento del conductor. A veces, si no es que siempre, su hermana de 22 años tenía la mentalidad de una adolescente de 15.
-Tranquilízate o vamos a acabar estrellándonos Meiko- le advertía su hermano, aunque sin ningún resultado al parecer, viendo como Meiko parecía una niña esperando por su regalo de navidad.

Llegaron a una zona residencial y, a lo lejos, vieron la que iba a ser de ahora en adelante su nueva casa.
Se trataba de una sencilla construcción de 2 pisos, la fachada estaba pintada de un celeste claro, al igual que el interior.

-¡Yahoo!-exclamo la hermana mayor al estacionarse frente a la casa-¿No te parece linda, Len?-le decía mientras lo abrazaba en el asiento del copiloto.

-¡Meiko!, suéltame por favor- se quejaba mientras trataba de librarse de las muestras de afecto de su hermana

-Está bien-le dijo mientras que lo soltaba-¿Pero sabes?, nunca podrás conseguir una novia mientras sigas en esa actitud de lobo solitario-mientras le guiñaba un ojo y se reía frente a un más que molesto hermano.

-Yo no me preocuparía por mi Meiko-nee - le decía Len con una sonrisa maliciosa en la cara- Solo tengo 15 años, me queda bastante por vivir, y si bien recuerdo tú has estado soltera durante toda tu vida. ¿No crees que te estás volviendo un poco vieja?- Mientras que se reía por lo bajo al haber dado un golpe al orgullo de su hermana mayor

-¿Con que esas tenemos, verdad?- le respondió su hermana algo molesta- Muy bien, ya veremos quién será el que ría cuando te agarre Len- esto último con una sonrisa algo sádica que le puso a Len los pelos de punta por un momento.

-Eso si me alcanzas- le retó su hermana mientras que salía corriendo del auto seguido por una Meiko más que divertida.

Se corretearon un rato. Len estaba tan ocupado por escapar de su hermana y no se dió cuenta de que había un chico en frente hasta que acabó cayendo y llevándose al chico junto a él.
Meiko al ver lo sucedido decidió regresar a la casa mientras reía por lo sucedido, esperando que su hermanito no le recriminara el dejarlo solo, total eso se merecía por atreverse a decirle vieja. -Vieja-pensaba Meiko-apenas estoy en la primavera de la vida, ¿Cómo se atreve a decirme vieja? Espero que la pases bien con tu nuevo amigo- Esto último lo en voz alta mientras bajaba del carro el equipaje de ambos y se disponía a arreglar la casa nueva, mientras que Len no sabía la tormenta que se le venía encima.
En ese momento Len se encontraba en el piso junto al pobre chico que atropelló en su carrera -Lo siento mucho, no me fije a donde iba- Dijo mientras que se levantaba y le extendía su mano para ayudar a levantarse.
El chico, sin embargo, retiro con un manotazo el ofrecimiento y se levantó solo. -Deberías de tener cuidado idiota- le replicó el desconocido, mientras que se iba corriendo desapareciendo entre las casas de la esquina
-Que grosero, aunque tuve la culpa de hacerlo caer no debería de tratar de esa manera a la gente que se quiere disculpar con él- pensaba Len mientras veía al chico alejarse. Cuando se disponía a irse tropezó con un teléfono que se encontraba en el piso donde se encontraba antes el chico, se dio cuenta de que no le quedaba más que seguir al chico, así que decidió seguirlo de cerca. Lo vio entrar a una vieja casa, así que decidió entrar, lo que no se esperaba era lo que sucedería a continuación.

-Oye, te traigo tu celular, no deberías de...- dijo mientras se quedaba pasmado mirando hacia el chico que se encontraba dentro de la casa, o al menos lo que él pensaba ya que la imagen que tenía enfrente eres la de una chica en ropa interior que lo miraba aterrada. Antes de saber lo que sucedía sintió un golpe en la cabeza y lo último que vio fue a una chica que no había visto antes detrás de él mientras perdía el conocimiento. Len no sabía en el problema en el que se acababa de meter, todo por culpa de su hermana.