Declaración [InoCho/InoShino]

Declaración [InoCho/InoShino]

¿Crees en las predicciones del futuro? Si te dicen que conocerás al hombre de tu vida... ¿será verdad? ¿Qué sucedería si descubres que le gustas a la persona más inesperada? Ino, Chouji y Shino: Un extraño triángulo amoroso​

DECLARACIÓN​

One-Shot​

By Stefy Mustang​

La suave y calmada brisa vespertina jugueteaba con los largos y blondos cabellos de una hermosa jovencita. Su esbelto cuerpo se encontraba recostado contra el tronco de un robusto árbol y su mirada azulada, perdida entre la inmensa belleza que ofrecía la Madre Tierra.

Había pasado horas en aquel rincón de la aldea. Esperaba por alguien con quien celebrar ese día tan especial para ella: su cumpleaños.

Unos días antes, una adivina le había pronosticado que alguien se le declararía. Por eso, aquella mañana cuando se despertó, lo primero que hizo fue arreglarse. Quería verse esplendorosa para cuando ese momento llegara.

En su mente se dibujó la imagen de un apuesto chico de cabello negro y mirada inescrutable. Sasuke Uchiha, su antiguo compañero de clase en la Academia Ninja.

El destino se había empeñado en separarla de su amor imposible. Y lo que más hería su orgullo era que Sasuke estuviera en el mismo equipo de la que una vez fue su mejor amiga, Sakura Haruno.

La noche llegaría en cualquier momento.

Él no había venido a verla.

Nadie había venido a verla. Ni siquiera sus compañeros de equipo.

«No puedo contar con esos dos... ¿Acaso no recuerdan qué día es hoy? ¡Es el colmo!», pensó con rabia.

Fuertes pisadas llamaron su atención. Buscó desesperadamente quién o qué producía semejante ruido, sólo para encontrarse con un rostro conocido.

— ¡Hola, Ino! – saludó efusivamente un chico de contextura gruesa, apretando una bolsa de frituras con una de sus manos vendadas. De su aspecto se podían resaltar sus mejillas extrañamente tatuadas con espirales rojos.

— ¿Chouji? – preguntó la rubia, perpleja ante lo que le mostraban sus ojos. – ¿Cómo me encontraste?

El joven Akimichi reprimió una sonrisa y le respondió algo nervioso:

— Tu madre me dijo que estarías aquí... bueno... yo...

Ino contempló a su amigo con incredulidad. ¿Las predicciones se referían a él?

«No... ¡Tiene que haber un error! ¡¿CHOUJI?!», gritó horrorizada en su fuero interno.

Chouji le ofreció una cajita de chocolates que había comprado únicamente para ella.

— Feliz cumpleaños. – dijo. Su rostro adquirió un leve tono rojizo cuando Ino aceptó su regalo.

La chica siguió anonada por lo ocurrido. Su corazón empezó a latir tan intensamente como cuando veía a Sasuke.

«Chouji no está tan mal...», pensó. Después de todo, él era el hombre que el destino había deparado para ella.

— ¡Muchas gracias! – exclamó alegremente. Súbitamente rozó sus labios con los de él, provocando que ambos se sonrojaran.

— ¿Por qué fue eso? – inquirió Chouji, completamente atontado.

— Por ser tan bueno conmigo. – contestó ella. Sus ojos celestes adquirieron brillo al recordar en lo que consistía el regalo. – ¡Probaré uno!

La expresión del muchacho cambió repentinamente.

— Oye ¿por qué pones esa cara? – quiso saber ella. Él no sabía qué decir. – ¿Qué te sucede?

— Nada, nada. A mí no me sucede nada.

La kunoichi sonrió y creyó saber lo que su amigo ocultaba.

«De seguro quiere compartirlos»

Abrió la cajita cuidadosamente para hacerse con dos chocolates: uno para ella y otro para su enamorado.

— Tontito, me hubieras dicho desde un principio... – se burló.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que en la caja no había quedado ni un solo dulce. Él se los había comido.

— ¡¿QUÉ?! – gritó indignada. – ¡TE LOS COMISTE TODOS!

— Cálmate, Ino. – chilló el Akimichi. – No quise hacerlo, pero es que se veían tan deliciosos...

— ¡Sí, ya lo creo! – vociferó más furiosa que antes. – ¡Pagarás por haberme hecho besarte, idiota!

El chico, asustado, emprendió su huída y la vanidosa kunoichi lo siguió, casi pisándole los talones.

Dos chicos llegaron al bosque. Conversaban tranquilamente. Uno de ellos llevaba entre sus brazos un hermoso ramo de rosas.

— Es una pérdida de tiempo, Shino. – comentó Shikamaru, el otro miembro del equipo diez. – Las chicas como Ino son las más difíciles de entender y complacer.

— Pero es la chica que amo. – replicó el extraño joven de lentes oscuros. – Este día es importante tanto para ella como para mí. Te agradezco mucho el que me hayas informado acerca de sus gustos.

— Piensas declarártele. – dedujo el chico del clan Nara. – ¡Qué problema! ¿Por qué tenemos que estar detrás de las mujeres como si fuésemos perritos?

— Algún día lo entenderás... – se limitó a responder Shino.

— Sí, claro. ¡Todos dicen eso! – se quejó el descontento muchacho.

Se encontraron con Chouji, quien todavía seguía escapando de una enojada Ino.

— ¡Oh, no! ¡Ya viene, ya viene! – gritó despavorido.

«¿Y a éste qué le pasa?», dijo Shikamaru para sus adentros.

Justo en ese momento apareció la kunoichi, literalmente ardiendo en llamas.

— ¡Eres un completo tarado! – musitó y le propinó un fuerte golpe en la cabeza, dejando al pobre chico inconsciente. Ni siquiera se había percatado de la presencia de los otros dos genin.

Ambos chicos miraban atemorizados la escena. La chica Yamanaka empezó a reírse desquiciadamente al ver que había logrado su pequeña venganza.

— Definitivamente se le zafó un tornillo... – dijo Shikamaru. Sonrío burlonamente y le preguntó a su acompañante: – ¿Todavía quieres tener algo con ella?

El domador de insectos contempló al joven regordete que yacía en el suelo y luego a la bella chica que lo había dejado en ese estado. Acarició una de las rojas y aterciopeladas rosas y dijo con voz firme:

— Creo que lo podré manejar...


“FIN”


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Notas de la Autora:

Ino Yamanaka, Chouji Akimichi, Shino Aburame y todos los demás personajes de la serie de manga y anime Naruto mencionados no me pertenecen. Son propiedad de Masashi Kishimoto, quien los creó hace ya bastante tiempo.

Por si no lo entendieron, el chico que iba a declarársele a Ino era Shino, pero Chouji llegó antes y como ella estaba esperando a ese alguien desde hacía mucho, pensó que se trataba del Akimichi. Simplemente una confusión.

Por cuarta vez consecutiva, Stefy Mustang les ofrece un proyecto narutesco que ella llamaría de parejas extrañas.

Esta historia se me ocurrió durante el atardecer del viernes 6 de Marzo de 2009. La verdad no sé de dónde salió. El caso es que estaba hablando con mi amiga Esther Vamp por teléfono y se la comenté. Ella, muy amablemente, me ofreció su opinión y propuso involucrar a Shino con la kunoichi de vestiduras moradas. ¿Muy arriesgo, verdad?

Se lo dedico especialmente a ella (lo que quiere decir que está OBLIGADA a comentar) y a todas las fanáticas de Ino. ¡Espero que no me asesinen!

¡Ah...! Y estén pendientes porque vienen más one-shots.

“Corre hacia el atardecer, corre y sufre... pero no te despeines, ¿eh?”

— Maito Gai​

Stefy Mustang :sang: