Song-fic de Pokémon - Despedida

Contenido oculto: Segunda ronda - Una canción, un drabble: Edición Extrema

Despedida​

El sol se oculta.

Jamás un atardecer me pareció tan triste, ni tan agonizante.

La obscuridad me congela y quema al mismo tiempo, al igual que mis sentimientos confusos destrozan mi corazón; me siento un extraño en mi propio cuerpo.

Mis maletas están hechas y esperándome junto a la entrada, mi partida es inminente.

Una parte de mí ser grita su descontento por esta decisión; pero otra parte, la que desborda el amor que siento por ti, Delia, acepta tu decisión. En realidad deseo creer que todos seremos más felices, separados.

Observo las fotografías que tomé en estos años, las etapas del embarazo, el nacimiento de nuestro pequeño, su primera sonrisa, sus primeros pasos; un niño lleno de energía y vitalidad, con el cabello alborotado como el mío, de color azabache, los mismos ojos radiantes de bondad y color chocolate como los tuyos, sin duda pequeño que pondrá de cabeza el mundo Pokémon.

Pero mi corazón no hace más que helarse al ver el rostro de nuestro hijo, por el peso de deberes y responsabilidades que no pedí y que no estoy listo para afrontar.

En todas esas imágenes falto yo, un reflejo de lo que siento; pero en todas ellas tú, mi amor, te ves tan radiante y llena de felicidad.

Ser madre es algo natural en ti, una cualidad que me falta o quizás no nací con ella, porque cuando pienso en que ahora soy padre, la tristeza que refleja mi rostro te arranca lágrimas de decepción.

Pero puedo seguir como hasta ahora, forzando una sonrisa y reprimiendo mis inseguridades, para continuar fingiendo ser una familia, para continuar a tu lado… Para no perderte.

Escucho tus pasos tras de mi, al darme vuelta y observar tu rostro lleno de lágrimas, sosteniendo a nuestro pequeño Ash dormido, me doy cuenta que no es eso lo que quieres; deseas que me quede, si, pero sin mentiras, ni farsas. Solo con amor. De lo contrario terminaremos sufriendo mucho más de lo que estamos sufriendo ahora.

Dejo las fotografías sobre la mesa, sé que te servirán mucho más a ti.

No tengo el valor para despedirme, todavía pienso que todo esto es un sueño y al despertar nuevamente seremos solos tu y yo... Siento que ya te cause demasiado dolor.

Comienzo a dar pasos, alejándome de ustedes, suplicando a gritos en mi interior que me detengas o que la distancia despierte mi lado paternal y pueda regresar a su lado. Pero con cada kilometro recorrido siento como el peso que me atormentaba se aligera; al sumarse el tiempo a mi causa, los años se llenan de aventuras y nuevos sueños.

Me desprecio a mi mismo por la sonrisa que se refleja el espejo, ahora que soy libre de nuevo.

Libre, pero sin mi corazón, que se quedo con ustedes.