Dance [Gajeel & Levy]

Levy creyó que era una broma. Parecía una broma al principio; la música estaba fuerte y todos en la fiesta estaban jugando y riendo y rompiendo cosas, en fin, comportándose como miembros de Fairy Tail. Alguien, sospechaba que Natsu, sugirió en tono sarcástico que Gajeel le mostrase a Levy sus pasos de baile.

El Dragon Slayer se limitó a fulminar con la mirada a la masa de gente en general, incapaz de rastrear al atrevido que lanzó semejante comentario, y luego clavó su vista en ella. Sintió calor en sus mejillas, supo que se estaba ruborizando, y rápidamente apartó la mirada, deseando que el momento terminase, intentando concentrarse en la conversación entre Lucy y Erza que se desarrollaba frente a ella pero de la cual no formaba parte activa.

Sólo se dio cuenta que Gajeel seguía observándola cuando notó que se acercaba. Pero él no se dignó a hablar, no, simplemente la tomó de la mano y la alejó de los presentes, lejos de las conversaciones e intervenciones molestas y hacia la pista de baile.

Levy creyó que lo había visto todo, pero cuando Gajeel Redfox, de entre todas las personas, puso sus manos en su cadera y comenzó a guiarla en un lento y suave estilo de baile, supo que estaba equivocada.

Pensándolo bien, una danza no era muy diferente a una pelea. Requería esfuerzo, concentración y movimientos ágiles y ligeros, y un guerrero como Gajeel tenía de sobra en todos esos aspectos. Se movía con una gracia que jamás había creído posible, y cuando la hizo dar una vuelta sobre sus talones con un fugaz movimiento de su mano se sintió tan ligera como una pluma.

La música continuó y Gajeel y Levy siguieron moviéndose al compás. Los pies de Gajeel se acercaron mucho a ella, intimidantes, y por un segundo temió pisarlo y arruinar el momento. Pero él lo notó justo a tiempo, y se movió hacia un lado y la arrastró junto con él, le hizo dar otra vuelta sobre sus talones y acercó su propio brazo hacia su cuerpo, empujando a la joven maga hacia él.

Quedaron uno frente al otro, enfrentados, las manos entrelazadas y sus cuerpos casi pegados, tanto que ella podía sentir el corazón de Gajeel palpitar apresuradamente, acelerado por la proximidad a la joven, deseando un acercamiento mayor. Ella levantó la mirada y enfrentó la de su nuevo y habilidoso compañero de danza, desafiante, y se encontró con una expresión que mostraba plena lujuria y adrenalina, y unos labios gruesos que simplemente pedían a gritos entrar en contacto con los finos labios de la muchacha...

Y en el mejor momento, cuando la tensión estaba al máximo y el ambiente a su alrededor desapareció por completo, fue cuando Gajeel soltó sus manos, dio un paso hacia atrás y luego otro más. Dio media vuelta y se marchó lentamente, sin una palabra, pero no hizo falta que dijera palabra alguna.

Parecía que había sido una demostración de su hombría o de su habilidad de baile, pero Levy sabía la verdad. Había visto genuina pasión en los ojos de Gajeel, eso era algo que ni él había sido capaz de esconder. Y también estaba convencida de que esta no sería la última vez que ella encendería esa pasión en él, aunque tuviese que dedicar su vida a ello.