One-shot Debilidad [Calígula]

No hacía mucho Warning le había dado autorización de salir de la enfermería por unos recientes disparos que había recibido en una misión que habían tenido en busca de unos cuantos hostiles en una de las colonias, por suerte para él los disparos habían sido justo al final de la misión por lo tanto, no afectando realmente el desempeño que había tenido en la misión.

Y era algo que agradecía realmente, porque pese a que confiaba en su equipo, no tenía especial ganas de que supieran con exactitud lo malo que era para manejar su dolor, que prácticamente cosas que alguno de ellos le causarían una gran y jodida molestia a él le llegaba a temblar las manos o su rifle se sintiera mil veces más pesado que antes, ambas opciones (entre otras) terminaban en él fallando sus tiros hacia los hostiles o afectando simplemente su desempeño en general. Por otro lado, sabía que Warning no era ninguna tonta y seguro al ser su médico, en algún punto se habría dado cuenta de ese pequeño detalle pero, el silencio era apreciado.

Quería sentirse merecedor del puesto que tenía, justificarse. Entrenaba la mayoría del tiempo, tanto su cuerpo como su puntería, procuraba ser lo suficientemente atento para que ambos volvieran al Calígula lo más sanos posibles pero sobre todo, vivos. Puesto que sabía que no podría perdonarse si uno de los dos terminaba partiendo antes de lo debido, por no poder haberlos guiado mejor, protegerlos mejor, apoyarlos mejor.

Así que, luego de esos días perdidos por aquellas necias balas, no desaprovechó en encerrarse en el gimnasio para entrenar, volver a su tarea de exponer a su cuerpo a cierto estrés para intentar seguir superando aquel umbral de dolor.

—Te abrirás los puntos si continuas haciendo eso… —Yasha de inmediato se soltó de aquella barra por la repentina llegada de esa voz, Gabriel, aquel gigante amable que, por alguna razón, terminaba siendo muy sigiloso.

—Mis puntos están bien, Gabriel —Notaba que estaba más sudado que lo usual y tan siquiera, el brazo que había sido herido tenía ligeros temblores —, ¿viniste solo a decirme eso o volviste a tener hipo?

Le sonrió divertido pero al ver que se comentario no había logrado cambiar su expresión seria a pesar de haber logrado teñir sus mejillas de rojo, suspiró, dejando caer su cabeza hacia atrás con cierta frustración, dejando que así se acercara un poco a él.

—Deberías estar comiendo, necesitas algo más de lo que la enfermería ofrece —Su nariz se frunció con ligereza y Yasha pudo verlo cuando aquel cubrebocas se elevó un poco del lugar donde siempre estaba —. De hecho, hoy servirán spaghetti con albóndigas, podrías comer mucho de eso...para las energías.

—Podrás tener mi parte, no tengo tiempo para eso ahora —Señaló la barra en la que estaba anteriormente —, y por mucho que me guste tu —El primer estornudo de la tarde noche llegó. Esperó —, por mucho que me guste tu...—De nuevo, una, dos, tres veces más. —Salud, Gabriel, y como decía, por mucho que me guste tu presencia, no puedo atenderte ahora como es debido, lo siento.

Por un momento los ojos de Gabriel se iluminaron cuando escuchó que le daría su parte, pero rápidamente, aquel instinto de médico le obligó a apartar aquel pensamiento de comer doble de su cabeza. Tenía a un paciente necio que estaba haciendo un gran esfuerzo en lastimar a su cuerpo por estar como aquellos otros soldados sin cerebro que parecían estar concentrados solo en inflar sus músculos.

Vio su cuerpo temblar nuevamente del esfuerzo aunque no podía negar que, desde que había entrado, esta vez parecía hacer de una forma un poco menos laboriosa la tarea de elevarse del suelo y levantarlo por completo por encima de aquella barra, una y otra vez hasta que Gabriel pareció tener suficiente.

—Te vas a abrir los puntos. —Repitió, colocándose detrás de él y sin mucho esfuerzo, terminó rodeando su cintura con uno de sus brazos, obligándolo a separarse de la barra y bajandolo como si se tratara de un niño pequeño que no costara ninguna clase de trabajo cargar fuera de allí, incluso si había tenido diversos forcejeos y quejas hasta que tocó el suelo.

—Bien, ¡bien! Estoy abajo —Apenas sintió el agarre aflojarse y lo empujó (o más bien, se empujó, no había forma alguna de mover a un gigante de su talla) para apartarse de él —. ¿Hay otra cosa que quieras importunar en este momento, Gabriel?

El aludido frunció el ceño, ¿importunar? No, no estaba importunando, estaba cumpliendo su trabajo como médico.

—Sí, no puedes estar haciendo todo esto, te lastimarás, Yasha.

—¿Entonces qué quieres que haga? ¿Pierda el tiempo en mi habitación? —Le miraba molesto, estresado de que viniera simplemente a negarle algo que le ayudaba a distraerse.

—Que descanses, no ayudarás a tu cuerpo si…

—No ayudaré a mi cuerpo si me siento a hacer nada.

Gabriel abrió los ojos un tanto sorprendido, Yasha en el tiempo que lo llevaba “conociendo” (más bien, observando de lejos, sus interacciones no habían sido muchas como para afirmarlo), lo notaba como alguien bastante tranquilo, incluso en lo que parecían discusiones parecía tomárselo todo a broma, siempre respetando las partes de todos antes de contradecirlos con bromas o de forma seria.

—Realmente vas a…

—Solo voy a comenzar a atrasarme con los entrenamientos y…

—¡Suficiente! —Esta vez Yasha fue el sorprendido, tan siquiera los primeros segundos de aquella orden antes de que el amable gigante volviera a estornudar, quitándole algo de seriedad —. Es innecesario que hagas estas cosas, tu esfuerzo es suficiente y tu descanso debe ser igual de suficiente para que estés sano…

Comenzó a acercarse a él al no notar respuesta alguna, más cuando intentó colocar su mano sobre su hombro, fue apartado rápidamente —Iré a mi habitación, así que, puedes dejar de estar sobre mi como si fueras mi médico.

Así, sin ni siquiera mirarlo Yasha desapareció frente a sus ojos, dejándolo completamente solo en la sala de entrenamientos, ¿tan débil parecía sentirse Yasha todo el tiempo o solo sería cuando sufría heridas?

—...Realmente no es necesario que hagas todo eso…