Doble

Doble

Hola
Bueno este es el primer fic que ago sobre este libro, la pareja que elegí fue Leah y Embry, porque? Bueno cuando leí amanecer Leah me gusto mucho, y claro que quería que fuera feliz, pensé que Jake la aria feliz, pero bueno… la cuestión es que ella dijo algo sobre que quería ser imprimada o imprimarse a alguien, por eso pensé que tenia que ser un lobo el adecuado y analizando todas las opciones (que técnicamente eran 17) elegía a Embry por la relación que tenían, un tanto tensa supongo.

Pero antes de comenzar el fic quiero agradecerle a Kathya por betar este fic, gracias si no fuera por ti habría sido muy diferente ^o^

Espero les guste

Leah POV

Era una de las bodas mas esperadas en ‘La Plus’. Todos estaban ahí para presenciar la unión de dos personas cuyo amor destruía todo mi interior, mi mundo. Que ya de por si, estaba hecho añicos. Ahora se volvía polvo, cenizas, más bien. En cualquier momento el viento soplaría y esparciría mi esencia hacia un lugar no definido. Jamás volvería a ser yo, ni siquiera esa que aparentaba ser de otro tiempo. Ya no me quedaban fuerzas para aparentar ser ruda, mi mundo terminaría ese día con una palabra repetida en dos ocasiones ‘Acepto’. Respiré profundamente y sonreí, fingiendo por última vez que el mundo seguía girando.

Mi vista se clavó por un instante en el novio, Sam Uley. Lo tenía justo frente a mi, a apenas a dos pasos. En realidad seguía sin entender como aún accedía a ser la dama de honor, en la boda que seria mi funeral. Pero ya no valía la pena arrepentirse, así que desvíe la mirada hacia la novia. A pesar de todo lucía hermosa con ese vestido blanco, o quizás era ese brillo en los ojos. Aquel que te dice que es la persona más feliz del planeta y eso me hizo estremecer. Ella se acercaba a paso lento al altar. Suspiré una vez más y sonreí con la esperanza de que esto terminara pronto, así yo podría intentar resistirlo hasta el final.

La ceremonia concluyó y todos partimos a la recepción, la cual estaba en un amplio claro entre ‘La Plus’ y el bosque. No sabía realmente como era que aún me encontraba de pie y con una sonrisa en el rostro, pues mi mundo se había desvanecido. Tal vez era por eso mismo que podía mantener la farsa, pues ahora era sólo el cascaron vacío de lo antes fui.

Me encontraba por demás agotada, mi mente no resistía más dolor y fue cuando me percaté de algo que no había llamado mi atención hasta que vi a Jake bailando con Nessie. Él había sufrido al igual que yo, y había recurrido a un método que aun cuando no era del todo eficaz, al menos, le proporcionaba alivio.

Entrar en fase y vagar en soledad a través de los bosques. Ése era el momento oportuno para recurrir a dicho método. La manada se encontraba, ahora, disfrutando de la boda así que probablemente ninguno se percataría de mi ausencia esa noche. Entonces podría desahogar todo mi dolor en completa soledad sin que nadie se enterara de el.

Me levanté de manera resuelta y me deslicé a pasos apresurados hacia el bosque. Al acercarme más, comencé a quitarme los zapatos de manera impulsiva. Sentí una mirada clavada en mí, pero no volteé para ver quien era y seguí avanzando. Al encontrarme suficientemente adentrada en el bosque, comencé a desnudarme y entré en fase lobuna de manera muy rápida. Creo que el dolor apresuró el proceso, en apenas sesenta segundos ya me encontraba a más de un kilómetro de distancia. Y pronto fueron cinco los kilómetros que me apartaban del lugar que fuese mi tuba. Noté que alguien más apareció en mi mente. Algún miembro de la manada había entrado en fase, pero no lograba saber quién, pues estaba más interesado en seguir mis pensamientos, que en pensar por si mismo. Seguí corriendo tan rápido como me era posible, tratando de ignorar al recién llegado y concentrarme en mi dolor que ardía como mil soles a la vez.

–No sufras más… –. Al fin mi compañero había interrumpido mis pensamientos –No sufras más tú sola, no tienes que hacerlo más…

–Largo de aquí Embry – gruñí.

–No Leah, no te dejaré.

–Deseo estar sola, no molestes más.

–¿Sola? ¿No has estado ya lo suficientemente sola todo este tiempo? No pienso dejarte así otra vez –dijo él con determinación y dulzura.

Sus palabras me sobrecogieron, ¿qué podría responder a esto? ¿Por qué lo decía? Y ¿por qué de esa forma? ¿Qué, acaso no me odiaba? Por mi culpa él y toda la manada habían sufrido al recordarles constantemente el linaje de éste. Y aún así, él deseaba acompañarme en mi dolor…

No dejaba de preguntarme una y otra vez el motivo por el que querría estar a mi lado. ¿Por qué precisamente él, entre todas las personas? Yo era la que más daño le había hecho…pero él estaba aquí.

–No lo sé –musitó de forma apenas audible, encogido, avergonzado, pero sincero. Y yo lo sabía, pues no podía mentirme, no ahora. –Pero por favor para ya, detente un momento, dame una oportunidad.

Inesperadamente, para sorpresa mía, me detuve y me dejé caer en las comisuras de un claro. Allí comencé a sollozar. El dolor dentro de mí era grande como un iceberg en las profundidades del océano, sin embargo la calidez de sus pensamientos recorrían mi cuerpo de manera embriagadora y el dolor parecía querer desvanecerse conforme Embry de acercaba al lugar donde me encontraba y a la vez, parecía dispuesto a aforrarse a mi ser toda una eternidad. Pronto lo sentí acercarse a mí con lentitud y cautela. Delicadamente se posó a mi lado y se acurrucó cerca de mí. Yo tenía la cara hundida entre mi pelaje para evitar que viera mis lagrimas, aunque poco valía pues el sabia que lloraba.

Su rostro se pegó al mío con sigilo, como si intentara empujarme para que lo elevara. Pero a la vez como si lo acariciara, como si me besara en susurros. De manera instintiva comencé a seguir sus movimientos con los ojos cerrados. Respondía a sus caricias, que eran dulces y nuevamente embriagadoras. Parecía que me volvería adicta a él, a su aroma, al latir de su corazón sincronizado perfectamente al mío… y de pronto se apartó mí y sentí nuevamente la sensación de vacío. Aunque pronto me di cuenta de que su aliento se mezclaba con el mío, lo tenía justo en frente de mí, así que lentamente fui abriendo los ojos y de inmediato me percaté de su mirada clavada en mi, la misma mirada que había presenciado mi huída. De pronto me di cuenta de algo, el cascarón que me había construido ya no estaba vacío, pues él no solo me complementaba, sino que llenaba todo mi ser. Había sido necesario deshacerme de todo aquello que lo ocupaba para que el pudiera entrar en mi. La tierra misma había rehusado su propia órbita para girar en torno a él y en ese momento supe que ese amor avasallador no sólo me había golpeado a mí, sino, que a él lo inundaba por completo. Sentíamos lo mismo y al mismo tiempo como dos relojes suizos perfectamente sincronizados.

De pronto mis ojos percibieron su perfecto rostro acercándose lentamente al mío, el había cambiado de fase y yo de igual manera, aunque poco nos habíamos percatado de ese hecho. Sus manos se elevaron hacia mí y las yemas de sus dedos me rozaron en la más sutil caricia alrededor de mis ojos, y luego a mis mejillas, para detenerse en mis labios unos segundos y para culminar aforrándose a mí, mientras él se acercaba aún más. Sentí su respiración deteniéndose un poco para absorber mi aroma antes de que sus labios se unieran al los míos. De manera dulce y lenta comenzó a besarme con suavidad, pero pronto, el beso se intensificó más y más, una de sus manos se entrelazo con mi cabello y me sostuvo de la nuca y la otra me atrapó por la cintura para atraerme completamente hacia él. Mi cuerpo solo pedía que siguiera hasta no poderlo soportar.

Sus labios se apartaron de los míos, pero no de mi piel. Ellos, recorrieron desde la comisura de mis labios hasta mi barbilla, pasando por mi cuello, hasta detenerse en mi clavícula. Yo no sabía cuanto más iba a poder mantener el poco control que aún me quedaba. Pero estaba segura que seria muy poco. Y de pronto, así, simplemente, sin previo aviso, se apartó de mí y tomó mis manos entre las suyas. Yo lo miré desconcertada y él parecía tener una pequeña sonrisa tímida bajo un pequeño rubor sobre sus mejillas, lo que provocó que yo me sonrojara también, en ese momento.

–Será mejor que entremos en fase, esto es… –calló un segundo y me miró con detenimiento –demasiada tentación para mí y ni siquiera te he pedido que seas mi novia…

Él se sonrojó aun más y ladeó la vista para que no lo viera. Me pareció una reacción de lo más infantil, pero tierna. Sabia que había parado porque yo así lo deseaba. Aunque yo no tenía tanta voluntad para hacerlo, él entendía que jamás había llegado tan lejos con otro chico, ni con el mismo Sam. Me complació mucho que el respetara mis ideas, aún, si yo las había olvidado por un momento.

Le dediqué una sonrisa y lo besé apenas unos segundos, sosteniendo su rostro con mis manos. Lo observé otro segundo y le dije de una manera dulce y provocativa a la vez:

–Seguirás siendo sexy al entrar en fase –. Le guiñé un ojo y entré en fase en un segundo.

–Lo sé –.Y él me siguió. – Tú siempre lo eres –sonrío –. ¿Quieres se mi novia?

Reí. Fue una pregunta hecha con la única razón de poner palabras, lo que ambos ya sabíamos. Desde ese momento estaríamos juntos por siempre y eso nunca cambiaria. Pero ahora, había dejado una respuesta pendiente…

–Será un placer, chico. – sonríe y él con migo, al fin tenia mi final feliz

–te casarías con migo?

Bien este no es el fin de la historia, pero la siguientes parte se relatara de manera diferente, no me quedo nada cursi ni nada de eso, espero les guste y sigan leyendo, aun me faltan los últimos detalles para publicar el capitulo dos, pero no se cuanto tarde en publicar

Gracias por leerme y agradezco de antemano sus comentarios

*Se que párese que las cosas se precipitan, pero creo k entenderán xk cuando lean la versión de Embry (no volveré a relatar lo mismo con el, será lo que sigue en la historia)

BESOS