Harry Potter Diferente destino

Su decisión estaba tomada, conocía perfectamente sus intenciones y lo que ello conllevaría. El odio en su corazón hacia aquella persona pero el amor hacia la otra le hicieron dudar durante unas cuantas horas.
Espero el momento oportuno, no fue difícil de reconocer.

—Ahí esta—camino lentamente y sus pies se escucharon.
—Ah, Severus, ¿vienes a vengarte de ese Potter?. Tengo entendido que te hizo unas cuantas...jugarretas—sus afilados dientes en aquella tenebrosa sonrisa relucían bajo la luz de la luna.

Él asintió. El señor oscuro abrió la puerta con un simple gesto de su varita. James al verle dio un grito alertando a su esposa que al verlo corrió escaleras arriba pero tropezó cayendo al suelo.

—He venido a por el niño—dijo con una voz fría.
—No tocaras a mi hijo.

Alzo su mano sosteniendo su varita.

—Nada me lo impedirá—James antes de decir algo vio a Snape.

Quiso decirle algo pero las palabras no le salían.

—Avada Kedrabra—él cerro los ojos.

Un sonido se escucho y vieron como ante su sorpresa el señor tenebroso iba desapareciendo mientras su varita se desprendía lentamente de su mano.

Finalmente desapareció por completo. Snape dio unos pasos, la agarro y la guardo en un bolsillo. Luego se dio media vuelta dispuesto a marcharse.

—Snape—dijo James.

Él se paro en seco, pero luego camino para instantes después desaparecer tras un chasquido. No quería recibir las gracias ni nada. Ahora tocaba dar la noticia de que Lord Voldemort había muerto.