El Único

Capitulo I
EL



Hoy por primera vez probé el agrio sabor del desamor, esa sensación de ser el único en tener sentimientos apuñados en el alma, con ganas de salir con la fuerza de un tsunami y aun así tener que esconderse bajo capaz lánguidas de orgullo y desdén; es triste verme a mi mismo convertido en esto por que por mas sincero que pretenda ser los sentimientos unilaterales han ocasionado en mi un miedo mas grande que mi propio esfuerzo por disimular; dios me siento caer en un abismo tan profundo, que el dolor que se avecina solo parece prolongarse en una agonía producto del presente que aun no sucede pero que esta en lo oscuro esperando por mi para absorberme por completo y volverme uno mas de sus lados sin iluminación donde los impíos y los débiles nos perdemos por siempre.


Pero no le puedo culpar por mi debilidad, no puedo hacer responsable a mi amor de aquel sentimiento desolado que me ocasiona, por ignorar mis esfuerzos por agradarle, y mi mas ferviente deseo de que ella un día me vea con esos mismos ojos con los que la he pretendido todo este tiempo; como culparla a ella si aun cuando hablo de mis sentimientos con tanta claridad el miedo que poseo solo me hace callar frente a ella y darle la oportunidad de seguir inocente del veneno que ha provocado en mi y que ahora me consume dejando en mi interior un hombre seco, demasiado dolido y austero.


Aun recuerdo el primer dia en que la vi, sus cabellos largos y tan negros como la noche misma, el tono blanco de su piel y los visos engañosos de sus ojos, quien diría que tal creación divina; era la mujer mas real que había conocido en mi vida, era la dosis de buena mujer que necesita el mundo con una gotas fatales que la hacían imperfecta y a la vez tan suprema y divina. Ella era lo mas cercano a la verdad, por que si algo he aprendido con los años es que nosotros los humanos tenemos tantos matices y escusas que ese ser que aveces pretendemos ser solo es la parte superflua y dignificante pues en nuestro interior siempre se esconde el vago, el vicioso, el mentiroso y el orgulloso....todos tenemos en nuestro interior un demonio que nos asusta exponer pues todos en grados diferentes le tememos a la exclusión y el escarnio; pero ella no, ella parecía satisfecha con mostrarse tal cual era, su demonio y su ángel se mostraban siendo el dualismo perfecto, algunos pensaban era hipocresía, otros bipolaridad...pero la verdad en su ser era que sus miedos eran muy distintos a los de nosotros los humanos comunes...su miedo era dejar de ser ella, era que su vida pasara tras una actuación y que perdiera la única posibilidad de ser infinitamente feliz partiendo de quererse en su totalidad, era una buena mujer.


Se preguntaran que clase de mujer es esa y donde se consigue una así...yo también me lo preguntaba antes de conocerla, fui el recomendado de un amigo; nos conocimos en un bar en el centro, era un lugar muy común si no fuese por la peculiaridad de que ahí se llevaban a cabo citas clandestinas con meretrices...o en un lenguaje mas coloquial se les llaman prostitutas; en ese tiempo mis relaciones con mi familia y demás allegados era toda una mierda; tenia problemas con todos y no tenia ni energía ni ganas de solucionar ninguna de ellas; en mi trabajo siempre estaba bajo presión, era irritable tener que pensar en ayudar a otros cuando no podía con mis propios problemas; era inevitable tener que llegar a casa pero era algo que intentaba posponer como fuese, pues en ella me estaría esperando una mujer a la que siempre miraba a los ojos y me preguntaba para mis adentros...¿como jodidos caí con esta bruja y nadie me detuvo?...ahora que lo pienso no era su culpa, todos esos problemas de los que hablo eran ocasionados por mi propia inconformidad, por esos demonios que nadie quiere mostrar pero que siempre encuentran el eslabón mas débil y rompen la cadena saliendo a flote rebullendo todo el cianuro que has estado guardando en tu interior.

Estaba condenado, lo sabia en ese entonces y siendo franco con el único amigo que sabia al menos me haría reír con una estupidez, llegue hasta ella; las palabras de mi amigo fueron "lo que te hace falta es buen sexo Sebastian" hombre que le quise pegar cuando dijo eso, aunque siendo sincero de cierto modo el tenia razón, ya no me apetecía tocar a mi esposa y era obvio hasta para el mas ciego que ella prefería consolar sus necesidades por ella misma que tener algún contacto conmigo...tener que lidiar con estos discernimientos me ponía a pensar en lo patético que soy y en cuan frágil es la dignidad del hombre, solo llevábamos casados dos años y estábamos tan hartos el uno del otro que ni siquiera nuestras manos se rozaban al dormir en la misma cama, sin querer parecer un adicto al sexo, aquello me decepcionaba, me frustraba y me enojaba pues al casarme con ella sentía tanta pasión y tanta lujuria que se me olvido pensar en si eso era suficiente para lidiar con ella por el resto de mi vida. no me frustraba no tener sexo...me frustraba al pensar que así como había tomado una decisión precipitada y absurda al haberme casado con ella muy probablemente había tomado otras decisiones con el mismo conflicto y era por ello que mi vida apestaba tanto.

Acepte el necesitar sexo, el sentir mi cuerpo hervir de pasiones absurdas y carnales, de que mi sangre pareciera poseída por los pecados de la lujuria y la gula, si ya mi vida era todo un absurdo por que no caer un poco mas al fondo y al menos por una noche desprenderme de todas esos deberes que tenia para con todos menos para mi.

Para algunos sonara como la escusa mas estúpida del mundo...pensar en serle infiel a mi esposa con una prostituta es algo que para muchos debe ser imperdonable aun cuando tuviese toda esa clase de problemas con ella, pero eliminando esa posibilidad de pensar en el que dirán los demás acepte y le dije a migue que me contactara con ella. Recuerdo que esa noche ella llevaba un vestido blanco, ajustado al cuerpo...a su bello cuerpo, era una mujer regular, no media mucho y tampoco tenia cintura de avispa...como lo dije al inicio era lo mas real que había conocido, no era gorda pero pero no era como esas flacuchentas que los medios audiovisuales nos quieren meter por perfectas, maquillada por ella misma, con tonos naturales y solo sus labios de tonos rojo carmesí como si buscase mostrar entre el recato aquella fogosidad que se escondía bajo la tela y el pudor hacia la gente, su cabello recogido en una hebilla en lo que parecían amatistas y unos ojos fijos y determinados...me pregunto que mas necesita una mujer real para sobresalir que su propia belleza natural; se acerco a mi y se sentó, nos identificaríamos por que llevaríamos algo de tono amatista, yo llevaba una corbata que había sido un obsequio de mi esposa de aniversario, ¿qué cínico no les parece?; me miro y luego de unos instantes con una voz aguda pero no por ello menos decidida me dijo "hola soy la amiga de Miguel...me puedes llamar Isabel" y desde ese día mi historia con ella empezó.