The Hunger Games El chico del pan [sinsajo]

Hay mucho más en esta saga que los adolescentes acabándose unos con otros por diversión de un tipo feo y gente loca.

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Luck miró indeciso a su padre Peeta mientras entraba al a cocina inundándose del suave aroma de lo que cocinaba, tendría unos ocho años de edad y tenía algo que hablarle luego de la última vez que había ido al distrito 11.

—Papá—lo llamó el pequeño curiosamente parecido a él.

—¿Qué pasa pequeño Evie te está dando problemas de nuevo? , se parece un poco a tu mamá—susurró.

Apenas pudo agacharse cuando un zapato le rozo la cabeza.

—¿Haz intentado darle con uno de esos a un pavo salvaje?, seguro sería más efectivo que una flecha preciosa.

Katniss lo miraba desde la sala frunciendo el ceño al igual que Evie que ya era una adolecente. Él le lanzaba un beso a Katniss y ambas sonrían.

El niño reía divertido.

—¿Qué ocurre hijo? —pregunto el hombre rubio poniendo su mano en su hombro.

—Pues hay una niña…—tartamuedeo y Peeta dibujó una sonrisa en su rostro. —Bu-bueno ella tiene ojos negros, el pelo rizado…

—¿Te gusta? ¿Qué no estás muy chico para ese tipo de cosas? —preguntó bromeando.

—Tu mamá me gustó desde que tenía seis— le murmuró como si le contara un secreto.

El niño sonrió y lo miró más confiado.

— ¿Qué puedo hacer papá? —cuestionó el niño con el mismo secretismo.

Peeta buscó en su mente todos los conocimientos que poseía sobre el tema, su padre a quien recordaba con cariño le había platicado sobre el poder del canto, por razones que no quiso preguntar no cuestionó como un buen hombre con el panadero, terminó con una bruja como su madre pensándolo con el mayor respeto que le debía, creció en tiempos en el que en el distrito 12 no hablaba de romance, ya saben ese asunto de que los juegos y menos de otro distrito, al final tenía la mente en blanco con ese tema.

Miró al chico con indecisión y exhaló, sonriendo de pronto.

Unos minutos más tarde salieron de la cocina, terminaron de comer y el niño se notaba feliz, levantaron la mesa y Peeta tomó una canasta en sus brazos y le ofreció la otra mano a su hijo.

—¿Saldrán? —preguntó Katniss mirándolos un poco curiosa.

—Al pequeño le gusta una niña.

Evie sonrió un tanto emocionada, Katniss solo levantó las cejas y pareció alterarse un poco, no sabía que decir.

—Saldrá bien, llevamos esto— indicó Peeta mientras descubría la cesta.

Había una barra de pan calientito.

—Peeta…

— Es lo que lo que me funcionó a mí y muy bien…—respondió sonriendo.


Katniss lo miró y se lanzó a él envolviéndolo con sus brazos besándolo feliz.

—Si era verdad—susurró el pequeño a su hermana.