Colegio Pokémon [Pearlshipping]

Colegio Pokémon [Pearlshipping]

Bueno después de un tiempo sin escribir, decidí volver a esto de los fanfics. Mi Fandom en esta ocasión será el Pearlshipping.

Una mañana una chica llamada Dawn se levantaba para ir a su primer día en el Colegio Pokémon.
Se puso su uniforme, se hizo algunos arreglos en el cabello y bajó a tomar su desayuno. Una vez que terminó de desayunar fue por su mochila y se encamino a su instituto, pero…

- ¡No puede ser! -refunfuñó la chica- ¡Se me olvido mi credencial de entrada! ¿Qué hago? ¿Qué hago? -repetía una y otra vez la estudiante-

Se dirigió a la entrada donde estaba el director y los prefectos al entrar le pidieron que enseñara la credencial a lo que ella les respondió…

- Es que… se me olvido -bajo la mirada-
- Bien… por ser tu primer día te lo pasaremos por alto pero no debes olvidarla nunca más, ¿Entendiste?

Ella solo asintió con la cabeza y se dirigió a su salón de clase.
No conocía a nadie, se sentía rara estando allí, miro las escaleras que conducían a su salón, 1° “A”.

- Creo que es la hora… -dijo con voz temblorosa- Estoy muy nerviosa -subió las escaleras y se fue a su salón.

Al entrar vio muchas personas jugando con bolitas de papel, mientras ella avanzaba a buscar un mesa banco para sentarse una bolita de papel le dio en la cabeza.

- ¿Ah? -volteo y vio a un niño burlándose- Esto va a ser difícil -dijo para si misma.

Ella busco un lugar donde sentarse, el ultimo mesa banco de la ultima fila.

- Psss, psss, ¡Por aquí niña nueva! -dijo una chica de pañoleta roja-

-¿Eh? -la chica de cabellos azulados dirigió la vista a la chica castaña.

La chica se le acerco a la chica de gorro.

- ¡Hola! -le dijo la chica de ojos azules-

- H-hola ¿Qui-quien eres? -dijo la chica apenada y nerviosa-

- Mi nombre es May ¡Mucho gusto! ¿Cómo te llamas? -le dijo la chica muy animada

- Me llamo Dawn, igualmente -le sonrío-

- ¿Eres nueva, cierto? -soltó una pequeña risilla-

- Si lo soy, yo estoy muy nerviosa, sabes -agacho la mirada-

- No te preocupes, si quieres podríamos ser amigas ¿Qué dices? -le dijo la castaña muy sonriente-

- ¡Claro! -exclamo la chica de cabellos azulados- ¡Me encantaría!

- Bueno ya esta y tranquila -la chica de cabello azul se sonrojo un poco- no sucederá nada.

En eso llegó un chico de cabello azabache muy apresurado

- ¡Oye May! A que no sabes de lo que me entere

- ¿Qué? -dijo entre risas-

- ¡La maestra de pokemons de agua no vino! ¡Tenemos hora libre!

- ¡Que bien! Pero Ash… quiero presentarte a una nueva amiga, su nombre es Dawn -la señala-

- Eh… Hola, ¿Ash?

- Si ese es mi nombre, mucho gusto, Dawn.

- Bueno pero ¿Qué hacemos en el salón? ¡Vamos a afuera! -dijo la castaña-

- Cierto, ¿Vienes Dawn? -contesta el joven-

- ¡Por supuesto!

Los 3 jóvenes bajaron las escaleras y May le enseñaba los lugares del colegio, pero lo que Ash y May no notaron era que Dawn se sonrojaba cada vez que veía a Ash. Pasaron los 50 minutos del tiempo de la maestra de Pokémons de agua y sonó el timbre.

- ¡Demonios…! ¿Qué toca? -pregunto el joven-

- Parece que es la de pokemons de fuego -le contesto la castaña-

- Pero eso no es la regañona ¿verdad?

- Sí, esa es -murmuro la castaña

- ¿No es la que esta entrando a nuestro salón?

- ¿Eh? -contestaron Ash y May al unísono - ¡No!

Los 3 jóvenes se apresuraron a subir las escaleras pero ya era tarde, la maestra ya había entrado y conociéndola no los dejarían entrar. Subieron los escalones y estuvieron frente a la puerta del aula.

- Maestra, nos da permiso de entrar -dijo el joven azabache-

- ¿Dónde estaban? -dijo la maestra muy molesta.

- En… el baño -dijo la joven castaña-

- ¿Los tres? -dijo la maestra aun mas enojada- ¡Saben cual es el castigo! ¡Ya no entran! ¡Fuera de mi vista! -les cierra la puerta en la cara.

Oh no… mi primer día y ya estoy en problemas -dijo la chica de cabello azul-

No te preocupes, sólo es por esta clase -le consoló el joven-

Gracias -dijo la chica sonrojada-

Bien… ¿que hacemos aquí? ¡Vamos abajo, otra vez! Sólo debemos asegurarnos que a la hora siguiente estemos cerca del salón.

Y los jóvenes volvieron abajo a “dar la vuelta”

Esta historia continuara…