De letras e historia

Comentarios de la autora:

Este es uno de mis escritos más entrañables, esperaba poder meterlo alguna vez a un concurso, pero el valor no se me da, contrario lo publico aquí para que conozcan la manera en que escribo, espero que sea de su agrado. Solo para aclaraciones, el personaje de esta historia es Abbadon Mashit, lo comento porque es uno de mis bebés (xD) que me encanta, sobre todo su forma de ser, he aquí para que conozcan un poco más de él.

Por cierto, es capítulo único.

• De letras e historia • ​

by Sayuki Porque el amor solo tiene un significado​

Disclaimer:

• La presente obra esta hecha sin fines de lucro, por puro ocio y ansiedad de la autora.
• Todos los personajes son de carácter original.
• Los personajes cuyo nombre sea Abbadon Mashit, Brielle, son de propiedad intelectual de la autora.
• La autora cree que deberían de pagarle por esto (xD)
• Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
• Este texto es 100% original, y no tengo conocimiento de uno parecido.

Sonaba demasiado absurdo aquel programa, nadie se lo creía, pero de cualquier manera todos debíamos participar, no había vuelta de hoja, después de aquel entrenamiento teníamos que correr a filas para tomar un "amigo" al azar... amigo... la palabra que utilizaron sonaba por demás absurdo.

"Solo toma la carta y tírala a la basura, después declaras que te dejaron de enviar" fue lo que dijeron aquellos que ya habían pasado por esa "tortura".

No era que me molestara escribir cartas, simplemente no creía en la hipocresía del momento, estábamos siendo entrenados para enviarnos a filas en menos de un mes, a la franja de Gaza, a asesinar... esta gente...

Tome una de las cartas, un sobre azul, simplemente la guardé en mi bolsillo. Nunca acostumbré a llevarme con nadie... así que solía tener demasiado tiempo libre que ocupaba estudiando o entrenando un poco más de tiempo...

Ese día regresé a las duchas escuchando la conversación que se llevaba a cabo en torno a aquellas cartas, al parecer nadie estaba de acuerdo con seguir enviando "Tengo bastante familia y amigos como para detenerme a escribir a un desconocido y menos a un niño que sabrá dios si sabe escribir bien" era la justificación más razonable que había escuchado...

Muchos tomaron el trozo de papel que tenían y lo rompieron tirándolo a la basura, esa noche saqué el mío del pantalón mirándolo... después de todo no tenía mucho que hacer, además mi extraña obsesión con cumplir todo a cabalidad me caracterizaba... la primera carta.

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¡Hola amigo! Mi nombre es Brielle, tengo 9 años y pronto cumpliré los 10... estudio en un instituto de Paris, me gusta mucho la mermelada de fresa y correr con mis amigos, aunque a veces no puedo hacerlo.

Nos pidieron hacer una carta para practicar el nivel de inglés y conocer más gente alrededor del mundo ¿Cómo te llamas? ¿Qué es lo que te gusta hacer? ¿Quieres ser mi amigo? ¿Quieres que te mande una foto?

Estoy muy emocionada, espero poder conocerte mejor.

¡Adiós! O como dicen los americanos, good bye

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Encontré que la mayoría de las personas que ya habían pasado por eso tenían razón, eran cartas de niños, sin fundamento ni razón de ser... bufé un poco... escribiría.

Hola extraña

Yo me llamo Abbadon, me gusta mi trabajo, no tengo opción y no, gracias...

Good Bye

La carta no me llevó mucho tiempo escribirla, y en realidad no le puse nada de atención, la primera intención era quitarle las ilusiones a aquella niña con dirección de Paris para que dejara de hacerme perder mi tiempo, mismo que no tenía...

Los días pasaron y al final pudimos ir a la franja de Gaza, durante aquel tiempo no recibí ninguna carta, al parecer lo que había planeado funcionó y me había librado de la molesta chiquilla que parecía ser demasiado hiperactiva con las cosas...

Al menos eso creí... la resistencia civil en aquel tiempo comenzaba a poner un poco más de presión contra nosotros, no los culpo, ni si quiera éramos de su país, pero el petróleo era el petróleo, y que mejor que una fachada para poder conseguirlo... volviendo con las cartas, creí que mi plan había funcionado... creí, cuando uno de los mensajeros que nos visitaban aproximadamente cada semana me entrego un sobre para mi, era de ella.

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¡Hola amigo Abbadon! No soy una extraña, ya conoces mi nombre y ahora yo conozco el tuyo... perdón por no haberte escrito antes, a veces me enfermo mucho y me mandan al hospital para que me mejore, esta vez mi mamá lloró mucho cuando yo estaba ahí ¿Sabes? Le dijeron que yo me iba a morir...

Me dijeron que eras militar ¿Eso es cierto? No me gustan los militares, me asustan.

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El alcohol, el sexo y las mujeres estaban a la orden del día, yo como capitán de aquella división me abstenía de todo eso, hasta mi siguiente promoción en donde me regresaban a casa, por tanto sin nada que hacer en aquel lugar, me resultaba bastante entretenido leer las cartas de aquella niña.

Hola de nuevo Brielle extraña...

Si, soy militar, ahora mismo estoy luchando al frente para poder mantener la paz... aunque no te gusten las personas como yo, somos necesarios en este mundo.

Me ha llamado la atención que me dijeras que vas a morir, no debes de ser mentirosa, eso no se ve bien en una niña.

El tiempo paso poco a poco, olor a cigarro y a muerte, de vez en cuando recuerdo que tomaba aquellas cartas que tenía, ella usaba de esas hojas decoradas que olían a jabón, era... agradable oler eso después de estar al frente de un grupo de cerdos que hace tiempo olvidaron que era bañarse, las cartas siguieron viniendo a partir de esa...

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Hola Abbadon...

No me gustan porque matan a las personas, si buscan la paz por qué hacen una guerra de todas esas cosas... a mí me enseñaron que matar era malo... pero no es que no me gusten las personas, me gustas tú, ¡eres bueno! Tu si me contestas mis cartas.

Por cierto no soy una mentirosa, yo nunca miento... no me gusta que me digan así

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Sonreí ligeramente después de leer aquella carta tan extraña... era la primera vez que me hacía reír una simpleza como esa, así que solamente me dispuse a contestar:

Hola Brielle

Lamento haberte dicho mentirosa, ¿De qué estás enferma? Sobre lo que haz dicho, creo que eres muy pequeña para entenderlo, después te lo explicaré, ¿De acuerdo?

Contesto tus cartas porque así me lo pidieron, aunque he de confesar que me agrada un poco hacerlo, ya que no hay muchas más cosas que hacer en este lugar... Espero que te mejores. No dejes que llore tu mamá.

Cuando me dí cuenta, cada día era esperar con ansias una carta de aquella pequeña.

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¡Abbadon!

¡Hola! Te perdono, pero como castigo me tendrás que hacer una promesa, ¿De acuerdo?. Por cierto, mi mamá dice que ocupas demasiados de acuerdos en tus cartas, pregunta que si no sabes otras palabras.

¿Ya te está gustando contestarme? A mi me gusta escribir, quiero ser una gran escritora y algún día tener un libro. ¿Por qué no hay nada que hacer? ¿Hay mucha gente para matar? ... no mates... me da miedo.

Gracias por tus buenos deseos, Abbadon, regresa pronto a casa

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De pronto las cartas de volvieron un poco más familiares, más sencillas, más largas... más divertidas para mi.

Hola pequeña Brielle

Me alegra que te guste escribir, cuando termines tu primer libro me enviarás una copia... me gusta mucho leer cosas, creo que es más entretenido que matar. Por cierto, una señorita como tu no debería de estar hablando de "matar" tan fácilmente...

¿Qué promesa quieres que te haga? Te la cumpliré solamente por que estoy de buenas... y no, yo no mato gente... la matan otras personas, aun eres pequeña, Brielle, pequeña Brielle...

Gracias, tambien quiero regresar a casa.

Las cartas de aquella niña, con aroma a jabón y color rosa y azul me gustaban demasiado... era tan divertido leerlas y perderme un poco del mundo, a partir de ese día, deseaba que la oficina de correos no tardara tanto en enviar las cosas.

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Hola gran Abbadon

Deja de decirme pequeña, ¡ya tengo 10 años! Los he cumplido ayer... y mi mamá está feliz, ella nunca creyó que yo fuera a llegar a los 10 años, yo no hago llorar a mi madre ¿Sabes? Los médicos son los que la hacen llorar, siempre le dicen cosas feas cuando en realidad yo me siento bien. Mi papá trabaja muy duro y ahora no está en casa, es feo cuando no estás en casa, por eso quiero que también regreses a casa.

Ya se, ocupamos la promesa como mi regalo de cumpleaños, quiero que a partir de ahora no mates ni dejes que alguien más mate ¿Bien? Por favor... y como recompensa, cuando escriba mi primer libro al inicio de las páginas le pondré

"Dedicado a Abbadon. Mi extraño amigo extraño" Suena bonito ¿Verdad? Mamá dice que no lo haga, pero quiero conocerte ¿Me mandas una foto? Quiero tener una foto tuya!

¡Cuídate Abbadon!

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No supe cuando fue que me dejé influenciar por tan sinceras y tiernas palabras escritas en un trozo de papel, pero a partir de ese momento impedí que mis hombres agarraran prisioneros para matar, a pesar de las insistentes llamadas de atención de mis oficiales superiores, entendí lo que era cumplir una promesa porque de verdad yo quería hacerlo...

Gracias al cielo que era mi día de descanso aquella vez que leí esa carta, así que me fuí al pueblo más cercano, a pesar de los mitos que se crean, cuando nosotros estamos en filas no ganamos millones de dinero, muchas veces debemos de trabajar a parte para conseguir solo un poco, y yo ya tenía algo ahorrado. Con las monedas que tenía dentro de mi alcancía fui al pueblo que se encontraba a unos kilómetros en la trinchera...

Gasté mis ahorros que suponían deberían de servirme para comprar agua cuando lo necesitara en un vestido para una niña de 10 años y en una foto. Ah si, y una caja para mandarlo todo...

Hola Brielle...

Mi niña grande Brielle... ¿Asi está mejor? Sigues siendo una niña aunque tengas 10 años. De cualquier manera, feliz cumpleaños... espero que el vestido te quede, jamás tuve una hermanita menor o algo parecido, asi que tuve que preguntar más o menos cual era la talla... La foto... lo lamento, aqui no hay mucha agua para disponer, pero me limpie la cara. Esta bien, esperaré con ansias tu fotografía de acuerdo.

Por cierto, no creas que cambié el vestido por la promesa, no he dejado matar a nadie, aunque por eso me han regañado. Espero con ansia que me dediques aquel libro, quiero leerlo ya...

Me da curiosidad por saber de que lo haras¿Hadas? ¿Princesas?

Nos seguimos leyendo, mi extraña amiga extraña

La siguiente respuesta tardó una semana, era extraño, ya que siempre me llegaban aproximadamente cada dos o tres días, no supe como definir aquel sentimiento de preocupación, esperaba que no hubiera caido enferma, pero la respuesta me vino con el pequeño paquetito, una sencilla caja...

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Abbadon!!

Dice mi mamá que eres bien parecido, que estas muy guapo, pero ya le dije que eras mi amigo y nada más mío, ¿Verdad? Tengo pena, el vestido está muy bonito, muchas gracias, aunque mamá lo tuvo que ajustar para que me quedara... si era la talla, pero estoy adelgazando demasiado, espero que te guste como me veo en la foto, estoy con el vestido que me diste, bonito ¿Verdad?

Prefiero que me sigas diciendo pequeña Brielle. Mi papá llega siempre a casa con problemas y creo que ya no quiero crecer... gracias por cumplirme la promesa... por cierto... mi libro será de un militar muy bueno. Uno llamado Abbadon.

No se por qué te regañan ¿Por qué está mal ayudar a una persona? Eres muy bueno Abbadon, te quiero!

Por cierto, cuando regreses a casa ¿Vamos a poder vernos?

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Aunque me hizo muy contento escuchar que una pequeña como ella me quería, aquellos eran días difíciles, teníamos que estar en constante guardia, debido a que ahora el ejército opositor estaba rodeándonos para regresarnos a casa... con o sin muertes, no lo sé.

Fui capturado un par de veces y me dejaron ir otras tantas, no hubo mucho problema, aunque yo no entendía el por qué tanta consideración con un capitán como yo, si lo pensábamos detenidamente, el hecho de que me mataran podría darles a ellos la victoria...

Mi respuesta llegó unos días después "Dejaste libre a muchos de nuestros hombres, la vida se paga con vida"

Y los ojos de aquella niña regresaron a mi cara, prácticamente ella me había salvado de morir en aquellos momentos y yo no podía estar más agradecido, aunque ya no había podido atender sus cartas ni leerlas.

Esa noche me llevaron de nuevo al campamento donde estaban mis hombres, estaba cansado, me habían liberado, y mi división parecía Sodoma y Gomorra a la potencia 100...

Botellas de alcohol, aquel lugar, más que oler a pólvora, olía a sangre, sexo y semen. No dije nada, y nadie más dijo nada cuando me vio, solamente quería entrar a mi tienda y acostarme para leer alguna de esas cartas que olía a jabón con tinta, sin saberlo me había hecho adicto a aquel olor tan refrescante, estaba tan contento, había encontrado mi propio paraíso en aquel infierno.

Pero la palabra infierno no se utiliza solo porque si, comprobé cual era la razón de que llamaba a ese lugar así... unos cuantos de mis hombres, los más rebeldes, los más fastidiosos, a aquellos a quienes más odiaba estaban en mi tienda, aquello no me hubiese molestado, sino fuera porque habían osado tocar la caja donde yo tenía las cartas de aquella niña, de mi amiga y uno de ellos maldito asqueroso estaba masturbándose con su foto.

Estaba demasiado consciente de las necesidades que tenían ellos como hombres, yo mismo tenía las mías, también del reto que me podría acarrear si lo mataba, y extrañamente aquello no me interesó, lo tomé por los testículos y lo saqué fuera de la tienda golpeándolo innumerables veces hasta dejarlo inconsciente...

No era que yo también tuviese pensamientos impuros sobre aquella niña, yo estaba enamorado de ella, de la fortaleza y la dulzura que a estos cerdos les faltaba, me cabreó, me moleste tanto al punto de apuntar a todos con el arma, pero aun tenía la promesa de que no volvería a matar. Se lo había dicho a ella.

Después de dejarlos casi muertos a los tres imbéciles que se encontraban dentro entré por fin a mi tienda limpiando el desastre que ellos habían dejado, recogiendo poco a poco la cartas de ella, había unas ya abiertas que yo no había leído porque no me encontraba ahi.

Limpié la fotografía, recogí, prácticamente quemé todo lo que ellos pudiesen haber agarrado para después simplemente con una botella de agua ponerme a leer.

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Abbadon!

¿Adivina que? Me han dicho que estoy mejorando y que si sigo asi solo tendrpe otras sesiones más de quimioterapia para poder seguir viva. Mi mamá se ha puesto feliz, pero mi papá sigue molesto, dice que son demasiado caros y le escuché decir que por qué no sería mejor dejarme morir, no quiero morir, quiero escribir un libro para ti. Te quiero Abbadon.

Por cierto, no me has contestado la carta anterior, ¿te molesta que te diga te quiero? Perdón

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Hola Abbadon

De nuevo no me has contestado ¿Estas molesto conmigo? Mi mamá dice que probablemente no te llegan las cartas, pero yo deseo que te lleguen, he pedido un deseo a la estrella que sale por la tarde para que no deje que no te lleguen las cartas, ¿Sabes que esa estrella concede deseos? Le pedí que me dejara conocerte y fue cuando me enviaste tu foto. Ella si funciona!

¿Por qué no le pides que acabe la guerra? Suena a que es más sencillo para que dejes de estar ahi, ahora que lo noto enla fotografía luces cansado.

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Hola Abbadon extraño

Extraño tus cartas ¿Por que ya no me mandas? Mi papá se fue de la casa, él dijo que ya no nos quiere... mamá se ha puesto a llorar de nuevo, creo que ella ahora es la que está enferma, yo no, dice que no sabe como puede costear las demás quimioterapias. Estoy asustada, quiero curarme... me di cuenta que me preocupa el dinero ¿Eso quiere decir que estoy creciendo? A los grandes les preocupa el dinero.

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Hola extraño

Creo que no quieres contestarme ya, la estrella de la tarde jamás se equivoca... pero aun así estuve contenta de que fueras mi amigo por cartas... ¿Puedo decirte algo antes de que te olvides de mi? Te amo Abbadon... soñé que me casaba contigo.

Cuídate.

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Sonreí de lado mientras las lágrimas caían, estaba tan molesto conmigo mismo por darle más valor al trabajo que a cualquier otra cosa, cuando yo sabía que ella era importante para mí, así que conseguí varias hojas de papel y comencé a escribir, desde el corazón

Hola Brielle, pequeña, mi pequeña extraña Brielle

Perdona por no haberte contestado, tuve un problema en este lugar y no me dejaban salir de algún lugar, tienes razón, la gente es verdaderamente mala por aquí. Trataré de contestarte todas tus cartas poco a poco.

En primera no te mandaba cartas porque no estaba en donde normalmente me quedo, así que no podía hacerlo, lo lamento, pero de verdad siempre espero tus cartas con ansias para poder leerlas. ¿Sabes que siempre me haces sonreír?

Segunda, no me molesta que me digas que me quieres, me haces sentir mariposas en el estómago, que no sea tarde, nunca dejes de decir te quiero, y por cierto, yo también te quiero.

Tercero, jamás podría molestarme contigo, he probado lo que me has dicho de la estrella de la tarde y parece que en realidad funciona, ya que han dejado la oficina de correos abierta más tiempo de lo que normalmente lo hacen.

Cuarto, no, tu nunca crecerás mi niña, porque eres muy buena para ser adulta, por el dinero no te preocupes, si no es demasiado tarde, contactaré con tu madre por teléfono, solo envíame el número, te prometo que te ayudaré.

Por último, Brielle, yo también te amo, componte para que podamos casarnos.

Como un idiota comencé a pedirle a la estrella de la tarde que me permitiera verla, que me permitiera regresar a casa y que ella se compusiera, habían pasado ya más de dos semanas sin que yo hubiera recibido carta alguna y estaba demasiado angustiado... me preocupaba que le pasara algo, pero para fortuna esa tarde me llegó una carta, tal y como le había pedido a aquella estrella

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Hola Abbadon, amor Abbadon

A mí también me atraparon, estaba en el hospital y ya no podía salir, me puse mala, mi mamá me dijo que si te enviara el numero, shh, lo deje en una tarjetita escondida dentro del sobre... cuando llames a mi casa ¿Puedo hablar contigo? Quiero escuchar tu voz...

Me sonrojé cuando leí tu carta y mi mamá me dio permiso de casarme contigo, estoy muy feliz, aunque solo sea una niña, tu también eres un niño, verdad que sí.

Te llevaré a comer caracoles y mi pastel especial de mermelada de fresa. Te amo Abbadon, te amo

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El cariño que compartí con esa niña fue uno de los únicos que de verdad me encantó, era todo demasiado puro, esa noche, preguntando los usos horarios me escabullí para llamar por teléfono a la señora, cuando me contestó ella se asusto, nunca creyó que yo la llamaría.

Entre charlas, sollozos y demás me dijo que jamás me había reclamado por haberle dicho a su hija que la amaba, a mi pequeña Brielle le restaban pocos meses de vida, al parecer ella estaba tan desesperada que buscó por todos los medios y terminó por dañar más a su hija con un tratamiento que la hizo alérgica y que de pronto hacía que los efectos de la quimioterapia fueran más fuertes en ella...

No recuerdo haber llorado antes con tanta facilidad al lado de un teléfono. La mujer me dio un número de cuenta y yo le prometí que le depositaría el dinero necesario para que aquella niña se salvara...

Ese día no pude hablar con Brielle por teléfono...

Los días siguieron pasando y las cartas por parte de ella eran más cortas, por desgracia esas las perdí, ella me explicaba que no quería que su mamá leyera, que se tardaba mucho en escribir pero que lo estaba haciendo por mi, trate por muchos medios de darle animos y de vez en cuando la llamaba, ella ya no podía hablar, solo escuchaba su débil respiración por telefono y para mi eso me bastaba... sus pequeñas risas por aquel comunicador eran la gloria entre tanto estallido y gritos de dolor.

El dinero les sirvió para ayudarse un poco... y justo aquella semana nos dijeron que ya podríamos regresar a casa en tres días, sin dudarlo escribí una carta a ella, me disponía a viajar a Francia.

Me quedé en la franja de Gaza aun después de que mis compañeros de tropa se habían ido... quería esperar la respuesta de la carta... 5 días después ésta llego

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Hola señor Abbadon

Soy la mamá de Brielle, lamento comunicarle que mi hija falleció hace dos días, después de leer su carta. Ella siempre dijo que no le tenía miedo a la muerte y que quería esperar un poco más porque usted le había dicho que ya por fin podía regresar a casa. Muchas gracias por hacer de los días de mi hija unos días más llevaderos. No se que hubiéramos hecho sin usted.

Le envío la dirección del cementerio en donde ella está enterrada por si alguna vez viene por Francia, no dude en visitarme... le pagaré todo lo que nos hizo favor de prestarnos.

Gracias por todo, de verdad...

Por cierto... mi hija pidió ser enterrada con el vestido que usted le regaló.

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No supe cuanto tiempo me quedé mirando aquel trozo de papel hasta que por fin las lágrimas comenzaron a salir, dándome el sollozo más grande de mi vida... a punto de cumplir sus 11 años, una pequeña estrella había dejado de existir, cuando yo mandé a casa a 68 imbéciles que no valían ni la mitad de lo que ella valía para mí.

No pude comer en más de una semana... no recuerdo cuanto tiempo me quedé releyendo las cartas y mirando su fotografía, no lo aceptaba.

Hasta que por fin pude darme cuenta que por más que yo llorara jamás iba a regresar.

Con mi nuevo nombramiento como Coronel y el dinero que con ello conllevaba fui a Francia, y compré una sortija de matrimonio.

Con la carta en mano, con un traje y unas flores fui hasta aquella tumba... fue mi primera vez en un cementerio... caminé hasta donde estaba ella dejándole el anillo.

Esa tarde, mientras el sol se ponía, escuché su risa en aquel lugar.