Destino, muerte, amor.

Hola! Aquí les caigo con mi primer fic: este es un Sesshome y hasta un poco apresurado diría yo; también muestra mi imperecedero odio a Kikyo, jejejejejeje ¡soy mala!
Gracias a todos por su apoyo ^^
Bueno, dejare ustedes juzguen si es o no digna de continuar…
Arigato!

Destino, Muerte, Amor...
1- Destinos entrelazados.
Ya no lo aguantaba más.
Sabía perfectamente cuando Inuyasha hizo su elección, que una de nosotras quedaria lejos de él para siempre... lo que no esperaba era que la que eligió tomara las almas de ambas, dejando mi cuerpo como el de un zombi.
No podía volver a mi época, y no deseaba quedarme en Sengoku. En este estado tan lastimoso, todo lo que quería era desaparecer. Pero nunca fue de mí el rendirme y dejarme derribar por situaciones como esta; comúnmente me enfrascaba en mis estudios y eso bastaba. Aquí en Sengoku, no tengo esa alternativa y solo podía habar con Sango... aunque esas charlas se hacían cada vez más escasas debido a los cuidados que debía de prodigarles a sus hijos.
Todo eso podría haberlo soportado, pero lo que me hacía querer desaparecer de verdad, era mi conexión mental con Kikyo, y que esta forzaba cada vez que se hallaba charlando tranquila y alegremente con Inuyasha, o bien haciendo el amor con él. En esos momentos, realmente perdía toda la voluntad de vivir, y estuviese donde estuviese, me dejaba caer y desahogaba mi pena llorando, hasta que mi agotado (y ahora maltrecho) cuerpo caía en un sueño del que no despertaba hasta que el sol lo hacía...
Ahora estoy recordando ese suceso que destruyo mi vida...
- FLASHBACK -
Ambas estábamos frente a él, exigiéndole una respuesta a la pregunta que le habíamos formulado.
- Y bien, Inuyasha ¿a quién eliges? - le pregunto Kikyo, fría como siempre.
Mire el rostro de mi adorado Hanyou, pensativo, bello... Y en ese momento tuve la seguridad de que lo amaría por siempre, sin importar a quien escogiera.
El percibió que lo miraba y se dirigió a mí, con la pena marcada en sus dorados ojos.
- Kagome... - su voz sonaba insegura y triste -, has estado conmigo en las buenas y en las malas, y eres la mejor amiga que cualquiera podría deseas, pero...
- ¿Pero...? - le inste a continuar, esperando que dijera "quiero que seamos más que eso..." o algo parecido.
Su respuesta real me saco de mi última ensoñación feliz.
- Pero yo amo a Kikyo.
Una sonrisa malévola se dibujó en el rostro de la Miko de barro, tan igual y tan distinta a mí. Las lágrimas acudieron a mis ojos, mientras mi corazón se desgarraba, pero no llore. Llegue a sentir un dolor físico en el pecho, tal era el dolor de mi alma.
Vi a Kikyo acercarse a Inuyasha y besarlo frente a mí. Me di vuelta y quise correr. En cuanto di un paso para irme, un extraño dolor asalto mi cuerpo y me derribo, mientras escuchaba su voz, socarrona y maliciosa, en mi mente por primera vez.
- Creo que ya es hora de que me devuelvas lo que me pertenece...
En ese momento, ella volvió a besar a Inuyasha, transmitiéndome todo lo que sentía... al tiempo que mis almas comenzaron a salir de mi cuerpo para ir al de ella.
Quemaron mi piel con su intensa luz, que era mi vida. Laceraron mi cuerpo entero, buscando salir, fieles a su antigua señora. Y cuando mi espíritu pugnaba liberarse de mi cuerpo sin almas, tres luces-almas volvieron a ingresar en él, trayéndome de vuelta a la vida.
Vi el pavor en el rostro de Inuyasha al acabar su besos con Kikyo y mirarme,
Intente levantarme, pero ahora pude ver que mis miembros eran solo piel sobre huesos. Ese era el efecto que la perdida de mis almas tenía en mi cuerpo, parecía una anoréxica.
- Ahora eres casi como era yo antes, mi querida Kagome. Tus almas me han devuelto la vida y la carne, ya no soy la Sacerdotisa de barro que necesita de otras almas para vivir. Y de hecho, viviré extremadamente feliz sabiendo que perdiste a Inuyasha y que languideces sin poder regresar a tu mundo o morir. Disfruta de lo que te queda de vida Kagome, que por cierto, no es mucho.
- Vamos, Inuyasha. Tengo algo que mostrarte. Ah, y Kagome, quédate con esto... - me arrojo la perla de Shikon - ...mi deseo ya se cumplió.
Tome la perla, y mientras los veía irse, caí en un estado de inconsciencia.
- FIN FLASHBACK -
Cuando me desperté a la mañana siguiente de eso, la perla había restaurado la forma humana de mis miembros, pero no mi piel malicienta, los profundos surcos bajo mis ojos, mi decaimiento, ni mis ojos y pelos sin brillo: era (y aun soy) la imagen de la miseria y la muerte.
Cuando volví a la aldea, no soportaba que Kikyo, Inuyasha o ambos, estuvieran a menos de diez metros de mí. Por eso tome la costumbre de dormir a la intemperie, donde Shippo, y ocasionalmente Kirara me hacían compañía.
De eso ya hace siete meses. He intentado pasar por el pozo devora huesos más veces de las que puedo contar, pero no lo he logrado: se ha cerrado para mí. Y para empeorar las cosas, Kikyo está embarazada.
Esta noche, en cuanto sentí que ella se acercaba a él, no me quede a sufrir. Corrí adentrándome en el bosque, buscando que la distancia cortara la conexión, mientras mi mente gritaba lo que mi ahora ronca voz no podía: ¡¿De qué me había servido ayudar a destruir a Naraku si no era feliz?, ¡¿De qué me servía tener la perla de Shikon completa si no podía pedir un deseo que no interfiriera con la felicidad de los demás?, ¡¿De qué me servía haber nacido si había acabado muerta en vida?, Pero sobre todo ¡¿por qué mi corazón había quedado prendado del Hanyou al punto de sufrir así por él?
Sin fuerzas ya, me deje caer en el medio del bosque boca abajo, desahogando toda mi pena en un llanto desconsolado...
...
Me sorprendió sobremanera encontrarla en ese estado. La recordaba como una mujer fuerte y valiente, con un alma pura y poderes purificadores, poderes que ahora no percibí en ella. Decidí ver si era porque mi medio hermano ya la había tomado como compañera. La levante levemente del hombro, para ver mejor su cuello, en busca de una marca de posesión. Pero solo me basto con tocar su fría piel para saber que ella estaba más muerta que viva... y que no tardaría demasiado en estarlo por completo. Me abrumo la pena. Ira e infinito dolor me asaltaron al pensar en esa posibilidad; sentimientos provenientes de algo que yo no poseo: un corazón débil.
...
Su mano era cálida contra mi hombro. No levante la vista para ver quién era, pero por las garras que sentí en mi piel era un youkai. Era mejor acabar así, por lo menos no moriría más maltrecha de lo que ya estaba. Lo único que lamente era que la perla de Shikon que tanto nos había costado completar, caería en manos de ese demonio, sea quien fuese. Me levante levemente para ver mejor a aquel que acabaría con mi vida, y me perdí en unos hermoso, brillantes y fríos ojos ámbar...
...
Sus ojos no tenían brillo y se abandonó a mis brazos sin pelear, y sin reconocerme. En ellos veia una tristeza sin límite, y resignación hacia la muerte que creyó que yo le daría. Me enfurecí mas al verla así ¿que había hecho el estúpido de mi "hermanito" para transformar a esa fuerte mujer en una sombra penosa que era capaz de inspirar lastima a un Daiyoukai? Mi mente racional me decía que la matara, y me demonio interno que no. Mi instinto de depredador guio mi garra hasta que esta rodeo su cuello. Le susurre:
- ¿Qué haces aquí sola, humana?
...
Su voz me hizo reconocerle: Sesshoumaru, el "Gran Señor" de las Tierras del Oeste, o como le decía en mi mente Iceberg-san.
- ¿Qué haces aquí sola, humana? - fueron sus palabras.
Sus garras en mi cuello me dieron una idea ¿Por qué no acabar con aquello? Por orgullo, un simple orgullo que superaba lo humanamente posible. Por esperanza, una tonta esperanza sin sentido, que era lo único que me aferraba a la vida. Por causarles dolor, aunque todos eran felices con sus parejas, sin duda alguna les dolería mi muerte. Por miedo, aun no estaba lista para afrontar la oscuridad y el olvido en el que me sumiría la muerte ante mi familia por desaparecer para siempre en esta época, fuera para siempre de los confines del Espacio y la cuenta del Tiempo.
Volví a mirar a sus ojos, y en ellos vi su natural frialdad con un sutil toque de lástima que no podía ocultar. ¡Genial! ¡Simplemente genial! Me cruzaba con el tempano de hielo de Sesshoumaru (o Antartida-sama) y por primera vez logro descifrar un sentimiento en el... ¡y es lastima por mi deplorable estado!
Intente apartarlo de mí con una fuerza que no poseía, mientras le respondía.
- Suéltame... ahora no importa si le quieres hacer daño a Inuyasha dañándome a mí, el solo desea a esa muñeca de barro.
Mi voz sonó desolada, triste y débil incluso a mis propios oídos. Pronunciadas de mala gana mientras los pensamientos de Kikyo entraban en mi mente, haciéndome participe del placer que sentía en esos momentos, que para mí fue como si me arrancaran el corazón.
Grite de dolor, uno tan fuerte en el alma que se transmutaba en un dolor físico en esa parte tan importante y agotado que era mi corazón. En ese momento solo desee morir y me lance a los brazos de ese frio demonio, buscando un consuelo que no hallaría.
Extrañamente su cuerpo era cálido y reconfortante, aunque mi alma seguía agonizando.
...
Antes de que pudiera responder a sus palabras la oí aullar de dolor. Ese sonido traspaso mis oídos y destrozo algo en mí, como una nota demasiado aguda destroza un cristal. La sentí aferrarse a mi cuerpo con desesperación. Por una vez mi cuerpo era más cálido que el de un humano. Ella buscaba mi consuelo en su dolor... mi calor. Las mujeres mortales no suelen mostrarse tan vulnerables ante demonios como yo. Desee apartarla de mí y matarla por su atrevimiento, pero otra parte de mi me dicto otra cosa, y abrace ese sentimiento... así como la abrace a ella. Y mientras le brindaba el escaso calor que podía dar, vi una brillante luz escapar de su cuerpo.
...
¡Maldición! Esto sí que era mala suerte. Solo me quedaban dos almas ahora. Mi energía se mermo enormemente y no pude evitar el desmayarme en sus fríos brazos, que extrañamente me aferran a si...
...
Ella quedo flácida en mis brazos, sin consciencia. La puse en el suelo e hizo el ademan de dejarla sola allí, pero algo me detuvo. Me acerque a ella y me tendí a su lado mientras la cubría con mi cola. Antes de dormirme, un susurro en mi mente me desconcertó: "Protégela" dijo mi subconsciente, antes de arrastrarme a su mundo...

Bueno, ¿merezco la horca, la guillotina, el cepo... o mejor me mandan a lavar platos? Ustedes dirán; no importa la crítica, todas son constructivas y me ayudaran a pulirme como escritora...
Pasando a otro tema, tengo 3 fics que me gustara publicar en los que me incluyo a mí misma en la historia (bajo los nombres de Keila, Katherine y el mío, Natalia, obviamente con mi pareja preferida: Sesshoumaru y Ahome), y me gustaría saber por votación con cual les gustaría empezar!:
1- Innocent Sorrow: Al borde del fin de mundo, una adolescente argentina muere y reaparece en el época Sengoku japonesa, pelea con un imponente youkai y gana lo que siempre quiso: poder y un compañero eterno... antes de volver a su tiempo y ver ¿cómo salvar al mundo?
2- Choque de Universos: Dos universos paralelos confluyen, uno con youkais, otro con humanos. Una científica humana se verá atrapada en la sociedad de los youkai al descubrir que es una youkai heredera de las Tierras del Sur, que está comprometida con el Lord del Oeste... y que su hermano gemelo (otro youkai) es su ex... (Historia de dos versione, la que postulo aquí es la original).
3- Supernatural: La nueva señora de las Tierras del Este busca crear una alianza en contra de Naraku... sin saber que esto le costara su caro... demasiado caro...
Eso es todo ^^ nos vemos en el próximo capítulo de Destino, Muerte, Amor!
NatShinigami.